• ♛┈⛧┈┈•༶
    Lunes.
    ༶•┈┈⛧┈♛

    -La verdad es que no te entiendo.

    *Su voz fue la primera en alzarse luego del estruendoso rugir del motor del Pontiac. Luego volvió el silencio, y nuevamente fue cortado por el sonido de sus lentas y firmes pisadas en el verdoso pasto.*

    -Fue tu elección vivir así, por lo que deberías ser más que conciente de que ésta es solo una de las formas en las que podrías morir. Arrepentirte ahora es una tontería.

    *A sus espaldas puede escuchar las melodías a las que más estaba acostumbrado; los frenéticos golpes, los infaltables quejidos, las suplicas insistentes y los sollozos, el detalle más exquisito de todos. No necesitaba verlo para saber que el rostro de esa persona estaba desfigurado por el miedo.

    Lleva la mano al oscuro interior de su saco negro, luego la sacó para revelar que allí escondía un revolver Colt Walker del 46 de 1800. Otra vez el silencio, pero esta vez estaba sazonado por la respiración agitada de aquel al que sus "cachorros" estuvieron moliendo a golpes durante varias horas consecutivas.*

    -Al principio juraba que le robabas por venganza, al tipo que me pagó para matarte. Pero, cuando me enteré de tu razón para insistir tanto en meterte en su casa e ir a sacarle millones en una sola noche...

    *Voltea, allí donde estaba la "presa"; cabello castaño desalineado, culpa del violento trato de los matones que lo rodean y retienen; piel palida, tanto por el miedo y por herencia genética, pintada con manchas de sangre suya; labios cortados por golpes constantes, hematoma en el lado izquierdo del rostro y la nariz fracturada.*

    -¿Una mujer? ¿De verdad?

    *No tenía ni el más mínimo problema en parecer despectivo, y no lo negaría. Cortó la distancia con el muchacho maltrecho, al mismo tiempo que la palma de su mano hacía girar el tambor del revolver.*

    -Tal vez por una madre, tu hermana o algún otro familiar... ¿Pero por amor? Me encantan los riesgos y el azar, pero lo tuyo fue estúpido.

    *El muchacho, el ladrón que fue apaleado hasta ahora, estuvo a nada de responder, un gruñido se le había escapado por el coraje. Pero el sonido de un chasquido, seco y metálico, le había robado las palabras antes de que siquiera pudieran asomarse en la punta de su lengua; Cormac le apuntó con el arma y jaló el gatillo, pero la recamara estaba vacía.*

    -Uno menos. Quedan cinco, quizás.

    *Su comentario se propaga a lo largo del campo, palabras que serían arrastradas por la helada brisa nocturna.

    ...

    *La noche transcurre hasta que el sol comenzó a asomarse desde el horizonte justo a tiempo para presenciar la conclusión del trabajo de Cormac, justo a tiempo para ser recibido por el rugir de un revolver.

    Cormac vuelve a guardar el arma, entre la oscuridad de su saco, mientras camina en dirección al auto, al juez. Los asuntos en ese lugar estaban terminados, por lo que era hora de volver a casa y esperar por una nueva tarea.

    Encendió el motor, estaba preparado para salir. Pero antes de que pudiera hacerlo, alguien subió y se sentó en el asiento del copiloto; un "cachorro", uno de los hombres bajo las ordenes y cuidados de Cormac.*

    -¿En qué momento te dí permiso?

    *Cuestionó el no-muerto, resaltando molestia en su voz de ultratumba. El cachorro lo mira con miedo al principio, pero guardó la calma al recordar que solo se trata de su patrón.*

    -Tengo curiosidad, jefe.
    -¿De qué?
    -¿Qué es usted?

    *El auto comenzó a moverse, giraron las ruedas y en poco tiempo alcanzaron una velocidad vertiginosa. La mirada del piloto cae en el más joven, en el que aún está vivo.*

    -¿Qué soy? Te lo diré; ¿Notas la negrura en mi piel? Es miasma, la peste que emerge de los muertos.
    -¿Es un demonio?
    -No... Yo soy real.

    *El auto alcanza una velocidad mayor, culpa de la presión que él ponía en el acelerador.*

    -Pero es extraño... Mi cuerpo hace cosas, como si aún estuviera vivo.

    *El cachorro yace aferrado al asiento del copiloto, con el corazón latiendo a un ritmo alarmante y con el sudor frío escurriendo por su piel. El miedo le nacía no solo por la velocidad del vehículo, sino del conductor que parecía comerse los pozos y rocas a propósito.*

    -Por ejemplo...

    *Pero él continúa explicando, con una tranquilidad extraña y muy ajena a la molestia anterior. Es como si realmente disfrutara de dar esa "clase".*

    -La verga se me para en ocasiones muy extrañas, como cuando vi anoche a tu mamá.

    *O tal vez solo se estaba conteniendo, retenía la risa que le provocaba esa broma tonta e infantil. El cachorro tuvo sentimientos complicados; tener miedo por la actitud impredecible del no-muerto, o reírse por ese chiste estúpido. Decidir era difícil.*
    ♛┈⛧┈┈•༶ Lunes. ༶•┈┈⛧┈♛ -La verdad es que no te entiendo. *Su voz fue la primera en alzarse luego del estruendoso rugir del motor del Pontiac. Luego volvió el silencio, y nuevamente fue cortado por el sonido de sus lentas y firmes pisadas en el verdoso pasto.* -Fue tu elección vivir así, por lo que deberías ser más que conciente de que ésta es solo una de las formas en las que podrías morir. Arrepentirte ahora es una tontería. *A sus espaldas puede escuchar las melodías a las que más estaba acostumbrado; los frenéticos golpes, los infaltables quejidos, las suplicas insistentes y los sollozos, el detalle más exquisito de todos. No necesitaba verlo para saber que el rostro de esa persona estaba desfigurado por el miedo. Lleva la mano al oscuro interior de su saco negro, luego la sacó para revelar que allí escondía un revolver Colt Walker del 46 de 1800. Otra vez el silencio, pero esta vez estaba sazonado por la respiración agitada de aquel al que sus "cachorros" estuvieron moliendo a golpes durante varias horas consecutivas.* -Al principio juraba que le robabas por venganza, al tipo que me pagó para matarte. Pero, cuando me enteré de tu razón para insistir tanto en meterte en su casa e ir a sacarle millones en una sola noche... *Voltea, allí donde estaba la "presa"; cabello castaño desalineado, culpa del violento trato de los matones que lo rodean y retienen; piel palida, tanto por el miedo y por herencia genética, pintada con manchas de sangre suya; labios cortados por golpes constantes, hematoma en el lado izquierdo del rostro y la nariz fracturada.* -¿Una mujer? ¿De verdad? *No tenía ni el más mínimo problema en parecer despectivo, y no lo negaría. Cortó la distancia con el muchacho maltrecho, al mismo tiempo que la palma de su mano hacía girar el tambor del revolver.* -Tal vez por una madre, tu hermana o algún otro familiar... ¿Pero por amor? Me encantan los riesgos y el azar, pero lo tuyo fue estúpido. *El muchacho, el ladrón que fue apaleado hasta ahora, estuvo a nada de responder, un gruñido se le había escapado por el coraje. Pero el sonido de un chasquido, seco y metálico, le había robado las palabras antes de que siquiera pudieran asomarse en la punta de su lengua; Cormac le apuntó con el arma y jaló el gatillo, pero la recamara estaba vacía.* -Uno menos. Quedan cinco, quizás. *Su comentario se propaga a lo largo del campo, palabras que serían arrastradas por la helada brisa nocturna. ... *La noche transcurre hasta que el sol comenzó a asomarse desde el horizonte justo a tiempo para presenciar la conclusión del trabajo de Cormac, justo a tiempo para ser recibido por el rugir de un revolver. Cormac vuelve a guardar el arma, entre la oscuridad de su saco, mientras camina en dirección al auto, al juez. Los asuntos en ese lugar estaban terminados, por lo que era hora de volver a casa y esperar por una nueva tarea. Encendió el motor, estaba preparado para salir. Pero antes de que pudiera hacerlo, alguien subió y se sentó en el asiento del copiloto; un "cachorro", uno de los hombres bajo las ordenes y cuidados de Cormac.* -¿En qué momento te dí permiso? *Cuestionó el no-muerto, resaltando molestia en su voz de ultratumba. El cachorro lo mira con miedo al principio, pero guardó la calma al recordar que solo se trata de su patrón.* -Tengo curiosidad, jefe. -¿De qué? -¿Qué es usted? *El auto comenzó a moverse, giraron las ruedas y en poco tiempo alcanzaron una velocidad vertiginosa. La mirada del piloto cae en el más joven, en el que aún está vivo.* -¿Qué soy? Te lo diré; ¿Notas la negrura en mi piel? Es miasma, la peste que emerge de los muertos. -¿Es un demonio? -No... Yo soy real. *El auto alcanza una velocidad mayor, culpa de la presión que él ponía en el acelerador.* -Pero es extraño... Mi cuerpo hace cosas, como si aún estuviera vivo. *El cachorro yace aferrado al asiento del copiloto, con el corazón latiendo a un ritmo alarmante y con el sudor frío escurriendo por su piel. El miedo le nacía no solo por la velocidad del vehículo, sino del conductor que parecía comerse los pozos y rocas a propósito.* -Por ejemplo... *Pero él continúa explicando, con una tranquilidad extraña y muy ajena a la molestia anterior. Es como si realmente disfrutara de dar esa "clase".* -La verga se me para en ocasiones muy extrañas, como cuando vi anoche a tu mamá. *O tal vez solo se estaba conteniendo, retenía la risa que le provocaba esa broma tonta e infantil. El cachorro tuvo sentimientos complicados; tener miedo por la actitud impredecible del no-muerto, o reírse por ese chiste estúpido. Decidir era difícil.*
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  • https://vm.tiktok.com/ZMBQULj9a/
    Yo: si yo queria ser esa mujer la madre de tus...
    Lobo: auuuu
    Yo: cállese pinche lobo pendejo. (?)

    -Y se fue cantando. -
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  • Todo es rojo.

    No por la sangre, aún, sino por la lámpara encendida del estudio, filtrando su luz sobre las paredes como si el infierno respirara desde ahí dentro. Matthew está de pie, con los zapatos empapados. ¿Agua? ¿Sangre? No lo sabe. La alfombra está húmeda y el silencio es tan espeso que casi ahoga.

    Ve a su padre al fondo del cuarto. Lo mismo de siempre: copa en mano, cigarro encendido, sombra alargada. Pero en esta pesadilla, su figura es más grande, más oscura, como si ocupara todo el espacio. Su voz no suena normal. Resuena dentro de su cráneo.

    —Sigues teniendo la cara de ella...

    Matthew tiembla. Tiene 16 años otra vez. Más flaco. Más callado. Más asustado.

    —Esa cara mestiza, sucia —gruñe su padre, girándose para enfrentarlo—. Esa maldita mirada rasgada que me recuerda que cometí el peor error de mi vida.

    Las palabras se clavan como cuchillas. Matthew retrocede, pero sus pies no se mueven. El suelo lo traga.

    —¿Sabes lo que eras para mí? —escupe su padre, acercándose paso a paso—. Un trato. Una alianza. Una carga con ojos oscuros que siempre lloraba en las noches. Ni siquiera sabes pelear como un verdadero británico. Llevas la debilidad de tu madre en cada maldito gesto.

    El estudio cambia. Las paredes gotean. Las botellas se rompen solas.

    Matthew intenta hablar. No puede.

    Su padre sonríe. Esa sonrisa.

    —¿Te conté cómo la maté? Cómo me rogó por ti, incluso sabiendo que eras una decepción. Me miró como si aún creyera que podías salvarte. Patética hasta el último segundo.

    Y entonces Matthew ve el rostro de su madre, borroso, como en una fotografía que se moja con la lluvia. Ve su cabello oscuro, su voz suave que apenas susurra: "Corre, Matthew..."

    Bang.

    Un disparo. De la nada.

    Pero el arma está en su mano. Pesada. Cálida.

    Su padre cae. Pero no muere. Lo mira desde el suelo, sangrando y sonriendo.

    —Eres igual a mí.

    Matthew grita.

    Se despierta de golpe.
    Todo es rojo. No por la sangre, aún, sino por la lámpara encendida del estudio, filtrando su luz sobre las paredes como si el infierno respirara desde ahí dentro. Matthew está de pie, con los zapatos empapados. ¿Agua? ¿Sangre? No lo sabe. La alfombra está húmeda y el silencio es tan espeso que casi ahoga. Ve a su padre al fondo del cuarto. Lo mismo de siempre: copa en mano, cigarro encendido, sombra alargada. Pero en esta pesadilla, su figura es más grande, más oscura, como si ocupara todo el espacio. Su voz no suena normal. Resuena dentro de su cráneo. —Sigues teniendo la cara de ella... Matthew tiembla. Tiene 16 años otra vez. Más flaco. Más callado. Más asustado. —Esa cara mestiza, sucia —gruñe su padre, girándose para enfrentarlo—. Esa maldita mirada rasgada que me recuerda que cometí el peor error de mi vida. Las palabras se clavan como cuchillas. Matthew retrocede, pero sus pies no se mueven. El suelo lo traga. —¿Sabes lo que eras para mí? —escupe su padre, acercándose paso a paso—. Un trato. Una alianza. Una carga con ojos oscuros que siempre lloraba en las noches. Ni siquiera sabes pelear como un verdadero británico. Llevas la debilidad de tu madre en cada maldito gesto. El estudio cambia. Las paredes gotean. Las botellas se rompen solas. Matthew intenta hablar. No puede. Su padre sonríe. Esa sonrisa. —¿Te conté cómo la maté? Cómo me rogó por ti, incluso sabiendo que eras una decepción. Me miró como si aún creyera que podías salvarte. Patética hasta el último segundo. Y entonces Matthew ve el rostro de su madre, borroso, como en una fotografía que se moja con la lluvia. Ve su cabello oscuro, su voz suave que apenas susurra: "Corre, Matthew..." Bang. Un disparo. De la nada. Pero el arma está en su mano. Pesada. Cálida. Su padre cae. Pero no muere. Lo mira desde el suelo, sangrando y sonriendo. —Eres igual a mí. Matthew grita. Se despierta de golpe.
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  • Es agradable saber que poco a poco se aparece mi familia, solo faltaría ella, pero... no si se quiera venir, ella fue como mi madre....
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Sigue tu camino que sin ti me va mejor
    Ahora tengo a otras que me lo hacen mejor.

    Tú lo sabes ya que yo no fumo regular (no)
    Traje una onza de kush y a tu amiga la puse a enrolar
    Me dijo que tú le contaste y que quiere probar
    Que te pasas hablando de mí y que no me puedes superar

    No me dediques estados en Facebook porque no los leo
    Ni me tires por Snapchat, lo tuyo yo nunca lo veo
    Tú me hiciste peor, y del amor ateo
    Me cago en tu madre y en la de cupido
    A los dos yo les saco el dedo
    Sigue tu camino que sin ti me va mejor Ahora tengo a otras que me lo hacen mejor. Tú lo sabes ya que yo no fumo regular (no) Traje una onza de kush y a tu amiga la puse a enrolar Me dijo que tú le contaste y que quiere probar Que te pasas hablando de mí y que no me puedes superar No me dediques estados en Facebook porque no los leo Ni me tires por Snapchat, lo tuyo yo nunca lo veo Tú me hiciste peor, y del amor ateo Me cago en tu madre y en la de cupido A los dos yo les saco el dedo
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  • ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ「 燻煙 | "𝐌𝐞 𝐚𝐫𝐝𝐢ó 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐯𝐚𝐥𝐢ó" 」

    ㅤLa terraza tenía un aura pintoresca. El azul del cielo se peleaba con el amarillo profundo y naranja del atardecer. La carne chilló sobre la parrilla cuando Bobby le dio la vuelta y el olor le hizo rugir el estómago, en su lugar bebió mas del vino tinto que tenía en la otra mano.

    ♫♬𝙈𝙚𝙙𝙞𝙘𝙖𝙩𝙞𝙤𝙣♪♩ ✫https://youtu.be/jKHW44ZwD-Q

    ㅤPor la bocina sonó la voz aguda de Damian Marley y Bobby soltó un largo "oohhh~" acompañado de una risa descarada y animada, ya sabía lo que significaba. Tuvo que dejar de lado las pinzas y el vino tinto y su destino inmediato fue la mesa de centro.

    —Just be patient~♬

    Cantó agarrando el bong y acomodó una buena cantidad de hierba en el bowl.

    —I love you Mary Jane!♬

    ㅤBobby coreó sonriente la letra antes de poner el tubo en sus labios y le dio fuego a la hierba. Inhaló profundamente provocando burbujas en el agua y el pecho se le infló, Bobby parecía un dragón cuando expulsó el humo pero subestimó el poder de sus pulmones porque lo siguiente que sintió fue una tos tan violenta que le nubló los ojos de lágrimas. El muchacho tuvo que golpearse el pecho con su mano libre.

    —¡Hijo de su... —Tosió y tosió y tosió.

    ㅤSe quedó un momento ahí tratando de aliviarse el ardor en la garganta y secándose las lágrimas que se le habían salido.

    —...Puta madre! —Terminó de maldecir. Luego, con una sonrisa satisfecha y los ojos pequeños -más que de costumbre-, regresó de nuevo a su copa de vino y le dio un trago lento.

    ♫♬𝙇𝙚𝙫𝙞𝙩𝙖𝙩𝙞𝙤𝙣♪♩ entonaba Marley.

    —Ahora sí estamos en sintonía —Murmuró como si le hablara al cantante, dejando que la música lo envolviera cantando la canción y volvió su atención a la parrilla. Esa carne tenía los minutos contados.
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ「 燻煙 | "𝐌𝐞 𝐚𝐫𝐝𝐢ó 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐯𝐚𝐥𝐢ó" 」 ㅤLa terraza tenía un aura pintoresca. El azul del cielo se peleaba con el amarillo profundo y naranja del atardecer. La carne chilló sobre la parrilla cuando Bobby le dio la vuelta y el olor le hizo rugir el estómago, en su lugar bebió mas del vino tinto que tenía en la otra mano. ♫♬𝙈𝙚𝙙𝙞𝙘𝙖𝙩𝙞𝙤𝙣♪♩ ✫https://youtu.be/jKHW44ZwD-Q ㅤPor la bocina sonó la voz aguda de Damian Marley y Bobby soltó un largo "oohhh~" acompañado de una risa descarada y animada, ya sabía lo que significaba. Tuvo que dejar de lado las pinzas y el vino tinto y su destino inmediato fue la mesa de centro. —Just be patient~♬ Cantó agarrando el bong y acomodó una buena cantidad de hierba en el bowl. —I love you Mary Jane!♬ ㅤBobby coreó sonriente la letra antes de poner el tubo en sus labios y le dio fuego a la hierba. Inhaló profundamente provocando burbujas en el agua y el pecho se le infló, Bobby parecía un dragón cuando expulsó el humo pero subestimó el poder de sus pulmones porque lo siguiente que sintió fue una tos tan violenta que le nubló los ojos de lágrimas. El muchacho tuvo que golpearse el pecho con su mano libre. —¡Hijo de su... —Tosió y tosió y tosió. ㅤSe quedó un momento ahí tratando de aliviarse el ardor en la garganta y secándose las lágrimas que se le habían salido. —...Puta madre! —Terminó de maldecir. Luego, con una sonrisa satisfecha y los ojos pequeños -más que de costumbre-, regresó de nuevo a su copa de vino y le dio un trago lento. ♫♬𝙇𝙚𝙫𝙞𝙩𝙖𝙩𝙞𝙤𝙣♪♩ entonaba Marley. —Ahora sí estamos en sintonía —Murmuró como si le hablara al cantante, dejando que la música lo envolviera cantando la canción y volvió su atención a la parrilla. Esa carne tenía los minutos contados.
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  • Día de cita
    Fandom Free rol
    Categoría Romance
    Anne Halliwell

    Hice la reserva hace una semana, después de la cena familiar.
    Ayer fui a la tintorería a por el traje, lo compré hace poco y es la primera vez que lo estreno.

    Conduje desde mi casa hasta el edificio Kirijo, donde mi novia sigue hospedándose en casa de su amiga.
    Todavía no ha encontrado un apartamento que se pueda permitir, no me dijo el motivo por el cual se fue de casa pero conociendo a su madre lo entiendo perfectamente.

    Acabo de llegar, ¿subo?
    [Featherington_cx] Hice la reserva hace una semana, después de la cena familiar. Ayer fui a la tintorería a por el traje, lo compré hace poco y es la primera vez que lo estreno. Conduje desde mi casa hasta el edificio Kirijo, donde mi novia sigue hospedándose en casa de su amiga. Todavía no ha encontrado un apartamento que se pueda permitir, no me dijo el motivo por el cual se fue de casa pero conociendo a su madre lo entiendo perfectamente. 💬Acabo de llegar, ¿subo?
    Tipo
    Individual
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    Cualquier línea
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    Disponible
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  • Miyo: Y con mi madre cerca nunca más me sentiré solo :3. Y a que me veo re genial con esto, verdad? >:D

    (Exhibe el reloj que ॐ Polaris Lᵒʳⁿᵃ ᴰᵃⁿᵉ le regaló posando con agresividad)
    Miyo: Y con mi madre cerca nunca más me sentiré solo :3. Y a que me veo re genial con esto, verdad? >:D (Exhibe el reloj que [s1lfide] le regaló posando con agresividad)
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  • Hiro: Gracias mamá, pero de nada me serviria el atrapasueños en comparación a toda tu protección y tu amor. Jamás esperé encontrar a una madre aqui y aqui te tengo y siempre te tendré :"""3

    (Abraza con fuerza a su madre Anillo ᴱᶰᵗᶤᵈᵃᵈ ᶜᵒ́ˢᵐᶤᶜᵃ ᵈᵉˡ ᴬᵐᵒʳ, se emociona un poco)
    Hiro: Gracias mamá, pero de nada me serviria el atrapasueños en comparación a toda tu protección y tu amor. Jamás esperé encontrar a una madre aqui y aqui te tengo y siempre te tendré :"""3 (Abraza con fuerza a su madre [An0uk], se emociona un poco)
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  • Siempre empezaba y terminaba todo con un punzar en su sien y el sonido de risas. Risas que parecían provenir de ningún sitio y de todos lados al mismo tiempo.

    Xi despertó. ¿Cuántos días había estado "durmiendo"? No era lo que estaba haciendo, pero no había una forma más adecuada de llamarle. Y ahora, como siempre, a lidiar con las consecuencias de sus "invitados".

    — Lo siento, jefe, yo... sí, sí... mi madre de nuevo, ya sabe, su condición no mejora y... ¿C-Cuatro días...? Digo, sí, perdón por desaparecer cuatro días. Lo repondré con tiempo extra, lo prometo...
    Siempre empezaba y terminaba todo con un punzar en su sien y el sonido de risas. Risas que parecían provenir de ningún sitio y de todos lados al mismo tiempo. Xi despertó. ¿Cuántos días había estado "durmiendo"? No era lo que estaba haciendo, pero no había una forma más adecuada de llamarle. Y ahora, como siempre, a lidiar con las consecuencias de sus "invitados". — Lo siento, jefe, yo... sí, sí... mi madre de nuevo, ya sabe, su condición no mejora y... ¿C-Cuatro días...? Digo, sí, perdón por desaparecer cuatro días. Lo repondré con tiempo extra, lo prometo...
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