༒☬𝐈𝐒 𝐂𝐎𝐌𝐈𝐍𝐆☬༒
── 𝐕𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐩𝐞𝐪𝐮𝐞ñ𝐨, 𝐯𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐚 𝐝𝐨𝐦𝐢𝐧𝐚𝐫 𝐞𝐥 𝐦𝐮𝐧𝐝𝐨. ──
Kiev observaba con desinterés el jet privado que estaba a punto de abordar. El destino era claro: Rusia. El aire fresco rozaba su rostro helado mientras su mirada se perdía en el cielo, algo ausente.
Entonces sintió algo junto a sus pies. Se giró lentamente, solo para encontrar al pequeño perro ahí, ese cachorro que había encontrado en la mansión. Supuestamente era su mascota, aunque aún no entendía cómo era posible que aquel animal no creciera considerando el tiempo en que se le dijo que habia estado. Había llamado a un veterinario, pero su salud estaba completamente normal, no se sabia su raza, pero aun así se lo quedó.
Miro al cachorro unos segundos aun extrañado, lo tomó entre sus manos, con cuidado de no arrugar el traje hecho a medida, el que habia mandado hacer a medida, algo que no solia hacer, pero lo vio necesario.
Fue entonces cuando uno de sus hombres se acercó con un par de guantes de cuero negro.
—Señor, aquí tiene. —Marcos extendió el par de guantes hacia él.
Kiev dejó al cachorro en brazos de su asistente antes de tomar los guantes. Comenzó a colocárselos uno por uno, pero al hacerlo, notó un pequeño bulto en uno de ellos: el anillo seguía ahí, persistente.
—Una vez que llegue, Iván te lo informará. Encárgate del resto. Y no te olvides de llevarme el informe. Para cuando llegues, quiero todo listo. —murmuró el ruso, tomando nuevamente al cachorro.
—Entendido. Pero… ¿era necesario llevarse al cachorro? Puede quedarse con nosotros —sugirió el asistente.
Kiev lo miró con una ceja alzada, como si acabara de ofenderlo gravemente.
—Es mío. Lo cuidaré yo. No seas metido. — Con tranquilidad dejo al pequeño cachorro en el suelo, quien un movia la cola animado. — Nos vemos, Marcos. Y no olvides informar de mi partida a esas personas —sentenció, con tono seco.
Dos hombres se acercaron y lo escoltaron. Kiev comenzó a caminar hacia el jet. El pequeño cachorro trotaban a su lado, siguiendo sus pasos hacia el futuro que lo esperaba.
Moscú.
La sede principal de la Mafia Roja.
II Paso a informar que ya me pondré al día con los roles. Tuve un pequeño incidente con una respuesta larga de 7 párrafos que estaba escribiendo para responder, pero se me terminó borrando, y el User entró en depresión, ¿?. Contestare de a poco en poco.
── 𝐕𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐩𝐞𝐪𝐮𝐞ñ𝐨, 𝐯𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐚 𝐝𝐨𝐦𝐢𝐧𝐚𝐫 𝐞𝐥 𝐦𝐮𝐧𝐝𝐨. ──
Kiev observaba con desinterés el jet privado que estaba a punto de abordar. El destino era claro: Rusia. El aire fresco rozaba su rostro helado mientras su mirada se perdía en el cielo, algo ausente.
Entonces sintió algo junto a sus pies. Se giró lentamente, solo para encontrar al pequeño perro ahí, ese cachorro que había encontrado en la mansión. Supuestamente era su mascota, aunque aún no entendía cómo era posible que aquel animal no creciera considerando el tiempo en que se le dijo que habia estado. Había llamado a un veterinario, pero su salud estaba completamente normal, no se sabia su raza, pero aun así se lo quedó.
Miro al cachorro unos segundos aun extrañado, lo tomó entre sus manos, con cuidado de no arrugar el traje hecho a medida, el que habia mandado hacer a medida, algo que no solia hacer, pero lo vio necesario.
Fue entonces cuando uno de sus hombres se acercó con un par de guantes de cuero negro.
—Señor, aquí tiene. —Marcos extendió el par de guantes hacia él.
Kiev dejó al cachorro en brazos de su asistente antes de tomar los guantes. Comenzó a colocárselos uno por uno, pero al hacerlo, notó un pequeño bulto en uno de ellos: el anillo seguía ahí, persistente.
—Una vez que llegue, Iván te lo informará. Encárgate del resto. Y no te olvides de llevarme el informe. Para cuando llegues, quiero todo listo. —murmuró el ruso, tomando nuevamente al cachorro.
—Entendido. Pero… ¿era necesario llevarse al cachorro? Puede quedarse con nosotros —sugirió el asistente.
Kiev lo miró con una ceja alzada, como si acabara de ofenderlo gravemente.
—Es mío. Lo cuidaré yo. No seas metido. — Con tranquilidad dejo al pequeño cachorro en el suelo, quien un movia la cola animado. — Nos vemos, Marcos. Y no olvides informar de mi partida a esas personas —sentenció, con tono seco.
Dos hombres se acercaron y lo escoltaron. Kiev comenzó a caminar hacia el jet. El pequeño cachorro trotaban a su lado, siguiendo sus pasos hacia el futuro que lo esperaba.
Moscú.
La sede principal de la Mafia Roja.
II Paso a informar que ya me pondré al día con los roles. Tuve un pequeño incidente con una respuesta larga de 7 párrafos que estaba escribiendo para responder, pero se me terminó borrando, y el User entró en depresión, ¿?. Contestare de a poco en poco.
༒☬𝐈𝐒 𝐂𝐎𝐌𝐈𝐍𝐆☬༒
── 𝐕𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐩𝐞𝐪𝐮𝐞ñ𝐨, 𝐯𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐚 𝐝𝐨𝐦𝐢𝐧𝐚𝐫 𝐞𝐥 𝐦𝐮𝐧𝐝𝐨. ──
Kiev observaba con desinterés el jet privado que estaba a punto de abordar. El destino era claro: Rusia. El aire fresco rozaba su rostro helado mientras su mirada se perdía en el cielo, algo ausente.
Entonces sintió algo junto a sus pies. Se giró lentamente, solo para encontrar al pequeño perro ahí, ese cachorro que había encontrado en la mansión. Supuestamente era su mascota, aunque aún no entendía cómo era posible que aquel animal no creciera considerando el tiempo en que se le dijo que habia estado. Había llamado a un veterinario, pero su salud estaba completamente normal, no se sabia su raza, pero aun así se lo quedó.
Miro al cachorro unos segundos aun extrañado, lo tomó entre sus manos, con cuidado de no arrugar el traje hecho a medida, el que habia mandado hacer a medida, algo que no solia hacer, pero lo vio necesario.
Fue entonces cuando uno de sus hombres se acercó con un par de guantes de cuero negro.
—Señor, aquí tiene. —Marcos extendió el par de guantes hacia él.
Kiev dejó al cachorro en brazos de su asistente antes de tomar los guantes. Comenzó a colocárselos uno por uno, pero al hacerlo, notó un pequeño bulto en uno de ellos: el anillo seguía ahí, persistente.
—Una vez que llegue, Iván te lo informará. Encárgate del resto. Y no te olvides de llevarme el informe. Para cuando llegues, quiero todo listo. —murmuró el ruso, tomando nuevamente al cachorro.
—Entendido. Pero… ¿era necesario llevarse al cachorro? Puede quedarse con nosotros —sugirió el asistente.
Kiev lo miró con una ceja alzada, como si acabara de ofenderlo gravemente.
—Es mío. Lo cuidaré yo. No seas metido. — Con tranquilidad dejo al pequeño cachorro en el suelo, quien un movia la cola animado. — Nos vemos, Marcos. Y no olvides informar de mi partida a esas personas —sentenció, con tono seco.
Dos hombres se acercaron y lo escoltaron. Kiev comenzó a caminar hacia el jet. El pequeño cachorro trotaban a su lado, siguiendo sus pasos hacia el futuro que lo esperaba.
Moscú.
La sede principal de la Mafia Roja.
II Paso a informar que ya me pondré al día con los roles. Tuve un pequeño incidente con una respuesta larga de 7 párrafos que estaba escribiendo para responder, pero se me terminó borrando, y el User entró en depresión, ¿?. Contestare de a poco en poco.

