• -Escena de rol con Kazuo -

    "Entre la desesperación y el bosque"

    Por supuesto que no podía transcurrir ni una semana tranquila en su vida, no con la cantidad de problemas que ocasionaba el trabajo y las adicciones de su pobre madre. Aún así solía lidiar con estas cosas como mejor podía y más o menos lo llevaba bajo control. Dentro de lo posible.

    Ya habían pasado un par de horas desde que salió del trabajo y al llegar a casa tomó una ducha, se aseguró de que sus plantas estuvieran bien, a las cuales mimaba y les hablaba con ternura, y finalmente decidió relajarse leyendo. Parecía un día tranquilo hasta que llegó un mensaje de su progenitora. ¿Otra vez estaría corta de dinero? ¿Quizá se pasó consumiendo y estaba en el hospital?
    ...
    "AYUDA"

    Un mensaje conciso y directo, no hizo falta más para que Ren saliera corriendo de su casa con lo puesto, ni siquiera se puso los zapatos, pues un mensaje así significaba que algo jodido estaba pasando. Ya se podía hacer a la idea.

    Corrió desesperado, por suerte la casa de su madre quedaba a escasos 10 minutos andando ya que, aunque no quería vivir con ella por obvias razones, no podía alejarse demasiado por si acaso.
    Llegó al edificio, subió aquellas escaleras exteriores para dar con el pasillo de puertas de entrada a las casas y vio que, la de su madre, estaba entreabierta. Se escuchó un grito.
    No dudó ni un segundo en entrar y se encontró a su madre golpeada, con la ropa desgarrada y un hombre fuera de control intentando asfixiarla en el suelo. Sin pensarlo dos veces se abalanzó a golpearlo con todas sus fuerzas.

    -¡Déjala, hijo de puta!- Gritó mientras se aferraba al cuello ajeno desde la espalda de este para apartarlo.

    Ese sujeto estaba claramente drogado, además que quedó rastro de varias jeringuillas vacías esparcidas por el suelo. ¿Por qué mierdas su madre aceptaba este tipo de clientes?
    Ese hombre, grande y corpulento, opuso mucha resistencia, logró zafarse del agarre de Ren y empezó a golpearlo. Mientras la madre gritaba y lloraba agazapada en una esquina de aquel pequeño y sucio lugar.

    Los vecinos no hacían nada, sabían de sobras que se trataba de un barrio conflictivo y no se iban a meter en problemas ajenos.

    -¡Maldita puta! ¡¿A quién coño has llamado para que te salve el culo?! ¡¿EH?!- Cada vez que el sujeto buscaba volver a arremeter contra la mujer, tras zafarse del chico, Ren arremetía de nuevo.

    Por desgracia la pelea no iba bien, le dio un buen golpe en la cabeza al muchacho, contra el borde de una mesa de madera, que lo dejó noqueado unos segundos. Aprovechó ese momento para coger un enorme y viejo jarrón que pensaba usar para golpear la cabeza de la madre del chico.

    -No... N-No... Ngh...- Reunió fuerzas y la adrenalina y el pánico hicieron el resto del trabajo. -¡No la toques!- Desplegó sus garras y se lanzó a rajarle la garganta al hombre.

    La sangre salpicó por todos lados en lo que ese tipejo empezaba a caer al suelo mientras moría desangrado rápidamente.
    Ren respiraba agitado, las manos y las piernas le temblaban. Mierda... ¿Qué había hecho? Su madre estaba en estado de shock, aunque tal vez lo olvidaría todo al día siguiente a causa de las drogas.

    -Yo me... Me haré cargo de esto. Mierda no... No se cómo pero lo haré. Solo esperemos un poco, ¿vale?- Estaba confuso, en estado de pánico.

    Acababa de matar a alguien, nunca había llegado a tanto, nunca se salieron tanto de control estas situaciones.

    Dejó pasar algunas horas y la única solución que vio fue meter el cuerpo en un gran saco, hacer uso de todas sus fuerzas posibles e intentar remolcarlo hasta el inicio de bosque más cercano. Por suerte al ser de noche, un barrio de drogadictos y estar bastante cerca el destino, no supuso un problema.
    Ya allí excavó duramente con sus propias manos en el terreno, llorando e hiperventilando por la desesperación. ¿Ahora era un criminal? No pensaba ir a prisión por matar a ese desgraciado. No podía permitirlo... Toda su vida se arruinaría. ¿Y qué sería de su madre sin él?

    Finalmente pudo enterrar el cuerpo, aún dentro de la bolsa y se dispuso a dar media vuelta.
    Le temblaban mucho las piernas y las manos, la visión parecía algo borrosa quizá aún por el shock del momento. Estaba todo lleno de sangre, los pies descalzos, sucios y con alguna herida. El rostro y el cuerpo cubiertos de moretones, un poco de sangre propia y mucho de la ajena. Todo un espectáculo si alguien le viera.

    Empezó a andar y andar pero... ¿Por qué no encontraba la salida? Juraría que volvió por el mismo camino.

    -¿Dónde estoy? No me digas que ahora me he perdido... Esto es fantástico.- Estaba agotado física y mentalmente, solo le faltaba eso para colmar el vaso.
    -Escena de rol con [8KazuoAihara8] - "Entre la desesperación y el bosque" Por supuesto que no podía transcurrir ni una semana tranquila en su vida, no con la cantidad de problemas que ocasionaba el trabajo y las adicciones de su pobre madre. Aún así solía lidiar con estas cosas como mejor podía y más o menos lo llevaba bajo control. Dentro de lo posible. Ya habían pasado un par de horas desde que salió del trabajo y al llegar a casa tomó una ducha, se aseguró de que sus plantas estuvieran bien, a las cuales mimaba y les hablaba con ternura, y finalmente decidió relajarse leyendo. Parecía un día tranquilo hasta que llegó un mensaje de su progenitora. ¿Otra vez estaría corta de dinero? ¿Quizá se pasó consumiendo y estaba en el hospital? ... "AYUDA" Un mensaje conciso y directo, no hizo falta más para que Ren saliera corriendo de su casa con lo puesto, ni siquiera se puso los zapatos, pues un mensaje así significaba que algo jodido estaba pasando. Ya se podía hacer a la idea. Corrió desesperado, por suerte la casa de su madre quedaba a escasos 10 minutos andando ya que, aunque no quería vivir con ella por obvias razones, no podía alejarse demasiado por si acaso. Llegó al edificio, subió aquellas escaleras exteriores para dar con el pasillo de puertas de entrada a las casas y vio que, la de su madre, estaba entreabierta. Se escuchó un grito. No dudó ni un segundo en entrar y se encontró a su madre golpeada, con la ropa desgarrada y un hombre fuera de control intentando asfixiarla en el suelo. Sin pensarlo dos veces se abalanzó a golpearlo con todas sus fuerzas. -¡Déjala, hijo de puta!- Gritó mientras se aferraba al cuello ajeno desde la espalda de este para apartarlo. Ese sujeto estaba claramente drogado, además que quedó rastro de varias jeringuillas vacías esparcidas por el suelo. ¿Por qué mierdas su madre aceptaba este tipo de clientes? Ese hombre, grande y corpulento, opuso mucha resistencia, logró zafarse del agarre de Ren y empezó a golpearlo. Mientras la madre gritaba y lloraba agazapada en una esquina de aquel pequeño y sucio lugar. Los vecinos no hacían nada, sabían de sobras que se trataba de un barrio conflictivo y no se iban a meter en problemas ajenos. -¡Maldita puta! ¡¿A quién coño has llamado para que te salve el culo?! ¡¿EH?!- Cada vez que el sujeto buscaba volver a arremeter contra la mujer, tras zafarse del chico, Ren arremetía de nuevo. Por desgracia la pelea no iba bien, le dio un buen golpe en la cabeza al muchacho, contra el borde de una mesa de madera, que lo dejó noqueado unos segundos. Aprovechó ese momento para coger un enorme y viejo jarrón que pensaba usar para golpear la cabeza de la madre del chico. -No... N-No... Ngh...- Reunió fuerzas y la adrenalina y el pánico hicieron el resto del trabajo. -¡No la toques!- Desplegó sus garras y se lanzó a rajarle la garganta al hombre. La sangre salpicó por todos lados en lo que ese tipejo empezaba a caer al suelo mientras moría desangrado rápidamente. Ren respiraba agitado, las manos y las piernas le temblaban. Mierda... ¿Qué había hecho? Su madre estaba en estado de shock, aunque tal vez lo olvidaría todo al día siguiente a causa de las drogas. -Yo me... Me haré cargo de esto. Mierda no... No se cómo pero lo haré. Solo esperemos un poco, ¿vale?- Estaba confuso, en estado de pánico. Acababa de matar a alguien, nunca había llegado a tanto, nunca se salieron tanto de control estas situaciones. Dejó pasar algunas horas y la única solución que vio fue meter el cuerpo en un gran saco, hacer uso de todas sus fuerzas posibles e intentar remolcarlo hasta el inicio de bosque más cercano. Por suerte al ser de noche, un barrio de drogadictos y estar bastante cerca el destino, no supuso un problema. Ya allí excavó duramente con sus propias manos en el terreno, llorando e hiperventilando por la desesperación. ¿Ahora era un criminal? No pensaba ir a prisión por matar a ese desgraciado. No podía permitirlo... Toda su vida se arruinaría. ¿Y qué sería de su madre sin él? Finalmente pudo enterrar el cuerpo, aún dentro de la bolsa y se dispuso a dar media vuelta. Le temblaban mucho las piernas y las manos, la visión parecía algo borrosa quizá aún por el shock del momento. Estaba todo lleno de sangre, los pies descalzos, sucios y con alguna herida. El rostro y el cuerpo cubiertos de moretones, un poco de sangre propia y mucho de la ajena. Todo un espectáculo si alguien le viera. Empezó a andar y andar pero... ¿Por qué no encontraba la salida? Juraría que volvió por el mismo camino. -¿Dónde estoy? No me digas que ahora me he perdido... Esto es fantástico.- Estaba agotado física y mentalmente, solo le faltaba eso para colmar el vaso.
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  • Que se fumaron todos ¿No soy el único que crea drogas aquí? Que raro es ser el único normal en medio de tanto rarito......
    Que se fumaron todos ¿No soy el único que crea drogas aquí? Que raro es ser el único normal en medio de tanto rarito......
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  • ๐™ž๐™› ๐™ฌ๐™š ๐™™๐™ค๐™ฃ'๐™ฉ ๐™š๐™ฃ๐™™ ๐™ฌ๐™–๐™ง, ๐™ฌ๐™–๐™ง ๐™ฌ๐™ž๐™ก๐™ก ๐™š๐™ฃ๐™™ ๐™ช๐™จ.
    Fandom The Boys
    Categorรญa Acción
    El sol de mediodía iluminaba la enorme bandera estadounidense pulcramente estirada y anclada en el escenario con el fin de ser el fondo en una de las últimas presentaciones del soldado favorito de América en ese lugar.

    Estados Unidos se proclamaba vencedor de la guerra, confiados en que Alemania aun estaba intentado componerse de la paliza que habían recibido. El hecho de que su mejor arma humana estuviese en Bayeux, no solo tranquilizaba a las personas de ese lugar, también dejaba una buena imagen del gobierno ante el mundo, con tal de hacerles creer que ellos eran los buenos del cuento cuando en realidad eran iguales o peores que sus enemigos.

    La prueba viviente de ello, estaba conformado por Ben a la cabeza y sus bailarinas, sin contar con el despilfarro de miles de dólares en sonido, iluminación, confeti y fuegos artificiales que bien podrían haber sido utilizados para ayudar a quienes decían proteger.

    Detrás de la imponente estructura de hierros ensamblados, montaron un par de carpas para uso exclusivo. Seis en total contando la del super, su equipo y la de las enfermeras. En esos eventos nunca faltaban los que se desmayaban, los que se golpeaban un ojo por accidente al tratar de descorchar una botella por cual utinselio no apto para esa tarea. Sin contar la cantidad de niños que se golpeaban entre ellos o se raspaban las rodillas tratando de imitar las piruetas que hacía su héroe favorito sobre el escenario a pesar que por contrato tuviera que decir la clásica frase: No intenten hacer esto en casa.

    Vought decidio ser lo más precavido posible y poner a disposición un lugar en el que tratar los accidentes tontos antes de que pudieran costarles la imagen que tanto se esforzaban por cuidar.

    Pese a ser temprano, ese sector en la plaza principal era el más caótico del pueblo. Todo mundo tenía prisa, todo el personal del evento corría de un lado a otro buscando y trayendo cosas mientras que otros se abocaban a una única tarea. El nuevo asistente de Ben entro en la carpa del super y le dejo el informe en el perchero junto a una segunda opción de vestuario para que escogiera cual usar aunque cambiar de uniforme en ese momento era algo osado cuando todos en ese lugar ya estaban acostumbrados a su uniforme clásico.

    El hombre se acerco hasta el tocador y le entrego una copia del programa del evento, lo dejo sobre la superficie de madera. El super bajo la mirada hacia el papel y sin mucho ánimo busco su horario, era quien cerraba el evento, lo cual le daba exactamente igual. Sus presentaciones no varíaban mucho entre si, lo único que importaba era lo que decía, el mensaje esperanzador que les daba.

    Su trabajo era mantener fuerte la mente de quienes habían elegido dar la vida por su país y para quienes habían esperado su regreso. Abuelas, madres, hermanas, esposas, hijas; hijos, padres, abuelos, hermanos, tíos... Todos ellos habían aportado su grano de arena en la guerra, no era un trabajo fácil convencer a las masas de que lo peor ya había pasado y Ben comenzaba a sospechar el motivo por el cual permanecía en ese lugar, no era por agradar a la prensa o al público en general, deseaba equivocarse pero algo le decía que esperaban un contrataque.

    Sin embargo, no pensaba demasiado en eso. Creía que su nombre artístico era suficiente para mantener al enemigo alejado, nadie es su sano juicio enviaría a sus soldados a darle pelea a un hombre con una fuerza descomunal, no por nada la prensa lo llamaban el Sansón moderno.

    Por otro lado, se sentía egoísta al no pensar en todas esas personas que creían y confiaban en él. Lo único en lo que pensaba era en una mujer, en Vanya, era su primer pensamiento al despertar y el último antes de dormir, todo giraba alredor de ella y era el único motivo porque el cual estaba feliz de permanecer en Bayeux porque si la guerra terminaba, ambos tendrían que tomar caminos diferentes y era probable que no volvieran a verse jamás.

    Quito la vista del papel cuando se dio cuenta de que lo había pasado demasiado tiempo mirándolo, aunque había dejado de lado las drogas, no quería que su asistente pensara que había desayunado un coctel de polvos blancos en la previa del show.

    โ”€โ”€¿Necesitas algo más? ¿Quieres que te traiga algo de comer o beber? โ”€โ”€ Pregunto el hombre mirando a soldier boy en el reflejo del espejo.

    Ben estaba harto de los asistentes. Y si, era su culpa que los cambiaran rápido aunque este le caía un poco mejor que los anteriores. Hacía lo que le pedía, hablaba poco, no hacía preguntas estúpidas, no le cuestionaba nada; solo cumplía con los caprichos del super y eso, ya era ganancia.

    โ”€โ”€Ahora que lo preguntas, si... Necesito algo más. ¿Larry, verdad? โ”€โ”€ Giro el cuerpo sobre la silla y apoyo el brazo sobre el respaldo, mirándolo directo a los ojos.

    โ”€โ”€Soy... Harry... Pero no importa, dime que necesitas โ”€โ”€ Avanzo un paso más, sosteniendo una libreta que le quedaba minúscula en sus manos regordetas, evitando el contacto visual.

    En el rostro del super se dibujo una pequeña sonrisa, bien disimulada. Siempre que veía a su nuevo asistente no podía evitar imaginarlo como Gus, el ratón panzon de la película Cenicienta pero no lo decía en voz alta, gracias a Vanya había dejado de ser tan cruel con los demás.

    Harry apoyo el lápiz sobre la hoja en blanco, listo para apuntar lo que saliera de los labios del héroe.

    โ”€โ”€Desperte con un incómodo dolor de muelas, Harry. ¿Podrías pedirle a una de las enfermeras que me revise? Quiero estar comodo para el show โ”€โ”€ El asiente asintió varias veces, escribiendo quien sabe que.

    Ben prosiguió, procurando hacerse el desentendido para tratar de traer a Vanya a su carpa pero cuidando de no exponerla, de no exponerlos a los dos, pero su deseo por verla antes del show era mayor que cualquier otra necesidad.

    Recurrio a una táctica ya aplicada antes y que funcionaba bien, pedir a las enfermeras que eran amigas de Vanya para que ellas enviaran a la pelirroja en su lugar; una regla no impuesta, como una especie de pacto entre ellas y él para que pudiera ver a su amada.

    โ”€โ”€Pregunta por Mona en la enfermería, es quien me revisa a veces. Tiene conocimiento en estas cosas de supers, pero si no me crees puedes hablar con alguien de vought โ”€โ”€ Dejo esa última propuesta en el aire y giro de nuevo hacia el espejo, acercando al centro de la mesa lo que iba a utilizar para afeitarse.

    Por supuesto que Ben no era idiota, sabía que Harry no iba a preguntarle nada a nadie. En ese lugar, pedir hablar directamente con alguien de vought por algo sin relevancia, era un sinónimo de despido inmediato y al parecer el sujeto quería mucho ese empleo.

    El asistente no dijo nada, se marcho de la carpa decidido a cumplir con la petición del super soldado. No tuvo problemas en dar con la enfermería, era la única carpa de color blanco con una cruz roja en un costado.

    Al entrar, vio a un grupo de mujeres alistando algunas camillas y acomodando en una mesa lo necesario para curar heridas.

    โ”€โ”€Buenas tardes, disculpen las interrupción pero... โ”€โ”€ Levanto la voz mientras se adentraba en la carpa, leyó una vez más el nombre que tenía anotado en el papel y clavo la vista en el grupo de enfermeras, tratando de dar con la mujer que le habían enviado a buscar. โ”€โ”€Soldier boy necesita que Mona lo revise y si es necesario, que le de alguna medicación para que pueda actuar en unas horas. Si no es ninguna de ustedes, por favor, díganle que se acerque a la carpa principal lo más rápido posible.

    El hombre no espero respuesta, dio media vuelta y se dirigió a revisar otros sectores en el predio.

    Mientras tanto, Ben había terminado de afeitarse y se encontraba contemplando el par de uniformes en el perchero. El nuevo y el viejo, sin poder decidirse por uno de los dos. Optó por esperar a Vanya para que le ayudara a elegir, pero antes, guardo en el bolsillo del pantalón un obsequio; incapaz de contener la alegría por verla antes del show.

    Para él no era cualquier día, era un día especial, un día que marcaría un antes y un después en su relación. No tenía idea que les deparaba el futuro pero al menos el presente parecía prometedor.
    Vanya Starkova
    El sol de mediodía iluminaba la enorme bandera estadounidense pulcramente estirada y anclada en el escenario con el fin de ser el fondo en una de las últimas presentaciones del soldado favorito de América en ese lugar. Estados Unidos se proclamaba vencedor de la guerra, confiados en que Alemania aun estaba intentado componerse de la paliza que habían recibido. El hecho de que su mejor arma humana estuviese en Bayeux, no solo tranquilizaba a las personas de ese lugar, también dejaba una buena imagen del gobierno ante el mundo, con tal de hacerles creer que ellos eran los buenos del cuento cuando en realidad eran iguales o peores que sus enemigos. La prueba viviente de ello, estaba conformado por Ben a la cabeza y sus bailarinas, sin contar con el despilfarro de miles de dólares en sonido, iluminación, confeti y fuegos artificiales que bien podrían haber sido utilizados para ayudar a quienes decían proteger. Detrás de la imponente estructura de hierros ensamblados, montaron un par de carpas para uso exclusivo. Seis en total contando la del super, su equipo y la de las enfermeras. En esos eventos nunca faltaban los que se desmayaban, los que se golpeaban un ojo por accidente al tratar de descorchar una botella por cual utinselio no apto para esa tarea. Sin contar la cantidad de niños que se golpeaban entre ellos o se raspaban las rodillas tratando de imitar las piruetas que hacía su héroe favorito sobre el escenario a pesar que por contrato tuviera que decir la clásica frase: No intenten hacer esto en casa. Vought decidio ser lo más precavido posible y poner a disposición un lugar en el que tratar los accidentes tontos antes de que pudieran costarles la imagen que tanto se esforzaban por cuidar. Pese a ser temprano, ese sector en la plaza principal era el más caótico del pueblo. Todo mundo tenía prisa, todo el personal del evento corría de un lado a otro buscando y trayendo cosas mientras que otros se abocaban a una única tarea. El nuevo asistente de Ben entro en la carpa del super y le dejo el informe en el perchero junto a una segunda opción de vestuario para que escogiera cual usar aunque cambiar de uniforme en ese momento era algo osado cuando todos en ese lugar ya estaban acostumbrados a su uniforme clásico. El hombre se acerco hasta el tocador y le entrego una copia del programa del evento, lo dejo sobre la superficie de madera. El super bajo la mirada hacia el papel y sin mucho ánimo busco su horario, era quien cerraba el evento, lo cual le daba exactamente igual. Sus presentaciones no varíaban mucho entre si, lo único que importaba era lo que decía, el mensaje esperanzador que les daba. Su trabajo era mantener fuerte la mente de quienes habían elegido dar la vida por su país y para quienes habían esperado su regreso. Abuelas, madres, hermanas, esposas, hijas; hijos, padres, abuelos, hermanos, tíos... Todos ellos habían aportado su grano de arena en la guerra, no era un trabajo fácil convencer a las masas de que lo peor ya había pasado y Ben comenzaba a sospechar el motivo por el cual permanecía en ese lugar, no era por agradar a la prensa o al público en general, deseaba equivocarse pero algo le decía que esperaban un contrataque. Sin embargo, no pensaba demasiado en eso. Creía que su nombre artístico era suficiente para mantener al enemigo alejado, nadie es su sano juicio enviaría a sus soldados a darle pelea a un hombre con una fuerza descomunal, no por nada la prensa lo llamaban el Sansón moderno. Por otro lado, se sentía egoísta al no pensar en todas esas personas que creían y confiaban en él. Lo único en lo que pensaba era en una mujer, en Vanya, era su primer pensamiento al despertar y el último antes de dormir, todo giraba alredor de ella y era el único motivo porque el cual estaba feliz de permanecer en Bayeux porque si la guerra terminaba, ambos tendrían que tomar caminos diferentes y era probable que no volvieran a verse jamás. Quito la vista del papel cuando se dio cuenta de que lo había pasado demasiado tiempo mirándolo, aunque había dejado de lado las drogas, no quería que su asistente pensara que había desayunado un coctel de polvos blancos en la previa del show. โ”€โ”€¿Necesitas algo más? ¿Quieres que te traiga algo de comer o beber? โ”€โ”€ Pregunto el hombre mirando a soldier boy en el reflejo del espejo. Ben estaba harto de los asistentes. Y si, era su culpa que los cambiaran rápido aunque este le caía un poco mejor que los anteriores. Hacía lo que le pedía, hablaba poco, no hacía preguntas estúpidas, no le cuestionaba nada; solo cumplía con los caprichos del super y eso, ya era ganancia. โ”€โ”€Ahora que lo preguntas, si... Necesito algo más. ¿Larry, verdad? โ”€โ”€ Giro el cuerpo sobre la silla y apoyo el brazo sobre el respaldo, mirándolo directo a los ojos. โ”€โ”€Soy... Harry... Pero no importa, dime que necesitas โ”€โ”€ Avanzo un paso más, sosteniendo una libreta que le quedaba minúscula en sus manos regordetas, evitando el contacto visual. En el rostro del super se dibujo una pequeña sonrisa, bien disimulada. Siempre que veía a su nuevo asistente no podía evitar imaginarlo como Gus, el ratón panzon de la película Cenicienta pero no lo decía en voz alta, gracias a Vanya había dejado de ser tan cruel con los demás. Harry apoyo el lápiz sobre la hoja en blanco, listo para apuntar lo que saliera de los labios del héroe. โ”€โ”€Desperte con un incómodo dolor de muelas, Harry. ¿Podrías pedirle a una de las enfermeras que me revise? Quiero estar comodo para el show โ”€โ”€ El asiente asintió varias veces, escribiendo quien sabe que. Ben prosiguió, procurando hacerse el desentendido para tratar de traer a Vanya a su carpa pero cuidando de no exponerla, de no exponerlos a los dos, pero su deseo por verla antes del show era mayor que cualquier otra necesidad. Recurrio a una táctica ya aplicada antes y que funcionaba bien, pedir a las enfermeras que eran amigas de Vanya para que ellas enviaran a la pelirroja en su lugar; una regla no impuesta, como una especie de pacto entre ellas y él para que pudiera ver a su amada. โ”€โ”€Pregunta por Mona en la enfermería, es quien me revisa a veces. Tiene conocimiento en estas cosas de supers, pero si no me crees puedes hablar con alguien de vought โ”€โ”€ Dejo esa última propuesta en el aire y giro de nuevo hacia el espejo, acercando al centro de la mesa lo que iba a utilizar para afeitarse. Por supuesto que Ben no era idiota, sabía que Harry no iba a preguntarle nada a nadie. En ese lugar, pedir hablar directamente con alguien de vought por algo sin relevancia, era un sinónimo de despido inmediato y al parecer el sujeto quería mucho ese empleo. El asistente no dijo nada, se marcho de la carpa decidido a cumplir con la petición del super soldado. No tuvo problemas en dar con la enfermería, era la única carpa de color blanco con una cruz roja en un costado. Al entrar, vio a un grupo de mujeres alistando algunas camillas y acomodando en una mesa lo necesario para curar heridas. โ”€โ”€Buenas tardes, disculpen las interrupción pero... โ”€โ”€ Levanto la voz mientras se adentraba en la carpa, leyó una vez más el nombre que tenía anotado en el papel y clavo la vista en el grupo de enfermeras, tratando de dar con la mujer que le habían enviado a buscar. โ”€โ”€Soldier boy necesita que Mona lo revise y si es necesario, que le de alguna medicación para que pueda actuar en unas horas. Si no es ninguna de ustedes, por favor, díganle que se acerque a la carpa principal lo más rápido posible. El hombre no espero respuesta, dio media vuelta y se dirigió a revisar otros sectores en el predio. Mientras tanto, Ben había terminado de afeitarse y se encontraba contemplando el par de uniformes en el perchero. El nuevo y el viejo, sin poder decidirse por uno de los dos. Optó por esperar a Vanya para que le ayudara a elegir, pero antes, guardo en el bolsillo del pantalón un obsequio; incapaz de contener la alegría por verla antes del show. Para él no era cualquier día, era un día especial, un día que marcaría un antes y un después en su relación. No tenía idea que les deparaba el futuro pero al menos el presente parecía prometedor. [THE.REDSUPER]
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  • EL estudio del Tao
    Fandom Mo Dao Zu Shi
    Categorรญa Aventura
    CHINA ANTIGUA, Montaña Celestial

    Cuando los primeros rayos de sol aparecieron en los tejados de aquel recóndito lugar llamado por los cultivadores como "Tianshan" o Montaña Celestial, daba paso a un hermoso paisaje onírico.

    Los pequeños de distintas flores comenzaban a brotar, de la pequeña alfombra verde que aun resistia al paso de la estación. Un viento frío recorria todo aquel lugar, el invierno se aproximaba y con ello todo una extensa alfombra blanca pronto remplazaría aquella vegetación dominando asi por al menos unos 3 o 4 meses antes de que llegara nuevamente la primavera; algunos de los pequeños ayudantes que tenía su maestra jugaban a recolectar palos y leña entre el pequeño bosque que rodeaba la montaña para el invierno.

    Entre todos los pequeños ayudantes, existía un joven taoista, y último discipulo de la gran maestra Baoshan Sanren, un joven soñador que deseaba terminar su entrenamiento para ayudar al mundo exterior con su deseo y fe inquebrantable.

    Xiao Xingchen, era el nombre que su maestra le puso cuando fue acogido desde su mas tierna infancia, creció a lado de su maestra para ser un cultivador como sus dos hermanos mayores de cultivo que ya habían partido de la secta mucho antes que el.

    Ahora a sus 16 años, pasaba su tiempo en meditacion, entrenando con su maestra en el manejo de la espada, incluso desde muy joven habia desarrollado su propia tecnica "Frost"el cual era letal para todo aquel que deseara una muerte segura; así también como aprendiendo las 6 artes: ritos, música, Tiro con arco, conduccion de carros (montar a caballo), caligrafía y matemáticas.

    Aun cuando fuera un joven cultivador, no dejaba de lado aprender sobre los antiguos eruditos llegando a cosiderarse como Daozhang a muy temprana edad.

    Metido entre montañas de libros, Xiao Xingchen estudiaba sobre los preceptos basicos del Taoismo, con la misma dedicación y pasión que hacía sus entrenamientos.
    1. No albergues odio ni celos en tu corazón.
    2. Mantén un corazón amable y no mates.
    3. Mantén la pureza y sé retraído en tus interacciones sociales.
    4. No pongas tu mente en el deseo sexual ni des lugar a la pasión.
    5. No pronuncies malas palabras.
    6. No tomes licor ni drogas.
    7. No envidies si otros son mejores que tú.
    8. No critiques ni debatas las escrituras y enseñanzas.
    9. No crees disturbios a través de la argumentación verbal.
    10. Sé ecuánime y de todo corazón en todas tus acciones.

    Solo un año mas..y podré salir de la Mansión a viajar por el mundo...

    CHINA ANTIGUA, Montaña Celestial Cuando los primeros rayos de sol aparecieron en los tejados de aquel recóndito lugar llamado por los cultivadores como "Tianshan" o Montaña Celestial, daba paso a un hermoso paisaje onírico. Los pequeños de distintas flores comenzaban a brotar, de la pequeña alfombra verde que aun resistia al paso de la estación. Un viento frío recorria todo aquel lugar, el invierno se aproximaba y con ello todo una extensa alfombra blanca pronto remplazaría aquella vegetación dominando asi por al menos unos 3 o 4 meses antes de que llegara nuevamente la primavera; algunos de los pequeños ayudantes que tenía su maestra jugaban a recolectar palos y leña entre el pequeño bosque que rodeaba la montaña para el invierno. Entre todos los pequeños ayudantes, existía un joven taoista, y último discipulo de la gran maestra Baoshan Sanren, un joven soñador que deseaba terminar su entrenamiento para ayudar al mundo exterior con su deseo y fe inquebrantable. Xiao Xingchen, era el nombre que su maestra le puso cuando fue acogido desde su mas tierna infancia, creció a lado de su maestra para ser un cultivador como sus dos hermanos mayores de cultivo que ya habían partido de la secta mucho antes que el. Ahora a sus 16 años, pasaba su tiempo en meditacion, entrenando con su maestra en el manejo de la espada, incluso desde muy joven habia desarrollado su propia tecnica "Frost"el cual era letal para todo aquel que deseara una muerte segura; así también como aprendiendo las 6 artes: ritos, música, Tiro con arco, conduccion de carros (montar a caballo), caligrafía y matemáticas. Aun cuando fuera un joven cultivador, no dejaba de lado aprender sobre los antiguos eruditos llegando a cosiderarse como Daozhang a muy temprana edad. Metido entre montañas de libros, Xiao Xingchen estudiaba sobre los preceptos basicos del Taoismo, con la misma dedicación y pasión que hacía sus entrenamientos. 1. No albergues odio ni celos en tu corazón. 2. Mantén un corazón amable y no mates. 3. Mantén la pureza y sé retraído en tus interacciones sociales. 4. No pongas tu mente en el deseo sexual ni des lugar a la pasión. 5. No pronuncies malas palabras. 6. No tomes licor ni drogas. 7. No envidies si otros son mejores que tú. 8. No critiques ni debatas las escrituras y enseñanzas. 9. No crees disturbios a través de la argumentación verbal. 10. Sé ecuánime y de todo corazón en todas tus acciones. Solo un año mas..y podré salir de la Mansión a viajar por el mundo...
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  • โ”€โ”€โ”€โ”€
        Puedo salir. Puedo viajar. Puedo divertirme.
    Pero también se las nuevas reglas.
        Sí.
    ¿Alcohol? ¿drogas?
        No.
    Caricias, besos, insinuaciones.
        No.

    ¿él me lo prohibió?
        No.

    Yo he decidido jamás volverlo a hacer.
    Aún puedo gritar a la luz de la luna los versos de mis canciones favoritas.
    Aun puedo bailar y correr por las calles vacías.
    Pero sin una gota de alcohol en la sangre.
    Pero sin una pizca de estupefacientes.
         Por y para él.      La única persona que me ha amado en mi vida.     
    โ”€โ”€โ”€โ”€     Puedo salir. Puedo viajar. Puedo divertirme. Pero también se las nuevas reglas.     Sí. ¿Alcohol? ¿drogas?     No. Caricias, besos, insinuaciones.     No. ¿él me lo prohibió?     No. Yo he decidido jamás volverlo a hacer. Aún puedo gritar a la luz de la luna los versos de mis canciones favoritas. Aun puedo bailar y correr por las calles vacías. Pero sin una gota de alcohol en la sangre. Pero sin una pizca de estupefacientes.      Por y para él.      La única persona que me ha amado en mi vida.     
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  • — Entonces si mi familia no pagó la fianza... ¿Cómo diablos es que estoy ahora contactándote en busca de respuestas? — Era normal estar serio ante una situación así, incluso preocupado. Ya que los crímenes de chantajes, tráfico de armas y drogas, apropiación inapropiada de derechos patrimoniales, entre otro sinfín de cosas, sin obviar el asesinato. Sumado a las pruebas en contra, evidencia pura y dura, no era normal estar libre en menos de un año. Él ni siquiera lo esperaba, había asimilado que “estaba jodido”. Y obvió, esa sensación de que la situación en sí no era para nada normal, es más que probablemente había algún motivo oculto. Típica paranoia de un delincuente, en este caso un mafioso que el mayor tiempo de su vida se la paso jugando sucio.

    Sin obviar que se comunicaba por teléfono publico con algún contacto de confianza. Independiente de que la gente caminara en las inmediaciones, mantenía la conversación en el interior de la cabina. — Lo sé, me comportaré… No estoy del todo seguro si deba volver a las actividades, tendré que pensar en lo que debo hacer, tal vez incluso irme del país. En fin, nos mantendremos en contacto, infórmame de cualquier novedad, sabes como contactarme. — De esa forma finalizaría la llamada, dejando el teléfono público y abandonando la cabina telefónica.

    El italiano suspiro luego de cerrar sus parpados, colocando las manos en los bolsillos de su pantalón. — Uhm, supongo que la cárcel me enseño a estar más tranquilo. ¿No?
    — Entonces si mi familia no pagó la fianza... ¿Cómo diablos es que estoy ahora contactándote en busca de respuestas? — Era normal estar serio ante una situación así, incluso preocupado. Ya que los crímenes de chantajes, tráfico de armas y drogas, apropiación inapropiada de derechos patrimoniales, entre otro sinfín de cosas, sin obviar el asesinato. Sumado a las pruebas en contra, evidencia pura y dura, no era normal estar libre en menos de un año. Él ni siquiera lo esperaba, había asimilado que “estaba jodido”. Y obvió, esa sensación de que la situación en sí no era para nada normal, es más que probablemente había algún motivo oculto. Típica paranoia de un delincuente, en este caso un mafioso que el mayor tiempo de su vida se la paso jugando sucio. Sin obviar que se comunicaba por teléfono publico con algún contacto de confianza. Independiente de que la gente caminara en las inmediaciones, mantenía la conversación en el interior de la cabina. — Lo sé, me comportaré… No estoy del todo seguro si deba volver a las actividades, tendré que pensar en lo que debo hacer, tal vez incluso irme del país. En fin, nos mantendremos en contacto, infórmame de cualquier novedad, sabes como contactarme. — De esa forma finalizaría la llamada, dejando el teléfono público y abandonando la cabina telefónica. El italiano suspiro luego de cerrar sus parpados, colocando las manos en los bolsillos de su pantalón. — Uhm, supongo que la cárcel me enseño a estar más tranquilo. ¿No?
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  • Ese día colocó su mano en una de las rejillas del recinto penitenciario, llevaba casi un año desde que fue capturado, enjuiciado y encarcelado. Se le notaba tranquilo, pensativo, miraba el entorno o tal vez simplemente a la nada. Se encontraba tan metido en sus pensamientos que pasaba de todo lo que le rodeaba.

    En medio de toda esa situación, sacó un pequeño cuadernillo de notas que tendría en su bolsillo, lo abrió y releyó sin emitir palabra alguna, aquellas notas que había escrito la noche anterior.

    “Ayer el guardia me dijo que al día siguiente me liberarían, sinceramente no lo esperaba, realmente creí que pasaría el resto de mi vida tras las rejas.

    Me apropie de una organización a base de chantajes, amenazas, explotación de personas, trafico de drogas, armas, sí… Creo que también hice que más de uno comiera plomo y se fuese al ‘otro lado’.

    Algo salió muy mal y bueno, termine aquí, las pruebas fueron concluyentes, así que no había nada que hacer al respecto.

    Me pregunto que habrá sido de Eli, Gio, Vlad, ‘Cruella’, Dante y los demás… Recuerdo que el guardia me informaba de algunas visitas, pero no acepte ninguna, estaba demasiado frustrado y enojado conmigo mismo, en cierta forma encontré un refugio silencioso y tranquilo en estás paredes.

    ¿Mi hermana se habrá quedado con el “Soldado”? ¿Giovanni se habrá casado? Supongo que, por lo que hice, debe haber más gente atea de la que ya había en este país, tal vez en el mundo, a saber… ¿Los rusos habrán tomado más terreno por aquí? También me pregunto si habrán creado algo más vomitivo que la pizza con piña.

    En este loco e irónico mundo se puede esperar cualquier cosa.

    He estado tan desconectado de todo, aunque físicamente estoy bien, es como si toda lesión o rastro de enfermedad desapareciera de mi cuerpo.

    Es extraño, no entiendo porque me liberan, lo que hice fue bastante grave como para siquiera tener la posibilidad de una fianza, por muy millonaria que sea. Me había resignado…

    Tendré que averiguar que diablos haré con mi vida a partir de ahora.”
    Ese día colocó su mano en una de las rejillas del recinto penitenciario, llevaba casi un año desde que fue capturado, enjuiciado y encarcelado. Se le notaba tranquilo, pensativo, miraba el entorno o tal vez simplemente a la nada. Se encontraba tan metido en sus pensamientos que pasaba de todo lo que le rodeaba. En medio de toda esa situación, sacó un pequeño cuadernillo de notas que tendría en su bolsillo, lo abrió y releyó sin emitir palabra alguna, aquellas notas que había escrito la noche anterior. “Ayer el guardia me dijo que al día siguiente me liberarían, sinceramente no lo esperaba, realmente creí que pasaría el resto de mi vida tras las rejas. Me apropie de una organización a base de chantajes, amenazas, explotación de personas, trafico de drogas, armas, sí… Creo que también hice que más de uno comiera plomo y se fuese al ‘otro lado’. Algo salió muy mal y bueno, termine aquí, las pruebas fueron concluyentes, así que no había nada que hacer al respecto. Me pregunto que habrá sido de Eli, Gio, Vlad, ‘Cruella’, Dante y los demás… Recuerdo que el guardia me informaba de algunas visitas, pero no acepte ninguna, estaba demasiado frustrado y enojado conmigo mismo, en cierta forma encontré un refugio silencioso y tranquilo en estás paredes. ¿Mi hermana se habrá quedado con el “Soldado”? ¿Giovanni se habrá casado? Supongo que, por lo que hice, debe haber más gente atea de la que ya había en este país, tal vez en el mundo, a saber… ¿Los rusos habrán tomado más terreno por aquí? También me pregunto si habrán creado algo más vomitivo que la pizza con piña. En este loco e irónico mundo se puede esperar cualquier cosa. He estado tan desconectado de todo, aunque físicamente estoy bien, es como si toda lesión o rastro de enfermedad desapareciera de mi cuerpo. Es extraño, no entiendo porque me liberan, lo que hice fue bastante grave como para siquiera tener la posibilidad de una fianza, por muy millonaria que sea. Me había resignado… Tendré que averiguar que diablos haré con mi vida a partir de ahora.”
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  • El dinero se gana de forma ilegal...
    A veces, si tienes suerte, puedes ganar dinero de forma legal, pero nunca dura.
    La gente es lujuriosa y codiciosa...
    Eso significa alcohol, drogas, sexo...
    El dinero se gana de forma ilegal... A veces, si tienes suerte, puedes ganar dinero de forma legal, pero nunca dura. La gente es lujuriosa y codiciosa... Eso significa alcohol, drogas, sexo...
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  • ๐‚๐š๐ฉí๐ญ๐ฎ๐ฅ๐จ ๐ˆ๐ˆ๐ˆ – “๐ƒ๐ข๐จ๐ฌ๐š ๐๐ž๐ฅ ๐‚๐š๐จ๐ฌ”

    La discoteca más exclusiva de Nueva York estaba hecha para ella. No para la alta sociedad, no para los artistas, no para los millonarios aburridos. No: para Deianira Zhorkeas. Su entrada al lugar fue una escena coreografiada por el destino; flashes, miradas, un vestido plateado que parecía derretirse sobre su piel, y una seguridad arrogante que convertía la pista en su pasarela privada.

    Las copas se alzaron en su honor. La gente susurraba su nombre como si fuese un conjuro. Y Deianira, con la pupila dilatada y la sonrisa de alguien que ya había probado demasiado de todo, absorbía cada segundo como un aplauso eterno.

    —Brindemos por mí —dijo, elevando una copa de vodka cristalino, con ese tono de broma que no era broma en absoluto.

    El DJ cambió la música solo porque ella había llegado, mezclando su voz en un “welcome queen” improvisado que hizo que el lugar estallara. Pero entre la euforia y los destellos, alguien la observaba desde el bar: un hombre trajeado, con mirada calculadora. No era fan. No era uno de esos que la deseaban como un trofeo. Era un competidor, un inversor de la industria cosmética que había querido comprar parte de Detroyer of Men y al que ella había rechazado con crueldad.

    Él levantó su vaso hacia ella con una media sonrisa. Ella, altiva, respondió con un movimiento de cejas, como quien pisa una hormiga invisible. Pero el gesto la perturbó más de lo que admitió.

    La noche siguió en espiral. Risas, drogas en el baño, besos robados a un desconocido que no recordaría en la mañana. Todo un espectáculo de excesos que ella sabía manejar como nadie. Pero en un rincón de su mente, esa mirada fría seguía clavada, como una advertencia: su imperio no era intocable.

    Deianira salió del club cuando amanecía, rodeada de un séquito de almas perdidas que la seguían como devotos de una diosa del caos. Subió a su coche con la carcajada todavía en los labios, pero al mirarse en el espejo retrovisor, se detuvo. El maquillaje estaba intacto, sí… pero había un cansancio extraño en sus ojos celestes.

    La diosa parecía humana por un instante.

    Sacó una bolsita plateada del bolso y la dejó sobre sus rodillas.

    —Aún no, cariño —susurró, como si hablara con ella. Y con un gesto brusco, la guardó de nuevo.

    El coche arrancó. Afuera, Nueva York despertaba. Y Deianira, entre humo y cristal, se convencía de que aún tenía el control.

    Aunque la grieta ya empezaba a abrirse.
    ๐‚๐š๐ฉí๐ญ๐ฎ๐ฅ๐จ ๐ˆ๐ˆ๐ˆ – “๐ƒ๐ข๐จ๐ฌ๐š ๐๐ž๐ฅ ๐‚๐š๐จ๐ฌ” La discoteca más exclusiva de Nueva York estaba hecha para ella. No para la alta sociedad, no para los artistas, no para los millonarios aburridos. No: para Deianira Zhorkeas. Su entrada al lugar fue una escena coreografiada por el destino; flashes, miradas, un vestido plateado que parecía derretirse sobre su piel, y una seguridad arrogante que convertía la pista en su pasarela privada. Las copas se alzaron en su honor. La gente susurraba su nombre como si fuese un conjuro. Y Deianira, con la pupila dilatada y la sonrisa de alguien que ya había probado demasiado de todo, absorbía cada segundo como un aplauso eterno. —Brindemos por mí —dijo, elevando una copa de vodka cristalino, con ese tono de broma que no era broma en absoluto. El DJ cambió la música solo porque ella había llegado, mezclando su voz en un “welcome queen” improvisado que hizo que el lugar estallara. Pero entre la euforia y los destellos, alguien la observaba desde el bar: un hombre trajeado, con mirada calculadora. No era fan. No era uno de esos que la deseaban como un trofeo. Era un competidor, un inversor de la industria cosmética que había querido comprar parte de Detroyer of Men y al que ella había rechazado con crueldad. Él levantó su vaso hacia ella con una media sonrisa. Ella, altiva, respondió con un movimiento de cejas, como quien pisa una hormiga invisible. Pero el gesto la perturbó más de lo que admitió. La noche siguió en espiral. Risas, drogas en el baño, besos robados a un desconocido que no recordaría en la mañana. Todo un espectáculo de excesos que ella sabía manejar como nadie. Pero en un rincón de su mente, esa mirada fría seguía clavada, como una advertencia: su imperio no era intocable. Deianira salió del club cuando amanecía, rodeada de un séquito de almas perdidas que la seguían como devotos de una diosa del caos. Subió a su coche con la carcajada todavía en los labios, pero al mirarse en el espejo retrovisor, se detuvo. El maquillaje estaba intacto, sí… pero había un cansancio extraño en sus ojos celestes. La diosa parecía humana por un instante. Sacó una bolsita plateada del bolso y la dejó sobre sus rodillas. —Aún no, cariño —susurró, como si hablara con ella. Y con un gesto brusco, la guardó de nuevo. El coche arrancó. Afuera, Nueva York despertaba. Y Deianira, entre humo y cristal, se convencía de que aún tenía el control. Aunque la grieta ya empezaba a abrirse.
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  • ๐€๐ ๐ซ๐ž๐ž๐ฆ๐ž๐ง๐ญ๐ฌ & ๐“๐ž๐ซ๐ฆ๐ฌ ๐จ๐Ÿ ๐‚๐จ๐ง๐๐ข๐ญ๐ข๐จ๐ง๐ฌ | ๐•ป๐–—๐–”๐–‘๐–”๐–Œ๐–š๐–Š — ๐•ฎ๐–๐–†๐–•๐–™๐–Š๐–— [๐Ÿ’]

    Era horas decisivas, el poder ya había tomado la decisión de proceder con el argentino que ya se encontraba en deplorables condiciones de por sí. Ya no había nada, ni sueños que cumplir, ni una felicidad por lograr. Solo era sufrimiento y ahora : Un acuerdo de por medio.

    Yacía desmayado debido a los golpes, atado a una silla y de su cabeza aún dejando un gran rastro de su líquido vital. Varios hombres con armamento calibre pesado rodeaban lo que quedaba de él.

    ๐˜๐Ÿฃ : โ ๐˜”๐˜ช๐˜ณ๐˜ข ๐˜ฏ๐˜ข๐˜ฅ๐˜ข ๐˜ฎá๐˜ด ๐˜ค๐˜ฐ๐˜ฎ๐˜ฐ ๐˜ฆ๐˜ด๐˜ต๐˜ข. ๐˜‹๐˜ฆ๐˜ฃ๐˜ฆ๐˜ณí๐˜ข๐˜ฎ๐˜ฐ๐˜ด ๐˜ฎ๐˜ข๐˜ต๐˜ข๐˜ณ๐˜ญ๐˜ฐ, ๐˜ฏ๐˜ฐ ๐˜ฏ๐˜ฐ๐˜ด ๐˜ด๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ท๐˜ช๐˜ณá ๐˜ฅ๐˜ฆ ๐˜ฏ๐˜ข๐˜ฅ๐˜ข. โž

    Esas palabras alcanzaban a oírse por parte de los hombres que apunto con su rifle a la cabeza de Santiago, pero, fue detenido por su compañero.

    ๐˜๐Ÿค : โ ๐˜—๐˜ข๐˜ณ๐˜ข ๐˜ฎ๐˜ช ๐˜ฒ๐˜ถ๐˜ฆ ๐˜ฆ๐˜ด๐˜ต๐˜ข ๐˜ฎ๐˜ถ๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ต๐˜ฐ, ๐˜ฑ๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ฐ ๐˜š๐˜ฆ๐˜ณ๐˜จ๐˜ฆ๐˜ช ๐˜ฅ๐˜ช๐˜ค๐˜ฆ ๐˜ฒ๐˜ถ๐˜ฆ ๐˜ค๐˜ฐ๐˜ฏ๐˜ง๐˜ช๐˜ฆ๐˜ฎ๐˜ฐ๐˜ด ๐˜ฑ๐˜ญ๐˜ฆ๐˜ฏ๐˜ข๐˜ฎ๐˜ฆ๐˜ฏ๐˜ต๐˜ฆ ๐˜ฆ๐˜ฏ ๐˜ฆ๐˜ด๐˜ต๐˜ฐ. ๐˜š๐˜ช ๐˜ฉ๐˜ข๐˜ค๐˜ฆ๐˜ด ๐˜ถ๐˜ฏ๐˜ข ๐˜ฆ๐˜ด๐˜ต๐˜ถ๐˜ฑ๐˜ช๐˜ฅ๐˜ฆ๐˜ป, ๐˜ฏ๐˜ฐ๐˜ด ๐˜ฎ๐˜ข๐˜ต๐˜ข๐˜ณá. โž

    Sergei era el jefe de esa mafia y organización criminal. Quería unir al joven Santiago teniendo en cuenta su condición y estancia. Se rumoreaba plenamente sobre el ángel caído pero no se tenía registro de ello.

    Sergei entró en escena. Un hombre alto, ruso y con un puesto como diputado en el gobierno mediante a la corrupción, tráfico de drogas y personas. Al hacer acto de presencia solo hubo un silencio prematuro en la sala donde sacó una Desert Eagle bañada en oro de su guantera y le disparo a Santiago ahora en el hombro.

    El impacto y el sonido hicieron que este mismo recobrará la conciencia abriendo sus ojos plenamente y dejando escapar un quejido por lo bajo y las gotas de sangre cayendo de la zona afectada.

    ๐˜š๐˜ฆ๐˜ณ๐˜จ๐˜ฆ๐˜ช : โ ๐˜ˆ๐˜ญ ๐˜ง๐˜ช๐˜ฏ ๐˜ฅ๐˜ฆ๐˜ด๐˜ฑ๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ต๐˜ข๐˜ด๐˜ต๐˜ฆ, ๐˜ด๐˜ถ๐˜ฑ๐˜ถ๐˜ฆ๐˜ด๐˜ต๐˜ฐ á๐˜ฏ๐˜จ๐˜ฆ๐˜ญ ๐˜ค๐˜ขí๐˜ฅ๐˜ฐ ๐˜ฒ๐˜ถ๐˜ฆ ๐˜ฎ๐˜ข๐˜ญ๐˜ข ๐˜ฆ๐˜ฅ๐˜ถ๐˜ค๐˜ข๐˜ค๐˜ชó๐˜ฏ ๐˜ฅ๐˜ฆ ๐˜ฎ๐˜ช ๐˜ฑ๐˜ข๐˜ณ๐˜ต๐˜ฆ ๐˜ฆ๐˜ญ ๐˜ฏ๐˜ฐ ๐˜ฑ๐˜ณ๐˜ฆ๐˜ด๐˜ฆ๐˜ฏ๐˜ต๐˜ข๐˜ณ๐˜ฎ๐˜ฆ ๐˜ฑ๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ฐ ๐˜ท๐˜ฆí๐˜ข ๐˜ฒ๐˜ถ๐˜ฆ ๐˜ฏ๐˜ฐ ๐˜ฅ๐˜ฆ๐˜ด๐˜ฑ๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ต๐˜ข๐˜ฃ๐˜ข๐˜ด. โž

    Se acercó unos pasos más y tomó del cuello al argentino apretando con fuerza en esa zona y obstruyendole el oxígeno.

    ๐˜š๐˜ฆ๐˜ณ๐˜จ๐˜ฆ๐˜ช : โ ๐˜”๐˜ช ๐˜ฏ๐˜ฐ๐˜ฎ๐˜ฃ๐˜ณ๐˜ฆ ๐˜ฆ๐˜ด ๐˜š๐˜ฆ๐˜ณ๐˜จ๐˜ฆ๐˜ช ๐˜๐˜ท๐˜ข๐˜ฏ๐˜ฐ๐˜ท. ๐˜š๐˜ฐ๐˜บ ๐˜ฆ๐˜ญ ๐˜ญí๐˜ฅ๐˜ฆ๐˜ณ ๐˜ฅ๐˜ฆ ๐˜ฆ๐˜ด๐˜ต๐˜ข ๐˜ฐ๐˜ณ๐˜จ๐˜ข๐˜ฏ๐˜ช๐˜ป๐˜ข๐˜ค๐˜ชó๐˜ฏ ๐˜บ ๐˜ถ๐˜ฏ ๐˜ช๐˜ฎ๐˜ฑ๐˜ฐ๐˜ณ๐˜ต๐˜ข๐˜ฏ๐˜ต๐˜ฆ ๐˜ฅ๐˜ช๐˜ฑ๐˜ถ๐˜ต๐˜ข๐˜ฅ๐˜ฐ ๐˜ฒ๐˜ถ๐˜ฆ ๐˜ฑ๐˜ณ๐˜ฐ๐˜ฏ๐˜ต๐˜ฐ ๐˜ด๐˜ฆ๐˜ณá ๐˜ด๐˜ฆ๐˜ฏ๐˜ข๐˜ฅ๐˜ฐ๐˜ณ. . . ๐˜šé ๐˜ฒ๐˜ถ๐˜ชé๐˜ฏ ๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ฆ๐˜ด ๐˜ณ๐˜ฆ๐˜ข๐˜ญ๐˜ฎ๐˜ฆ๐˜ฏ๐˜ต๐˜ฆ, ๐˜š๐˜ข๐˜ฏ๐˜ต๐˜ช๐˜ข๐˜จ๐˜ฐ. ๐˜›๐˜ณ๐˜ข๐˜ฃ๐˜ข๐˜ซ๐˜ข๐˜ณá๐˜ด ๐˜ฑ๐˜ข๐˜ณ๐˜ข ๐˜ฎí ๐˜ด๐˜ช ๐˜ฏ๐˜ฐ ๐˜ฒ๐˜ถ๐˜ช๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ฆ๐˜ด ๐˜ถ๐˜ฏ๐˜ข ๐˜ท๐˜ช๐˜ฅ๐˜ข ๐˜ฑ๐˜ฆ๐˜ฐ๐˜ณ ๐˜ฒ๐˜ถ๐˜ฆ ๐˜ฆ๐˜ญ ๐˜ช๐˜ฏ๐˜ง๐˜ช๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ฏ๐˜ฐ ๐˜บ ๐˜ฒ๐˜ถ๐˜ฆ ๐˜ฆ๐˜ญ ๐˜ฎ๐˜ถ๐˜ฏ๐˜ฅ๐˜ฐ ๐˜ฆ๐˜ฏ๐˜ต๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ฐ ๐˜ด๐˜ฆ ๐˜ฆ๐˜ฏ๐˜ต๐˜ฆ๐˜ณé ๐˜ฅ๐˜ฆ ๐˜ต๐˜ถ ๐˜ท๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ฅ๐˜ข๐˜ฅ๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ข ๐˜ฏ๐˜ข๐˜ต๐˜ถ๐˜ณ๐˜ข๐˜ญ๐˜ฆ๐˜ป๐˜ข. โž

    La vista del joven se nublaba, no tenía otra opción en ese entonces más que solo asentir con la cabeza con la poca energía que le quedaba ante la propuesta. Será otro estilo de vida, pero a que costo.

    ๐˜š๐˜ฆ๐˜ณ๐˜จ๐˜ฆ๐˜ช : โ ¡๐˜”๐˜ถ๐˜บ ๐˜ฃ๐˜ช๐˜ฆ๐˜ฏ! ๐˜๐˜ฆ๐˜ฐ ๐˜ฒ๐˜ถ๐˜ฆ ๐˜ฏ๐˜ฐ๐˜ด ๐˜ฆ๐˜ฏ๐˜ต๐˜ฆ๐˜ฏ๐˜ฅ๐˜ฆ๐˜ฎ๐˜ฐ๐˜ด ๐˜ฑ๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ง๐˜ฆ๐˜ค๐˜ต๐˜ข๐˜ฎ๐˜ฆ๐˜ฏ๐˜ต๐˜ฆ. ๐˜ˆ๐˜ฉ๐˜ฐ๐˜ณ๐˜ข ๐˜ต๐˜ณ๐˜ข๐˜ฃ๐˜ข๐˜ซ๐˜ข๐˜ด ๐˜ฑ๐˜ข๐˜ณ๐˜ข ๐˜ฎí, ๐˜ฑ๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ฐ ๐˜ฏ๐˜ฐ ๐˜ฐ๐˜ญ๐˜ท๐˜ช๐˜ฅ๐˜ฆ๐˜ด ๐˜ฆ๐˜ด๐˜ต๐˜ฆ ๐˜ข๐˜ค๐˜ถ๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ฅ๐˜ฐ. ๐˜Œ๐˜ฏ ๐˜ถ๐˜ฏ๐˜ฐ๐˜ด ๐˜ฎ๐˜ฐ๐˜ฎ๐˜ฆ๐˜ฏ๐˜ต๐˜ฐ๐˜ด, ๐˜ง๐˜ช๐˜ณ๐˜ฎ๐˜ข๐˜ณá๐˜ด ๐˜ข๐˜ญ๐˜จ๐˜ฐ ๐˜บ ๐˜ค๐˜ฐ๐˜ฏ ๐˜ต๐˜ถ ๐˜ฑ๐˜ณ๐˜ฐ๐˜ฑ๐˜ช๐˜ข ๐˜ด๐˜ข๐˜ฏ๐˜จ๐˜ณ๐˜ฆ. ๐˜๐˜ข๐˜ด ๐˜ข ๐˜ข๐˜ค๐˜ฆ๐˜ฑ๐˜ต๐˜ข๐˜ณ ๐˜ฎ๐˜ช๐˜ด ๐˜ตé๐˜ณ๐˜ฎ๐˜ช๐˜ฏ๐˜ฐ๐˜ด ๐˜บ ๐˜ค๐˜ฐ๐˜ฏ๐˜ฅ๐˜ช๐˜ค๐˜ช๐˜ฐ๐˜ฏ๐˜ฆ๐˜ด ๐˜ด๐˜ช ๐˜ฒ๐˜ถ๐˜ช๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ฆ๐˜ด ๐˜ด๐˜ฆ๐˜จ๐˜ถ๐˜ช๐˜ณ ๐˜ค๐˜ฐ๐˜ฏ ๐˜ท๐˜ช๐˜ฅ๐˜ข. . . ๐˜  ๐˜ท๐˜ฆ๐˜ณ ๐˜ต๐˜ข๐˜ฎ๐˜ฃ๐˜ชé๐˜ฏ ๐˜ด๐˜ช ๐˜ฎ๐˜ฆ ๐˜ด๐˜ฆ๐˜ณá๐˜ด ๐˜ฅ๐˜ฆ ๐˜ถ๐˜ต๐˜ช๐˜ญ๐˜ช๐˜ฅ๐˜ข๐˜ฅ. โž

    Sergei lo suelta en ese entonces y ordena a los hombres a desatarlo, colocarle ropa decente y llevarlo a su despacho finalizando todo. Proceden a esto mismo quitándole la ropa desgastada y vestirlo comenzando con unos zapatos, pantalones y una camisa.

    Lo ayudaron a ponerse de pie, pero, la sangre no paraba de caer y apenas podía mantenerse con equilibrio. Otra sentencia más para su patética vida.
    ๐€๐ ๐ซ๐ž๐ž๐ฆ๐ž๐ง๐ญ๐ฌ & ๐“๐ž๐ซ๐ฆ๐ฌ ๐จ๐Ÿ ๐‚๐จ๐ง๐๐ข๐ญ๐ข๐จ๐ง๐ฌ | ๐•ป๐–—๐–”๐–‘๐–”๐–Œ๐–š๐–Š — ๐•ฎ๐–๐–†๐–•๐–™๐–Š๐–— [๐Ÿ’] Era horas decisivas, el poder ya había tomado la decisión de proceder con el argentino que ya se encontraba en deplorables condiciones de por sí. Ya no había nada, ni sueños que cumplir, ni una felicidad por lograr. Solo era sufrimiento y ahora : Un acuerdo de por medio. Yacía desmayado debido a los golpes, atado a una silla y de su cabeza aún dejando un gran rastro de su líquido vital. Varios hombres con armamento calibre pesado rodeaban lo que quedaba de él. ๐˜๐Ÿฃ : โ ๐˜”๐˜ช๐˜ณ๐˜ข ๐˜ฏ๐˜ข๐˜ฅ๐˜ข ๐˜ฎá๐˜ด ๐˜ค๐˜ฐ๐˜ฎ๐˜ฐ ๐˜ฆ๐˜ด๐˜ต๐˜ข. ๐˜‹๐˜ฆ๐˜ฃ๐˜ฆ๐˜ณí๐˜ข๐˜ฎ๐˜ฐ๐˜ด ๐˜ฎ๐˜ข๐˜ต๐˜ข๐˜ณ๐˜ญ๐˜ฐ, ๐˜ฏ๐˜ฐ ๐˜ฏ๐˜ฐ๐˜ด ๐˜ด๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ท๐˜ช๐˜ณá ๐˜ฅ๐˜ฆ ๐˜ฏ๐˜ข๐˜ฅ๐˜ข. โž Esas palabras alcanzaban a oírse por parte de los hombres que apunto con su rifle a la cabeza de Santiago, pero, fue detenido por su compañero. ๐˜๐Ÿค : โ ๐˜—๐˜ข๐˜ณ๐˜ข ๐˜ฎ๐˜ช ๐˜ฒ๐˜ถ๐˜ฆ ๐˜ฆ๐˜ด๐˜ต๐˜ข ๐˜ฎ๐˜ถ๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ต๐˜ฐ, ๐˜ฑ๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ฐ ๐˜š๐˜ฆ๐˜ณ๐˜จ๐˜ฆ๐˜ช ๐˜ฅ๐˜ช๐˜ค๐˜ฆ ๐˜ฒ๐˜ถ๐˜ฆ ๐˜ค๐˜ฐ๐˜ฏ๐˜ง๐˜ช๐˜ฆ๐˜ฎ๐˜ฐ๐˜ด ๐˜ฑ๐˜ญ๐˜ฆ๐˜ฏ๐˜ข๐˜ฎ๐˜ฆ๐˜ฏ๐˜ต๐˜ฆ ๐˜ฆ๐˜ฏ ๐˜ฆ๐˜ด๐˜ต๐˜ฐ. ๐˜š๐˜ช ๐˜ฉ๐˜ข๐˜ค๐˜ฆ๐˜ด ๐˜ถ๐˜ฏ๐˜ข ๐˜ฆ๐˜ด๐˜ต๐˜ถ๐˜ฑ๐˜ช๐˜ฅ๐˜ฆ๐˜ป, ๐˜ฏ๐˜ฐ๐˜ด ๐˜ฎ๐˜ข๐˜ต๐˜ข๐˜ณá. โž Sergei era el jefe de esa mafia y organización criminal. Quería unir al joven Santiago teniendo en cuenta su condición y estancia. Se rumoreaba plenamente sobre el ángel caído pero no se tenía registro de ello. Sergei entró en escena. Un hombre alto, ruso y con un puesto como diputado en el gobierno mediante a la corrupción, tráfico de drogas y personas. Al hacer acto de presencia solo hubo un silencio prematuro en la sala donde sacó una Desert Eagle bañada en oro de su guantera y le disparo a Santiago ahora en el hombro. El impacto y el sonido hicieron que este mismo recobrará la conciencia abriendo sus ojos plenamente y dejando escapar un quejido por lo bajo y las gotas de sangre cayendo de la zona afectada. ๐˜š๐˜ฆ๐˜ณ๐˜จ๐˜ฆ๐˜ช : โ ๐˜ˆ๐˜ญ ๐˜ง๐˜ช๐˜ฏ ๐˜ฅ๐˜ฆ๐˜ด๐˜ฑ๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ต๐˜ข๐˜ด๐˜ต๐˜ฆ, ๐˜ด๐˜ถ๐˜ฑ๐˜ถ๐˜ฆ๐˜ด๐˜ต๐˜ฐ á๐˜ฏ๐˜จ๐˜ฆ๐˜ญ ๐˜ค๐˜ขí๐˜ฅ๐˜ฐ ๐˜ฒ๐˜ถ๐˜ฆ ๐˜ฎ๐˜ข๐˜ญ๐˜ข ๐˜ฆ๐˜ฅ๐˜ถ๐˜ค๐˜ข๐˜ค๐˜ชó๐˜ฏ ๐˜ฅ๐˜ฆ ๐˜ฎ๐˜ช ๐˜ฑ๐˜ข๐˜ณ๐˜ต๐˜ฆ ๐˜ฆ๐˜ญ ๐˜ฏ๐˜ฐ ๐˜ฑ๐˜ณ๐˜ฆ๐˜ด๐˜ฆ๐˜ฏ๐˜ต๐˜ข๐˜ณ๐˜ฎ๐˜ฆ ๐˜ฑ๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ฐ ๐˜ท๐˜ฆí๐˜ข ๐˜ฒ๐˜ถ๐˜ฆ ๐˜ฏ๐˜ฐ ๐˜ฅ๐˜ฆ๐˜ด๐˜ฑ๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ต๐˜ข๐˜ฃ๐˜ข๐˜ด. โž Se acercó unos pasos más y tomó del cuello al argentino apretando con fuerza en esa zona y obstruyendole el oxígeno. ๐˜š๐˜ฆ๐˜ณ๐˜จ๐˜ฆ๐˜ช : โ ๐˜”๐˜ช ๐˜ฏ๐˜ฐ๐˜ฎ๐˜ฃ๐˜ณ๐˜ฆ ๐˜ฆ๐˜ด ๐˜š๐˜ฆ๐˜ณ๐˜จ๐˜ฆ๐˜ช ๐˜๐˜ท๐˜ข๐˜ฏ๐˜ฐ๐˜ท. ๐˜š๐˜ฐ๐˜บ ๐˜ฆ๐˜ญ ๐˜ญí๐˜ฅ๐˜ฆ๐˜ณ ๐˜ฅ๐˜ฆ ๐˜ฆ๐˜ด๐˜ต๐˜ข ๐˜ฐ๐˜ณ๐˜จ๐˜ข๐˜ฏ๐˜ช๐˜ป๐˜ข๐˜ค๐˜ชó๐˜ฏ ๐˜บ ๐˜ถ๐˜ฏ ๐˜ช๐˜ฎ๐˜ฑ๐˜ฐ๐˜ณ๐˜ต๐˜ข๐˜ฏ๐˜ต๐˜ฆ ๐˜ฅ๐˜ช๐˜ฑ๐˜ถ๐˜ต๐˜ข๐˜ฅ๐˜ฐ ๐˜ฒ๐˜ถ๐˜ฆ ๐˜ฑ๐˜ณ๐˜ฐ๐˜ฏ๐˜ต๐˜ฐ ๐˜ด๐˜ฆ๐˜ณá ๐˜ด๐˜ฆ๐˜ฏ๐˜ข๐˜ฅ๐˜ฐ๐˜ณ. . . ๐˜šé ๐˜ฒ๐˜ถ๐˜ชé๐˜ฏ ๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ฆ๐˜ด ๐˜ณ๐˜ฆ๐˜ข๐˜ญ๐˜ฎ๐˜ฆ๐˜ฏ๐˜ต๐˜ฆ, ๐˜š๐˜ข๐˜ฏ๐˜ต๐˜ช๐˜ข๐˜จ๐˜ฐ. ๐˜›๐˜ณ๐˜ข๐˜ฃ๐˜ข๐˜ซ๐˜ข๐˜ณá๐˜ด ๐˜ฑ๐˜ข๐˜ณ๐˜ข ๐˜ฎí ๐˜ด๐˜ช ๐˜ฏ๐˜ฐ ๐˜ฒ๐˜ถ๐˜ช๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ฆ๐˜ด ๐˜ถ๐˜ฏ๐˜ข ๐˜ท๐˜ช๐˜ฅ๐˜ข ๐˜ฑ๐˜ฆ๐˜ฐ๐˜ณ ๐˜ฒ๐˜ถ๐˜ฆ ๐˜ฆ๐˜ญ ๐˜ช๐˜ฏ๐˜ง๐˜ช๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ฏ๐˜ฐ ๐˜บ ๐˜ฒ๐˜ถ๐˜ฆ ๐˜ฆ๐˜ญ ๐˜ฎ๐˜ถ๐˜ฏ๐˜ฅ๐˜ฐ ๐˜ฆ๐˜ฏ๐˜ต๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ฐ ๐˜ด๐˜ฆ ๐˜ฆ๐˜ฏ๐˜ต๐˜ฆ๐˜ณé ๐˜ฅ๐˜ฆ ๐˜ต๐˜ถ ๐˜ท๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ฅ๐˜ข๐˜ฅ๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ข ๐˜ฏ๐˜ข๐˜ต๐˜ถ๐˜ณ๐˜ข๐˜ญ๐˜ฆ๐˜ป๐˜ข. โž La vista del joven se nublaba, no tenía otra opción en ese entonces más que solo asentir con la cabeza con la poca energía que le quedaba ante la propuesta. Será otro estilo de vida, pero a que costo. ๐˜š๐˜ฆ๐˜ณ๐˜จ๐˜ฆ๐˜ช : โ ¡๐˜”๐˜ถ๐˜บ ๐˜ฃ๐˜ช๐˜ฆ๐˜ฏ! ๐˜๐˜ฆ๐˜ฐ ๐˜ฒ๐˜ถ๐˜ฆ ๐˜ฏ๐˜ฐ๐˜ด ๐˜ฆ๐˜ฏ๐˜ต๐˜ฆ๐˜ฏ๐˜ฅ๐˜ฆ๐˜ฎ๐˜ฐ๐˜ด ๐˜ฑ๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ง๐˜ฆ๐˜ค๐˜ต๐˜ข๐˜ฎ๐˜ฆ๐˜ฏ๐˜ต๐˜ฆ. ๐˜ˆ๐˜ฉ๐˜ฐ๐˜ณ๐˜ข ๐˜ต๐˜ณ๐˜ข๐˜ฃ๐˜ข๐˜ซ๐˜ข๐˜ด ๐˜ฑ๐˜ข๐˜ณ๐˜ข ๐˜ฎí, ๐˜ฑ๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ฐ ๐˜ฏ๐˜ฐ ๐˜ฐ๐˜ญ๐˜ท๐˜ช๐˜ฅ๐˜ฆ๐˜ด ๐˜ฆ๐˜ด๐˜ต๐˜ฆ ๐˜ข๐˜ค๐˜ถ๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ฅ๐˜ฐ. ๐˜Œ๐˜ฏ ๐˜ถ๐˜ฏ๐˜ฐ๐˜ด ๐˜ฎ๐˜ฐ๐˜ฎ๐˜ฆ๐˜ฏ๐˜ต๐˜ฐ๐˜ด, ๐˜ง๐˜ช๐˜ณ๐˜ฎ๐˜ข๐˜ณá๐˜ด ๐˜ข๐˜ญ๐˜จ๐˜ฐ ๐˜บ ๐˜ค๐˜ฐ๐˜ฏ ๐˜ต๐˜ถ ๐˜ฑ๐˜ณ๐˜ฐ๐˜ฑ๐˜ช๐˜ข ๐˜ด๐˜ข๐˜ฏ๐˜จ๐˜ณ๐˜ฆ. ๐˜๐˜ข๐˜ด ๐˜ข ๐˜ข๐˜ค๐˜ฆ๐˜ฑ๐˜ต๐˜ข๐˜ณ ๐˜ฎ๐˜ช๐˜ด ๐˜ตé๐˜ณ๐˜ฎ๐˜ช๐˜ฏ๐˜ฐ๐˜ด ๐˜บ ๐˜ค๐˜ฐ๐˜ฏ๐˜ฅ๐˜ช๐˜ค๐˜ช๐˜ฐ๐˜ฏ๐˜ฆ๐˜ด ๐˜ด๐˜ช ๐˜ฒ๐˜ถ๐˜ช๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ฆ๐˜ด ๐˜ด๐˜ฆ๐˜จ๐˜ถ๐˜ช๐˜ณ ๐˜ค๐˜ฐ๐˜ฏ ๐˜ท๐˜ช๐˜ฅ๐˜ข. . . ๐˜  ๐˜ท๐˜ฆ๐˜ณ ๐˜ต๐˜ข๐˜ฎ๐˜ฃ๐˜ชé๐˜ฏ ๐˜ด๐˜ช ๐˜ฎ๐˜ฆ ๐˜ด๐˜ฆ๐˜ณá๐˜ด ๐˜ฅ๐˜ฆ ๐˜ถ๐˜ต๐˜ช๐˜ญ๐˜ช๐˜ฅ๐˜ข๐˜ฅ. โž Sergei lo suelta en ese entonces y ordena a los hombres a desatarlo, colocarle ropa decente y llevarlo a su despacho finalizando todo. Proceden a esto mismo quitándole la ropa desgastada y vestirlo comenzando con unos zapatos, pantalones y una camisa. Lo ayudaron a ponerse de pie, pero, la sangre no paraba de caer y apenas podía mantenerse con equilibrio. Otra sentencia más para su patética vida.
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