• — Pero, ¡es que es a ti al que mejor le queda! —Chilló Irisha mientras que forcejeaba con su hermano para hacerlo que dejara la capucha en paz. Ninguno de los dos quería ceder, pero la mayor de las gemelas no quería perder, no estaba dispuesta a ello en lo más mínimo y se le notaba por cómo su entrecejo se fruncía más y más.— Eres el único que puede llevarlo. Nadie más de nosotros puede. Aleksandr será Santa, Irina y yo seremos los duendes asistentes. ¡Es claro que necesitamos a Rudolph! Así que no te quejes y déjate el traje. Solo serán cinco fotografías, no más.

    Nikolay negó en repetidas ocasiones. En cada una intentó quitarse la ridícula capucha de su traje, pero, en cada una de esas oportunidades, la gemela siguió tirando con fuerza de ambas astas. Era demasiado ridículo verlo pelear con ella porque la diferencia de alturas y de fuerza era notoria. Solo que, cuando alguna idea retorcida se le metía en la cabeza a Irisha, sacaba fuerzas de quién sabe dónde para hacer valer todos sus derechos y caprichos.

    Finalmente, Nikolay logró alejarse después de que Irina intercediera en aquella discusión. Creía que era demasiado hacer que su hermano utilizara un traje de cuerpo completo cuando, en realidad, habría bastado un suéter adorable y una diadema que simulara las astas. ¿El problema? Que el pedido por la tienda en línea había salido mal y los artículos llegaban mucho después de navidad, si se permitían esperar las postales familiares nunca saldrían a tiempo para las festividades. Así que solo quedaba improvisar con ese traje que habían logrado rentar en una tienda de disfraces algo conocida.

    « Solo serán las cinco que dijiste. Una más y me voy. » Niko fue serio cuando movió las manos para hablar, se complicaba todo cuando las pezuñas del traje le impedían mostrar adecuadamente sus dedos o poder escribir en su teléfono, pero creía que el movimiento frenético y molesto demostraba perfectamente su enfado. « Me tendrán que compensar por esto. Me está comenzando a molestar la nariz. »


    — ¡Sí, sí, sí! Lo que tú digas, lo que tú digas. Ahora vamos adentro, Alek nos debe estar esperando para las fotografías en el estudio. También fue todo un drama convencerlo, así que portense bien. Mi papá me permitió esto, así que no dejaré que ninguno arruine mi sueño. ¿Entendiste, Rudolph?

    Nikolay rodó los ojos fastidiado. Entendía que era más fácil identificar al reno de la nariz roja sobre cualquier otro, pero su favorito siempre había sido Cupid. ¿Tan difícil era referirse a él de esa manera? Es más, sentía que habría bastado un poco de maquillaje para la cara en lugar de sufrir con esa esfera que comenzaba a irritarle la nariz. Pero, después de que se lo rogaran hasta el cansancio, no había encontrado una manera de decirle que no. Al final, Nikolay era débil cuando se trataba de sus hermanas y, especialmente, de sus deseos de un "milagro navideño" donde la familia pudiera llevarse bien.
    — Pero, ¡es que es a ti al que mejor le queda! —Chilló Irisha mientras que forcejeaba con su hermano para hacerlo que dejara la capucha en paz. Ninguno de los dos quería ceder, pero la mayor de las gemelas no quería perder, no estaba dispuesta a ello en lo más mínimo y se le notaba por cómo su entrecejo se fruncía más y más.— Eres el único que puede llevarlo. Nadie más de nosotros puede. Aleksandr será Santa, Irina y yo seremos los duendes asistentes. ¡Es claro que necesitamos a Rudolph! Así que no te quejes y déjate el traje. Solo serán cinco fotografías, no más. Nikolay negó en repetidas ocasiones. En cada una intentó quitarse la ridícula capucha de su traje, pero, en cada una de esas oportunidades, la gemela siguió tirando con fuerza de ambas astas. Era demasiado ridículo verlo pelear con ella porque la diferencia de alturas y de fuerza era notoria. Solo que, cuando alguna idea retorcida se le metía en la cabeza a Irisha, sacaba fuerzas de quién sabe dónde para hacer valer todos sus derechos y caprichos. Finalmente, Nikolay logró alejarse después de que Irina intercediera en aquella discusión. Creía que era demasiado hacer que su hermano utilizara un traje de cuerpo completo cuando, en realidad, habría bastado un suéter adorable y una diadema que simulara las astas. ¿El problema? Que el pedido por la tienda en línea había salido mal y los artículos llegaban mucho después de navidad, si se permitían esperar las postales familiares nunca saldrían a tiempo para las festividades. Así que solo quedaba improvisar con ese traje que habían logrado rentar en una tienda de disfraces algo conocida. « Solo serán las cinco que dijiste. Una más y me voy. » Niko fue serio cuando movió las manos para hablar, se complicaba todo cuando las pezuñas del traje le impedían mostrar adecuadamente sus dedos o poder escribir en su teléfono, pero creía que el movimiento frenético y molesto demostraba perfectamente su enfado. « Me tendrán que compensar por esto. Me está comenzando a molestar la nariz. » — ¡Sí, sí, sí! Lo que tú digas, lo que tú digas. Ahora vamos adentro, Alek nos debe estar esperando para las fotografías en el estudio. También fue todo un drama convencerlo, así que portense bien. Mi papá me permitió esto, así que no dejaré que ninguno arruine mi sueño. ¿Entendiste, Rudolph? Nikolay rodó los ojos fastidiado. Entendía que era más fácil identificar al reno de la nariz roja sobre cualquier otro, pero su favorito siempre había sido Cupid. ¿Tan difícil era referirse a él de esa manera? Es más, sentía que habría bastado un poco de maquillaje para la cara en lugar de sufrir con esa esfera que comenzaba a irritarle la nariz. Pero, después de que se lo rogaran hasta el cansancio, no había encontrado una manera de decirle que no. Al final, Nikolay era débil cuando se trataba de sus hermanas y, especialmente, de sus deseos de un "milagro navideño" donde la familia pudiera llevarse bien.
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  • ¿No tiene nada de malo despertarse a las cinco de la tarde en Navidad, cierto?
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    •||Estoy tratando de hacer la ficha y las cinco veces se me borro. (?)
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  • — Ok.. ok estaré ahí en cinco, pero espero que sea algo divertido.—
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    // Hebe siempre dice no exagerar al nectar, pero lo que pocos saben es que el néctar la emborracha solo con cinco tragüitos y le da una gran jaqueca aunque no haya motivo para tenerlo (?

    No debí beber ese vino amargo... No me nombren... Estoy ...con jaqueca
    // Hebe siempre dice no exagerar al nectar, pero lo que pocos saben es que el néctar la emborracha solo con cinco tragüitos y le da una gran jaqueca aunque no haya motivo para tenerlo (? No debí beber ese vino amargo... No me nombren... Estoy ...con jaqueca
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  • ¿Patriarca yo? jaja no, esas cosas son para Shion. yo prefiero disfrutar la tranquilidad de los cinco picos.
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  • ¿Sabías qué...?

    ¿...hay un sistema para conseguir puntos en FicRol?

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    ¡Pero cuidado!

    ¡Si eliminas al seguidor pierdes esos cinco puntos!

    ¿Qué se puede hacer con los puntos?
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    #RolSage3D #AyudaRolSage #AyudaNuevosUsuarios
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  • —Su corazon latia de manera rapida,sus manos temblaban y sus sierras giraban a mas de cinco mil revoluciones,sentía que podia derrotar a todo demonio que se le pusiera enfrente,lamiendo su sangre y cortardo su carne,aumentando el susurro de la comunidad por un heroe:El Hombre Motosierra.
    El existia para dos cosas;eliminar cual demonio se le encargue y satisfacer a la señorita Makima en cualquiera de sus peticiones,pero habia una razon mas,una razon la cual se recordaba a si mismo cada vez que el terminaba un trabajo,mostrarle sus sueños a Pochita,haciendo todo lo que le prometio a su fiel amigo cuando eran pobres y hambrientos vagabundos—
    —Su corazon latia de manera rapida,sus manos temblaban y sus sierras giraban a mas de cinco mil revoluciones,sentía que podia derrotar a todo demonio que se le pusiera enfrente,lamiendo su sangre y cortardo su carne,aumentando el susurro de la comunidad por un heroe:El Hombre Motosierra. El existia para dos cosas;eliminar cual demonio se le encargue y satisfacer a la señorita Makima en cualquiera de sus peticiones,pero habia una razon mas,una razon la cual se recordaba a si mismo cada vez que el terminaba un trabajo,mostrarle sus sueños a Pochita,haciendo todo lo que le prometio a su fiel amigo cuando eran pobres y hambrientos vagabundos—
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  • Rapsodia en el Bosque
    Fandom Original
    Categoría Fantasía
    Había esencias en el aire.
    Mi pensamiento fragmentado sintió eso justo antes de que me despertara.

    El aire que fluía en mi cavidad nasal, contenía grandes cantidades de información. El dulce aroma de las flores, el del pasto verde brillante, el aroma refrescante de los árboles que se sentía como si pudiera limpiar mi pecho e incluso ese particular aroma del agua que estimulaba mi sedienta garganta.
    Mientras mi mente empezaba a estar consciente, la cantidad de información que recibía por los sonidos aumentó; El sonido de numerosas hojas frotándose unas con otras, el sonido de pequeños pájaros cantando alegremente, debajo de ellos, ocasionalmente había zumbidos producidos por los insectos e incluso el tenúe murmuro que generaba un pequeño río lejano.

    ¿Dónde estoy? Por lo menos, es obvio que no estoy en mi cuarto. Normalmente, cuando me levanto, siempre hay un olor causado por el sol en la sábana seca, el sonido del aire acondicionado, y el sonido de los carros que pasan en la avenida que está un poco más lejos, pero ninguno de esos está presente. Además… esta la luz verde que ha golpeado irregularmente mis párpados hasta ahora no es la de mi lámpara de escritorio que olvidé apagar, pero si es la luz del sol filtrada a través del follaje, ¿Verdad?
    Dejé de lado el deseo de regresar a ese profundo sueño que aun persistía, antes de abrir finalmente mis ojos.

    Parpadee varias veces debido al repentino lanzamiento de varios rayos de luz que se balanceaban.
    Mientras frotaba mis ojos, que estaban llenos de lágrimas, con la parte trasera de mi mano derecha, alcé lentamente la parte superior de mi cuerpo.

    —… ¿Dónde estoy…? -Murmuré involuntariamente-

    Lo que vi después fueron unos arbustos verdes. Había pequeñas flores blancas y amarillas en varias partes de ellos, las mariposas azul claro brillante estaban volando de un lado a otro entre ellas. Más o menos a cinco metros, la alfombra de pasto se cortaba, y de ahí en adelante, había un tramo de bosque profundo, alineado con los árboles gigantes que debieron de haber crecido por decenas de años.
    Mientras enfocaba mi vista en el hueco sombrío entre los troncos de los árboles, el bosque parecía continuar hasta donde llegaba la luz. La corteza rugosa del árbol y el piso estaban cubiertos con musgo, brillando verde y dorado bajo el sol.
    Miré hacia la derecha, y luego me di la vuelta, fui recibido por troncos de árboles viejos de todas direcciones. En otras palabras, parecía que estaba tendido en un pequeño claro de pasto, en medio de algún bosque. Por último miré hacia arriba, y a través del hueco que había entre las copas de los árboles que se extendían en todas direcciones, estaba el cielo azul donde las nubes dispersas estaban flotando, como esperaba.

    —¿Dónde es… este lugar? -Murmuré de nuevo mientras suspiraba.-

    Busqué en cada rincón y esquina de mi cabeza, pero no encontré la memoria de cómo llegué a tomar una siesta en este lugar. ¿Sonambulismo? ¿Amnesia? Al tiempo que esas palabras peligrosas cruzaban mi mente, de ninguna manera, lo negué rápidamente.

    Yo soy… mi nombre es Karu Arcadia. Veintidós años y 3 meses. Vivía… ¿vivo? En una habitación de un edificio de condominios, bastante cara para mí edad.
    Me sentí un poco calmado al recordar parte de mi información personal sin problemas, y una vez hecho eso más información había comenzado a fluir desde mis recuerdos.
    Actualmente, soy un ex trabajador jubilado después de partirme el lomo desde joven… aún más joven que ahora. Estaba aprovechando mis tan esperados días libres para ejercer la pereza. ¿Dinero? Meh, obtuve una pequeña suma que no gastaré ni en 3 vidas, después de estafar a unos casinos...
    Aunque eso me trajo algunos problemas, cosas menores.

    Y mientras más seguía excavando, más vagos recuerdos iban apareciendo.
    En medio de la oscuridad, recuerdo haber escuchado las palabras de una difusa pero clara voz. Cosas como: “Lo siento”, “Tu vida fue corta”, “Por favor ayuda”, y demás palabras entrecortadas lograba recordar.

    Ahora entiendo, yo había muerto... Lo de siempre, total, creo ya es mi tercera muerte del año.

    Sin embargo, de todos mis recuerdos, las palabras de esa voz se habían quedado clavadas en mí. Incluso recuerdo haber escuchado que me brindaría ayuda como guía.
    Una vez mis recuerdos fueron aclarados, me reincorpore levantándome del suelo. Dirigí mi mirada nuevamente al cielo antes de hablarle a la nada:

    —Oye… ¡No me andes jodiendo! ¡¡Estoy retirado!! -Y aunque mis palabras se perdieron en la nada de este bosque, yo seguí ahí esperando alguna clase de respuesta-
    Había esencias en el aire. Mi pensamiento fragmentado sintió eso justo antes de que me despertara. El aire que fluía en mi cavidad nasal, contenía grandes cantidades de información. El dulce aroma de las flores, el del pasto verde brillante, el aroma refrescante de los árboles que se sentía como si pudiera limpiar mi pecho e incluso ese particular aroma del agua que estimulaba mi sedienta garganta. Mientras mi mente empezaba a estar consciente, la cantidad de información que recibía por los sonidos aumentó; El sonido de numerosas hojas frotándose unas con otras, el sonido de pequeños pájaros cantando alegremente, debajo de ellos, ocasionalmente había zumbidos producidos por los insectos e incluso el tenúe murmuro que generaba un pequeño río lejano. ¿Dónde estoy? Por lo menos, es obvio que no estoy en mi cuarto. Normalmente, cuando me levanto, siempre hay un olor causado por el sol en la sábana seca, el sonido del aire acondicionado, y el sonido de los carros que pasan en la avenida que está un poco más lejos, pero ninguno de esos está presente. Además… esta la luz verde que ha golpeado irregularmente mis párpados hasta ahora no es la de mi lámpara de escritorio que olvidé apagar, pero si es la luz del sol filtrada a través del follaje, ¿Verdad? Dejé de lado el deseo de regresar a ese profundo sueño que aun persistía, antes de abrir finalmente mis ojos. Parpadee varias veces debido al repentino lanzamiento de varios rayos de luz que se balanceaban. Mientras frotaba mis ojos, que estaban llenos de lágrimas, con la parte trasera de mi mano derecha, alcé lentamente la parte superior de mi cuerpo. —… ¿Dónde estoy…? -Murmuré involuntariamente- Lo que vi después fueron unos arbustos verdes. Había pequeñas flores blancas y amarillas en varias partes de ellos, las mariposas azul claro brillante estaban volando de un lado a otro entre ellas. Más o menos a cinco metros, la alfombra de pasto se cortaba, y de ahí en adelante, había un tramo de bosque profundo, alineado con los árboles gigantes que debieron de haber crecido por decenas de años. Mientras enfocaba mi vista en el hueco sombrío entre los troncos de los árboles, el bosque parecía continuar hasta donde llegaba la luz. La corteza rugosa del árbol y el piso estaban cubiertos con musgo, brillando verde y dorado bajo el sol. Miré hacia la derecha, y luego me di la vuelta, fui recibido por troncos de árboles viejos de todas direcciones. En otras palabras, parecía que estaba tendido en un pequeño claro de pasto, en medio de algún bosque. Por último miré hacia arriba, y a través del hueco que había entre las copas de los árboles que se extendían en todas direcciones, estaba el cielo azul donde las nubes dispersas estaban flotando, como esperaba. —¿Dónde es… este lugar? -Murmuré de nuevo mientras suspiraba.- Busqué en cada rincón y esquina de mi cabeza, pero no encontré la memoria de cómo llegué a tomar una siesta en este lugar. ¿Sonambulismo? ¿Amnesia? Al tiempo que esas palabras peligrosas cruzaban mi mente, de ninguna manera, lo negué rápidamente. Yo soy… mi nombre es Karu Arcadia. Veintidós años y 3 meses. Vivía… ¿vivo? En una habitación de un edificio de condominios, bastante cara para mí edad. Me sentí un poco calmado al recordar parte de mi información personal sin problemas, y una vez hecho eso más información había comenzado a fluir desde mis recuerdos. Actualmente, soy un ex trabajador jubilado después de partirme el lomo desde joven… aún más joven que ahora. Estaba aprovechando mis tan esperados días libres para ejercer la pereza. ¿Dinero? Meh, obtuve una pequeña suma que no gastaré ni en 3 vidas, después de estafar a unos casinos... Aunque eso me trajo algunos problemas, cosas menores. Y mientras más seguía excavando, más vagos recuerdos iban apareciendo. En medio de la oscuridad, recuerdo haber escuchado las palabras de una difusa pero clara voz. Cosas como: “Lo siento”, “Tu vida fue corta”, “Por favor ayuda”, y demás palabras entrecortadas lograba recordar. Ahora entiendo, yo había muerto... Lo de siempre, total, creo ya es mi tercera muerte del año. Sin embargo, de todos mis recuerdos, las palabras de esa voz se habían quedado clavadas en mí. Incluso recuerdo haber escuchado que me brindaría ayuda como guía. Una vez mis recuerdos fueron aclarados, me reincorpore levantándome del suelo. Dirigí mi mirada nuevamente al cielo antes de hablarle a la nada: —Oye… ¡No me andes jodiendo! ¡¡Estoy retirado!! -Y aunque mis palabras se perdieron en la nada de este bosque, yo seguí ahí esperando alguna clase de respuesta-
    Tipo
    Individual
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Terminado
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  • ¿Cómo es que algo tan simple podía ponerlo de mal humor tan pronto? Solo era un café, realmente no había demasiada ciencia en prepararlo cuando el giro del negocio era justamente ese. Pero, también, Nikolay sabía que era su culpa. Desde el momento en que notó que Jelenna no atendía en el mostrador, debió abandonar ese local para dirigirse a uno donde lograra sentirse en confianza o, cuando menos, no estuviese la única persona que pareciera no comprender que era mudo. No era su culpa no poder hablar y que no entendieran el lenguaje de señas, pero creía que no debían ser tan estúpidos para no entender lo que había señalado en el menú impreso que tenían sobre la barra: Cafe latte. Grande.

    Así que ahora estaba allí, sentado en una mesa con una orden que no era suya mientras que veía por la ventana del establecimiento. ¿Cuándo había sido la última vez que se sintiera tan frustrado? Probablemente la semana pasada, cuando le habían pedido algunas fotos para promocionar una nueva bebida y le insistían, desesperadamente, que participara en el video para redes sociales? De verdad que Nikolay no entendía el afán de las personas por escucharlo hablar. No podía, simplemente era algo que no podía hacer y aún así nunca faltaban los que cuestionaban sus respuestas textuales. "¿Pero cómo es que no puedes?" "Pero, ¿lo has intentado alguna vez?" "Si te esfuerzas seguramente puedes hacerlo".

    Suspiró, harto, y solo el sonido de su teléfono al vibrar insistentemente sobre la mesa había captado su atención. Cuando lo tomó, notó que en la pantalla aparecía la fotografía de una de sus hermanas, de Irina, pero prefirió ignorarla mientras que bajaba aún más el volumen hasta dejarlo en silencio. Luego tomó la taza entre sus manos y miró el contenido. No tenía ese clásico ni precioso dibujo de corazones encima, solo era una aburrida mancha café que le había costado trabajo aclarar con un montón de botecitos de crema. Sopló un poco, luego de acercarsela a la boca e hizo una mueca de desagrado. No era lo que esperaba, pero la pena de repetirle lo que quería una y otra vez era mayor.

    « ¿Es que cada día que pasa la gente se vuelve más tonta? » Aquel pensamiento cruzó su mente, no tuvo reparo ni remordimiento alguno mientras veía como en la barra se hacían un lío con los pedidos. Para todos era fácil hablar, repetir los cinco o seis ingredientes que querían para su orden, el tipo de leche, de grano o de especias, la cantidad de endulzantes y sabores a poner, el tipo de crema, la medida, la cantidad de hielo. Todo podían decirlo libremente y aún así se frustraban porque a su orden le faltaba algo. Si ninguno de ellos pudiera hablar, ¿realmente valorarían más sus tonterías? Niko rodó los ojos, harto del ruido que escuchaba y del pésimo sabor que le había quedado en la boca, seguramente no volvería a ese lugar otra vez si no estaba Jelenna para recibirlo con una sonrisa. « Y yo que pensaba traer a las gemelas. De seguro Irisha habría hecho un escándalo por esto. »
    ¿Cómo es que algo tan simple podía ponerlo de mal humor tan pronto? Solo era un café, realmente no había demasiada ciencia en prepararlo cuando el giro del negocio era justamente ese. Pero, también, Nikolay sabía que era su culpa. Desde el momento en que notó que Jelenna no atendía en el mostrador, debió abandonar ese local para dirigirse a uno donde lograra sentirse en confianza o, cuando menos, no estuviese la única persona que pareciera no comprender que era mudo. No era su culpa no poder hablar y que no entendieran el lenguaje de señas, pero creía que no debían ser tan estúpidos para no entender lo que había señalado en el menú impreso que tenían sobre la barra: Cafe latte. Grande. Así que ahora estaba allí, sentado en una mesa con una orden que no era suya mientras que veía por la ventana del establecimiento. ¿Cuándo había sido la última vez que se sintiera tan frustrado? Probablemente la semana pasada, cuando le habían pedido algunas fotos para promocionar una nueva bebida y le insistían, desesperadamente, que participara en el video para redes sociales? De verdad que Nikolay no entendía el afán de las personas por escucharlo hablar. No podía, simplemente era algo que no podía hacer y aún así nunca faltaban los que cuestionaban sus respuestas textuales. "¿Pero cómo es que no puedes?" "Pero, ¿lo has intentado alguna vez?" "Si te esfuerzas seguramente puedes hacerlo". Suspiró, harto, y solo el sonido de su teléfono al vibrar insistentemente sobre la mesa había captado su atención. Cuando lo tomó, notó que en la pantalla aparecía la fotografía de una de sus hermanas, de Irina, pero prefirió ignorarla mientras que bajaba aún más el volumen hasta dejarlo en silencio. Luego tomó la taza entre sus manos y miró el contenido. No tenía ese clásico ni precioso dibujo de corazones encima, solo era una aburrida mancha café que le había costado trabajo aclarar con un montón de botecitos de crema. Sopló un poco, luego de acercarsela a la boca e hizo una mueca de desagrado. No era lo que esperaba, pero la pena de repetirle lo que quería una y otra vez era mayor. « ¿Es que cada día que pasa la gente se vuelve más tonta? » Aquel pensamiento cruzó su mente, no tuvo reparo ni remordimiento alguno mientras veía como en la barra se hacían un lío con los pedidos. Para todos era fácil hablar, repetir los cinco o seis ingredientes que querían para su orden, el tipo de leche, de grano o de especias, la cantidad de endulzantes y sabores a poner, el tipo de crema, la medida, la cantidad de hielo. Todo podían decirlo libremente y aún así se frustraban porque a su orden le faltaba algo. Si ninguno de ellos pudiera hablar, ¿realmente valorarían más sus tonterías? Niko rodó los ojos, harto del ruido que escuchaba y del pésimo sabor que le había quedado en la boca, seguramente no volvería a ese lugar otra vez si no estaba Jelenna para recibirlo con una sonrisa. « Y yo que pensaba traer a las gemelas. De seguro Irisha habría hecho un escándalo por esto. »
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