• — ¿Acaso no es el amanecer algo sublime? —Comentó en voz baja, sin apartar su mirada de quien estaba frente a ella. Sus ojos rojos brillaban con una mezcla de curiosidad y desafío. —Pero... ¿qué hace alguien como tú aquí, interrumpiendo mi descanso?
    — ¿Acaso no es el amanecer algo sublime? —Comentó en voz baja, sin apartar su mirada de quien estaba frente a ella. Sus ojos rojos brillaban con una mezcla de curiosidad y desafío. —Pero... ¿qué hace alguien como tú aquí, interrumpiendo mi descanso?
    Me encocora
    Me gusta
    Me endiabla
    12
    0 turnos 0 maullidos 537 vistas
  • Baile Hastings
    Fandom Bridgerton
    Categoría Drama
    —Me ha gustado conocer a su hermano. Tenía curiosidad por conocer a otro miembro de su extensa familia.

    Colin Bridgerton
    —Me ha gustado conocer a su hermano. Tenía curiosidad por conocer a otro miembro de su extensa familia. [Colin_SB]
    Tipo
    Individual
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Terminado
    38 turnos 0 maullidos 305 vistas
  • Se había despertado de madrugada. Asaltada por una pesadilla de la que a cada segundo que pasaba, recordaba menos.
    Estaba en la habitación de Dean, y el reloj despertador de la mesilla del cazador iluminaba la habitación con un suave resplandor rojizo mientras casi parecía estar increpándole a la cara que eran las 04:00 de la mañana.

    Le hubiera encantado poder distraerse de aquel sentimiento amargo que el sueño, casi olvidado, le había dejado. Pero Dean, a su lado, disfrutaba de sus escasas tres horas de sueño al día, y el hecho de hundir sus dedos en aquel pelo corto y trazar cada línea de aquel rostro que ya había memorizado, le daba paz, pero no frenaba su mente.

    Por esa razón y con una idea emergente, se desliza fuera de la cama, y camina descalza hacia el baño, donde en la ducha termina de dar forma a su plan.

    Si, era demasiado pronto, las 05:00 am cuando por fin está lista, con sus rizos sueltos por los espalda, una falda de satén blanca abierta en el lateral hasta casi la cadera, un delicado top lencero negro, una americana del mismo color y sus tacones stiletto en la mano (suponía que todos estaban durmiendo y no quería despertarlos).

    Cuando está al cien por cien lista vuelve a entrar en el cuarto de Dean, y deja una nota apoyada en el ya mencionado reloj.

    "𝐵𝑢𝑒𝑛𝑜𝑠 𝑑𝑖́𝑎𝑠, 𝑏𝑒𝑙𝑙𝑜 𝑑𝑢𝑟𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑒.
    𝑀𝑒 𝘩𝑒 𝑑𝑒𝑠𝑣𝑒𝑙𝑎𝑑𝑜 𝑦 𝘩𝑒 𝑑𝑒𝑐𝑖𝑑𝑖𝑑𝑜 𝑖𝑛𝑣𝑒𝑟𝑡𝑖𝑟 𝑒𝑙 𝑑𝑖𝑎 𝑒𝑛 𝘩𝑎𝑐𝑒𝑟 𝑢𝑛𝑎𝑠 𝑐𝑜𝑚𝑝𝑟𝑎𝑠.
    𝑁𝑜 𝑡𝑒 𝑚𝑒𝑡𝑎𝑠 𝑒𝑛 𝑙𝑖𝑜𝑠, 𝑠𝑎𝑙 𝑐𝑜𝑛 𝑆𝑎𝑚, 𝑝𝑎𝑠𝑎𝑙𝑜 𝑏𝑖𝑒𝑛.
    𝑌𝑜 𝑙𝑜 𝑣𝑜𝑦 𝑎 𝘩𝑎𝑐𝑒𝑟 ;)
    𝑇𝑒 𝑞𝑢𝑖𝑒𝑟𝑒, 𝑃𝑜𝑝𝑝𝑦."

    Hasta que no está en el garaje, no se calza sus zapatos. Lo hace justo antes de pasear las manos por todos aquellos juegos de llaves que colgaban de la pared.
    Sus dedos se frenan justo sobre las llaves de Baby, estaba tan tentada... pero... no, le ahorraría a Dean el infarto.
    Al final se decide por el suv que le habían alquilado al llegar al aeropuerto y el cual ahora ya estaba a su nombre.

    Tenía cuatro horas de viaje, porque si se hacían compras, se hacían en condiciones y el mejor lugar para hacerlas era Oak Park Mall, en Kansas city.
    Y es que hacer regalos, podría resultar algo superficial para muchos, pero para Poppy Davies era una forma de hacer saber a cualquier persona lo importante que era para ella.

    La británica pensaba en cada persona, en lo que podía representar y transmitir su regalo, en lo que significaba, lo elegía y compraba con el mayor de los cuidados y cariño, era todo un ritual.

    >> Había recorrido el centro comercial durante horas, y a cada momento sus brazos iban llenándose de mas y mas. Una vez todo comprado, al menos por el momento, había hecho una pequeña parada en el restaurante mas top del centro, y después de comer, allí mismo había envuelto cada uno de los regalos para evitar curiosidades ajenas. Había comprado flores para decorar su cuarto y el resto del lugar, al menos hasta que Dean le pusiera mala cara y había puesto rumbo de vuelta a casa, de vuelta al bunker.

    La vida había vuelto al hogar cuando ella baja las escaleras metálicas, sonriendo ante el sonido de sus tacones contra cada escalón.
    Esquiva la biblioteca y la cocina, desde donde le llegan las voces de cada habitante del lugar, yendo directa a su habitación para esconder los regalos, aunque si que alza la voz para que todos la escuchen.

    — ¡Como alguien venga a husmear mis compras, no tendrá lugar en el mundo para esconderse, sea humano, jötunn, tribrida, Winchester, o ángel. Quedáis advertidos!


    #3D #Comunidad3D #Personajes3D #PoppyDavies
    Se había despertado de madrugada. Asaltada por una pesadilla de la que a cada segundo que pasaba, recordaba menos. Estaba en la habitación de Dean, y el reloj despertador de la mesilla del cazador iluminaba la habitación con un suave resplandor rojizo mientras casi parecía estar increpándole a la cara que eran las 04:00 de la mañana. Le hubiera encantado poder distraerse de aquel sentimiento amargo que el sueño, casi olvidado, le había dejado. Pero Dean, a su lado, disfrutaba de sus escasas tres horas de sueño al día, y el hecho de hundir sus dedos en aquel pelo corto y trazar cada línea de aquel rostro que ya había memorizado, le daba paz, pero no frenaba su mente. Por esa razón y con una idea emergente, se desliza fuera de la cama, y camina descalza hacia el baño, donde en la ducha termina de dar forma a su plan. Si, era demasiado pronto, las 05:00 am cuando por fin está lista, con sus rizos sueltos por los espalda, una falda de satén blanca abierta en el lateral hasta casi la cadera, un delicado top lencero negro, una americana del mismo color y sus tacones stiletto en la mano (suponía que todos estaban durmiendo y no quería despertarlos). Cuando está al cien por cien lista vuelve a entrar en el cuarto de Dean, y deja una nota apoyada en el ya mencionado reloj. "𝐵𝑢𝑒𝑛𝑜𝑠 𝑑𝑖́𝑎𝑠, 𝑏𝑒𝑙𝑙𝑜 𝑑𝑢𝑟𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑒. 𝑀𝑒 𝘩𝑒 𝑑𝑒𝑠𝑣𝑒𝑙𝑎𝑑𝑜 𝑦 𝘩𝑒 𝑑𝑒𝑐𝑖𝑑𝑖𝑑𝑜 𝑖𝑛𝑣𝑒𝑟𝑡𝑖𝑟 𝑒𝑙 𝑑𝑖𝑎 𝑒𝑛 𝘩𝑎𝑐𝑒𝑟 𝑢𝑛𝑎𝑠 𝑐𝑜𝑚𝑝𝑟𝑎𝑠. 𝑁𝑜 𝑡𝑒 𝑚𝑒𝑡𝑎𝑠 𝑒𝑛 𝑙𝑖𝑜𝑠, 𝑠𝑎𝑙 𝑐𝑜𝑛 𝑆𝑎𝑚, 𝑝𝑎𝑠𝑎𝑙𝑜 𝑏𝑖𝑒𝑛. 𝑌𝑜 𝑙𝑜 𝑣𝑜𝑦 𝑎 𝘩𝑎𝑐𝑒𝑟 ;) 𝑇𝑒 𝑞𝑢𝑖𝑒𝑟𝑒, 𝑃𝑜𝑝𝑝𝑦." Hasta que no está en el garaje, no se calza sus zapatos. Lo hace justo antes de pasear las manos por todos aquellos juegos de llaves que colgaban de la pared. Sus dedos se frenan justo sobre las llaves de Baby, estaba tan tentada... pero... no, le ahorraría a Dean el infarto. Al final se decide por el suv que le habían alquilado al llegar al aeropuerto y el cual ahora ya estaba a su nombre. Tenía cuatro horas de viaje, porque si se hacían compras, se hacían en condiciones y el mejor lugar para hacerlas era Oak Park Mall, en Kansas city. Y es que hacer regalos, podría resultar algo superficial para muchos, pero para Poppy Davies era una forma de hacer saber a cualquier persona lo importante que era para ella. La británica pensaba en cada persona, en lo que podía representar y transmitir su regalo, en lo que significaba, lo elegía y compraba con el mayor de los cuidados y cariño, era todo un ritual. >> Había recorrido el centro comercial durante horas, y a cada momento sus brazos iban llenándose de mas y mas. Una vez todo comprado, al menos por el momento, había hecho una pequeña parada en el restaurante mas top del centro, y después de comer, allí mismo había envuelto cada uno de los regalos para evitar curiosidades ajenas. Había comprado flores para decorar su cuarto y el resto del lugar, al menos hasta que Dean le pusiera mala cara y había puesto rumbo de vuelta a casa, de vuelta al bunker. La vida había vuelto al hogar cuando ella baja las escaleras metálicas, sonriendo ante el sonido de sus tacones contra cada escalón. Esquiva la biblioteca y la cocina, desde donde le llegan las voces de cada habitante del lugar, yendo directa a su habitación para esconder los regalos, aunque si que alza la voz para que todos la escuchen. — ¡Como alguien venga a husmear mis compras, no tendrá lugar en el mundo para esconderse, sea humano, jötunn, tribrida, Winchester, o ángel. Quedáis advertidos! #3D #Comunidad3D #Personajes3D #PoppyDavies
    Me shockea
    Me gusta
    Me endiabla
    4
    0 turnos 0 maullidos 479 vistas
  • El mago Yukine empuja la pesada puerta de madera del bar. Al entrar, una mezcla de luces tenues y sombras danzantes lo envuelven. El aire está cargado de una mezcla de aromas: hierbas exóticas, pociones burbujeantes y el inconfundible olor a magia antigua.
    El bar está lleno de seres mitológicos de todo tipo. En una esquina, un grupo de elfos discute animadamente sobre la última moda en arcos encantados. Cerca de la barra, un centauro sorbe una bebida espumosa mientras conversa con una sirena que ha encontrado un asiento en un tanque de agua especialmente diseñado para ella. En una mesa central, un dragón en forma humana lanza dados mágicos en un juego de azar con un gnomo y un troll.
    Yukine avanza con paso seguro, su capa ondeando ligeramente detrás de él. Sus ojos brillan con una luz azulada, reflejo de su poder interior. Se acerca a la barra, donde el barman, un duende de aspecto astuto, le sonríe.

    “¿Qué te trae por aquí, mago?”

    pregunta el duende mientras limpia un vaso con un trapo que parece tener vida propia.

    “He venido en busca de información,”

    responde Yukine, su voz resonando con autoridad.

    “Dicen que aquí se puede encontrar a los más sabios y a los más astutos de todos los reinos.”

    El duende asiente, sus ojos brillando con curiosidad.

    “Has venido al lugar correcto. Pero aquí, la información tiene un precio.”

    Yukine sonríe levemente, sacando una pequeña bolsa de su capa y dejándola sobre la barra. El tintineo de las monedas de oro resuena en el bar, atrayendo la atención de varios de los presentes.

    “Entonces, empecemos,”

    dice Yukine, preparándose para desentrañar los secretos que lo han llevado hasta este lugar.
    El duende toma la bolsa de monedas y la guarda rápidamente en un bolsillo de su chaleco.

    “Muy bien, mago Yukine. ¿Qué es lo que deseas saber?”

    Yukine se inclina ligeramente hacia adelante, su voz baja pero firme.

    “Estoy buscando información sobre un antiguo artefacto, el Orbe de Eterna Luz. Se dice que tiene el poder de restaurar el equilibrio entre los reinos.”

    El duende frunce el ceño, sus ojos brillando con una mezcla de interés y preocupación.

    “El Orbe de Eterna Luz… No es un objeto común. Muchos lo han buscado, pero pocos han regresado.”

    Desde una mesa cercana, una figura encapuchada se levanta y se acerca a la barra.

    “He oído hablar de ese artefacto,”

    dice la figura, revelando un rostro parcialmente cubierto por cicatrices.

    “Soy Lidica, una exploradora de tierras lejanas. He visto mapas y escuchado leyendas sobre el Orbe.”

    Yukine la observa con atención.

    “¿Estás dispuesta a compartir lo que sabes?”

    Lidica asiente lentamente.

    “A cambio de tu ayuda en una misión que tengo pendiente. Necesito recuperar un cristal de poder de las ruinas de un antiguo templo. Es un lugar peligroso, pero con tus habilidades, podríamos tener éxito.”

    Yukine considera la propuesta por un momento antes de asentir.

    “De acuerdo. Te ayudaré con tu misión, y a cambio, tú me guiarás hacia el Orbe de Eterna Luz.”

    El duende sonríe, satisfecho con el acuerdo.

    “Parece que tenemos un trato. Pero tened cuidado, ambos. Este bar está lleno de oídos curiosos y no todos son de fiar.”

    Con el pacto sellado, Yukine y Lidica se preparan para partir hacia su peligrosa aventura, sabiendo que el destino de los reinos podría depender de su éxito.
    Yukine y Lidica abandonan el bar “El Caldero Místico” y se adentran en la noche, sus pasos resonando en las calles empedradas. La luna llena ilumina su camino mientras se dirigen hacia las ruinas del antiguo templo donde se encuentra el cristal de poder que Lidica necesita recuperar.

    “El templo está a unos días de viaje desde aquí,”

    explica Lidica mientras caminan.

    “Está rodeado de un bosque encantado, lleno de criaturas mágicas y trampas antiguas. Tendremos que estar en guardia en todo momento.”

    Yukine asiente, su mirada fija en el horizonte.

    “Estoy preparado. Cuéntame más sobre este cristal de poder.”

    Lidica suspira, recordando las historias que había escuchado desde niña.

    “El Cristal de la Aurora es un artefacto antiguo que perteneció a mis ancestros. Se dice que tiene la capacidad de amplificar la magia de su portador, pero también puede ser peligroso si cae en las manos equivocadas. Mi familia ha estado buscándolo durante generaciones, y creo que finalmente estoy cerca de encontrarlo.”

    A medida que avanzan, el paisaje cambia gradualmente de la ciudad a un denso bosque. Los árboles altos y retorcidos parecen susurrar secretos antiguos, y la luz de la luna apenas penetra el espeso follaje.

    “Debemos acampar aquí por la noche,”

    sugiere Lidica, señalando un claro en el bosque.

    “Es mejor no adentrarse en el templo sin descansar primero.”

    Yukine asiente y comienza a preparar un pequeño campamento. Mientras encienden una fogata, Lidica saca un mapa antiguo y lo extiende sobre el suelo.

    “Este es el templo,”

    dice, señalando una estructura en el centro del mapa.

    “Hay varias entradas, pero la mayoría están protegidas por trampas mágicas. Con tu ayuda, creo que podemos desactivarlas y llegar al cristal.”

    Yukine estudia el mapa con atención.

    “Mañana al amanecer, nos dirigiremos al templo. Debemos estar preparados para cualquier cosa.”

    Con el plan trazado, ambos se acomodan junto a la fogata, sus pensamientos llenos de la misión que les espera. La noche avanza lentamente, y el bosque parece cobrar vida con los sonidos de criaturas nocturnas y el susurro del viento entre los árboles.
    El amancer y la salida del sol es el indicio que un nuevo día a iniciado, Yukine y Lidica se despiertan y preparan algo de desayuno, dan una segunda revisada al pan trasado con anterioridad y desmontan el campamento hecho, recogiendo las lonas y apagando la totalidad del fuego restante usando magia de agua, poniéndose en marcha una vez mas.
    Mientras Yukine y Lidica avanzan por el bosque encantado, una sensación de que son observados los invade, poniéndolos algo tensos y expectantes, de repente y entre los arbustos una criatura emerge, poniendo a Yukine y Lidica en alerta, Yukine por instinto acumulo mana en ambas manos preparándose para el combate mientras Lidica desenvaina su espada y se ponen posición defensiva.

    “¿Quiénes sois y qué buscáis en mi bosque?”

    pregunta el Leshy, su voz resonando como un eco entre los árboles.
    Yukine a ver a la criatura disipa su mana y hace un gesto a Lidica para que enfunde su arma, Yukine da un paso adelante, mostrando respeto.

    “Somos viajeros en busca de un antiguo templo. No queremos causar daño a tu bosque.”

    El Leshy los observa detenidamente antes de asentir lentamente.

    "Te conozco mago eres aquel que fue elegido como mediador, La elemental de tierra nos dijo de tu elección y pronto encuentro"

    el Leshy asintió y les señalo en dirección al sur

    “El templo que buscáis está protegido por antiguos encantamientos. Si prometéis no dañar el bosque, os guiaré hasta allí.”

    Lidica y Yukine asienten, agradecidos por la ayuda del Leshy. Con su guía, avanzan más profundamente en el bosque, sabiendo que han ganado un poderoso aliado en su búsqueda al menos de manera temporal.
    Una vez llegaron a la entrada del templo el Leshy se paro nuevamente frente a ellos

    "eh cumplido mi parte del trato mediador, espero cumplas la tuya"

    luego de estas palabras el leshy desaparecio entre el musgo del suelo, Yukine y Lidica se miraron el uno al otro y asintieron con decisión y entraron al templo.
    El interior del antiguo templo es un lugar impresionante y lleno de misterio. Al entrar, Yukine y Lidica se encuentran en un vasto salón principal, iluminado por la luz tenue que se filtra a través de las grietas en el techo de piedra. Las paredes están cubiertas de intrincados grabados y frescos que representan escenas de antiguas leyendas y batallas épicas.
    Altas columnas de piedra, decoradas con runas y símbolos antiguos, se alinean a lo largo del salón. Algunas de estas columnas están parcialmente cubiertas de musgo y enredaderas, mostrando el paso del tiempo
    A lo largo de las paredes, hay estatuas de antiguos guardianes del templo, figuras imponentes con expresiones severas y armas en mano. Estas estatuas parecen vigilar a los intrusos con ojos de piedra En el centro del salón, hay un gran altar de mármol, adornado con gemas y metales preciosos. Sobre el altar, hay un pedestal vacío donde alguna vez estuvo el Cristal de poder
    Desde el salón principal, varios pasadizos oscuros se extienden hacia las profundidades del templo. Estos pasadizos están llenos de trampas y desafíos, diseñados para proteger los secretos del templo El techo del salón está decorado con un mosaico de colores brillantes que representa el cielo nocturno y las constelaciones. Este mosaico parece brillar con una luz propia, añadiendo un aire mágico al lugar
    El suelo está hecho de grandes losas de piedra, algunas de las cuales están grabadas con patrones geométricos y símbolos mágicos. A medida que caminan, Yukine y Lidica pueden sentir una energía antigua emanando del suelo
    El ambiente dentro del templo es solemne y reverente, con un silencio que solo es roto por el eco de sus pasos. Cada rincón del lugar parece estar impregnado de historia y magia, Yukine y Lidica saben que deben proceder con cautela.
    Mientras Yukine y Lyria avanzan hacia el altar central, una perturbación mágica se siente en el aire. Las runas en las columnas comienzan a brillar intensamente y el suelo tiembla bajo sus pies.
    Yukine siente la energía mágica acumulándose y sabe que algo está a punto de suceder. Alza su bastón y murmura un conjuro de protección.

    "Lidica, prepárate. Algo se aproxima."

    Lidica desenvaina sus dagas, las hojas brillando con runas de fuego y hielo. Se coloca en posición defensiva junto a Yukine.

    "Estoy lista. Lo que sea que venga, lo enfrentaremos juntos."

    Las estatuas de los guardianes a lo largo del salón empiezan a moverse, desprendiéndose del polvo y el musgo. Sus ojos de piedra brillan con una luz roja y sus armas relucen bajo la luz del templo. Con pasos pesados, avanzan hacia los intrusos, levantando sus espadas y lanzas.
    El primer guardián levanta su espada y lanza un golpe poderoso hacia Yukine. Yukine levanta su mano justo a tiempo, bloqueando el ataque con un escudo de energía mágica. El impacto resuena a través del templo, pero Yukine se mantiene firme.
    Otro guardián se abalanza hacia Lyria con una lanza. Lidica esquiva ágilmente el ataque, rodando hacia un lado y contraatacando con una de sus dagas. La hoja encantada deja una cicatriz ardiente en el brazo de piedra del guardián.
    Un tercer guardián intenta sorprender a Yukine por detrás, pero Yukine está preparado. Gira rápidamente y lanza un hechizo de viento, empujando al guardián hacia atrás y haciéndolo chocar contra una columna.
    Yukine y Lidica se coordinan perfectamente, luchando espalda con espalda. Yukine lanza hechizos de fuego y hielo, debilitando a los guardianes mientras Lidica utiliza su agilidad para esquivar y golpear con precisión.
    El combate continúa, con los guardianes atacando implacablemente y Yukine y Lidica defendiendo cada golpe con destreza y magia. El templo retumba con el sonido de la batalla, y ambos saben que deben mantenerse enfocados si quieren salir victoriosos.
    El combate se vuelve más frenético cuando Yukine decide utilizar una combinación de hechizos más avanzada. Alza su mano y, con un movimiento rápido, lanza un hechizo de cadena de relámpagos. La cadena de relámpagos salta de un guardián a otro, chisporroteando y dejando marcas de quemaduras en sus superficies de piedra. Los guardianes retroceden momentáneamente, dándoles a Yukine y Lidica un respiro para reagruparse.
    Lidica aprovecha el momento para lanzar una de sus pociones explosivas a los pies del guardián más cercano. La explosión resulta en un destello cegador seguido de una onda de choque que desestabiliza la estructura del guardián. Con una agilidad impresionante, Lyria se desliza bajo el guardián tambaleante y clava su daga en las articulaciones de piedra, causándole un daño crítico.
    A pesar de estar envuelto en llamas, el guardián lanza un ataque feroz hacia Yukine. Yukine levanta su escudo de energía justo a tiempo, pero el impacto lo hace retroceder unos pasos. El escudo parpadea, mostrando signos de desgaste.
    El guardián herido en la pierna intenta golpear a Lidica con su lanza. Lidica esquiva con agilidad, pero el guardián la sigue de cerca, lanzando una serie de ataques rápidos. Lyria bloquea algunos con sus dagas, pero uno de los golpes logra rozarle el brazo, causando un corte superficial.
    Un tercer guardián, habiendo chocado contra la columna, se reincorpora y lanza un ataque desde la distancia. Alza su mano y una ráfaga de energía oscura se dirige hacia Yukine y Lidica. Yukine desvía la energía con su mano, pero siente la fuerza del impacto.
    Viendo la oportunidad, Yukine decide recurrir a su hechizo de lanza de hielo, creando una lanza hecha de hielo puro y lanzándola con precisión hacia el corazón de piedra del segundo guardián. La lanza penetra la piedra con un sonido agudo, y el guardián se desploma en una nube de polvo.
    Lidica, con su agilidad intacta, hace uso de su habilidad "Golpe Sombrío". Se desvanece momentáneamente en una sombra y reaparece detrás del último guardián, donde clava sus dos dagas encantadas en su espalda. Las runas de fuego y hielo se activan simultáneamente, causando una explosión elemental que destruye al guardián desde dentro.
    El silencio vuelve al templo, interrumpido solo por los ecos de la batalla que aún resuenan en las paredes. Yukine y Lidica, respirando con dificultad, se miran y asienten, sabiendo que han superado una prueba importante.
    Una vez derrotados los guardianes, el altar que antes estaba vacio ahora resuena, vibra y se ilumina por momentos, Lidica se pone de pie y observa anonadada como de este emerge lo que ha estado buscando durante anos.
    una luz suave y resplandeciente. Lidica da un paso adelante, sus ojos llenos de asombro y reverencia.

    "Lo hemos encontrado,"

    susurra, extendiendo una mano hacia el cristal.

    "por fin lo he encontrado, luego de siglos de busqueda, he cumplido la mision de mi familia y ahora yo y mis desendientes debemos continuar la custodia y proteccion de el cristal ."

    Yukine se acerca a su lado, su energía mágica resonando con la del cristal sorprendido por este hecho deja salir su aura magica haciendo que resuene con mayor intensidad con el cristal Con una profunda respiración, extiende sus manos hacia el Cristal . La luz del cristal se intensifica y un cálido resplandor envuelve a Yukine. La energía empieza a fluir desde el cristal hacia él, recorriendo su cuerpo como un río de pura magia. Sus ojos brillan con un azul intenso mientras siente cómo su propia magia se fusiona con la del cristal.
    De repente, una figura comienza a formarse frente a ellos, emergiendo de la luz del cristal. Es una entidad de luz pura, con forma humanoide, pero sus rasgos son etéreos y cambiantes, como si estuviera hecha del mismo resplandor del cristal.

    "Yukine,"

    dice la entidad con una voz que resuena como un coro de ecos armoniosos,

    "yo soy el Guardián del Cristal, una manifestación de su esencia."

    Yukine, todavía envuelto en la energía del cristal, inclina la cabeza en señal de respeto.

    "¿Por qué me ha elegido el cristal? ¿Por qué me otorga sus poderes?"

    La entidad de luz se acerca, su presencia irradiando calidez y serenidad.

    "El Cristal posee un gran poder, uno que puede restaurar el equilibrio o causar destrucción, dependiendo de las intenciones de su portador. Te ha elegido a ti porque eres tu quien fue escogido por lo elementales como mediador."

    Lidica observa la escena con reverencia, sus ojos llenos de asombro.

    "¿Qué debemos hacer ahora?"

    pregunta ella.
    La entidad sonríe suavemente.

    "El trabajo de tu familia, el cual desempeño por siglos hoy se ha cumplido, su salvaguarda era fundamental para que hoy el cristal pudiera entregar sus poderes al mediador."

    "Yukine, ahora que has absorbido los poderes del cristal, te has convertido en su guardián. Debes utilizar este poder para cerrar las brechas que amenazan los reinos y restaurar el equilibrio. Pero recuerda, con gran poder viene una gran responsabilidad."

    Yukine asiente, sintiendo el peso de la responsabilidad sobre sus hombros, pero también una sensación de propósito y claridad.

    "Lo haré. Protegeré el equilibrio"

    La luz que forma la entidad comienza a desvanecerse, pero su voz permanece clara.

    "El Cristal ha confiado en ti, Yukine. Usa su poder con sabiduría y valentía. El destino de los reinos está ahora en tus manos."

    Con esas palabras, la entidad desaparece, dejando a Yukine y Lidica en la sala central del templo. La luz del cristal se integra completamente en Yukine, y él siente una nueva fuerza y conexión con la magia del mundo.
    El mago Yukine empuja la pesada puerta de madera del bar. Al entrar, una mezcla de luces tenues y sombras danzantes lo envuelven. El aire está cargado de una mezcla de aromas: hierbas exóticas, pociones burbujeantes y el inconfundible olor a magia antigua. El bar está lleno de seres mitológicos de todo tipo. En una esquina, un grupo de elfos discute animadamente sobre la última moda en arcos encantados. Cerca de la barra, un centauro sorbe una bebida espumosa mientras conversa con una sirena que ha encontrado un asiento en un tanque de agua especialmente diseñado para ella. En una mesa central, un dragón en forma humana lanza dados mágicos en un juego de azar con un gnomo y un troll. Yukine avanza con paso seguro, su capa ondeando ligeramente detrás de él. Sus ojos brillan con una luz azulada, reflejo de su poder interior. Se acerca a la barra, donde el barman, un duende de aspecto astuto, le sonríe. “¿Qué te trae por aquí, mago?” pregunta el duende mientras limpia un vaso con un trapo que parece tener vida propia. “He venido en busca de información,” responde Yukine, su voz resonando con autoridad. “Dicen que aquí se puede encontrar a los más sabios y a los más astutos de todos los reinos.” El duende asiente, sus ojos brillando con curiosidad. “Has venido al lugar correcto. Pero aquí, la información tiene un precio.” Yukine sonríe levemente, sacando una pequeña bolsa de su capa y dejándola sobre la barra. El tintineo de las monedas de oro resuena en el bar, atrayendo la atención de varios de los presentes. “Entonces, empecemos,” dice Yukine, preparándose para desentrañar los secretos que lo han llevado hasta este lugar. El duende toma la bolsa de monedas y la guarda rápidamente en un bolsillo de su chaleco. “Muy bien, mago Yukine. ¿Qué es lo que deseas saber?” Yukine se inclina ligeramente hacia adelante, su voz baja pero firme. “Estoy buscando información sobre un antiguo artefacto, el Orbe de Eterna Luz. Se dice que tiene el poder de restaurar el equilibrio entre los reinos.” El duende frunce el ceño, sus ojos brillando con una mezcla de interés y preocupación. “El Orbe de Eterna Luz… No es un objeto común. Muchos lo han buscado, pero pocos han regresado.” Desde una mesa cercana, una figura encapuchada se levanta y se acerca a la barra. “He oído hablar de ese artefacto,” dice la figura, revelando un rostro parcialmente cubierto por cicatrices. “Soy Lidica, una exploradora de tierras lejanas. He visto mapas y escuchado leyendas sobre el Orbe.” Yukine la observa con atención. “¿Estás dispuesta a compartir lo que sabes?” Lidica asiente lentamente. “A cambio de tu ayuda en una misión que tengo pendiente. Necesito recuperar un cristal de poder de las ruinas de un antiguo templo. Es un lugar peligroso, pero con tus habilidades, podríamos tener éxito.” Yukine considera la propuesta por un momento antes de asentir. “De acuerdo. Te ayudaré con tu misión, y a cambio, tú me guiarás hacia el Orbe de Eterna Luz.” El duende sonríe, satisfecho con el acuerdo. “Parece que tenemos un trato. Pero tened cuidado, ambos. Este bar está lleno de oídos curiosos y no todos son de fiar.” Con el pacto sellado, Yukine y Lidica se preparan para partir hacia su peligrosa aventura, sabiendo que el destino de los reinos podría depender de su éxito. Yukine y Lidica abandonan el bar “El Caldero Místico” y se adentran en la noche, sus pasos resonando en las calles empedradas. La luna llena ilumina su camino mientras se dirigen hacia las ruinas del antiguo templo donde se encuentra el cristal de poder que Lidica necesita recuperar. “El templo está a unos días de viaje desde aquí,” explica Lidica mientras caminan. “Está rodeado de un bosque encantado, lleno de criaturas mágicas y trampas antiguas. Tendremos que estar en guardia en todo momento.” Yukine asiente, su mirada fija en el horizonte. “Estoy preparado. Cuéntame más sobre este cristal de poder.” Lidica suspira, recordando las historias que había escuchado desde niña. “El Cristal de la Aurora es un artefacto antiguo que perteneció a mis ancestros. Se dice que tiene la capacidad de amplificar la magia de su portador, pero también puede ser peligroso si cae en las manos equivocadas. Mi familia ha estado buscándolo durante generaciones, y creo que finalmente estoy cerca de encontrarlo.” A medida que avanzan, el paisaje cambia gradualmente de la ciudad a un denso bosque. Los árboles altos y retorcidos parecen susurrar secretos antiguos, y la luz de la luna apenas penetra el espeso follaje. “Debemos acampar aquí por la noche,” sugiere Lidica, señalando un claro en el bosque. “Es mejor no adentrarse en el templo sin descansar primero.” Yukine asiente y comienza a preparar un pequeño campamento. Mientras encienden una fogata, Lidica saca un mapa antiguo y lo extiende sobre el suelo. “Este es el templo,” dice, señalando una estructura en el centro del mapa. “Hay varias entradas, pero la mayoría están protegidas por trampas mágicas. Con tu ayuda, creo que podemos desactivarlas y llegar al cristal.” Yukine estudia el mapa con atención. “Mañana al amanecer, nos dirigiremos al templo. Debemos estar preparados para cualquier cosa.” Con el plan trazado, ambos se acomodan junto a la fogata, sus pensamientos llenos de la misión que les espera. La noche avanza lentamente, y el bosque parece cobrar vida con los sonidos de criaturas nocturnas y el susurro del viento entre los árboles. El amancer y la salida del sol es el indicio que un nuevo día a iniciado, Yukine y Lidica se despiertan y preparan algo de desayuno, dan una segunda revisada al pan trasado con anterioridad y desmontan el campamento hecho, recogiendo las lonas y apagando la totalidad del fuego restante usando magia de agua, poniéndose en marcha una vez mas. Mientras Yukine y Lidica avanzan por el bosque encantado, una sensación de que son observados los invade, poniéndolos algo tensos y expectantes, de repente y entre los arbustos una criatura emerge, poniendo a Yukine y Lidica en alerta, Yukine por instinto acumulo mana en ambas manos preparándose para el combate mientras Lidica desenvaina su espada y se ponen posición defensiva. “¿Quiénes sois y qué buscáis en mi bosque?” pregunta el Leshy, su voz resonando como un eco entre los árboles. Yukine a ver a la criatura disipa su mana y hace un gesto a Lidica para que enfunde su arma, Yukine da un paso adelante, mostrando respeto. “Somos viajeros en busca de un antiguo templo. No queremos causar daño a tu bosque.” El Leshy los observa detenidamente antes de asentir lentamente. "Te conozco mago eres aquel que fue elegido como mediador, La elemental de tierra nos dijo de tu elección y pronto encuentro" el Leshy asintió y les señalo en dirección al sur “El templo que buscáis está protegido por antiguos encantamientos. Si prometéis no dañar el bosque, os guiaré hasta allí.” Lidica y Yukine asienten, agradecidos por la ayuda del Leshy. Con su guía, avanzan más profundamente en el bosque, sabiendo que han ganado un poderoso aliado en su búsqueda al menos de manera temporal. Una vez llegaron a la entrada del templo el Leshy se paro nuevamente frente a ellos "eh cumplido mi parte del trato mediador, espero cumplas la tuya" luego de estas palabras el leshy desaparecio entre el musgo del suelo, Yukine y Lidica se miraron el uno al otro y asintieron con decisión y entraron al templo. El interior del antiguo templo es un lugar impresionante y lleno de misterio. Al entrar, Yukine y Lidica se encuentran en un vasto salón principal, iluminado por la luz tenue que se filtra a través de las grietas en el techo de piedra. Las paredes están cubiertas de intrincados grabados y frescos que representan escenas de antiguas leyendas y batallas épicas. Altas columnas de piedra, decoradas con runas y símbolos antiguos, se alinean a lo largo del salón. Algunas de estas columnas están parcialmente cubiertas de musgo y enredaderas, mostrando el paso del tiempo A lo largo de las paredes, hay estatuas de antiguos guardianes del templo, figuras imponentes con expresiones severas y armas en mano. Estas estatuas parecen vigilar a los intrusos con ojos de piedra En el centro del salón, hay un gran altar de mármol, adornado con gemas y metales preciosos. Sobre el altar, hay un pedestal vacío donde alguna vez estuvo el Cristal de poder Desde el salón principal, varios pasadizos oscuros se extienden hacia las profundidades del templo. Estos pasadizos están llenos de trampas y desafíos, diseñados para proteger los secretos del templo El techo del salón está decorado con un mosaico de colores brillantes que representa el cielo nocturno y las constelaciones. Este mosaico parece brillar con una luz propia, añadiendo un aire mágico al lugar El suelo está hecho de grandes losas de piedra, algunas de las cuales están grabadas con patrones geométricos y símbolos mágicos. A medida que caminan, Yukine y Lidica pueden sentir una energía antigua emanando del suelo El ambiente dentro del templo es solemne y reverente, con un silencio que solo es roto por el eco de sus pasos. Cada rincón del lugar parece estar impregnado de historia y magia, Yukine y Lidica saben que deben proceder con cautela. Mientras Yukine y Lyria avanzan hacia el altar central, una perturbación mágica se siente en el aire. Las runas en las columnas comienzan a brillar intensamente y el suelo tiembla bajo sus pies. Yukine siente la energía mágica acumulándose y sabe que algo está a punto de suceder. Alza su bastón y murmura un conjuro de protección. "Lidica, prepárate. Algo se aproxima." Lidica desenvaina sus dagas, las hojas brillando con runas de fuego y hielo. Se coloca en posición defensiva junto a Yukine. "Estoy lista. Lo que sea que venga, lo enfrentaremos juntos." Las estatuas de los guardianes a lo largo del salón empiezan a moverse, desprendiéndose del polvo y el musgo. Sus ojos de piedra brillan con una luz roja y sus armas relucen bajo la luz del templo. Con pasos pesados, avanzan hacia los intrusos, levantando sus espadas y lanzas. El primer guardián levanta su espada y lanza un golpe poderoso hacia Yukine. Yukine levanta su mano justo a tiempo, bloqueando el ataque con un escudo de energía mágica. El impacto resuena a través del templo, pero Yukine se mantiene firme. Otro guardián se abalanza hacia Lyria con una lanza. Lidica esquiva ágilmente el ataque, rodando hacia un lado y contraatacando con una de sus dagas. La hoja encantada deja una cicatriz ardiente en el brazo de piedra del guardián. Un tercer guardián intenta sorprender a Yukine por detrás, pero Yukine está preparado. Gira rápidamente y lanza un hechizo de viento, empujando al guardián hacia atrás y haciéndolo chocar contra una columna. Yukine y Lidica se coordinan perfectamente, luchando espalda con espalda. Yukine lanza hechizos de fuego y hielo, debilitando a los guardianes mientras Lidica utiliza su agilidad para esquivar y golpear con precisión. El combate continúa, con los guardianes atacando implacablemente y Yukine y Lidica defendiendo cada golpe con destreza y magia. El templo retumba con el sonido de la batalla, y ambos saben que deben mantenerse enfocados si quieren salir victoriosos. El combate se vuelve más frenético cuando Yukine decide utilizar una combinación de hechizos más avanzada. Alza su mano y, con un movimiento rápido, lanza un hechizo de cadena de relámpagos. La cadena de relámpagos salta de un guardián a otro, chisporroteando y dejando marcas de quemaduras en sus superficies de piedra. Los guardianes retroceden momentáneamente, dándoles a Yukine y Lidica un respiro para reagruparse. Lidica aprovecha el momento para lanzar una de sus pociones explosivas a los pies del guardián más cercano. La explosión resulta en un destello cegador seguido de una onda de choque que desestabiliza la estructura del guardián. Con una agilidad impresionante, Lyria se desliza bajo el guardián tambaleante y clava su daga en las articulaciones de piedra, causándole un daño crítico. A pesar de estar envuelto en llamas, el guardián lanza un ataque feroz hacia Yukine. Yukine levanta su escudo de energía justo a tiempo, pero el impacto lo hace retroceder unos pasos. El escudo parpadea, mostrando signos de desgaste. El guardián herido en la pierna intenta golpear a Lidica con su lanza. Lidica esquiva con agilidad, pero el guardián la sigue de cerca, lanzando una serie de ataques rápidos. Lyria bloquea algunos con sus dagas, pero uno de los golpes logra rozarle el brazo, causando un corte superficial. Un tercer guardián, habiendo chocado contra la columna, se reincorpora y lanza un ataque desde la distancia. Alza su mano y una ráfaga de energía oscura se dirige hacia Yukine y Lidica. Yukine desvía la energía con su mano, pero siente la fuerza del impacto. Viendo la oportunidad, Yukine decide recurrir a su hechizo de lanza de hielo, creando una lanza hecha de hielo puro y lanzándola con precisión hacia el corazón de piedra del segundo guardián. La lanza penetra la piedra con un sonido agudo, y el guardián se desploma en una nube de polvo. Lidica, con su agilidad intacta, hace uso de su habilidad "Golpe Sombrío". Se desvanece momentáneamente en una sombra y reaparece detrás del último guardián, donde clava sus dos dagas encantadas en su espalda. Las runas de fuego y hielo se activan simultáneamente, causando una explosión elemental que destruye al guardián desde dentro. El silencio vuelve al templo, interrumpido solo por los ecos de la batalla que aún resuenan en las paredes. Yukine y Lidica, respirando con dificultad, se miran y asienten, sabiendo que han superado una prueba importante. Una vez derrotados los guardianes, el altar que antes estaba vacio ahora resuena, vibra y se ilumina por momentos, Lidica se pone de pie y observa anonadada como de este emerge lo que ha estado buscando durante anos. una luz suave y resplandeciente. Lidica da un paso adelante, sus ojos llenos de asombro y reverencia. "Lo hemos encontrado," susurra, extendiendo una mano hacia el cristal. "por fin lo he encontrado, luego de siglos de busqueda, he cumplido la mision de mi familia y ahora yo y mis desendientes debemos continuar la custodia y proteccion de el cristal ." Yukine se acerca a su lado, su energía mágica resonando con la del cristal sorprendido por este hecho deja salir su aura magica haciendo que resuene con mayor intensidad con el cristal Con una profunda respiración, extiende sus manos hacia el Cristal . La luz del cristal se intensifica y un cálido resplandor envuelve a Yukine. La energía empieza a fluir desde el cristal hacia él, recorriendo su cuerpo como un río de pura magia. Sus ojos brillan con un azul intenso mientras siente cómo su propia magia se fusiona con la del cristal. De repente, una figura comienza a formarse frente a ellos, emergiendo de la luz del cristal. Es una entidad de luz pura, con forma humanoide, pero sus rasgos son etéreos y cambiantes, como si estuviera hecha del mismo resplandor del cristal. "Yukine," dice la entidad con una voz que resuena como un coro de ecos armoniosos, "yo soy el Guardián del Cristal, una manifestación de su esencia." Yukine, todavía envuelto en la energía del cristal, inclina la cabeza en señal de respeto. "¿Por qué me ha elegido el cristal? ¿Por qué me otorga sus poderes?" La entidad de luz se acerca, su presencia irradiando calidez y serenidad. "El Cristal posee un gran poder, uno que puede restaurar el equilibrio o causar destrucción, dependiendo de las intenciones de su portador. Te ha elegido a ti porque eres tu quien fue escogido por lo elementales como mediador." Lidica observa la escena con reverencia, sus ojos llenos de asombro. "¿Qué debemos hacer ahora?" pregunta ella. La entidad sonríe suavemente. "El trabajo de tu familia, el cual desempeño por siglos hoy se ha cumplido, su salvaguarda era fundamental para que hoy el cristal pudiera entregar sus poderes al mediador." "Yukine, ahora que has absorbido los poderes del cristal, te has convertido en su guardián. Debes utilizar este poder para cerrar las brechas que amenazan los reinos y restaurar el equilibrio. Pero recuerda, con gran poder viene una gran responsabilidad." Yukine asiente, sintiendo el peso de la responsabilidad sobre sus hombros, pero también una sensación de propósito y claridad. "Lo haré. Protegeré el equilibrio" La luz que forma la entidad comienza a desvanecerse, pero su voz permanece clara. "El Cristal ha confiado en ti, Yukine. Usa su poder con sabiduría y valentía. El destino de los reinos está ahora en tus manos." Con esas palabras, la entidad desaparece, dejando a Yukine y Lidica en la sala central del templo. La luz del cristal se integra completamente en Yukine, y él siente una nueva fuerza y conexión con la magia del mundo.
    Me gusta
    1
    0 turnos 0 maullidos 534 vistas
  • En una mañana, Mai se encontraba en la biblioteca, todo el ambiente esta tranquilo y en silencio, mientras ella camina en los alrededores de este lugar, observa a la gente leyendo y sentados. Mai mientras caminaba en el sitio, se sentía algo que no la podían ver aunque ella todavía no lo confirma aún mientras averigua dentro del sitio, hasta que de un momento, una persona se coloca enfrente de ella con un rostro lleno de curiosidad sin decirle algo y Mai es la primera en hablar dudando porque la miraba de reojo

    — Hola ¿se te ofrece algo?
    En una mañana, Mai se encontraba en la biblioteca, todo el ambiente esta tranquilo y en silencio, mientras ella camina en los alrededores de este lugar, observa a la gente leyendo y sentados. Mai mientras caminaba en el sitio, se sentía algo que no la podían ver aunque ella todavía no lo confirma aún mientras averigua dentro del sitio, hasta que de un momento, una persona se coloca enfrente de ella con un rostro lleno de curiosidad sin decirle algo y Mai es la primera en hablar dudando porque la miraba de reojo — Hola ¿se te ofrece algo?
    Me gusta
    Me encocora
    Me shockea
    7
    4 turnos 0 maullidos 304 vistas
  • FICHA DE PAUL



    PAUL RICHARDS

    "¿oí lujuruia?,yo le se a eso"



    —Nombre humano: Paul Richards

    —Nombre demoniaco: Azzazel Réquiem

    —Clase de demonio: Demonio de la lujuria y de los deseos carnales (novato)


    —Historia: Paul nació en la tierra y creció allí hasta los cuatro años,cuando se fue a vivir al infranmundo con su madre,nunca supo de su padre,lo único que sabe de el es que era un fanático de Satanás y que invoco a su madre sin querer,Paul creció siendo hijo único hasta los 12 años,cuando su hermana menor nació y tuvo que asumir la responsabilidad de hermano mayor,Paul nunca acepto su sangre demoníaca,tenía la esperanza de que algún día su padre lo encuentre y se lo lleve a vivir en la tierra de los mortales,pero esto jamás pasó como tal,por lo que tuvo que lidiar con su tristeza con comedia y rehusandose a crecer como demonio y como humano.


    A los 18,Paul asumio el papel de incubo con el fin de traer almas vírgenes a el inframundo,cosa que jamás le gusto,ya que el quería ser alguien con un papel menos importante en el infierno


    —Hablidades:

    •Lazos de maná
    •Conjuros de todo tipo (defensivos,curativos,etc)
    •Hipnosis (basica)
    •Sueño profundo (avanzado)
    •Volar (con ayuda de sus alas)
    •Rabia (Se requiere mucho estrés e ira)


    —Debilidades:
    •Magia avanzada
    •Explosiones
    •Conjuro Suicida (solo si es ejecutado por el)
    •Angeles de la guarda



    —Características:

    •Paul mide 1,67 (algo enano)
    •Tiene un carácter muy infantil e inmaduro
    •Es algo sensible en sus cuernos
    •Posee alas grandes,solo que no las extiende por completo


    —Curiosidades

    •A pesar de ser un demonio de la lujuria y deba recolectar almas vírgenes,el aún sigue siendo virgen,cosa totalmente irónica
    •Paul tiene cierta atracción por las mujeres maduras
    •En el fondo,es alguien bueno y con un buen corazón,pero esta tapado por un cascaron de chico malo y rebelde
    FICHA DE PAUL PAUL RICHARDS "¿oí lujuruia?,yo le se a eso" —Nombre humano: Paul Richards —Nombre demoniaco: Azzazel Réquiem —Clase de demonio: Demonio de la lujuria y de los deseos carnales (novato) —Historia: Paul nació en la tierra y creció allí hasta los cuatro años,cuando se fue a vivir al infranmundo con su madre,nunca supo de su padre,lo único que sabe de el es que era un fanático de Satanás y que invoco a su madre sin querer,Paul creció siendo hijo único hasta los 12 años,cuando su hermana menor nació y tuvo que asumir la responsabilidad de hermano mayor,Paul nunca acepto su sangre demoníaca,tenía la esperanza de que algún día su padre lo encuentre y se lo lleve a vivir en la tierra de los mortales,pero esto jamás pasó como tal,por lo que tuvo que lidiar con su tristeza con comedia y rehusandose a crecer como demonio y como humano. A los 18,Paul asumio el papel de incubo con el fin de traer almas vírgenes a el inframundo,cosa que jamás le gusto,ya que el quería ser alguien con un papel menos importante en el infierno —Hablidades: •Lazos de maná •Conjuros de todo tipo (defensivos,curativos,etc) •Hipnosis (basica) •Sueño profundo (avanzado) •Volar (con ayuda de sus alas) •Rabia (Se requiere mucho estrés e ira) —Debilidades: •Magia avanzada •Explosiones •Conjuro Suicida (solo si es ejecutado por el) •Angeles de la guarda —Características: •Paul mide 1,67 (algo enano) •Tiene un carácter muy infantil e inmaduro •Es algo sensible en sus cuernos •Posee alas grandes,solo que no las extiende por completo —Curiosidades •A pesar de ser un demonio de la lujuria y deba recolectar almas vírgenes,el aún sigue siendo virgen,cosa totalmente irónica •Paul tiene cierta atracción por las mujeres maduras •En el fondo,es alguien bueno y con un buen corazón,pero esta tapado por un cascaron de chico malo y rebelde
    Me gusta
    Me encocora
    4
    0 turnos 0 maullidos 470 vistas
  • Carmina rara vez tenía la oportunidad de alejarse de la tienda familiar, pero con el cumpleaños de su abuela acercándose rápidamente, sentía que debía encontrar el regalo perfecto. Lucia siempre había sido una mujer elegante, conocida en el vecindario por su buen gusto y su porte refinado. En su juventud, la gente hablaba de ella con admiración y un toque de envidia, mencionando cómo su estilo de vida parecía deslumbrar a todos. Algunos incluso decían que se creía superior a los demás debido a su afición por las marcas de lujo. Sin embargo, Carmina sabía que eso no era cierto. Aunque su esposo a veces le regalaba accesorios o prendas de diseñador, Lucía tenía un talento especial para combinarlos con ropa sencilla que resaltaba su belleza natural.

    Por eso, este año, Carmina había ahorrado cada centavo que pudo, con la esperanza de poder comprarle algo verdaderamente especial a su querida abuela. Con determinación, se dirigió a la parte de la ciudad donde se encontraban las boutiques más elegantes. Era un lugar completamente distinto a su vecindario; las calles estaban adornadas con árboles bien cuidados y las vitrinas exhibían artículos de lujo que brillaban bajo el sol.

    Al entrar en una de las tiendas, Carmina no pudo evitar abrir los ojos en sorpresa ante los precios exorbitantes que se exhibían. Se sintió un poco incómoda, como si los empleados pudieran leer sus pensamientos y notar que claramente no pertenecía a ese entorno exclusivo. Sin embargo, llevaba consigo sus ahorros, y eso le dio un poco de valor.

    Comenzó a recorrer la tienda, revisando cuidadosamente la ropa, los zapatos y los bolsos. Todo era absolutamente hermoso, pero sabía que, a su edad, su abuela no usaría muchas de esas cosas. Después de un rato, desalentada, se dirigió hacia la salida. Pero justo al pasar por el escaparate de una joyería, algo brillante captó su atención.

    ¡Ahí estaban! Un par de aretes de oro, deslumbrantes y elegantes, como solo podían ser. El precio era elevado, pero encajaba perfectamente con lo que había ahorrado. Su corazón latía con emoción mientras se acercaba al vendedor y pedía las joyas del escaparate. Notó la mirada evaluadora del empleado, pero no le importó. Una vez que realizó la compra, se sintió ligera de ahorros, pero llena de alegría y anticipación.

    Al salir de la joyería, algo más llamó su atención. Una joven de cabellos rubios, cuya belleza parecía sacada de una revista de moda, se movía con una gracia deslumbrante. Era, sin duda, de otro nivel. A medida que se acercaba, el rostro de la mujer le resultaba familiar. Después de un momento, Carmina lo comprendió: ¡era ella! Sin pensarlo dos veces, se acercó a la mujer que ya había salido del local.

    —¡Disculpa! ¿Acaso conoces a Flavio?— preguntó, consciente de que su pregunta podía sonar torpe, pero era la única manera que se le ocurrió de indagar sobre la relación de la joven con alguien tan cercano a ella. En ese instante, la ansiedad la invadió, temiendo que podría estar confundiéndola y pasar una vergüenza aún mayor. Pero la curiosidad y el no saber más de aquel que consideraba su amigo, le dieron el valor suficiente para preguntar.

    Eᥣιsᥲbᥱttᥲ Dι Vιᥒᥴᥱᥒzo
    Carmina rara vez tenía la oportunidad de alejarse de la tienda familiar, pero con el cumpleaños de su abuela acercándose rápidamente, sentía que debía encontrar el regalo perfecto. Lucia siempre había sido una mujer elegante, conocida en el vecindario por su buen gusto y su porte refinado. En su juventud, la gente hablaba de ella con admiración y un toque de envidia, mencionando cómo su estilo de vida parecía deslumbrar a todos. Algunos incluso decían que se creía superior a los demás debido a su afición por las marcas de lujo. Sin embargo, Carmina sabía que eso no era cierto. Aunque su esposo a veces le regalaba accesorios o prendas de diseñador, Lucía tenía un talento especial para combinarlos con ropa sencilla que resaltaba su belleza natural. Por eso, este año, Carmina había ahorrado cada centavo que pudo, con la esperanza de poder comprarle algo verdaderamente especial a su querida abuela. Con determinación, se dirigió a la parte de la ciudad donde se encontraban las boutiques más elegantes. Era un lugar completamente distinto a su vecindario; las calles estaban adornadas con árboles bien cuidados y las vitrinas exhibían artículos de lujo que brillaban bajo el sol. Al entrar en una de las tiendas, Carmina no pudo evitar abrir los ojos en sorpresa ante los precios exorbitantes que se exhibían. Se sintió un poco incómoda, como si los empleados pudieran leer sus pensamientos y notar que claramente no pertenecía a ese entorno exclusivo. Sin embargo, llevaba consigo sus ahorros, y eso le dio un poco de valor. Comenzó a recorrer la tienda, revisando cuidadosamente la ropa, los zapatos y los bolsos. Todo era absolutamente hermoso, pero sabía que, a su edad, su abuela no usaría muchas de esas cosas. Después de un rato, desalentada, se dirigió hacia la salida. Pero justo al pasar por el escaparate de una joyería, algo brillante captó su atención. ¡Ahí estaban! Un par de aretes de oro, deslumbrantes y elegantes, como solo podían ser. El precio era elevado, pero encajaba perfectamente con lo que había ahorrado. Su corazón latía con emoción mientras se acercaba al vendedor y pedía las joyas del escaparate. Notó la mirada evaluadora del empleado, pero no le importó. Una vez que realizó la compra, se sintió ligera de ahorros, pero llena de alegría y anticipación. Al salir de la joyería, algo más llamó su atención. Una joven de cabellos rubios, cuya belleza parecía sacada de una revista de moda, se movía con una gracia deslumbrante. Era, sin duda, de otro nivel. A medida que se acercaba, el rostro de la mujer le resultaba familiar. Después de un momento, Carmina lo comprendió: ¡era ella! Sin pensarlo dos veces, se acercó a la mujer que ya había salido del local. —¡Disculpa! ¿Acaso conoces a Flavio?— preguntó, consciente de que su pregunta podía sonar torpe, pero era la única manera que se le ocurrió de indagar sobre la relación de la joven con alguien tan cercano a ella. En ese instante, la ansiedad la invadió, temiendo que podría estar confundiéndola y pasar una vergüenza aún mayor. Pero la curiosidad y el no saber más de aquel que consideraba su amigo, le dieron el valor suficiente para preguntar. [ElisabettaDV1]
    Me encocora
    Me gusta
    Me endiabla
    4
    3 turnos 0 maullidos 724 vistas
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    #Ro el miércoles tras que acabe el examen, estaré en proceso de hacer un post de curiosidades de Elektra y otro para 𝐆𝐑𝐀𝐘𝐒𝐎𝐍 𝐀𝐑𝐆𝐄𝐍𝐓 . De manera individual para que conozcáis mejor los mellizos.
    #Ro el miércoles tras que acabe el examen, estaré en proceso de hacer un post de curiosidades de Elektra y otro para [ThxArgent91] . De manera individual para que conozcáis mejor los mellizos.
    Me encocora
    3
    0 comentarios 1 compartido 584 vistas
  • A sus veintipocos, Carmina siempre responde lo mismo cuando alguien le pregunta si ha estado enamorada: "No, nunca. Nunca me ha pasado." Lo dice con una sonrisa y el tono de quien ha olvidado el sabor de ese sentimiento o de quien, simplemente, jamás lo ha probado. Y cualquiera podría creerle. Al menos hasta que Carmina se queda en silencio, y sus ojos, por unos instantes, parecen viajar a otro tiempo, a otras tardes donde el sol era más cálido y el aire olía a pan fresco.

    Cuando tenía diecisiete años, Carmina se enamoró de Nicolás, su vecino. Era el hijo mayor de la familia que administraba la panadería del vecindario, un lugar al que todos iban en busca de pan recién horneado y, para algunos, de una charla amable. Nicolás era un joven alto, de piel bronceada por el sol, con el cabello castaño largo y despeinado, y unos ojos negros que parecían guardar secretos y sueños. Él cuidaba de los gatos callejeros, que lo seguían por las calles como si fuera uno de ellos. Carmina, intrigada por su forma serena y bondadosa, se había acercado al principio por curiosidad, y luego por una conexión que no entendía del todo.

    Siempre se limitó a ser su amiga, a escucharle con atención cuando él hablaba de lo orgulloso que estaba de su familia o de sus planes para ayudar más en la panadería. Jamás confesó el cariño inmenso que sentía por él. ¿Para qué decirlo?, pensaba. Bastaba con estar cerca y compartir momentos sencillos, con esa paz que le traía el sonido de su voz o la risa que le escapaba cuando un gato le subía al hombro.

    Sin embargo, había momentos en que Nicolás parecía sentir lo mismo. A veces, él dejaba caer palabras tímidas o miradas que parecían decir más de lo que ella estaba dispuesta a aceptar. Como aquella vez, tras una tarde cuidando gatos, cuando se quedaron en silencio y Nicolás, con las mejillas levemente sonrojadas, le confesó que le gustaba estar cerca de ella. Carmina había desviado la mirada, riendo con nerviosismo, hablando de otra cosa, como si esas palabras no hubieran sido lo que realmente eran: una confesión disfrazada.

    La noche antes de que Nicolás desapareciera, él le había propuesto ir a tomar un café juntos el fin de semana. Carmina, con el corazón en la garganta, apenas pudo asentir, pensando que tal vez ese sería el momento en que ambos dejarían de esconder sus sentimientos. Pero el destino tenía otros planes.

    A la mañana siguiente, Nicolás ya no estaba. Desapareció sin dejar rastro, y aunque nadie sabía qué le había ocurrido exactamente, el vecindario asumió lo peor, al tratarse de un asunto que involucraba problemas con la mafia. Se decía que, sin tener culpa, se había visto atrapado en problemas por culpa de amigos que lo arrastraron sin quererlo a asuntos oscuros. Nicolás siempre fue un joven honesto y trabajador, alguien que quería ayudar a su familia, nada más. Carmina, al enterarse, sintió cómo su mundo se volvía gris. Las palabras de él, su invitación, resonaron en su mente como una broma amarga. Aquel café, aquella posibilidad, se desvaneció antes de poder ser real.

    La noticia le trajo también un eco doloroso del pasado. Recordó cómo su madre, años atrás, había arruinado la vida de su familia al involucrarse con un hombre que estaba ligado a la mafia. Carmina había crecido con el miedo constante de perderlo todo, de que el caos de esa vida secreta estallara un día y los devorara. Ahora, el ciclo parecía repetirse de un modo cruel, llevándose a Nicolás, otro inocente atrapado en una red de la que no pudo escapar.

    En las semanas que siguieron, Carmina visitaba la panadería en silencio, intentando mantenerse fuerte mientras veía a la familia de Nicolás seguir adelante con tristeza en los ojos. A veces, se acercaba a los gatos, los mismos que él había cuidado, como si en ellos pudiera encontrar algo de él, un último vestigio de aquel amor que guardó en silencio.

    Ahora, cuando alguien le pregunta si alguna vez se ha enamorado, Carmina recuerda el brillo de los ojos de Nicolás, sus palabras temblorosas y su invitación. Pero sigue negándolo, porque hablar de ese amor es como abrir una herida que aún no sana, una herida marcada por una promesa rota y una vida truncada por los errores de otros. Así, aquel amor permanece escondido entre las sombras de los años y en la fragancia del pan recién horneado que aún flota en su memoria.

    Sin embargo, guarda dos tesoros que no ha dejado que el tiempo borre: una de las pocas fotos que se tomaron juntos, donde él sonríe y la mira de reojo, y los gatos del vecindario, a quienes cuida como una promesa silenciosa, una manera de mantener vivo el recuerdo de aquel primer y único amor.
    A sus veintipocos, Carmina siempre responde lo mismo cuando alguien le pregunta si ha estado enamorada: "No, nunca. Nunca me ha pasado." Lo dice con una sonrisa y el tono de quien ha olvidado el sabor de ese sentimiento o de quien, simplemente, jamás lo ha probado. Y cualquiera podría creerle. Al menos hasta que Carmina se queda en silencio, y sus ojos, por unos instantes, parecen viajar a otro tiempo, a otras tardes donde el sol era más cálido y el aire olía a pan fresco. Cuando tenía diecisiete años, Carmina se enamoró de Nicolás, su vecino. Era el hijo mayor de la familia que administraba la panadería del vecindario, un lugar al que todos iban en busca de pan recién horneado y, para algunos, de una charla amable. Nicolás era un joven alto, de piel bronceada por el sol, con el cabello castaño largo y despeinado, y unos ojos negros que parecían guardar secretos y sueños. Él cuidaba de los gatos callejeros, que lo seguían por las calles como si fuera uno de ellos. Carmina, intrigada por su forma serena y bondadosa, se había acercado al principio por curiosidad, y luego por una conexión que no entendía del todo. Siempre se limitó a ser su amiga, a escucharle con atención cuando él hablaba de lo orgulloso que estaba de su familia o de sus planes para ayudar más en la panadería. Jamás confesó el cariño inmenso que sentía por él. ¿Para qué decirlo?, pensaba. Bastaba con estar cerca y compartir momentos sencillos, con esa paz que le traía el sonido de su voz o la risa que le escapaba cuando un gato le subía al hombro. Sin embargo, había momentos en que Nicolás parecía sentir lo mismo. A veces, él dejaba caer palabras tímidas o miradas que parecían decir más de lo que ella estaba dispuesta a aceptar. Como aquella vez, tras una tarde cuidando gatos, cuando se quedaron en silencio y Nicolás, con las mejillas levemente sonrojadas, le confesó que le gustaba estar cerca de ella. Carmina había desviado la mirada, riendo con nerviosismo, hablando de otra cosa, como si esas palabras no hubieran sido lo que realmente eran: una confesión disfrazada. La noche antes de que Nicolás desapareciera, él le había propuesto ir a tomar un café juntos el fin de semana. Carmina, con el corazón en la garganta, apenas pudo asentir, pensando que tal vez ese sería el momento en que ambos dejarían de esconder sus sentimientos. Pero el destino tenía otros planes. A la mañana siguiente, Nicolás ya no estaba. Desapareció sin dejar rastro, y aunque nadie sabía qué le había ocurrido exactamente, el vecindario asumió lo peor, al tratarse de un asunto que involucraba problemas con la mafia. Se decía que, sin tener culpa, se había visto atrapado en problemas por culpa de amigos que lo arrastraron sin quererlo a asuntos oscuros. Nicolás siempre fue un joven honesto y trabajador, alguien que quería ayudar a su familia, nada más. Carmina, al enterarse, sintió cómo su mundo se volvía gris. Las palabras de él, su invitación, resonaron en su mente como una broma amarga. Aquel café, aquella posibilidad, se desvaneció antes de poder ser real. La noticia le trajo también un eco doloroso del pasado. Recordó cómo su madre, años atrás, había arruinado la vida de su familia al involucrarse con un hombre que estaba ligado a la mafia. Carmina había crecido con el miedo constante de perderlo todo, de que el caos de esa vida secreta estallara un día y los devorara. Ahora, el ciclo parecía repetirse de un modo cruel, llevándose a Nicolás, otro inocente atrapado en una red de la que no pudo escapar. En las semanas que siguieron, Carmina visitaba la panadería en silencio, intentando mantenerse fuerte mientras veía a la familia de Nicolás seguir adelante con tristeza en los ojos. A veces, se acercaba a los gatos, los mismos que él había cuidado, como si en ellos pudiera encontrar algo de él, un último vestigio de aquel amor que guardó en silencio. Ahora, cuando alguien le pregunta si alguna vez se ha enamorado, Carmina recuerda el brillo de los ojos de Nicolás, sus palabras temblorosas y su invitación. Pero sigue negándolo, porque hablar de ese amor es como abrir una herida que aún no sana, una herida marcada por una promesa rota y una vida truncada por los errores de otros. Así, aquel amor permanece escondido entre las sombras de los años y en la fragancia del pan recién horneado que aún flota en su memoria. Sin embargo, guarda dos tesoros que no ha dejado que el tiempo borre: una de las pocas fotos que se tomaron juntos, donde él sonríe y la mira de reojo, y los gatos del vecindario, a quienes cuida como una promesa silenciosa, una manera de mantener vivo el recuerdo de aquel primer y único amor.
    Me entristece
    1
    0 turnos 0 maullidos 922 vistas
  • Ha estado un poco ocupada, llamando a su hermano mientras le preguntaba de cómo le está yendo allá.

    Luego se puso a pasear para salir a tomar aire. La idea de andar en otro lugares que no conoce le atrae cierta curiosidad.
    Ha estado un poco ocupada, llamando a su hermano mientras le preguntaba de cómo le está yendo allá. Luego se puso a pasear para salir a tomar aire. La idea de andar en otro lugares que no conoce le atrae cierta curiosidad.
    0 turnos 0 maullidos 129 vistas
Ver más resultados
Patrocinados