• Prólogo o inicio
    Fandom Propio
    Categoría Acción
    ​El silencio del *Pantano de los Espejos Negros* es más aterrador que los gritos que todavía resuenan en tu memoria.

    ​Hace solo unas horas, tu reino ardía. La guardia real te traicionó, y tú, la princesa heredera, huiste hacia lo único que ellos temían más que a la muerte: La Bruma.

    Viste cómo frenaban sus caballos ante la pared de humo, prefiriendo dejarte ir hacia una muerte segura a manos de los monstruos antes que cruzar.

    ​Ahora, la adrenalina se ha ido. Solo queda el frío.

    ​Tu vestido de seda azul real, pesado por el lodo y el agua, te arrastra hacia abajo. La madera podrida de tu balsa improvisada finalmente cede y se deshace, dejándote sumergida en el agua negra y helada hasta el pecho.

    Tus piernas están entumecidas; la hipotermia te cierra los ojos.
    ​Entonces, tu hombro choca contra algo sólido.
    ​A través de la niebla, ves una forma oscura y ancha que sobresale del agua como el lomo de una gran bestia de piedra o una roca plana y musgosa. No es una isla, es apenas una superficie lo bastante grande para sacarte del agua, quizás del tamaño de una cama grande de piedra.

    ​Con un gemido de esfuerzo, te impulsas y logras subir tu torso, arrastrando las piernas después. La superficie es dura, cubierta de placas rugosas y húmedas que te raspan la piel.

    ​Te acercas al centro de la "roca", tiritando violentamente. No hay mucho espacio; si te mueves demasiado, caerás al agua de nuevo. Buscando desesperadamente calor, te arrastras hacia la parte más alta (lo que sería la zona de los hombros de la bestia).

    Allí, tus manos encuentran una grieta profunda entre dos placas de blindaje.
    ​Al meter los dedos helados ahí, te detienes.
    ​De esa grieta emana un calor intenso, seco y poderoso. Es como encontrar una estufa encendida en medio del invierno. Sin pensarlo, pegas tu pecho y tu cara contra esa zona, abrazándote a la "roca" para absorber cada gramo de esa temperatura vital.

    ​[???????]

    ​El sueño de los Umbríos es profundo, sin sueños. Floto en suspensión, con el cuerpo sumergido y solo mi espalda expuesta al aire viciado del pantano, pareciendo un tronco a la deriva o una roca más. Soy paciente. El tiempo no significa nada para mí.

    *​Hasta ahora.*

    ​Siento una perturbación en el agua. Y luego... un peso.

    ​Algo torpe y pesado se sube a mi espalda. Mi cuerpo se hunde ligeramente bajo la carga, pero mis pies, plantados en el fondo del pantano, me sostienen.

    ​Mi primer instinto es sacudirme, sumergirme y dejar que el agua ahogue al intruso. Mis garras se contraen bajo el lodo, listas para matar. Pero entonces... lo siento.

    *​El contacto.*

    ​La criatura se arrastra hacia mi nuca. Su cuerpo es pequeño comparado con el mío, pero su calor es inmenso. Donde su piel suave y mojada toca las membranas sensibles entre mis placas dorsales, siento una descarga eléctrica.

    *​Es fuego.*

    Un calor vivo, desesperado y dulce que se filtra a través de mi piel fría y llega directo a mi sangre estancada.
    ​Me quedo totalmente inmóvil. La criatura se acurruca justo en la base de mi cuello, abrazándose a mis músculos dorsales como si yo fuera su salvación. Su corazón late tan rápido contra mi espalda que puedo sentirlo retumbar en mis propias costillas.

    ​Es tan frágil. Podría aplastarla con un solo giro. Pero el calor... el calor es embriagador.
    ​Abro mi ojo derecho lentamente. El iris azul brillante se clava en el agua oscura. Giro la cabeza muy despacio, lo justo para que mi hocico quede cerca de donde ella descansa.

    ​—... Caliente... —gruño.

    ​La voz no sale como palabras humanas, sino como una vibración profunda y ronca que nace de mi pecho. Al estar tú pegada a mi espalda, no solo escuchas el sonido: lo sientes vibrar a través de tus costillas y tu estómago, sacudiendo todo tu cuerpo helado.
    ​El silencio del *Pantano de los Espejos Negros* es más aterrador que los gritos que todavía resuenan en tu memoria. ​Hace solo unas horas, tu reino ardía. La guardia real te traicionó, y tú, la princesa heredera, huiste hacia lo único que ellos temían más que a la muerte: La Bruma. Viste cómo frenaban sus caballos ante la pared de humo, prefiriendo dejarte ir hacia una muerte segura a manos de los monstruos antes que cruzar. ​Ahora, la adrenalina se ha ido. Solo queda el frío. ​Tu vestido de seda azul real, pesado por el lodo y el agua, te arrastra hacia abajo. La madera podrida de tu balsa improvisada finalmente cede y se deshace, dejándote sumergida en el agua negra y helada hasta el pecho. Tus piernas están entumecidas; la hipotermia te cierra los ojos. ​Entonces, tu hombro choca contra algo sólido. ​A través de la niebla, ves una forma oscura y ancha que sobresale del agua como el lomo de una gran bestia de piedra o una roca plana y musgosa. No es una isla, es apenas una superficie lo bastante grande para sacarte del agua, quizás del tamaño de una cama grande de piedra. ​Con un gemido de esfuerzo, te impulsas y logras subir tu torso, arrastrando las piernas después. La superficie es dura, cubierta de placas rugosas y húmedas que te raspan la piel. ​Te acercas al centro de la "roca", tiritando violentamente. No hay mucho espacio; si te mueves demasiado, caerás al agua de nuevo. Buscando desesperadamente calor, te arrastras hacia la parte más alta (lo que sería la zona de los hombros de la bestia). Allí, tus manos encuentran una grieta profunda entre dos placas de blindaje. ​Al meter los dedos helados ahí, te detienes. ​De esa grieta emana un calor intenso, seco y poderoso. Es como encontrar una estufa encendida en medio del invierno. Sin pensarlo, pegas tu pecho y tu cara contra esa zona, abrazándote a la "roca" para absorber cada gramo de esa temperatura vital. ​[???????] ​El sueño de los Umbríos es profundo, sin sueños. Floto en suspensión, con el cuerpo sumergido y solo mi espalda expuesta al aire viciado del pantano, pareciendo un tronco a la deriva o una roca más. Soy paciente. El tiempo no significa nada para mí. *​Hasta ahora.* ​Siento una perturbación en el agua. Y luego... un peso. ​Algo torpe y pesado se sube a mi espalda. Mi cuerpo se hunde ligeramente bajo la carga, pero mis pies, plantados en el fondo del pantano, me sostienen. ​Mi primer instinto es sacudirme, sumergirme y dejar que el agua ahogue al intruso. Mis garras se contraen bajo el lodo, listas para matar. Pero entonces... lo siento. *​El contacto.* ​La criatura se arrastra hacia mi nuca. Su cuerpo es pequeño comparado con el mío, pero su calor es inmenso. Donde su piel suave y mojada toca las membranas sensibles entre mis placas dorsales, siento una descarga eléctrica. *​Es fuego.* Un calor vivo, desesperado y dulce que se filtra a través de mi piel fría y llega directo a mi sangre estancada. ​Me quedo totalmente inmóvil. La criatura se acurruca justo en la base de mi cuello, abrazándose a mis músculos dorsales como si yo fuera su salvación. Su corazón late tan rápido contra mi espalda que puedo sentirlo retumbar en mis propias costillas. ​Es tan frágil. Podría aplastarla con un solo giro. Pero el calor... el calor es embriagador. ​Abro mi ojo derecho lentamente. El iris azul brillante se clava en el agua oscura. Giro la cabeza muy despacio, lo justo para que mi hocico quede cerca de donde ella descansa. ​—... Caliente... —gruño. ​La voz no sale como palabras humanas, sino como una vibración profunda y ronca que nace de mi pecho. Al estar tú pegada a mi espalda, no solo escuchas el sonido: lo sientes vibrar a través de tus costillas y tu estómago, sacudiendo todo tu cuerpo helado.
    Tipo
    Individual
    Líneas
    8
    Estado
    Disponible
    0 turnos 0 maullidos
  • - Se asoma por la ventana de su habitación cuando escucha risas femeninas provenientes de la calle. Detrás de la cortina sus ojeras son suficientes para asustar a las dos chicas que pasaban por allí. -

    Sniff... Tampoco me veo tan mal, que exageradas...
    - Se asoma por la ventana de su habitación cuando escucha risas femeninas provenientes de la calle. Detrás de la cortina sus ojeras son suficientes para asustar a las dos chicas que pasaban por allí. - Sniff... Tampoco me veo tan mal, que exageradas...
    Me enjaja
    Me entristece
    Me emputece
    3
    2 turnos 0 maullidos
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.

    Lastima que llegue tarde
    ----------

    El cumpleaños de Hugo Vlad, personaje del juego Zenless Zone Zero, es el 20 de agosto (20.08). Los desarrolladores y fans celebran su día especial en esta fecha, destacando su papel como líder de Mockingbird.


    Fecha: 20 de agosto.

    Juego: Zenless Zone Zero.

    Celebraciones: Publicaciones y eventos especiales en las redes sociales de HoYoLAB y otros sitios de fans.
    💘💘💘💘💘 Lastima que llegue tarde ---------- El cumpleaños de Hugo Vlad, personaje del juego Zenless Zone Zero, es el 20 de agosto (20.08). Los desarrolladores y fans celebran su día especial en esta fecha, destacando su papel como líder de Mockingbird. Fecha: 20 de agosto. Juego: Zenless Zone Zero. Celebraciones: Publicaciones y eventos especiales en las redes sociales de HoYoLAB y otros sitios de fans.
    Me gusta
    1
    0 comentarios 0 compartidos
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    ||- Estas fechas son molestas, me ocupan el 90% del tiempo el restante lo uso para dormir así que perdonen, pero me tienen sin parar porque hasta yo soy la cocinera.
    ||- Estas fechas son molestas, me ocupan el 90% del tiempo 😭 el restante lo uso para dormir 🤣 así que perdonen, pero me tienen sin parar porque hasta yo soy la cocinera. 😢😢
    Me encocora
    Me entristece
    2
    2 comentarios 0 compartidos
  • ¿Que haces ahi? Acércate y veamos el cielo nocturno..
    ¿Si tengo frío? Para nada, esta bastate calurosa la noche....
    ¿Que haces ahi? Acércate y veamos el cielo nocturno.. ¿Si tengo frío? Para nada, esta bastate calurosa la noche....
    Me encocora
    Me gusta
    3
    3 turnos 0 maullidos
  • La tarde había resultado tranquila, extrañamente familiar. Jamás se imaginó, o al menos no desde los sucesos que pasó en vida, que iba a poder algún día tener una charla tan amena y sincera con Arackniss. Mucho menos que pasaría una especie de "tarde familiar" con él y los niños. Y sin embargo, había pasado.
    Ahora los menores volvían no sólo alegres, sino también agotados. De tanto haber corrido, jugado y hasta cantado, no podían sino volver con las baterías agotadas. Incluso había tenido que volver trayéndolos en brazos completamente dormidos.

    Al entrar al hotel fue directo hacia sus habitaciones. Tras todas las emociones, reencuentros y la vuelta de su alegre personalidad, supuso que ya era hora de intentar devolverios a sus habitaciones. Aunque tras recostar a cada uno en su cama y arroparios, sólo por si acaso, volvió a su propia habitación para buscar al cerdito. Sí. Ese puerco que tanto le huía a las travesuras infantiles pero que a veces también le tocaba el trabajo de niñera.

    — Ya sabes qué hacer — Fue todo lo que le dijo al animal tras dejarlo en la habitación de los infantes, cerrando la puerta después. Sólo entonces soltó un suspiro cansado y se estiró, incluso desplegando las alas junto con un bostezo.
    Había estado todo el día fuera por lo que decidió que era mejor quedarse en el bar lo que quedara de jornada y tal vez un poco más. No quería reproches ni jodidas de Alastor después. Sin embargo, al pasar por delante de la puerta de la habitación que compartía con Angel se detuvo. Una idea cruzando por su mente.

    Tal vez los menores ya estuvieran mejor, pero había alguien cuya atención no le había podido dedicar como le hubiera gustado. Entrando al cuarto, comenzó a rebuscar tranquilamente entre las cosas, sólo notando entonces la extraña nieve cayendo en el exterior. Eso le hizo alzar una ceja pero también le arrebató una sonrisa nostálgica, tomando un suéter también porque previó que podría comenzar a refrescar. Había oído hablar a la princesa sobre una celebración navideña, decorar el hotel Y sin duda estaba decorado, se había encargado de eso, pero a él le faltaba hacerlo aún en el bar. Por lo que no demoraría en ir hasta su lugar de trabajo, tras encontrar lo que buscaba, y decorario sutilmente antes de ocultarse tras la barra del bar donde Angel Dust no pudiera verie.

    Sabía que dejando todas las luces encendidas la araña podría llegar a buscarie y no sería hasta que se acercara para encontrarlo que él iría por detrás para sorprenderlo. Tocando de repente su cintura de forma juguetona para que se diera la vuelta y entonces él, repentinamente, abrazario por las piernas para alzarlo. Una pequeña risa escapando de entre sus labios acompañado por un suave ronroneo.
    No diría ni una sola palabra, tan solo levantando la vista un momento. Una sutil señal para que mirase para arriba y así encontrar, sobre sus cabezas, un pequeño racimo de muérdago.
    La tarde había resultado tranquila, extrañamente familiar. Jamás se imaginó, o al menos no desde los sucesos que pasó en vida, que iba a poder algún día tener una charla tan amena y sincera con Arackniss. Mucho menos que pasaría una especie de "tarde familiar" con él y los niños. Y sin embargo, había pasado. Ahora los menores volvían no sólo alegres, sino también agotados. De tanto haber corrido, jugado y hasta cantado, no podían sino volver con las baterías agotadas. Incluso había tenido que volver trayéndolos en brazos completamente dormidos. Al entrar al hotel fue directo hacia sus habitaciones. Tras todas las emociones, reencuentros y la vuelta de su alegre personalidad, supuso que ya era hora de intentar devolverios a sus habitaciones. Aunque tras recostar a cada uno en su cama y arroparios, sólo por si acaso, volvió a su propia habitación para buscar al cerdito. Sí. Ese puerco que tanto le huía a las travesuras infantiles pero que a veces también le tocaba el trabajo de niñera. — Ya sabes qué hacer — Fue todo lo que le dijo al animal tras dejarlo en la habitación de los infantes, cerrando la puerta después. Sólo entonces soltó un suspiro cansado y se estiró, incluso desplegando las alas junto con un bostezo. Había estado todo el día fuera por lo que decidió que era mejor quedarse en el bar lo que quedara de jornada y tal vez un poco más. No quería reproches ni jodidas de Alastor después. Sin embargo, al pasar por delante de la puerta de la habitación que compartía con Angel se detuvo. Una idea cruzando por su mente. Tal vez los menores ya estuvieran mejor, pero había alguien cuya atención no le había podido dedicar como le hubiera gustado. Entrando al cuarto, comenzó a rebuscar tranquilamente entre las cosas, sólo notando entonces la extraña nieve cayendo en el exterior. Eso le hizo alzar una ceja pero también le arrebató una sonrisa nostálgica, tomando un suéter también porque previó que podría comenzar a refrescar. Había oído hablar a la princesa sobre una celebración navideña, decorar el hotel Y sin duda estaba decorado, se había encargado de eso, pero a él le faltaba hacerlo aún en el bar. Por lo que no demoraría en ir hasta su lugar de trabajo, tras encontrar lo que buscaba, y decorario sutilmente antes de ocultarse tras la barra del bar donde [Ange1Dust] no pudiera verie. Sabía que dejando todas las luces encendidas la araña podría llegar a buscarie y no sería hasta que se acercara para encontrarlo que él iría por detrás para sorprenderlo. Tocando de repente su cintura de forma juguetona para que se diera la vuelta y entonces él, repentinamente, abrazario por las piernas para alzarlo. Una pequeña risa escapando de entre sus labios acompañado por un suave ronroneo. No diría ni una sola palabra, tan solo levantando la vista un momento. Una sutil señal para que mirase para arriba y así encontrar, sobre sus cabezas, un pequeño racimo de muérdago.
    Me encocora
    Me gusta
    5
    3 turnos 1 maullido
  • "Las cosas que perdemos"
    Fandom The Walking Dead
    Categoría Drama
    ㅤㅤ
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ⤷ㅤ𝑁𝘜𝐸𝘝𝑂 𝑆𝘛𝐴𝘙𝑇𝘌𝑅
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ Kate Blake
    ㅤㅤㅤ
    ㅤㅤㅤ
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤDespués de aquel día todo fue bien. La relacion de Daryl y Kate volvio a florecer de nuevo, como si aquellos dias distanciados los hubieran hecho mucho más fuertes. Hershel había podido ocuparse de la fea herida en el brazo de Kate. Y, aunque no pudo reconstruir perfectamente el tatuaje de su brazo, lo cierto era que fue un milagro que aquella herida cicatrizara tan bien a pesar de no contar con demasiados avances médicos en aquel lugar.

    Una vez que Kate estuvo recuperada y Hershel le dio el visto bueno, la ex – sargento y Daryl salían muy a menudo de la prisión en busca del Gobernador. Michonne tambien. A veces iban en equipo, a veces se dividían. En tres meses barrieron todos los pueblos a la redonda en un margen de treinta kilómetros. Pero nunca había pistas. Daryl sabía que Kate no estaba demasiado convencida con aquellas salidas, que lo hacía únicamente por pasar tiempo con él y por “proteger su trasero”. Y entonces, un día, dejaron de salir. Dejaron de querer estar en otro sitio. Dejaron de perder su vida por encontrar a aquel cabrón asesino.

    Y la vida continuó. Daryl y Kate se asentaron como figuras de confianza para las personas de la prisión: formaban parte del consejo, salían a cazar juntos, hacían juntos las vigilancias. Eran un equipo imparable. Mientras Rick descansaba y se dedicaba a la vida en el campo y a volver a sintonizar consigo mismo, la gente en la prisión salía adelante gracias a la estupenda organización del Consejo.

    Hershel, Carol, Sasha, Daryl, Glenn, Kate… Todos ellos trabajando como uno solo para el bienestar de todos. Todo se sometía a votación, todo se evaluaba en grupo. Se habían reforzado vallas, las puertas, las entradas… Fueron seis meses de absoluta calma… hasta que llegó el desastre.

    Un brote de gripe arrasó la prisión llevándose consigo a un tercio de la población de aquella pequeña comunidad, obligando a Daryl, Kate, Bob, Michonne y Tyresse a salir a buscar medicamentos para los enfermos… Cuando regresaron y trataron a los enfermos pareció que lo peor había pasado hasta que…

    Él regresó.

    El Gobernador se presentó con más de una veintena de hombres y mujeres armados y un tanque totalmente armado, como pudieron comprobar. Había capturado a Hershel y Michonne y amenazó con matarlos a todos y destruir la prisión si Rick no claudicaba y abandonaban el recinto. El ex – líder trató de hacer entrar en razon al Gobernador pero aquellas palabras de Rick se saldaron con la muerte fría y cruel de Hershel. Y entonces… se desató el horror.

    Daryl había repartido armas para Beth, Maggie, Carl y Kate. Una mirada le bastó para pedirle de forma silenciosa que tuviera cuidado, que siguiera “el plan”. En cuanto el cuerpo de Hershel cayó al suelo las balas comenzaron a llover por todas partes. El tanque entró en el recinto tirando las vallas. La prisión estaba perdida, ya resultaba del todo inútil… Sin las vallas que contenían a los muertos ese lugar no valía de absolutamente nada.

    Durante el tiroteo y mientras peleaban en medio de la contienda, Daryl perdió de vista a Kate. Y temió perderla tambien a ella. Igual que habían perdido a Hershel, igual que habían perdido la prisión…

    Y aquel pensamiento fue el que lo llevó a matar por primera vez a sangre fría. Tras colar una granada de mano dentro del cañón del tanque y alejarse para verlo explotar pudo observar como el artillero salía de este un segundo antes de la explosión. Y allí, de pie frente a un hombre desarmado, Daryl disparó su ballesta. La flecha se clavó en el pecho de aquel tipo y Daryl lo vio caer. No sentía nada. Nada más que rabia y un profundo rencor hacia si mismo por haberse rendido tan pronto. Por haber dejado de buscar…

    -¡Hay que llevar a los niños al autobús! - Beth llegó corriendo hasta él. Lo agarró del brazo y tiró de este.

    -Tenemos que irnos… ¿Has visto a Kate? -preguntó, con cierto deje entre destrozado y preocupado en la voz.

    -Iba detrás de Maggie. Querían sacar a Glenn…-explicó Beth. Daryl tuvo el impulso de correr hacia el interior del pabellón donde sabía que se encontraba Glenn pero un monton de caminantes le cortaron el paso.

    Daryl aguardó unos segundos esperando a ver aparecer a Kate por alguna parte, alzó su rostro y se puso de puntillas para ver por encima de las cabezas de los muertos. Pero no la veia. Beth tenía razón, tenían que largarse. Si se quedaban allí morirían. Echó a correr con la rubia sin más armas ni protección que su ballesta y el rifle de asalto de Beth.

    -Joder.. -miró un momento atrás al llegar a un agujero en la valla. No veia nada más allá del humo y caminantes. No veia a Rick, no veia a Michonne, ni Maggie… Ni Kate- Hay que irse… -dijo, intentando parecer más entero de lo que realmente se sentía.

    Pero, aunque sus palabras eran de aliento, animando a la joven Greene a seguir adelante, lo cierto era que Daryl no pudo evitar darse la vuelta una vez más esperando ver a Kate llegar corriendo hacia él. Y una parte de sí mismo, en su fuero interno, se sintió tentado de regresar, de liarse a tiros con todo lo que encontrase y de revisar cada centímetro de aquel lugar perdido hasta que encontrara a la morena. Pero sabía que Beth moriría sin él. La chica era dura, pero no estaba acostumbrada a sobrevivir sola ahí afuera.

    Unos cuantos disparos resonaron desde el interior de la prisión, esa que habían dejado atrás hacia varios metros y cuando la voz preocupada de Beth sugirió que, tal vez, se tratase de Maggie, Daryl le impidió regresar.

    -Se acabó -dijo- Corre.

    -Pero… ¡son nuestros amigos! ¡Quizás quede alguien! ¡Rick! ¡Carl! ¡Maggie! ¡Kate! -le espetó Beth intentando regresar, pero Daryl, estático, le agarró del brazo de forma firme.

    -Se acabó. Estamos solos -dijo Daryl, con crudeza.

    Porque si se permitía pensar en todo lo que había perdido aquel día se sentía morir. Porque sabía que había sido culpa suya. Porque había perdido a su familia. Porque la había perdido a ella. No volvería a ver a Kate. A abrazarla. A escucharla reírse con uno de sus comentarios de mierda. La había perdido. Otra vez.


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D #NuevoStarter #TheWalkingDead
    ㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ⤷ㅤ𝑁𝘜𝐸𝘝𝑂 𝑆𝘛𝐴𝘙𝑇𝘌𝑅 ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ [KateBlake] ㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤDespués de aquel día todo fue bien. La relacion de Daryl y Kate volvio a florecer de nuevo, como si aquellos dias distanciados los hubieran hecho mucho más fuertes. Hershel había podido ocuparse de la fea herida en el brazo de Kate. Y, aunque no pudo reconstruir perfectamente el tatuaje de su brazo, lo cierto era que fue un milagro que aquella herida cicatrizara tan bien a pesar de no contar con demasiados avances médicos en aquel lugar. Una vez que Kate estuvo recuperada y Hershel le dio el visto bueno, la ex – sargento y Daryl salían muy a menudo de la prisión en busca del Gobernador. Michonne tambien. A veces iban en equipo, a veces se dividían. En tres meses barrieron todos los pueblos a la redonda en un margen de treinta kilómetros. Pero nunca había pistas. Daryl sabía que Kate no estaba demasiado convencida con aquellas salidas, que lo hacía únicamente por pasar tiempo con él y por “proteger su trasero”. Y entonces, un día, dejaron de salir. Dejaron de querer estar en otro sitio. Dejaron de perder su vida por encontrar a aquel cabrón asesino. Y la vida continuó. Daryl y Kate se asentaron como figuras de confianza para las personas de la prisión: formaban parte del consejo, salían a cazar juntos, hacían juntos las vigilancias. Eran un equipo imparable. Mientras Rick descansaba y se dedicaba a la vida en el campo y a volver a sintonizar consigo mismo, la gente en la prisión salía adelante gracias a la estupenda organización del Consejo. Hershel, Carol, Sasha, Daryl, Glenn, Kate… Todos ellos trabajando como uno solo para el bienestar de todos. Todo se sometía a votación, todo se evaluaba en grupo. Se habían reforzado vallas, las puertas, las entradas… Fueron seis meses de absoluta calma… hasta que llegó el desastre. Un brote de gripe arrasó la prisión llevándose consigo a un tercio de la población de aquella pequeña comunidad, obligando a Daryl, Kate, Bob, Michonne y Tyresse a salir a buscar medicamentos para los enfermos… Cuando regresaron y trataron a los enfermos pareció que lo peor había pasado hasta que… Él regresó. El Gobernador se presentó con más de una veintena de hombres y mujeres armados y un tanque totalmente armado, como pudieron comprobar. Había capturado a Hershel y Michonne y amenazó con matarlos a todos y destruir la prisión si Rick no claudicaba y abandonaban el recinto. El ex – líder trató de hacer entrar en razon al Gobernador pero aquellas palabras de Rick se saldaron con la muerte fría y cruel de Hershel. Y entonces… se desató el horror. Daryl había repartido armas para Beth, Maggie, Carl y Kate. Una mirada le bastó para pedirle de forma silenciosa que tuviera cuidado, que siguiera “el plan”. En cuanto el cuerpo de Hershel cayó al suelo las balas comenzaron a llover por todas partes. El tanque entró en el recinto tirando las vallas. La prisión estaba perdida, ya resultaba del todo inútil… Sin las vallas que contenían a los muertos ese lugar no valía de absolutamente nada. Durante el tiroteo y mientras peleaban en medio de la contienda, Daryl perdió de vista a Kate. Y temió perderla tambien a ella. Igual que habían perdido a Hershel, igual que habían perdido la prisión… Y aquel pensamiento fue el que lo llevó a matar por primera vez a sangre fría. Tras colar una granada de mano dentro del cañón del tanque y alejarse para verlo explotar pudo observar como el artillero salía de este un segundo antes de la explosión. Y allí, de pie frente a un hombre desarmado, Daryl disparó su ballesta. La flecha se clavó en el pecho de aquel tipo y Daryl lo vio caer. No sentía nada. Nada más que rabia y un profundo rencor hacia si mismo por haberse rendido tan pronto. Por haber dejado de buscar… -¡Hay que llevar a los niños al autobús! - Beth llegó corriendo hasta él. Lo agarró del brazo y tiró de este. -Tenemos que irnos… ¿Has visto a Kate? -preguntó, con cierto deje entre destrozado y preocupado en la voz. -Iba detrás de Maggie. Querían sacar a Glenn…-explicó Beth. Daryl tuvo el impulso de correr hacia el interior del pabellón donde sabía que se encontraba Glenn pero un monton de caminantes le cortaron el paso. Daryl aguardó unos segundos esperando a ver aparecer a Kate por alguna parte, alzó su rostro y se puso de puntillas para ver por encima de las cabezas de los muertos. Pero no la veia. Beth tenía razón, tenían que largarse. Si se quedaban allí morirían. Echó a correr con la rubia sin más armas ni protección que su ballesta y el rifle de asalto de Beth. -Joder.. -miró un momento atrás al llegar a un agujero en la valla. No veia nada más allá del humo y caminantes. No veia a Rick, no veia a Michonne, ni Maggie… Ni Kate- Hay que irse… -dijo, intentando parecer más entero de lo que realmente se sentía. Pero, aunque sus palabras eran de aliento, animando a la joven Greene a seguir adelante, lo cierto era que Daryl no pudo evitar darse la vuelta una vez más esperando ver a Kate llegar corriendo hacia él. Y una parte de sí mismo, en su fuero interno, se sintió tentado de regresar, de liarse a tiros con todo lo que encontrase y de revisar cada centímetro de aquel lugar perdido hasta que encontrara a la morena. Pero sabía que Beth moriría sin él. La chica era dura, pero no estaba acostumbrada a sobrevivir sola ahí afuera. Unos cuantos disparos resonaron desde el interior de la prisión, esa que habían dejado atrás hacia varios metros y cuando la voz preocupada de Beth sugirió que, tal vez, se tratase de Maggie, Daryl le impidió regresar. -Se acabó -dijo- Corre. -Pero… ¡son nuestros amigos! ¡Quizás quede alguien! ¡Rick! ¡Carl! ¡Maggie! ¡Kate! -le espetó Beth intentando regresar, pero Daryl, estático, le agarró del brazo de forma firme. -Se acabó. Estamos solos -dijo Daryl, con crudeza. Porque si se permitía pensar en todo lo que había perdido aquel día se sentía morir. Porque sabía que había sido culpa suya. Porque había perdido a su familia. Porque la había perdido a ella. No volvería a ver a Kate. A abrazarla. A escucharla reírse con uno de sus comentarios de mierda. La había perdido. Otra vez. #Personajes3D #3D #Comunidad3D #NuevoStarter #TheWalkingDead
    Tipo
    Grupal
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
    0 turnos 0 maullidos
  • — El muelle es bastante bonito cuando es de noche, ¿No lo crees? Se puede sentir el relajante sonido de las olas. —
    — El muelle es bastante bonito cuando es de noche, ¿No lo crees? Se puede sentir el relajante sonido de las olas. —
    Me encocora
    Me gusta
    7
    10 turnos 0 maullidos
  • Solo es una manzana… roja, brillante, inocente a primera vista, dulce al tocar los labios, hecha para que confíes sin pensar en lo que ocurre después, en cómo la lengua empieza a dormirse, el pulso se vuelve lento y el cuerpo entiende demasiado tarde que algo no encaja.
    Solo es una manzana… roja, brillante, inocente a primera vista, dulce al tocar los labios, hecha para que confíes sin pensar en lo que ocurre después, en cómo la lengua empieza a dormirse, el pulso se vuelve lento y el cuerpo entiende demasiado tarde que algo no encaja.
    Me encocora
    2
    0 turnos 0 maullidos
  • El mar rugía con un ritmo tranquilo cuando la pequeño adulta puercoespín, acurrucaa dentro de un tonel lleno de papas, sintió que el barco se detenía. Apenas escuchó el rechinar de las cuerdas, se incorporó como un resorte y trepó por la escotilla. Sus oscuros ojos grandes y llenos de asombro brillaron al ver una isla desconocida, envuelta por una niebla suave y árboles que parecían susurrarle viento.

    —¡Tierraaa! —dijo con emoción, lanzándose del barco con un gran salto. Rodó al caer en la arena y corrió rapidamente hacia un mundo desconocido.

    Pronto encontró una aldea sencilla, de casas de madera y faroles colgantes. La gente, con sonrisas honestas, la recibieron con calidez.

    —¡Son tan amables conmigo! —decía la dulce y tida mientras giraba sobre sí misma.

    Pero la alegría se rompió de pronto.

    Un sonido rasposo y antinatural emergió del bosque cercano, como si alguien chirriara metal oxidado. Desde entre los árboles aparecieron criaturas horribles: demonios híbridos", retorcidos, con cuerpos intimidantes.

    —¡NOOOO! —gritaron algunos aldeanos, mientras corrían. Otros fueron atrapados, arrastrados por los demonios. Algunos, sin suerte, eran asesinados frente a sus ojos.

    La Puercoespín con púas llenas de caspa tembló y se esconde dentro de un árbol hueco, tapandose los oídos para ignorar los gritos desgarradores de los aldeanos.
    El mar rugía con un ritmo tranquilo cuando la pequeño adulta puercoespín, acurrucaa dentro de un tonel lleno de papas, sintió que el barco se detenía. Apenas escuchó el rechinar de las cuerdas, se incorporó como un resorte y trepó por la escotilla. Sus oscuros ojos grandes y llenos de asombro brillaron al ver una isla desconocida, envuelta por una niebla suave y árboles que parecían susurrarle viento. —¡Tierraaa! —dijo con emoción, lanzándose del barco con un gran salto. Rodó al caer en la arena y corrió rapidamente hacia un mundo desconocido. Pronto encontró una aldea sencilla, de casas de madera y faroles colgantes. La gente, con sonrisas honestas, la recibieron con calidez. —¡Son tan amables conmigo! —decía la dulce y tida mientras giraba sobre sí misma. Pero la alegría se rompió de pronto. Un sonido rasposo y antinatural emergió del bosque cercano, como si alguien chirriara metal oxidado. Desde entre los árboles aparecieron criaturas horribles: demonios híbridos", retorcidos, con cuerpos intimidantes. —¡NOOOO! —gritaron algunos aldeanos, mientras corrían. Otros fueron atrapados, arrastrados por los demonios. Algunos, sin suerte, eran asesinados frente a sus ojos. La Puercoespín con púas llenas de caspa tembló y se esconde dentro de un árbol hueco, tapandose los oídos para ignorar los gritos desgarradores de los aldeanos.
    0 turnos 0 maullidos
Ver más resultados
Patrocinados