La pequeña Gema Roja no podía contener su emoción.
Siempre había sido Maxi quien la llevaba a lugares nuevos, explorando el mundo juntos, pero esta vez era diferente. Ahora, ella sería la guía. Por primera vez, lo llevaría a un lugar que él nunca había visto, un lugar que solo ella conocía. Y además… Maxi sería el primer humano en estar aquí.
—¡Ven, Maxi! ¡Ya casi llegamos! —dijo con entusiasmo, apresurando el paso.
Cuando finalmente alcanzaron su destino, Ruby se detuvo de golpe y extendió los brazos con emoción.
—¡Aquí es, Maxi! ¡Aquí es!
El aire era cálido, casi sofocante. El suelo estaba cubierto de un fino polvo rojizo y las paredes del lugar, altas e imponentes, se extendían a su alrededor como un inmenso cañón artificial. Sin embargo, lo más impactante eran los cientos, quizá miles, de huecos alineados en las paredes. Todos del mismo tamaño. Todos vacíos.
Cada uno de esos espacios había contenido una gema como ella en algún momento. Este era el lugar donde las Rubies nacían, pero ahora estaba completamente abandonado. No había sonidos, no había movimiento. Solo el eco de sus pasos y el viento arrastrando polvo por el suelo.
—¡Maxi, mira! ¡Mira! —exclamó con alegría antes de trepar ágilmente hasta una de las filas superiores.
Sin dudarlo, se deslizó dentro de un hueco en particular. Era pequeño, pero encajaba perfectamente en él, como si siempre hubiera estado hecho solo para ella.
—¡Este es mi hoyo, Maxi! —dijo con orgullo, sonriendo desde su pequeño espacio en la pared—. ¡De aquí fue donde salí!
Sus ojos brillaban de emoción. No había nadie más aquí, ninguna otra Ruby… pero eso no importaba. Porque esta vez, no estaba sola.
Rol con
Maximilian La pequeña Gema Roja no podía contener su emoción.
Siempre había sido Maxi quien la llevaba a lugares nuevos, explorando el mundo juntos, pero esta vez era diferente. Ahora, ella sería la guía. Por primera vez, lo llevaría a un lugar que él nunca había visto, un lugar que solo ella conocía. Y además… Maxi sería el primer humano en estar aquí.
—¡Ven, Maxi! ¡Ya casi llegamos! —dijo con entusiasmo, apresurando el paso.
Cuando finalmente alcanzaron su destino, Ruby se detuvo de golpe y extendió los brazos con emoción.
—¡Aquí es, Maxi! ¡Aquí es!
El aire era cálido, casi sofocante. El suelo estaba cubierto de un fino polvo rojizo y las paredes del lugar, altas e imponentes, se extendían a su alrededor como un inmenso cañón artificial. Sin embargo, lo más impactante eran los cientos, quizá miles, de huecos alineados en las paredes. Todos del mismo tamaño. Todos vacíos.
Cada uno de esos espacios había contenido una gema como ella en algún momento. Este era el lugar donde las Rubies nacían, pero ahora estaba completamente abandonado. No había sonidos, no había movimiento. Solo el eco de sus pasos y el viento arrastrando polvo por el suelo.
—¡Maxi, mira! ¡Mira! —exclamó con alegría antes de trepar ágilmente hasta una de las filas superiores.
Sin dudarlo, se deslizó dentro de un hueco en particular. Era pequeño, pero encajaba perfectamente en él, como si siempre hubiera estado hecho solo para ella.
—¡Este es mi hoyo, Maxi! —dijo con orgullo, sonriendo desde su pequeño espacio en la pared—. ¡De aquí fue donde salí!
Sus ojos brillaban de emoción. No había nadie más aquí, ninguna otra Ruby… pero eso no importaba. Porque esta vez, no estaba sola.
Rol con [Maxi8]