• La Cámara del Primer Guardián: Terra, la Manipuladora de la Forma

    La puerta se cerró tras ellos con un estruendo sordo. La cámara era inmensa, con techos tan altos que se perdían en la penumbra. El aire olía a humedad, musgo y piedra antigua. El suelo vibraba con una energía latente, como si algo debajo estuviera vivo.

    En el centro, Terra se alzaba como una estatua animada, fusionada con la tierra misma. Su cuerpo era una amalgama de roca, raíces y minerales, y su voz resonaba como un terremoto:

    —“La tierra no solo sostiene… también aplasta. ¿Están listos para ser moldeados por ella?”

    Terra alzó sus brazos, y el campo de batalla cambió. El suelo se volvió viscoso, como barro endurecido, y la gravedad aumentó abruptamente. Yukine cayó de rodillas, jadeando. Lidica intentó moverse, pero cada paso era como arrastrar una tonelada.

    —“¡Nos está manipulando físicamente! ¡La densidad de nuestros cuerpos está cambiando!” —gritó Yukine.

    Yukine intentó lanzar un hechizo de reducción de masa, pero la magia se dispersaba como si la tierra la absorbiera. Terra se reía, provocando temblores con cada carcajada.

    Lidica, con los músculos tensos, usó su fuerza interna para canalizar su agilidad. Saltó hacia una columna, pero esta se transformó en una raíz que la atrapó por el tobillo. Con esfuerzo, cortó la raíz con una daga, pero cayó pesadamente al suelo.

    —“¡No podemos confiar en el terreno! ¡Todo está vivo aquí!” —exclamó.

    Terra golpeó el suelo con sus puños, y ondas de energía se propagaron. El entorno comenzó a cambiar: las paredes se movían, el techo descendía, y el suelo se elevaba en secciones aleatorias. Era como estar dentro de un cubo de Rubik en movimiento.

    Yukine cerró los ojos, tratando de concentrarse. Pero la magia de Terra comenzaba a afectar su mente. Sentía que sus pensamientos se volvían lentos, como si estuviera atrapado en lodo mental.

    —“Está manipulando nuestra percepción… no solo el cuerpo, también la mente.” —susurró.

    Lidica comenzó a ver duplicados de Terra, moviéndose en direcciones opuestas. Cada uno parecía real. Atacó a uno, pero su daga atravesó solo aire. El verdadero Terra apareció detrás, lanzando una ola de raíces que la empujó contra la pared.

    Yukine, con esfuerzo, invocó un hechizo de claridad mental, una técnica que rara vez usaba por su alto costo energético. Su frente sangraba por el esfuerzo, pero logró estabilizar su percepción.

    —“Lidica, sincroniza conmigo. No confíes en tus ojos, confía en mi señal mágica.”

    Yukine lanzó pulsos de energía que marcaban el verdadero Terra con una tenue luz azul. Lidica, guiada por esos pulsos, comenzó a atacar con precisión quirúrgica.

    Terra, herida, se fusionó con el suelo. Todo comenzó a temblar. Golems surgieron de las paredes, cada uno con fragmentos del núcleo de Terra. Para vencerla, debían destruir todos los fragmentos simultáneamente.

    —“¡Si no lo hacemos al mismo tiempo, se regenerará!” —advirtió Yukine.

    Ambos se dividieron. Yukine voló con levitación, lanzando hechizos de compresión sobre los golems. Cada hechizo drenaba su energía vital. Su piel comenzaba a agrietarse por el esfuerzo mágico.

    Lidica, con dagas encantadas, se movía como un rayo entre los golems, esquivando golpes que podrían partirla en dos. Su respiración era entrecortada, sus brazos temblaban, pero no se detenía.

    —“¡Ahora!” —gritó Yukine.

    Ambos atacaron los núcleos al mismo tiempo. Una explosión de luz verde llenó la cámara. Terra gritó, y su cuerpo se desmoronó en polvo y raíces.

    Yukine cayó al suelo, exhausto, con la magia casi agotada. Lidica se arrodilló a su lado, con cortes en los brazos y piernas. Ambos estaban al límite.

    —“No fue solo fuerza… fue voluntad.” —dijo Yukine, con voz débil.

    —“Y confianza.” —respondió Lidica, tomando su mano.

    La puerta al siguiente desafío se abrió lentamente, iluminada por runas de fuego.

    —“El próximo guardián… será aún más despiadado.” —murmuró Yukine.
    La Cámara del Primer Guardián: Terra, la Manipuladora de la Forma La puerta se cerró tras ellos con un estruendo sordo. La cámara era inmensa, con techos tan altos que se perdían en la penumbra. El aire olía a humedad, musgo y piedra antigua. El suelo vibraba con una energía latente, como si algo debajo estuviera vivo. En el centro, Terra se alzaba como una estatua animada, fusionada con la tierra misma. Su cuerpo era una amalgama de roca, raíces y minerales, y su voz resonaba como un terremoto: —“La tierra no solo sostiene… también aplasta. ¿Están listos para ser moldeados por ella?” Terra alzó sus brazos, y el campo de batalla cambió. El suelo se volvió viscoso, como barro endurecido, y la gravedad aumentó abruptamente. Yukine cayó de rodillas, jadeando. Lidica intentó moverse, pero cada paso era como arrastrar una tonelada. —“¡Nos está manipulando físicamente! ¡La densidad de nuestros cuerpos está cambiando!” —gritó Yukine. Yukine intentó lanzar un hechizo de reducción de masa, pero la magia se dispersaba como si la tierra la absorbiera. Terra se reía, provocando temblores con cada carcajada. Lidica, con los músculos tensos, usó su fuerza interna para canalizar su agilidad. Saltó hacia una columna, pero esta se transformó en una raíz que la atrapó por el tobillo. Con esfuerzo, cortó la raíz con una daga, pero cayó pesadamente al suelo. —“¡No podemos confiar en el terreno! ¡Todo está vivo aquí!” —exclamó. Terra golpeó el suelo con sus puños, y ondas de energía se propagaron. El entorno comenzó a cambiar: las paredes se movían, el techo descendía, y el suelo se elevaba en secciones aleatorias. Era como estar dentro de un cubo de Rubik en movimiento. Yukine cerró los ojos, tratando de concentrarse. Pero la magia de Terra comenzaba a afectar su mente. Sentía que sus pensamientos se volvían lentos, como si estuviera atrapado en lodo mental. —“Está manipulando nuestra percepción… no solo el cuerpo, también la mente.” —susurró. Lidica comenzó a ver duplicados de Terra, moviéndose en direcciones opuestas. Cada uno parecía real. Atacó a uno, pero su daga atravesó solo aire. El verdadero Terra apareció detrás, lanzando una ola de raíces que la empujó contra la pared. Yukine, con esfuerzo, invocó un hechizo de claridad mental, una técnica que rara vez usaba por su alto costo energético. Su frente sangraba por el esfuerzo, pero logró estabilizar su percepción. —“Lidica, sincroniza conmigo. No confíes en tus ojos, confía en mi señal mágica.” Yukine lanzó pulsos de energía que marcaban el verdadero Terra con una tenue luz azul. Lidica, guiada por esos pulsos, comenzó a atacar con precisión quirúrgica. Terra, herida, se fusionó con el suelo. Todo comenzó a temblar. Golems surgieron de las paredes, cada uno con fragmentos del núcleo de Terra. Para vencerla, debían destruir todos los fragmentos simultáneamente. —“¡Si no lo hacemos al mismo tiempo, se regenerará!” —advirtió Yukine. Ambos se dividieron. Yukine voló con levitación, lanzando hechizos de compresión sobre los golems. Cada hechizo drenaba su energía vital. Su piel comenzaba a agrietarse por el esfuerzo mágico. Lidica, con dagas encantadas, se movía como un rayo entre los golems, esquivando golpes que podrían partirla en dos. Su respiración era entrecortada, sus brazos temblaban, pero no se detenía. —“¡Ahora!” —gritó Yukine. Ambos atacaron los núcleos al mismo tiempo. Una explosión de luz verde llenó la cámara. Terra gritó, y su cuerpo se desmoronó en polvo y raíces. Yukine cayó al suelo, exhausto, con la magia casi agotada. Lidica se arrodilló a su lado, con cortes en los brazos y piernas. Ambos estaban al límite. —“No fue solo fuerza… fue voluntad.” —dijo Yukine, con voz débil. —“Y confianza.” —respondió Lidica, tomando su mano. La puerta al siguiente desafío se abrió lentamente, iluminada por runas de fuego. —“El próximo guardián… será aún más despiadado.” —murmuró Yukine.
    0 turnos 0 maullidos
  • °∘*┈˃̶୨El Sueño del Héroe Justiciero.୧˂̶┈*∘°

    "Un ideal al que sólo los tontos se aferran, algo a lo que sostenerse cuando no te queda nada.

    Un triste sueño que oculta una hoja en el mango y un corazón en la punta, lentamente demacrado y apuñalando a su poseedor mientras blande la espada de 'Justicia'.

    Aquellos que lo siguen dejan de lado su humanidad y transitan por un camino carmesí pisando toda inocencia que alguna vez pudieron tener, pero...

    ... eso es lo más hermoso de ese sueño, a pesar de estar presenciando lo peor de la
    humanidad, los vicios y pasiones que destruyen la pureza de esta sigues avanzando esperando salvar lo mejor de entre las llamas de la desesperación.

    El camino no es fácil, te obliga a tirarlo todo teniendo que avanzar con pasos firmes a través de un infinito y ardiente yermo."
    °∘*┈˃̶୨El Sueño del Héroe Justiciero.୧˂̶┈*∘° "Un ideal al que sólo los tontos se aferran, algo a lo que sostenerse cuando no te queda nada. Un triste sueño que oculta una hoja en el mango y un corazón en la punta, lentamente demacrado y apuñalando a su poseedor mientras blande la espada de 'Justicia'. Aquellos que lo siguen dejan de lado su humanidad y transitan por un camino carmesí pisando toda inocencia que alguna vez pudieron tener, pero... ... eso es lo más hermoso de ese sueño, a pesar de estar presenciando lo peor de la humanidad, los vicios y pasiones que destruyen la pureza de esta sigues avanzando esperando salvar lo mejor de entre las llamas de la desesperación. El camino no es fácil, te obliga a tirarlo todo teniendo que avanzar con pasos firmes a través de un infinito y ardiente yermo."
    Me encocora
    1
    0 turnos 0 maullidos
  • No había sido un capricho. Tampoco rebeldía. Pero ella sabía perfectamente lo que todos pensarían: la chica problemática haciendo de las suyas. Otra vez.

    Ya llevaba una lista lo suficientemente larga de faltas como para que esta desaparición encajara perfecto en aquel patrón. Impulsiva, emocional, complicada. Así era como la veían y así la juzgaban. Pero esta vez no había sido un berrinche. ¿Fue otro acto impulsivo más? Si, quizás lo fue. Pero no del todo.

    El autobús se detuvo frente a la entrada de la academia. In-ah se mordió el labio, aún con el celular en modo avión. Dudó si quitarlo, pero terminó bloqueando la pantalla sin revisar nada. "Mejor no saber", pensó. No estaba lista para ver el aluvión de mensajes, ni para los reclamos, y mucho menos para las consecuencias.

    —No sé como voy a salir de esta… —murmuró para sí misma— Agh, da igual... Total, nunca se me dio bien pedir permiso.

    Bajó del autobus con la mochila al hombro y los auriculares colgando del cuello. Caminó hasta la entrada del edificio como si nada, como si volviera de un paseo cualquiera, y no como si hubiera desaparecido durante un fin de semana entero sin dejar rastro, sin pedir permiso y sin dar explicaciones. Como si no hubiera corrido al aeropuerto el viernes por la noche con el corazón en la garganta al enterarse que su hermano estaba enfermo. ¿Había sido impulsiva? Sí, por supuesto. ¿Lo volvería a hacer? Probablemente.

    Empujó la puerta de vidrio del lobby y con pasos que pretendían ser seguros entró. "Solo actúa con naturalidad, In-ah", pensaba, mientras fingía no sentir las miradas encima de ella, ¿O quizás era paranoia? Ni siquiera lo comprobó. No vio a nadie. No buscó a nadie. Se ajustó la gorra hasta casi tapar sus cejas mientras cruzaba rápidamente el lobby como si fuera un fantasma. Solo tenía que llegar al ascensor. Subir. Y fingir que no había vuelto a joder todo.

    Kang Ji Won
    No había sido un capricho. Tampoco rebeldía. Pero ella sabía perfectamente lo que todos pensarían: la chica problemática haciendo de las suyas. Otra vez. Ya llevaba una lista lo suficientemente larga de faltas como para que esta desaparición encajara perfecto en aquel patrón. Impulsiva, emocional, complicada. Así era como la veían y así la juzgaban. Pero esta vez no había sido un berrinche. ¿Fue otro acto impulsivo más? Si, quizás lo fue. Pero no del todo. El autobús se detuvo frente a la entrada de la academia. In-ah se mordió el labio, aún con el celular en modo avión. Dudó si quitarlo, pero terminó bloqueando la pantalla sin revisar nada. "Mejor no saber", pensó. No estaba lista para ver el aluvión de mensajes, ni para los reclamos, y mucho menos para las consecuencias. —No sé como voy a salir de esta… —murmuró para sí misma— Agh, da igual... Total, nunca se me dio bien pedir permiso. Bajó del autobus con la mochila al hombro y los auriculares colgando del cuello. Caminó hasta la entrada del edificio como si nada, como si volviera de un paseo cualquiera, y no como si hubiera desaparecido durante un fin de semana entero sin dejar rastro, sin pedir permiso y sin dar explicaciones. Como si no hubiera corrido al aeropuerto el viernes por la noche con el corazón en la garganta al enterarse que su hermano estaba enfermo. ¿Había sido impulsiva? Sí, por supuesto. ¿Lo volvería a hacer? Probablemente. Empujó la puerta de vidrio del lobby y con pasos que pretendían ser seguros entró. "Solo actúa con naturalidad, In-ah", pensaba, mientras fingía no sentir las miradas encima de ella, ¿O quizás era paranoia? Ni siquiera lo comprobó. No vio a nadie. No buscó a nadie. Se ajustó la gorra hasta casi tapar sus cejas mientras cruzaba rápidamente el lobby como si fuera un fantasma. Solo tenía que llegar al ascensor. Subir. Y fingir que no había vuelto a joder todo. [galaxy_olive_bear_412]
    1 turno 0 maullidos




  • ⠀⠀Era raro que se inmiscuya en áreas transitadas, pero solía tener sus salidas nocturnas, siempre le gustaba meterse en zonas llenas de delincuencia o de bajos recursos. La marginalidad a la orden del día.

    ⠀⠀No era un visionario o un comerciante, solo un transeúnte. Sin embargo, toparse con él era una mala señal. Un augurio de último día para los incautos. Ya que le gustaba observar, siempre iba por gente con tendencia a la violencia.
    ⠀⠀De alguna manera morbosa, le gustaba generar conflicto para ver cómo reaccionan ante una amenaza real. Ignoraba a los que consideraba insectos; la gente común, la que huye del peligro, o la que se siente segura tras un gatillo.

    ⠀⠀Con las pandillas solía ser más raro, confiaban en sus números, creaban un área de entretenimiento, te querían hacer sentir acorralado. Lamentablemente no sabían a quién intentaban intimidar.

    ⠀⠀Le gustaban los detalles, vestía ropas caras, así era incluso más fácil captarlos, sus miradas, su lenguaje corporal, querían dinero fácil, le intentarían robar.

    ⠀⠀⸻Hey amigo, ten cuidado⸻ Fue la primer víctima, que chocó descaradamente contra él, intentando disimular una culpa caprichosa. Se asomarían detrás los demás.
    ⠀⠀Se mostró tranquilo, hasta feliz. Sus muecas se elevaron, acomodando sus labios, y su mano se alzó con tranquilidad, con parsimonia. ⸻Sí, tú también⸻ Respondió.
    ⠀⠀Pero era justo lo que buscaba, una vez acercó sus dedos al cuerpo del gamberro, este se dividió a la mitad limpiamente. Para sorpresa de sus asociados.

    ⠀⠀Gracias a que nadie extraña a la mugre de la sociedad, se podría desquitar un poco.

    ⠀⠀Esa noche, iba a empapar ese callejón de sangre.



    ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀Era raro que se inmiscuya en áreas transitadas, pero solía tener sus salidas nocturnas, siempre le gustaba meterse en zonas llenas de delincuencia o de bajos recursos. La marginalidad a la orden del día. ⠀⠀No era un visionario o un comerciante, solo un transeúnte. Sin embargo, toparse con él era una mala señal. Un augurio de último día para los incautos. Ya que le gustaba observar, siempre iba por gente con tendencia a la violencia. ⠀⠀De alguna manera morbosa, le gustaba generar conflicto para ver cómo reaccionan ante una amenaza real. Ignoraba a los que consideraba insectos; la gente común, la que huye del peligro, o la que se siente segura tras un gatillo. ⠀⠀Con las pandillas solía ser más raro, confiaban en sus números, creaban un área de entretenimiento, te querían hacer sentir acorralado. Lamentablemente no sabían a quién intentaban intimidar. ⠀⠀Le gustaban los detalles, vestía ropas caras, así era incluso más fácil captarlos, sus miradas, su lenguaje corporal, querían dinero fácil, le intentarían robar. ⠀⠀⸻Hey amigo, ten cuidado⸻ Fue la primer víctima, que chocó descaradamente contra él, intentando disimular una culpa caprichosa. Se asomarían detrás los demás. ⠀⠀Se mostró tranquilo, hasta feliz. Sus muecas se elevaron, acomodando sus labios, y su mano se alzó con tranquilidad, con parsimonia. ⸻Sí, tú también⸻ Respondió. ⠀⠀Pero era justo lo que buscaba, una vez acercó sus dedos al cuerpo del gamberro, este se dividió a la mitad limpiamente. Para sorpresa de sus asociados. ⠀⠀Gracias a que nadie extraña a la mugre de la sociedad, se podría desquitar un poco. ⠀⠀Esa noche, iba a empapar ese callejón de sangre. ⠀ ⠀ ⠀ ⠀
    Me gusta
    Me encocora
    2
    0 turnos 0 maullidos
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    ¡Hola FicRolers!
    Os dejo esta miniguía rápida en la que os hablo sobre la opción de vincular vuestros personajes entre sí para poder cambiar rápidamente de una cuenta a otra
    ¡Hola FicRolers! ✨ Os dejo esta miniguía rápida en la que os hablo sobre la opción de vincular vuestros personajes entre sí para poder cambiar rápidamente de una cuenta a otra
    Guía para vincular personajes en FicRol
    📌 Guía para vincular personajes en FicRol Para responder a una consulta por parte de uno de los usuarios de un personaje 3D he decidido traeros esta miniguia: En FicRol, cuando tienes varios personajes puedes vincularlos entre sí. Tal y como conté en la guia sobre AJUSTES. En esta miniguia voy a enseñaros  como vincular personajes vuestros, ya existentes,...
    0 comentarios 0 compartidos
  • Tenía una sorpresa en la cena, supe que no le iba a agradar pero tenía que hacerlo mejor que imponerlo, quería hacer las cosas bien. En un coulant de chocolate iba el anillo de compromiso, no hubo respuesta, ella se fue y me quedé con el orgullo pisoteado.

    Aceptó aquella apuesta absurda de dormir conmigo, no sé si por curiosidad, por desafío o por simple necesidad de probarme, pero lo cierto es que lo hizo, y con ello abrió una puerta que ni ella ni yo esperábamos. No hubo ternura, tampoco hubo deseo, solo la prueba silenciosa de ver quién cedía primero, quién mostraba la grieta en su coraza.

    Ella aceptó la petición de matrimonio, la calma duró poco, porque todo terminó con una lámpara rota y mi orgullo hecho pedazos. El golpe me arrebató la vista, me dejó ciego, al golpearme en la cabeza y cristales saltaron a mis ojos. Me sentí indefenso, como nunca me había permitido estar. Yo, que siempre controlo, que nunca me dejo vencer, terminé reducido a la oscuridad, obligado a soportar la humillación de depender de otros. Y lo peor, dependiente de ella.

    Desde entonces no hay más que silencio. No puedo leer, no puedo entrenar, no puedo perderme en la rutina que me sostiene. Apenas me aferro a mi dieta para mantener al lobo quieto, mientras el resto de mí se consume de impotencia. El médico entra y sale, y cada vez que escucho el helicóptero alejarse siento más rabia que alivio.

    Ella carga con la culpa, lo sé por su voz, por la forma en que me llama con cautela, como quien toca una herida que aún sangra. Tardé en dejarla entrar a mi habitación, no quería verla, no quería su compasión, pero lo hizo con un plato de fruta en las manos, como si eso pudiera equilibrar lo que sucedió.

    Olí la sandía y por un instante casi olvidé mi orgullo. Me cedió el plato y yo le cedí las fresas, porque sé que le gustan más. Me escuché bromear con ella, con el poco ánimo que me quedaba, y ahí comprendí que aunque me pese, aunque no quiera admitirlo, su presencia me calma más de lo que me altera. Estaba más suave, me preguntaba si me ayudaba a comer, bromeè para romper un poco esa tensión. " Vía Wi-Fi no se puede comer." Ella prudente preguntaba todos los pasos que iba a dar.

    Me duele reconocerlo, pero en medio de esta oscuridad ella es lo único que no me hace sentir completamente perdido.
    Lia Russell
    /Ilustraciones creadas por IA para ser más fiel a la trama./
    Tenía una sorpresa en la cena, supe que no le iba a agradar pero tenía que hacerlo mejor que imponerlo, quería hacer las cosas bien. En un coulant de chocolate iba el anillo de compromiso, no hubo respuesta, ella se fue y me quedé con el orgullo pisoteado. Aceptó aquella apuesta absurda de dormir conmigo, no sé si por curiosidad, por desafío o por simple necesidad de probarme, pero lo cierto es que lo hizo, y con ello abrió una puerta que ni ella ni yo esperábamos. No hubo ternura, tampoco hubo deseo, solo la prueba silenciosa de ver quién cedía primero, quién mostraba la grieta en su coraza. Ella aceptó la petición de matrimonio, la calma duró poco, porque todo terminó con una lámpara rota y mi orgullo hecho pedazos. El golpe me arrebató la vista, me dejó ciego, al golpearme en la cabeza y cristales saltaron a mis ojos. Me sentí indefenso, como nunca me había permitido estar. Yo, que siempre controlo, que nunca me dejo vencer, terminé reducido a la oscuridad, obligado a soportar la humillación de depender de otros. Y lo peor, dependiente de ella. Desde entonces no hay más que silencio. No puedo leer, no puedo entrenar, no puedo perderme en la rutina que me sostiene. Apenas me aferro a mi dieta para mantener al lobo quieto, mientras el resto de mí se consume de impotencia. El médico entra y sale, y cada vez que escucho el helicóptero alejarse siento más rabia que alivio. Ella carga con la culpa, lo sé por su voz, por la forma en que me llama con cautela, como quien toca una herida que aún sangra. Tardé en dejarla entrar a mi habitación, no quería verla, no quería su compasión, pero lo hizo con un plato de fruta en las manos, como si eso pudiera equilibrar lo que sucedió. Olí la sandía y por un instante casi olvidé mi orgullo. Me cedió el plato y yo le cedí las fresas, porque sé que le gustan más. Me escuché bromear con ella, con el poco ánimo que me quedaba, y ahí comprendí que aunque me pese, aunque no quiera admitirlo, su presencia me calma más de lo que me altera. Estaba más suave, me preguntaba si me ayudaba a comer, bromeè para romper un poco esa tensión. " Vía Wi-Fi no se puede comer." Ella prudente preguntaba todos los pasos que iba a dar. Me duele reconocerlo, pero en medio de esta oscuridad ella es lo único que no me hace sentir completamente perdido. [ripple_platinum_crow_772] /Ilustraciones creadas por IA para ser más fiel a la trama./
    Me gusta
    Me encocora
    6
    2 turnos 0 maullidos
  • Seguir anclada en el pasado hace imposible que la mujer pueda tener un futuro.
    Seguir anclada en el pasado hace imposible que la mujer pueda tener un futuro.
    0 turnos 0 maullidos
  • ⚔•Ⱬ₳ⱤɆ₭ ₳₦Đ ₦Ʉ₮₮•⚔



    {Isman había sido enviado a cuidar de los caballos, lejos de aquella conversación “para adultos”. El joven protestó al inicio, pero la mirada de Nutt fue suficiente para callarlo y hacerlo marchar.}




    {Nutt y Zarek se acomodaron en el suelo frente a una pequeña mesa baja de madera. Sobre ella descansaba un ajedrez.
    Nutt movió el primer peón con calma.}



    —¿Recuerdas la última vez que jugamos? En ese entonces habíamos apostado que tu hermana tendría niñas antes de que nacieran los pequeños príncipes.



    {Zarek hizo una breve mueca. Claro que lo recordaba. El recuerdo pesaba en su pecho como una cadena. Su hermana, marcada por lo que todos llamaban “La maldición de los mellizos" incapaz de dar a luz a niñas, condenada a parir solo varones. Una carga que él sentía como propia, casi un castigo divino paralelo al suyo: piel tan pálida como la nieve, vulnerable al sol como si fuese un pecador maldecido.}


    —Lo recuerdo.


    {Respondió al fin, con su voz cortante.
    El juego avanzó lentamente. Zarek desplegó una defensa clásica, fría y calculadora, cerrando el centro con peones como si levantara murallas. Nutt, en cambio, movía con un aire despreocupado, casi burlón, sacrificando un alfil aquí, un peón allá.}


    —Si gano, iré contigo al mundo humano.


    {Dijo Nutt mientras avanzaba su caballo, clavándolo contra la reina rival.
    Zarek detuvo su peón en el aire. Lo miró con sorpresa y un poco de desconfianza.}


    —¿Qué estás diciendo? ¿Para qué querrías venir conmigo?


    —Porque es mi deber cuidar de ti. No solo soy tu guardia mayor real, también soy tu amigo.


    {Respondió Nutt, con una sonrisa orgullosa. Era obvio que la situación le divertía.
    Zarek arqueó una ceja. El movimiento lo distrajo, y dejó a su rey ligeramente expuesto al enroque rival.
    Nutt prosiguió, avanzando su torre.}


    —Además… los humanos me despiertan curiosidad. He escuchado que han avanzado tanto que ya ni siquiera necesitan esforzarse para vivir. Sus máquinas, sus aparatos, hacen todo por ellos. ¿No sería sabio estudiarlos, descubrir si acaso no se preparan para una invasión humano-cósmica?


    {Zarek lo observó unos segundos en silencio… y de pronto, estalló en una carcajada grave y sonora. El golpe de su puño contra la mesa hizo temblar las piezas, desacomodando algunas. Se estiró un poco para tomar el jarrón de vino y llenó una copa dorada hasta el borde.}


    —Nutt, Nutt…


    {Dijo, negando con la cabeza.}


    —Los humanos conocerán sus juguetes mejor que nadie, pero han perdido algo esencial: la conexión con lo divino, con lo natural, con la magia. ¿Qué son ellos sin eso? Nada. ¿Crees que una máquina que solo funciona enchufada podría enfrentarse al caos, a los demonios, a los dioses mismos?


    {El silencio cayó unos segundos entre ambos. Nutt no pudo negar que su rey tenía un punto. Aun así, no podía subestimar a los humanos. Había en ellos algo fascinante. Los admiraba y les temía al mismo tiempo.}


    {El juego continuó. Zarek intentó un contraataque por el flanco derecho, avanzando su reina para presionar al rey enemigo. Nutt, sin embargo, lo dejó avanzar con aparente descuido, retrocediendo piezas, cediendo terreno, hasta que la trampa estuvo lista.}


    {Un movimiento de caballo cortó toda vía de escape. Su torre, oculta hasta ese instante en la retaguardia, se deslizó con precisión.}


    —De todas formas… iré contigo.


    {Murmuró Nutt, inclinándose sobre el tablero, con una chispa de triunfo en los ojos.}


    —Primero debes ganarme.


    {Respondió Zarek con arrogancia, llevando su reina al ataque final.}


    {Pero apenas terminó de pronunciar esas palabras, Nutt adelantó su alfil, encajando la pieza con un golpe suave contra el tablero.}


    —Jaque mate.


    {El rey, atrapado sin escapatoria, quedó inmóvil bajo las piezas enemigas.
    Zarek miró el tablero en silencio. Luego a su amigo. Y finalmente, bebió un largo trago de vino antes de dejar escapar una sonrisa ladeada, cansada y cómplice.}
    ⚔•Ⱬ₳ⱤɆ₭ ₳₦Đ ₦Ʉ₮₮•⚔ {Isman había sido enviado a cuidar de los caballos, lejos de aquella conversación “para adultos”. El joven protestó al inicio, pero la mirada de Nutt fue suficiente para callarlo y hacerlo marchar.} {Nutt y Zarek se acomodaron en el suelo frente a una pequeña mesa baja de madera. Sobre ella descansaba un ajedrez. Nutt movió el primer peón con calma.} —¿Recuerdas la última vez que jugamos? En ese entonces habíamos apostado que tu hermana tendría niñas antes de que nacieran los pequeños príncipes. {Zarek hizo una breve mueca. Claro que lo recordaba. El recuerdo pesaba en su pecho como una cadena. Su hermana, marcada por lo que todos llamaban “La maldición de los mellizos" incapaz de dar a luz a niñas, condenada a parir solo varones. Una carga que él sentía como propia, casi un castigo divino paralelo al suyo: piel tan pálida como la nieve, vulnerable al sol como si fuese un pecador maldecido.} —Lo recuerdo. {Respondió al fin, con su voz cortante. El juego avanzó lentamente. Zarek desplegó una defensa clásica, fría y calculadora, cerrando el centro con peones como si levantara murallas. Nutt, en cambio, movía con un aire despreocupado, casi burlón, sacrificando un alfil aquí, un peón allá.} —Si gano, iré contigo al mundo humano. {Dijo Nutt mientras avanzaba su caballo, clavándolo contra la reina rival. Zarek detuvo su peón en el aire. Lo miró con sorpresa y un poco de desconfianza.} —¿Qué estás diciendo? ¿Para qué querrías venir conmigo? —Porque es mi deber cuidar de ti. No solo soy tu guardia mayor real, también soy tu amigo. {Respondió Nutt, con una sonrisa orgullosa. Era obvio que la situación le divertía. Zarek arqueó una ceja. El movimiento lo distrajo, y dejó a su rey ligeramente expuesto al enroque rival. Nutt prosiguió, avanzando su torre.} —Además… los humanos me despiertan curiosidad. He escuchado que han avanzado tanto que ya ni siquiera necesitan esforzarse para vivir. Sus máquinas, sus aparatos, hacen todo por ellos. ¿No sería sabio estudiarlos, descubrir si acaso no se preparan para una invasión humano-cósmica? {Zarek lo observó unos segundos en silencio… y de pronto, estalló en una carcajada grave y sonora. El golpe de su puño contra la mesa hizo temblar las piezas, desacomodando algunas. Se estiró un poco para tomar el jarrón de vino y llenó una copa dorada hasta el borde.} —Nutt, Nutt… {Dijo, negando con la cabeza.} —Los humanos conocerán sus juguetes mejor que nadie, pero han perdido algo esencial: la conexión con lo divino, con lo natural, con la magia. ¿Qué son ellos sin eso? Nada. ¿Crees que una máquina que solo funciona enchufada podría enfrentarse al caos, a los demonios, a los dioses mismos? {El silencio cayó unos segundos entre ambos. Nutt no pudo negar que su rey tenía un punto. Aun así, no podía subestimar a los humanos. Había en ellos algo fascinante. Los admiraba y les temía al mismo tiempo.} {El juego continuó. Zarek intentó un contraataque por el flanco derecho, avanzando su reina para presionar al rey enemigo. Nutt, sin embargo, lo dejó avanzar con aparente descuido, retrocediendo piezas, cediendo terreno, hasta que la trampa estuvo lista.} {Un movimiento de caballo cortó toda vía de escape. Su torre, oculta hasta ese instante en la retaguardia, se deslizó con precisión.} —De todas formas… iré contigo. {Murmuró Nutt, inclinándose sobre el tablero, con una chispa de triunfo en los ojos.} —Primero debes ganarme. {Respondió Zarek con arrogancia, llevando su reina al ataque final.} {Pero apenas terminó de pronunciar esas palabras, Nutt adelantó su alfil, encajando la pieza con un golpe suave contra el tablero.} —Jaque mate. {El rey, atrapado sin escapatoria, quedó inmóvil bajo las piezas enemigas. Zarek miró el tablero en silencio. Luego a su amigo. Y finalmente, bebió un largo trago de vino antes de dejar escapar una sonrisa ladeada, cansada y cómplice.}
    Me gusta
    Me enjaja
    Me shockea
    3
    7 turnos 0 maullidos
  • 10 a 20 líneas por Hora
    Fandom
    Invincible
    Búsqueda de
    Personaje
    Estado
    Disponible
    ﹙⌕﹚𝑆𝐸 𝐵𝑈𝑆𝐶𝐴:
    ㅤㅤㅤㅤ Un Omni-Man para el fandom de Invencible.

    ⇥ Que conozca al personaje. No se pide conocimiento amplio del comic o de la serie, pero si que respete su personalidad y sus poderes.
    ⇥ Actividad constante: pues se requiere a este personaje para participar en un rol grupal crossover con el fandom de Bleach.
    ⇥ Que sepa diferenciar entre OFF-ON.
    ⇥ Conocimientos en rol battle= excluyente.
    ⇥ Tendrá que presentar ficha del personaje y una muestra de rol.
    ﹙⌕﹚𝑆𝐸 𝐵𝑈𝑆𝐶𝐴: ㅤㅤㅤㅤ Un Omni-Man para el fandom de Invencible. ⇥ Que conozca al personaje. No se pide conocimiento amplio del comic o de la serie, pero si que respete su personalidad y sus poderes. ⇥ Actividad constante: pues se requiere a este personaje para participar en un rol grupal crossover con el fandom de Bleach. ⇥ Que sepa diferenciar entre OFF-ON. ⇥ Conocimientos en rol battle= excluyente. ⇥ Tendrá que presentar ficha del personaje y una muestra de rol.
    Me gusta
    1
    0 comentarios 0 compartidos
  • Who would say that I needed a sadistic hand to feel this feeling of protection? ♥ How is it possible that so much hate can show so much love? ♥
    Who would say that I needed a sadistic hand to feel this feeling of protection? ♥ How is it possible that so much hate can show so much love? ♥
    Me encocora
    Me endiabla
    Me shockea
    7
    0 turnos 1 maullido
Ver más resultados
Patrocinados