• Si había algo que aterraba a Okiko, era hablar sobre su persona, reconocía que si alguien se enteraba de más información sobre ella, comprenderían el por qué de sus acciones.
    Aquel enorme "No deseo que sufras como yo lo hice"
    "No quiero que te rompan como me rompieron a mi"
    "No deberías pasar hambre, frío y abandono como yo"

    Por eso, inclusive cuando rechazan su apoyo, Okiko insiste una y otra vez.
    Si había algo que aterraba a Okiko, era hablar sobre su persona, reconocía que si alguien se enteraba de más información sobre ella, comprenderían el por qué de sus acciones. Aquel enorme "No deseo que sufras como yo lo hice" "No quiero que te rompan como me rompieron a mi" "No deberías pasar hambre, frío y abandono como yo" Por eso, inclusive cuando rechazan su apoyo, Okiko insiste una y otra vez.
    Me entristece
    Me encocora
    5
    4 turnos 0 maullidos
  • "`𝑊𝑒 𝑎𝑟𝑒 𝑎𝑙𝑙 𝑠𝑡𝑜𝑟𝑖𝑒𝑠 𝑖𝑛 𝑡ℎ𝑒 𝑒𝑛𝑑, 𝑗𝑢𝑠𝑡 𝑚𝑎𝑘𝑒 𝑖𝑡 𝑎 𝑔𝑜𝑜𝑑 𝑜𝑛𝑒"
    𝗗𝗔𝗬𝗦 𝗢𝗙 𝗧𝗛𝗘 𝗙𝗨𝗧𝗨𝗥𝗘 𝗣𝗔𝗦𝗧

    ✩₊˚.⋆☾⋆⁺₊✧ ✩₊˚.⋆☾⋆⁺₊✧

    — La primera vez que tuve constancia de quien era, o de que era, fue a los seis años. Apenas sabía de mi historia familiar: mi madre estaba sola, criándome con ayuda de mis abuelos. Los cuatro vivíamos tranquilamente en Sankt Gilgen (Austria), al abrigo de una comunidad profundamente católica y tradicional. Era una niña como otra cualquiera: iba al colegio, jugaba con mis amigos, disfrutaba de los pequeños momentos familiares y estaba feliz con mi vida.

    Estas cosas se desencadenan porque si, no hay un motivo que lo justifique. Me encontraba jugando en mi habitación, sola. Mis abuelos habían salido, mamá y yo estábamos solas.

    Todo pasó de manera difusa, en un gritito de cría asustada: mi madre me encontró levitando en el aire, frente al espejo, mientras mis manos hacían movimientos raros, como si estuviera amasando.

    No, no era una posesión, no pienses mal. Aquel hecho trajo consigo una historia por parte de mi madre que se ha ido repitiendo con el paso de los años: yo era especial, distinta. Era la hija del famoso científico Brian Xavier, el cual había desaparecido de su vida una vez supo de la existencia de una hija desconocida. Lo del tema de mis podres era otra cosa.

    Saber que era diferente, que podía hacer cosas casi mágicas, me convertía en algo único. Crecer y ocultar mis dones fue algo complicado, no podía revelar al mundo lo que era. Llegué a pensar en que era algo malo, pero cuando me fui informando de otras personas como yo, de que no estaba sola en el mundo, eso me dio fuerzas para seguir perfeccionando mi habilidad.

    Conocer el primer amor, a la primera persona que era igual que yo, alguien distinto, que te rompan el corazón. Descubrir que tenía un hermano, buscarlo por todas partes hasta encontrarlo, volverlo a perder. Crecer personal y profesionalmente, convertirme en profesora, ayudar a los niños que lo necesitan. Pasar por una invasión extraterrestre, descubrir que existe gente más allá de los universos que tiene diversas capacidades. Soñar con ser como ellos. Defender lo que eres. Tratar de encontrar a tus amigos. Intentar encajar en el mundo.

    La vida no es fácil. Las historias son diversas. Pero todos podemos hacer buenas historias, encontrarnos y darnos una identidad.

    Cruzar las estrellas. Crear aventuras. Pelear por tu mundo, por tu vida. Estar orgulloso de lo que eres.

    Mi nombre es Nia Xavier. Y mi historia todavía no ha terminado. —
    "`𝑊𝑒 𝑎𝑟𝑒 𝑎𝑙𝑙 𝑠𝑡𝑜𝑟𝑖𝑒𝑠 𝑖𝑛 𝑡ℎ𝑒 𝑒𝑛𝑑, 𝑗𝑢𝑠𝑡 𝑚𝑎𝑘𝑒 𝑖𝑡 𝑎 𝑔𝑜𝑜𝑑 𝑜𝑛𝑒" 𝗗𝗔𝗬𝗦 𝗢𝗙 𝗧𝗛𝗘 𝗙𝗨𝗧𝗨𝗥𝗘 𝗣𝗔𝗦𝗧 ✩₊˚.⋆☾⋆⁺₊✧ ✩₊˚.⋆☾⋆⁺₊✧ — La primera vez que tuve constancia de quien era, o de que era, fue a los seis años. Apenas sabía de mi historia familiar: mi madre estaba sola, criándome con ayuda de mis abuelos. Los cuatro vivíamos tranquilamente en Sankt Gilgen (Austria), al abrigo de una comunidad profundamente católica y tradicional. Era una niña como otra cualquiera: iba al colegio, jugaba con mis amigos, disfrutaba de los pequeños momentos familiares y estaba feliz con mi vida. Estas cosas se desencadenan porque si, no hay un motivo que lo justifique. Me encontraba jugando en mi habitación, sola. Mis abuelos habían salido, mamá y yo estábamos solas. Todo pasó de manera difusa, en un gritito de cría asustada: mi madre me encontró levitando en el aire, frente al espejo, mientras mis manos hacían movimientos raros, como si estuviera amasando. No, no era una posesión, no pienses mal. Aquel hecho trajo consigo una historia por parte de mi madre que se ha ido repitiendo con el paso de los años: yo era especial, distinta. Era la hija del famoso científico Brian Xavier, el cual había desaparecido de su vida una vez supo de la existencia de una hija desconocida. Lo del tema de mis podres era otra cosa. Saber que era diferente, que podía hacer cosas casi mágicas, me convertía en algo único. Crecer y ocultar mis dones fue algo complicado, no podía revelar al mundo lo que era. Llegué a pensar en que era algo malo, pero cuando me fui informando de otras personas como yo, de que no estaba sola en el mundo, eso me dio fuerzas para seguir perfeccionando mi habilidad. Conocer el primer amor, a la primera persona que era igual que yo, alguien distinto, que te rompan el corazón. Descubrir que tenía un hermano, buscarlo por todas partes hasta encontrarlo, volverlo a perder. Crecer personal y profesionalmente, convertirme en profesora, ayudar a los niños que lo necesitan. Pasar por una invasión extraterrestre, descubrir que existe gente más allá de los universos que tiene diversas capacidades. Soñar con ser como ellos. Defender lo que eres. Tratar de encontrar a tus amigos. Intentar encajar en el mundo. La vida no es fácil. Las historias son diversas. Pero todos podemos hacer buenas historias, encontrarnos y darnos una identidad. Cruzar las estrellas. Crear aventuras. Pelear por tu mundo, por tu vida. Estar orgulloso de lo que eres. Mi nombre es Nia Xavier. Y mi historia todavía no ha terminado. —
    Me gusta
    Me encocora
    5
    0 turnos 0 maullidos
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    https://www.wattpad.com/story/218319702?utm_source=android&utm_medium=link&utm_content=story_info&wp_page=story_details_button&wp_uname=YuiKirishima2

    Creepypasta escrito por us
    https://www.wattpad.com/story/218319702?utm_source=android&utm_medium=link&utm_content=story_info&wp_page=story_details_button&wp_uname=YuiKirishima2 Creepypasta escrito por us
    (Creepypasta) Perfil Maldito - Yui Kirishima - Wattpad
    Ella sólo quería más amigos, no imagino que eso sería su sentencia de muerte
    0 comentarios 0 compartidos
  • —Ah, ya veo. Entonces ha venido a informarme que va a bajar de peso mágicamente con resultados inmediatos sin cambiar su dieta ni mover un músculo. Fascinante enfoque científico. Cuénteme más.
    #undianormalenconsultorio
    —Ah, ya veo. Entonces ha venido a informarme que va a bajar de peso mágicamente con resultados inmediatos sin cambiar su dieta ni mover un músculo. Fascinante enfoque científico. Cuénteme más. #undianormalenconsultorio
    Me gusta
    Me shockea
    2
    14 turnos 0 maullidos
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    ─" Go away..." ─ Introducing himself.


    [>Buenas a todxs, es un gusto traer a Eth aquí, espero que su forma de ser no perjudique su oportunidad de crear vínculos interesantes y porque no divertirse un rato. Por mi parte soy un aficionado pero realizo rol escrito desde hace ya unos buenos años por lo que estoy abierto a todo tipo de historias.

    Próximamente tendré listo algo de información para lxs curiosxs. (?).]
    ─" Go away..." ─ Introducing himself. [>Buenas a todxs, es un gusto traer a Eth aquí, espero que su forma de ser no perjudique su oportunidad de crear vínculos interesantes y porque no divertirse un rato. Por mi parte soy un aficionado pero realizo rol escrito desde hace ya unos buenos años por lo que estoy abierto a todo tipo de historias. Próximamente tendré listo algo de información para lxs curiosxs. (?).]
    Me gusta
    4
    7 comentarios 0 compartidos
  • 📍Park Elite Models- Despacho de La Musa Perversa
    Fandom OC
    Categoría Original
    21:42 p.m.
    Starter abierto – Puedes ser modelo, criminal, aliado, rival, oficial de la ley…o simplemente alguien que entró donde no debía.

    El mármol blanco reflejaba la ciudad como una joya fría desde las ventanas sin cortinas. En el centro de la sala, La Musa Perversa estaba sentada con una pierna cruzada, el vestido negro ceñido como una promesa peligrosa, y una copa de vino apenas tocada sobre la mesa de cristal.

    No había música. Solo el leve susurro de documentos al deslizarse entre sus dedos enguantados.
    Una carpeta roja quedó sobre la mesa. No se abrió. Solo se dejó ver.
    El sello en la portada: un tigre estilizado… blanco, sin pupilas.

    —Llegas tarde —dijo sin levantar la vista, con esa voz que no gritaba… pero exigía.

    Solo entonces alzó los ojos. Y sonrió.

    —Dime…
    ¿Qué vienes a ofrecerme?
    ¿Belleza?
    ¿Información?
    ¿Lealtad?
    ¿O quizás… jurisdicción?

    Se inclinó hacia delante, las uñas perfectamente esmaltadas tamborileando sobre la superficie pulida.

    —Aquí todos firman con algo más que tinta. Pero no te preocupes.
    Siempre puedes elegir cómo sangras.
    🕰️ 21:42 p.m. 💬 Starter abierto – Puedes ser modelo, criminal, aliado, rival, oficial de la ley…o simplemente alguien que entró donde no debía. El mármol blanco reflejaba la ciudad como una joya fría desde las ventanas sin cortinas. En el centro de la sala, La Musa Perversa estaba sentada con una pierna cruzada, el vestido negro ceñido como una promesa peligrosa, y una copa de vino apenas tocada sobre la mesa de cristal. No había música. Solo el leve susurro de documentos al deslizarse entre sus dedos enguantados. Una carpeta roja quedó sobre la mesa. No se abrió. Solo se dejó ver. El sello en la portada: un tigre estilizado… blanco, sin pupilas. —Llegas tarde —dijo sin levantar la vista, con esa voz que no gritaba… pero exigía. Solo entonces alzó los ojos. Y sonrió. —Dime… ¿Qué vienes a ofrecerme? ¿Belleza? ¿Información? ¿Lealtad? ¿O quizás… jurisdicción? Se inclinó hacia delante, las uñas perfectamente esmaltadas tamborileando sobre la superficie pulida. —Aquí todos firman con algo más que tinta. Pero no te preocupes. Siempre puedes elegir cómo sangras.
    Tipo
    Grupal
    Líneas
    30
    Estado
    Disponible
    Me encocora
    Me endiabla
    2
    6 turnos 0 maullidos
  • Viejas costumbres, viejos hábitos.
    Categoría Acción
    Retomando viejos caminos.

    El sonido del agua cayendo al compás de los pajaritos cantores fue la sinfonía de aquélla despedida; el bello paraje donde solía reunirse con su más leal vasallo podría ser el último vistazo, al menos por unos cuantos años.

    — Está decidido, de todas maneras agradezco el afán de querer acompañarme, aún así, este viaje deberé hacerlo sola. —

    Elevó su mirar con un gesto de dulzura, agradecida de aquéllas batallas las cuales sin su mano derecha jamás hubiesen sido posibles. Se levantó del suelo donde descansaba a pie descalzo para ver el rostro de su vasallo.

    — ¿Ahora sí me dejarás ver detrás del casco? Anda, como despedida; quizá sea la última vez que te vea. Deseo llevarte en mi memoria. —
    Retomando viejos caminos. El sonido del agua cayendo al compás de los pajaritos cantores fue la sinfonía de aquélla despedida; el bello paraje donde solía reunirse con su más leal vasallo podría ser el último vistazo, al menos por unos cuantos años. — Está decidido, de todas maneras agradezco el afán de querer acompañarme, aún así, este viaje deberé hacerlo sola. — Elevó su mirar con un gesto de dulzura, agradecida de aquéllas batallas las cuales sin su mano derecha jamás hubiesen sido posibles. Se levantó del suelo donde descansaba a pie descalzo para ver el rostro de su vasallo. — ¿Ahora sí me dejarás ver detrás del casco? Anda, como despedida; quizá sea la última vez que te vea. Deseo llevarte en mi memoria. —
    Tipo
    Individual
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
    Me gusta
    Me encocora
    5
    2 turnos 0 maullidos
  • //Escena con Matthew Miller

    Normalmente no frecuentaba lugares públicos como cafeterías o bares, no era de su agrado estar rodeado de gente, posiblemente ruidosa y alcoholizada.
    Sin embargo ese día tenía un motivo para hacerlo.

    Mientras investigaba llegó cierta información a él sobre que, quizá, en cierto local podría conseguir más datos de interés sobre algunos miembros de aquel grupo mafioso. Podía ser un poco peligroso ir allí y tal vez toparse con ellos, le reconocerían fácilmente.
    Debía ser cuidadoso.

    Así fue como terminó en aquel bar, sentado en una zona poco iluminada de la barra para no destacar demasiado. Un muchacho de complexión delgada y baja altura. Piel nívea que contrastaba mucho con su cabello lacio y azabache. Ojos rasgados que denotaban se trataba de un joven asiático, de un color algo inusual para dicha etnia, grises. Una pequeña tirita adornaba su rostro, seguramente se hizo un rasguño. Vestía una camiseta simple color beige de manga corta y encima de esta una chaqueta gris oscuro de tela fina, con capucha y cremallera. Pantalón tejano grisáceo y unas zapatillas estilo converse, obviamente no eran de marca.
    Procuraba no llamar nada la atención.

    Debía pensar en qué pediría para beber antes de que le tomaran nota. Porque algo debía pedir, sino no podría quedarse. No quería alcohol ya que no lo toleraba bien. Quizá... ¿Un zumo? Oh, por favor, sería un poco raro que alguien pidiera zumo allí.

    Se le podía ver bastante inmerso en sus pensamientos, pues no solo estaba decidiendo qué tomar, también pensando cómo lo haría para indagar sobre esos tipos. ¿A quién debía pregunta? ¿Y qué preguntas haría?
    //Escena con [eclipse_peridot_koala_294] Normalmente no frecuentaba lugares públicos como cafeterías o bares, no era de su agrado estar rodeado de gente, posiblemente ruidosa y alcoholizada. Sin embargo ese día tenía un motivo para hacerlo. Mientras investigaba llegó cierta información a él sobre que, quizá, en cierto local podría conseguir más datos de interés sobre algunos miembros de aquel grupo mafioso. Podía ser un poco peligroso ir allí y tal vez toparse con ellos, le reconocerían fácilmente. Debía ser cuidadoso. Así fue como terminó en aquel bar, sentado en una zona poco iluminada de la barra para no destacar demasiado. Un muchacho de complexión delgada y baja altura. Piel nívea que contrastaba mucho con su cabello lacio y azabache. Ojos rasgados que denotaban se trataba de un joven asiático, de un color algo inusual para dicha etnia, grises. Una pequeña tirita adornaba su rostro, seguramente se hizo un rasguño. Vestía una camiseta simple color beige de manga corta y encima de esta una chaqueta gris oscuro de tela fina, con capucha y cremallera. Pantalón tejano grisáceo y unas zapatillas estilo converse, obviamente no eran de marca. Procuraba no llamar nada la atención. Debía pensar en qué pediría para beber antes de que le tomaran nota. Porque algo debía pedir, sino no podría quedarse. No quería alcohol ya que no lo toleraba bien. Quizá... ¿Un zumo? Oh, por favor, sería un poco raro que alguien pidiera zumo allí. Se le podía ver bastante inmerso en sus pensamientos, pues no solo estaba decidiendo qué tomar, también pensando cómo lo haría para indagar sobre esos tipos. ¿A quién debía pregunta? ¿Y qué preguntas haría?
    Me gusta
    Me endiabla
    3
    0 turnos 0 maullidos
  • — La sinfonía de las olas no suena igual sin ti, min gulljente. Hay aún energía de sobra en estos viejos huesos para encargarse de todo, así que despreocúpate.
    — La sinfonía de las olas no suena igual sin ti, min gulljente. Hay aún energía de sobra en estos viejos huesos para encargarse de todo, así que despreocúpate.
    Me gusta
    4
    1 turno 0 maullidos
  • El sol entraba por la ventana del cuarto de descanso, filtrándose a través de las persianas mal cerradas. Shoko Ieiri se estiró en el sillón, un cigarrillo apagado entre los dedos y una taza de café olvidada sobre la mesa. El hospital estaba inusualmente tranquilo ese día, sin urgencias, sin gritos ni maldiciones lanzadas por hechiceros malheridos. Solo el zumbido leve del aire acondicionado y el ocasional paso de alguien en los pasillos.

    Respiró hondo. No estaba acostumbrada al silencio. Su mente, siempre alerta, no sabía si relajarse o empezar a repasar mentalmente los informes pendientes. Pero no lo hizo. En cambio, cerró los ojos y dejó que su cabeza se recargara contra el respaldo. Pensó en los chicos, en cómo habían crecido. En cómo el tiempo no perdonaba a nadie, salvo a los que aprendían a mirar hacia otro lado.

    —Si Geto viera esto... —murmuró con una sonrisa apenas dibujada, sabiendo bien que él habría hecho algún comentario sarcástico sobre su “día libre”.

    El cigarrillo quedó sin encender. No tenía ganas. Afuera, una nube tapó brevemente el sol y el cambio de luz tiñó la sala de gris. Aun así, Shoko no se movió. Había aprendido que a veces el mayor lujo era simplemente estar. No sanar, no proteger, no pensar. Solo... existir un rato.

    Terminó su café frío sin quejarse. Observó la luz volver con la nube ya ida, como si el mundo le diera permiso para seguir respirando.
    Quizá más tarde saldría a caminar. Quizá no. Por ahora, ese rincón era todo lo que necesitaba.
    El sol entraba por la ventana del cuarto de descanso, filtrándose a través de las persianas mal cerradas. Shoko Ieiri se estiró en el sillón, un cigarrillo apagado entre los dedos y una taza de café olvidada sobre la mesa. El hospital estaba inusualmente tranquilo ese día, sin urgencias, sin gritos ni maldiciones lanzadas por hechiceros malheridos. Solo el zumbido leve del aire acondicionado y el ocasional paso de alguien en los pasillos. Respiró hondo. No estaba acostumbrada al silencio. Su mente, siempre alerta, no sabía si relajarse o empezar a repasar mentalmente los informes pendientes. Pero no lo hizo. En cambio, cerró los ojos y dejó que su cabeza se recargara contra el respaldo. Pensó en los chicos, en cómo habían crecido. En cómo el tiempo no perdonaba a nadie, salvo a los que aprendían a mirar hacia otro lado. —Si Geto viera esto... —murmuró con una sonrisa apenas dibujada, sabiendo bien que él habría hecho algún comentario sarcástico sobre su “día libre”. El cigarrillo quedó sin encender. No tenía ganas. Afuera, una nube tapó brevemente el sol y el cambio de luz tiñó la sala de gris. Aun así, Shoko no se movió. Había aprendido que a veces el mayor lujo era simplemente estar. No sanar, no proteger, no pensar. Solo... existir un rato. Terminó su café frío sin quejarse. Observó la luz volver con la nube ya ida, como si el mundo le diera permiso para seguir respirando. Quizá más tarde saldría a caminar. Quizá no. Por ahora, ese rincón era todo lo que necesitaba.
    Me gusta
    Me encocora
    2
    0 turnos 0 maullidos
Ver más resultados
Patrocinados