• The Lady of Harrentown.
    Fandom Game Of Thrones
    Categoría Romance
    Starter para 『 𝑺𝑬𝑹 𝑱𝑂𝑅𝐴𝐻 𝑴𝐎𝐑𝐌𝐎𝐍𝐓

    Las historias que se contaban de Harrentown habían cambiado desde la llegada de Lady Valenna Velaryon. Antes se la conocía como una villa común, asentada bajo la sombra ennegrecida de Harrenhal, donde las piedras aún olían a humo siglos después de que Aegon la incendiara. Ahora, en las Tierras de los Ríos, el nombre de Harrentown se pronunciaba con la misma cautela con que se pronuncia el de un fantasma.

    En pocos meses, Valenna había convertido la villa en su feudo. Gobernaba con puño de hierro, y su belleza era tan temida como sus órdenes. Quienes la servían lo hacían con devoción, pero no con amor, sino con ese fervor que nace del miedo. Sabían que bastaba una palabra mal dicha, una mirada mal dirigida, para acabar colgados en las murallas o arrojados vivos al lago. Algunos de esos castigos los ejecutaba ella misma, sin inmutarse, con la misma serenidad con la que otros nobles parten un trozo de pan en el desayuno.

    Nadie se atrevía a decirlo en voz alta, pero todos lo pensaban: la señora de Harrentown era tan hermosa como mortal.

    Aquella mañana había partido sola a caballo. Le gustaba cabalgar hasta Harrenhal, perderse entre sus ruinas y escuchar el eco hueco de un castillo maldito.

    Donde otros veían piedras quebradas, ella veía advertencias y oportunidades.
    Los muros derruidos le hablaban más que los maestres: le recordaban que incluso el poder más grande podía caer devorado por las llamas, y que solo quienes aprendían a sobrevivir entre cenizas merecían reinar sobre ellas.

    El aire olía a humedad y hierro oxidado. Las torres rotas parecían dedos ennegrecidos señalando al cielo. Valenna desmontó y dejó que su corcel bebiera en un charco estancado, mientras ella recorría la explanada con paso seguro, la capa ondeando tras de sí. Era extraño cómo incluso la quietud de Harrenhal parecía doblegarse a su presencia, como si las piedras mismas reconocieran en ella un espíritu afín.

    Y entonces lo vio, en la espesura del bosque.

    Un hombre. El caballo que lo acompañaba apenas se mantenía en pie, las costillas marcadas bajo la piel sucia. El propio hombre parecía más muerto que vivo: sucio, maltrecho, con la ropa hecha jirones. Un caballero despojado de todo salvo de la sombra de lo que había sido.

    Valenna no se movió de inmediato. Lo observó en silencio, con esa mirada calculadora que lo diseccionaba todo. No era compasión lo que encendía su curiosidad, sino la certeza de estar ante una pieza caída en el tablero. Un hombre a punto de perecer no era nada… a menos que alguien decidiera darle un propósito.

    Se acercó despacio, las botas aplastando la grava húmeda, hasta que la silueta del desconocido estuvo lo bastante cerca como para distinguir el peso de su armadura, el emblema apenas reconocible bajo la suciedad. El caballo relinchó con debilidad, y Valenna posó una mano sobre el cuello del animal, calmándolo. Después, sus ojos se alzaron hacia él.

    —Estáis muy lejos de vuestra casa... Vuestro caballo apenas se tiene en pie. Al igual que vos... —se paseó a su alrededor, rodeándolo, observándolo—. ¿Quién es el afortunado hombre al que voy a salvarle la vida?
    Starter para [THEM0RMONTBEAR] Las historias que se contaban de Harrentown habían cambiado desde la llegada de Lady Valenna Velaryon. Antes se la conocía como una villa común, asentada bajo la sombra ennegrecida de Harrenhal, donde las piedras aún olían a humo siglos después de que Aegon la incendiara. Ahora, en las Tierras de los Ríos, el nombre de Harrentown se pronunciaba con la misma cautela con que se pronuncia el de un fantasma. En pocos meses, Valenna había convertido la villa en su feudo. Gobernaba con puño de hierro, y su belleza era tan temida como sus órdenes. Quienes la servían lo hacían con devoción, pero no con amor, sino con ese fervor que nace del miedo. Sabían que bastaba una palabra mal dicha, una mirada mal dirigida, para acabar colgados en las murallas o arrojados vivos al lago. Algunos de esos castigos los ejecutaba ella misma, sin inmutarse, con la misma serenidad con la que otros nobles parten un trozo de pan en el desayuno. Nadie se atrevía a decirlo en voz alta, pero todos lo pensaban: la señora de Harrentown era tan hermosa como mortal. Aquella mañana había partido sola a caballo. Le gustaba cabalgar hasta Harrenhal, perderse entre sus ruinas y escuchar el eco hueco de un castillo maldito. Donde otros veían piedras quebradas, ella veía advertencias y oportunidades. Los muros derruidos le hablaban más que los maestres: le recordaban que incluso el poder más grande podía caer devorado por las llamas, y que solo quienes aprendían a sobrevivir entre cenizas merecían reinar sobre ellas. El aire olía a humedad y hierro oxidado. Las torres rotas parecían dedos ennegrecidos señalando al cielo. Valenna desmontó y dejó que su corcel bebiera en un charco estancado, mientras ella recorría la explanada con paso seguro, la capa ondeando tras de sí. Era extraño cómo incluso la quietud de Harrenhal parecía doblegarse a su presencia, como si las piedras mismas reconocieran en ella un espíritu afín. Y entonces lo vio, en la espesura del bosque. Un hombre. El caballo que lo acompañaba apenas se mantenía en pie, las costillas marcadas bajo la piel sucia. El propio hombre parecía más muerto que vivo: sucio, maltrecho, con la ropa hecha jirones. Un caballero despojado de todo salvo de la sombra de lo que había sido. Valenna no se movió de inmediato. Lo observó en silencio, con esa mirada calculadora que lo diseccionaba todo. No era compasión lo que encendía su curiosidad, sino la certeza de estar ante una pieza caída en el tablero. Un hombre a punto de perecer no era nada… a menos que alguien decidiera darle un propósito. Se acercó despacio, las botas aplastando la grava húmeda, hasta que la silueta del desconocido estuvo lo bastante cerca como para distinguir el peso de su armadura, el emblema apenas reconocible bajo la suciedad. El caballo relinchó con debilidad, y Valenna posó una mano sobre el cuello del animal, calmándolo. Después, sus ojos se alzaron hacia él. —Estáis muy lejos de vuestra casa... Vuestro caballo apenas se tiene en pie. Al igual que vos... —se paseó a su alrededor, rodeándolo, observándolo—. ¿Quién es el afortunado hombre al que voy a salvarle la vida?
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  • Daemyra rezaba.

    La Princesa más joven era tan creyente de los Siete como su madre, Alicent Hightower.

    Ella rezaba por el bienestár de sus hermanos en batalla, por la esperanza de que el bando Negro se rinda y no se deba derramar más sangre. Pero Alicent, Alicent le decía que debía rezar porque el Aegon permaneza en el Trono de Hierro, porque el derecho de nacimiento de su hermano mayor no debía ser arrebatado.

    Y eso, a veces hacía que Daemyra se cuestionara muchas cosas.
    Daemyra rezaba. La Princesa más joven era tan creyente de los Siete como su madre, Alicent Hightower. Ella rezaba por el bienestár de sus hermanos en batalla, por la esperanza de que el bando Negro se rinda y no se deba derramar más sangre. Pero Alicent, Alicent le decía que debía rezar porque el Aegon permaneza en el Trono de Hierro, porque el derecho de nacimiento de su hermano mayor no debía ser arrebatado. Y eso, a veces hacía que Daemyra se cuestionara muchas cosas.
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  • — Madre. — Daemyra la llamó. Había estado viendo a Alicent desde la puerta durante un largo rato. — Necesito hablar contigo.

    Alicent se dió la vuelta. Su rostro serio cambió al instante de ver a su hija menor.

    ☆ — ¿Sí, cariño? — La Reina Verde miró a Daemyra con dulzura y tranquilidad. Sus manos estaban agarradas por delante de su vestido, su cabello cobrizo bien arreglado y su capa verde atada en su cuello.

    — ¿Por qué siempre tienes esa cara cuando ves a Aegon? Cómo si algo te disgustara, te molestara u odiaras. — Preguntó la joven princesa. — Conmigo no la tienes, y temo que quizá exista un favoritismo que genere odio en mi hermano.

    El mayor miedo de Daemyra era eso: ser odiada por su propia familia.
    Ella no podría soportar que su hermano más grande llegara a odiarla por culpa de las miradas de Alicent. Y mucho menos quería que el bando Verde se destruya a sí mismo.

    ☆ — No, linda. Él no te odiará. Solo lo miro así porque...bueno, sabes que él no tiene los mejores comportamientos. — Y ahí la Targaryen entendió: su madre no detestaba a su hermano, detestaba sus comportamientos mujeriegos y alcohólicos.
    — Madre. — Daemyra la llamó. Había estado viendo a Alicent desde la puerta durante un largo rato. — Necesito hablar contigo. Alicent se dió la vuelta. Su rostro serio cambió al instante de ver a su hija menor. ☆ — ¿Sí, cariño? — La Reina Verde miró a Daemyra con dulzura y tranquilidad. Sus manos estaban agarradas por delante de su vestido, su cabello cobrizo bien arreglado y su capa verde atada en su cuello. — ¿Por qué siempre tienes esa cara cuando ves a Aegon? Cómo si algo te disgustara, te molestara u odiaras. — Preguntó la joven princesa. — Conmigo no la tienes, y temo que quizá exista un favoritismo que genere odio en mi hermano. El mayor miedo de Daemyra era eso: ser odiada por su propia familia. Ella no podría soportar que su hermano más grande llegara a odiarla por culpa de las miradas de Alicent. Y mucho menos quería que el bando Verde se destruya a sí mismo. ☆ — No, linda. Él no te odiará. Solo lo miro así porque...bueno, sabes que él no tiene los mejores comportamientos. — Y ahí la Targaryen entendió: su madre no detestaba a su hermano, detestaba sus comportamientos mujeriegos y alcohólicos.
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  • Aegon había visto a Daemyra toda su vida como todo lo que debía ser.

    Amable ¿Con quién? Con quienes lo merecen.
    Respetada ¿Por quién? Por los nobles.
    Indomable ¿De quién? De nadie.
    Cuidada. ¿Por quién? Por la plebe.
    Amada. ¿Por quién? Por su familia.

    Aegon todas las noches se detenía en la puerta de la habitación de Daemyra a observarla en silencio. Eso, hasta que ella se daba cuenta y se veía obligado a seguir caminando.

    Pero aquella noche, Daemyra lo invitó a entrar.
    Se encerraron en su habitación, y de allí, solo se escuchaban murmuros y rosas.

    Aegon había olvidado la envidia que tenía por ella, y se había centrado en pasar un buen momento con ella, con su hermana más pequeña.
    Daemyra había olvidado las peleas con él, y se había centrado en hacerlo reír.

    Fue, para ambos, el momento más hermoso que tuvieron antes de que la guerra comenzara.
    Aegon había visto a Daemyra toda su vida como todo lo que debía ser. Amable ¿Con quién? Con quienes lo merecen. Respetada ¿Por quién? Por los nobles. Indomable ¿De quién? De nadie. Cuidada. ¿Por quién? Por la plebe. Amada. ¿Por quién? Por su familia. Aegon todas las noches se detenía en la puerta de la habitación de Daemyra a observarla en silencio. Eso, hasta que ella se daba cuenta y se veía obligado a seguir caminando. Pero aquella noche, Daemyra lo invitó a entrar. Se encerraron en su habitación, y de allí, solo se escuchaban murmuros y rosas. Aegon había olvidado la envidia que tenía por ella, y se había centrado en pasar un buen momento con ella, con su hermana más pequeña. Daemyra había olvidado las peleas con él, y se había centrado en hacerlo reír. Fue, para ambos, el momento más hermoso que tuvieron antes de que la guerra comenzara.
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  • ¡CUMPLEAÑOS FELIZ, CUMPLEAÑOS FELIZ!

    ¡FICROLERS!
    ¡Hoy estamos de fiesta!

    Es un día muy especial porque celebramos el cumpleaños de alguien increíble (¡o de varios!).
    Que no falten las sonrisas, las sorpresas y los buenos momentos para hacer de este día algo inolvidable.

    ¡𝓣essa 𝓖ray!
    ¡[MANT1S]!
    ¡[SandCastlsQuccn1]!
    ¡𝘼𝙚𝙜𝙤𝙣 𝙏𝙝𝙚 𝘾𝙤𝙣𝙦𝙪𝙚𝙧𝙤𝙧!

    "Que este nuevo año esté lleno de alegrías, éxitos y mucha magia. ¡Gracias por ser parte de esta comunidad tan especial y por todo lo que aportan! Hoy es su día, ¡disfrútenlo al máximo!"

    ¡A llenar este espacio de buenos deseos y mensajes festivos!


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D
    🎵 ¡CUMPLEAÑOS FELIZ, CUMPLEAÑOS FELIZ! 🎶 ¡FICROLERS! 🎉 ¡Hoy estamos de fiesta! 🎂✨ Es un día muy especial porque celebramos el cumpleaños de alguien increíble (¡o de varios!). 🥳🎁 Que no falten las sonrisas, las sorpresas y los buenos momentos para hacer de este día algo inolvidable. ¡[clockwork4ngel]! ¡[MANT1S]! ¡[SandCastlsQuccn1]! ¡[1AegonTheConqueror]! 🌟 "Que este nuevo año esté lleno de alegrías, éxitos y mucha magia. ¡Gracias por ser parte de esta comunidad tan especial y por todo lo que aportan! Hoy es su día, ¡disfrútenlo al máximo!" 🎈 ¡A llenar este espacio de buenos deseos y mensajes festivos! 🎊 #Personajes3D #3D #Comunidad3D
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  • 𝑳𝒂 𝒏𝒐𝒕𝒂 𝒅𝒊𝒔𝒄𝒐𝒓𝒅𝒂𝒏𝒕𝒆 𝒑𝒖𝒆𝒅𝒆 𝒔𝒆𝒓 𝒍𝒂 𝒎𝒂́𝒔 𝒅𝒖𝒍𝒄𝒆.
    Fandom House Of The Drαgon (Modern AU)
    Categoría Drama
    ⸻ Gritos, golpes y vítores. Ruidos que embotaban los oídos de Aegon, estímulos que no lograban despertarlo de su letargo. Su cuerpo estaba detrás del escenario de uno de los garitos más reconocidos de la ciudad, y tanto él como su banda estaban a punto de cumplir un sueño: los contrataron para tocar durante toda la noche. Además del salario decente que recibieron, realizar aquel bolo representaba un salto importante para ganar renombre como grupo musical; una meta por la que habían luchado con determinación, levantándose tras cada adversidad y avanzando sin rendirse. Esfuerzos que, al fin, dieron frutos y los llevaron hasta ese lugar. Sin embargo, su alma se ahogaba en el fondo de una botella de whiskey, intentando disipar el dolor de no poder compartir su triunfo con 𝐑𝐡𝐚𝐞𝐧𝐲𝐫𝐚, la única que siempre lo apoyó en su carrera de cantante y… no estaba ahí porque no se atrevió a concretarle la hora exacta en la que iban a actuar. Su propia cobardía, hostigada por inseguridades, lo frenó. Más aún porque era viernes, el día de la semana en que ella quedaba con Daemon. Lo sabía con certeza gracias a los sobornos que le daba a la secretaria que llevaba la agenda de su hermana mayor. Por eso no le dijo nada, por temor a ser rechazado.

    A pesar de que en las últimas semanas se habían acercado gracias a aquella conversación bajo las estrellas, aún quedaba un largo camino en recorrer.

    Desde que llegaron al camerino no abrió la boca, limitándose a responder con escuetas onomatopeyas cada vez que alguno de sus amigos le preguntaba algo. Esa actitud no pasó desapercibida para los integrantes de la banda, y aprovechando un momento de distracción, el batería tomó el teléfono del Targaryen y le escribió un mensaje a Nyra:

    ❝𝐄𝐲, 𝐬𝐨𝐲 𝐋𝐮𝐜𝐚𝐬 ¿𝐕𝐚𝐬 𝐚 𝐭𝐚𝐫𝐝𝐚𝐫 𝐦𝐮𝐜𝐡𝐨 𝐞𝐧 𝐥𝐥𝐞𝐠𝐚𝐫? 𝐄𝐬𝐭𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐚 𝐩𝐮𝐧𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐬𝐚𝐥𝐢𝐫 𝐚 𝐭𝐨𝐜𝐚𝐫.❞

    Intuían que el estado deleznable del platinado se debía a que no vieron a nadie de su familia entre el público. Mientras los demás participantes estaban arropados por sus parientes, él permanecía solo.

    Finalmente, llegó el momento y el conjunto instrumental salió al escenario para dar inicio con la función. Solo tardaron un par de minutos en alistarse, y el chico se colocó frente al micrófono. Era el vocalista y guitarrista. ⸻

    ¡Buenas noches! Espero que estéis listos para darlo todo, porque tenemos un gran repertorio de canciones que os van a molar.
    ⸻ Gritos, golpes y vítores. Ruidos que embotaban los oídos de Aegon, estímulos que no lograban despertarlo de su letargo. Su cuerpo estaba detrás del escenario de uno de los garitos más reconocidos de la ciudad, y tanto él como su banda estaban a punto de cumplir un sueño: los contrataron para tocar durante toda la noche. Además del salario decente que recibieron, realizar aquel bolo representaba un salto importante para ganar renombre como grupo musical; una meta por la que habían luchado con determinación, levantándose tras cada adversidad y avanzando sin rendirse. Esfuerzos que, al fin, dieron frutos y los llevaron hasta ese lugar. Sin embargo, su alma se ahogaba en el fondo de una botella de whiskey, intentando disipar el dolor de no poder compartir su triunfo con 𝐑𝐡𝐚𝐞𝐧𝐲𝐫𝐚, la única que siempre lo apoyó en su carrera de cantante y… no estaba ahí porque no se atrevió a concretarle la hora exacta en la que iban a actuar. Su propia cobardía, hostigada por inseguridades, lo frenó. Más aún porque era viernes, el día de la semana en que ella quedaba con Daemon. Lo sabía con certeza gracias a los sobornos que le daba a la secretaria que llevaba la agenda de su hermana mayor. Por eso no le dijo nada, por temor a ser rechazado. A pesar de que en las últimas semanas se habían acercado gracias a aquella conversación bajo las estrellas, aún quedaba un largo camino en recorrer. Desde que llegaron al camerino no abrió la boca, limitándose a responder con escuetas onomatopeyas cada vez que alguno de sus amigos le preguntaba algo. Esa actitud no pasó desapercibida para los integrantes de la banda, y aprovechando un momento de distracción, el batería tomó el teléfono del Targaryen y le escribió un mensaje a Nyra: ❝𝐄𝐲, 𝐬𝐨𝐲 𝐋𝐮𝐜𝐚𝐬 ¿𝐕𝐚𝐬 𝐚 𝐭𝐚𝐫𝐝𝐚𝐫 𝐦𝐮𝐜𝐡𝐨 𝐞𝐧 𝐥𝐥𝐞𝐠𝐚𝐫? 𝐄𝐬𝐭𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐚 𝐩𝐮𝐧𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐬𝐚𝐥𝐢𝐫 𝐚 𝐭𝐨𝐜𝐚𝐫.❞ Intuían que el estado deleznable del platinado se debía a que no vieron a nadie de su familia entre el público. Mientras los demás participantes estaban arropados por sus parientes, él permanecía solo. Finalmente, llegó el momento y el conjunto instrumental salió al escenario para dar inicio con la función. Solo tardaron un par de minutos en alistarse, y el chico se colocó frente al micrófono. Era el vocalista y guitarrista. ⸻ ¡Buenas noches! Espero que estéis listos para darlo todo, porque tenemos un gran repertorio de canciones que os van a molar.
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  • ¡FICROLERS 3D!
    ¡DAMOS LA BIENVENIDA A DOS NUEVOS PERSONAJES 3D!

    Dad la bienvenida a:
    ¡𝘼𝙚𝙜𝙤𝙣 𝙏𝙝𝙚 𝘾𝙤𝙣𝙦𝙪𝙚𝙧𝙤𝙧, de Canción de Hielo y Fuego!
    ¡Carol Danvers!

    ¡Bienvenidos! ¡Estamos encantados de teneros en FicRol! ¡Esperamos haceros sentir como en casa y que convirtáis la plataforma en vuestro hogar aportando vuestro granito de arena roleplayer! ¡Estamos deseando conoceros y veros desarrollar vuestros personajes!

    Por favor, leed bien los lineamientos de la plataforma ya que su cumplimiento es necesario para el bienestar común y el vuestro propio: https://ficrol.com/static/guidelines

    Sabed que soy vuestra RolSage, una especie de guía y de ayuda en la plataforma para los personajes 3D. Si necesitáis cualquier cosa estoy siempre en DM y, de todos modos, en mi fanpage teneis una guías exhaustivas sobre como funciona ficrol, dadle me gusta para no perdernos nada:

    https://ficrol.com/pages/RolSage3D

    Tenemos un grupo de Personajes 3D para encontrar otros personajes que agregar, etc... ¡Solo presenta a tu personaje en una publicación! Si quieres, claro:

    https://ficrol.com/groups/Personajes3D

    Índice de guías:

    https://ficrol.com/blogs/147711/%C3%8DNDICE-DE-GUIAS-Y-MINIGUIAS

    En estos artículos podréis encontrar personajes 3D agrupados por fandom a los que poder seguir. Y tambien una lista de los fandoms existentes en la plataforma.

    ¡Encontrad fandoms y personajes canon y OCs!

    Personajes 3D: https://ficrol.com/blogs/181793/DIRECTORIO-PERSONAJES-3D-Y-FANDOMS

    Fandoms 3D: https://ficrol.com/blogs/151304/FANDOMS-PERSONAJES-3D-EN-FICROL

    #RolSage3D #AyudaRolSage #AyudaNuevosUsuarios
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    ¡FICROLERS 3D! ✨ ¡DAMOS LA BIENVENIDA A DOS NUEVOS PERSONAJES 3D! Dad la bienvenida a: ¡[1AegonTheConqueror], de Canción de Hielo y Fuego! ⚡ ¡[radiant_blue_snake_979]! ¡Bienvenidos! ¡Estamos encantados de teneros en FicRol! ¡Esperamos haceros sentir como en casa y que convirtáis la plataforma en vuestro hogar aportando vuestro granito de arena roleplayer! ¡Estamos deseando conoceros y veros desarrollar vuestros personajes! 📝 Por favor, leed bien los lineamientos de la plataforma ya que su cumplimiento es necesario para el bienestar común y el vuestro propio: https://ficrol.com/static/guidelines 🧙‍♂️ Sabed que soy vuestra RolSage, una especie de guía y de ayuda en la plataforma para los personajes 3D. Si necesitáis cualquier cosa estoy siempre en DM y, de todos modos, en mi fanpage teneis una guías exhaustivas sobre como funciona ficrol, dadle me gusta para no perdernos nada: ➤ https://ficrol.com/pages/RolSage3D 🌐 Tenemos un grupo de Personajes 3D para encontrar otros personajes que agregar, etc... ¡Solo presenta a tu personaje en una publicación! Si quieres, claro: https://ficrol.com/groups/Personajes3D ✏️ Índice de guías: ➤ https://ficrol.com/blogs/147711/%C3%8DNDICE-DE-GUIAS-Y-MINIGUIAS 📍 En estos artículos podréis encontrar personajes 3D agrupados por fandom a los que poder seguir. Y tambien una lista de los fandoms existentes en la plataforma. ¡Encontrad fandoms y personajes canon y OCs! Personajes 3D: https://ficrol.com/blogs/181793/DIRECTORIO-PERSONAJES-3D-Y-FANDOMS Fandoms 3D: https://ficrol.com/blogs/151304/FANDOMS-PERSONAJES-3D-EN-FICROL #RolSage3D #AyudaRolSage #AyudaNuevosUsuarios #Personajes3D #3D #Comunidad3D
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  • - Skoriot issa vala ūndissa ābra ilōn lenton? - preguntó Missandei. Su voz sonó casi un susurro acompasado al crepitar de la hoguera que habían encendido en la chimenea que presidia la sala de la mesa de Aegon.

    Daenerys suspiró mientras sus ojos violáceos repasaban los marcadores de madera que llevaban esculpidos los emblemas de las casas Lannister, Stark y Targaryen.

    -Udrēnī, ēzi iksā… - respondio la Targaryen.

    Aquella respuesta hizo pensar a Missandei durante unos segundos.

    - Avy jorrāelan, jentys? - preguntó. La parte buena de la relacion entre Daenerys y su protegida Missandei era que la muchacha siempre podía dirigirse a Daenerys de un modo mucho más cercano que cualquiera de sus aliados. Era la única a la que le permitía tanta cercanía.

    -Skoroso jāpi? -preguntó Daenerys alzando su mirada desde los marcadores hasta su mejor amiga. Obviamente no esperaba que Missandei le diera una respuesta firme y cabal.


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    - Skoriot issa vala ūndissa ābra ilōn lenton? - preguntó Missandei. Su voz sonó casi un susurro acompasado al crepitar de la hoguera que habían encendido en la chimenea que presidia la sala de la mesa de Aegon. Daenerys suspiró mientras sus ojos violáceos repasaban los marcadores de madera que llevaban esculpidos los emblemas de las casas Lannister, Stark y Targaryen. -Udrēnī, ēzi iksā… - respondio la Targaryen. Aquella respuesta hizo pensar a Missandei durante unos segundos. - Avy jorrāelan, jentys? - preguntó. La parte buena de la relacion entre Daenerys y su protegida Missandei era que la muchacha siempre podía dirigirse a Daenerys de un modo mucho más cercano que cualquiera de sus aliados. Era la única a la que le permitía tanta cercanía. -Skoroso jāpi? -preguntó Daenerys alzando su mirada desde los marcadores hasta su mejor amiga. Obviamente no esperaba que Missandei le diera una respuesta firme y cabal. #Personajes3D #3D #Comunidad3D
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  • 𝑬𝒍 𝒎𝒊𝒔𝒎𝒐 𝒏𝒆́𝒄𝒕𝒂𝒓 𝒒𝒖𝒆 𝒑𝒖𝒆𝒅𝒆 𝒓𝒆𝒔𝒒𝒖𝒆𝒃𝒓𝒂𝒋𝒂𝒓 𝒕𝒖 𝒄𝒐𝒓𝒂𝒛𝒐́𝒏 𝒆𝒔 𝒂 𝒗𝒆𝒄𝒆𝒔 𝒍𝒂 𝒎𝒊𝒔𝒎𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒍𝒂 𝒓𝒆𝒄𝒐𝒏𝒔𝒕𝒓𝒖𝒚𝒆
    Fandom 𝐻𝑜𝑢𝑠𝑒 𝑂𝑓 𝑇𝘩𝑒 𝐷𝑟𝑎𝑔𝑜𝑛
    Categoría Drama
    ⸻ La tensión podía cortarse con un cuchillo y el ambiente se enturbió hasta el punto de ser incómodo para Aegon. Por eso no le gustaba celebrar su cumpleaños, si hubiese sido como los anteriores años estaría más que feliz. Rhaenyra siempre le compraba una tarta y se molestaba en pedir unas horas libres para acompañarlo en ese día. Debía haber sido así, pero fue todo lo contrario, por el simple hecho de que cumplía la mayoría de edad. Sus hermanos decidieron que era buena idea reservar en un restaurante para festejar. A priori todo apuntaba a una reunión familiar que sería amena, pues su madre no podía asistir por estar cuidando de su padre. Una fría videollamada y sonrisas cínicas, esa fue la intervención en su onomástico. El foco de mayor conflicto había desaparecido y por un momento el cumpleañero pensó que todo saldría a pedir de boca.

    Estaba plenamente equivocado. En esa mesa no estaban solo las figuras fraternales, se encontraban también 𝐬𝐮𝐬 𝐬𝐮𝐩𝐮𝐞𝐬𝐭𝐨𝐬 𝐡𝐢𝐣𝐨𝐬 𝐢𝐥𝐞𝐠𝐢́𝐭𝐢𝐦𝐨𝐬 ¿Por qué los habían traído? No le había informado en ningún momento a su esposa que le había sido infiel con Helaena y mucho menos, el fruto de esos adulterios. Mantenía la esperanza de que su hermana mayor no se percatara de ello, no obstante, las ilusiones son simples anhelos ficticios. De ahí la ominosa perturbación en la atmósfera.

    Se le hizo eterna la velada y luego de haber cenado, y abierto los regalos. Se despidieron y cada pareja se dirigió a su coche. La sonrisa que tenía la fémina durante toda la fiesta desapareció y no promulgó ni una sola onomatopeya. El nerviosismo en él era palpable y nada más tomar asiento en la limusina, inició su manía de mover los anillos en torno a sus dedos, provocando un choque metálico entre ellos. ⸻

    Fue divertida la cena ¿No crees? Por cierto, gracias por tomarte este día libre.

    ⸻ Necesitaba romper el silencio, si no lo hacía, tenía la ligera sospecha de que su corazón se saldría por la boca. Debido a las desbocadas palpitaciones que estaba realizando contra su pecho. ⸻
    ⸻ La tensión podía cortarse con un cuchillo y el ambiente se enturbió hasta el punto de ser incómodo para Aegon. Por eso no le gustaba celebrar su cumpleaños, si hubiese sido como los anteriores años estaría más que feliz. Rhaenyra siempre le compraba una tarta y se molestaba en pedir unas horas libres para acompañarlo en ese día. Debía haber sido así, pero fue todo lo contrario, por el simple hecho de que cumplía la mayoría de edad. Sus hermanos decidieron que era buena idea reservar en un restaurante para festejar. A priori todo apuntaba a una reunión familiar que sería amena, pues su madre no podía asistir por estar cuidando de su padre. Una fría videollamada y sonrisas cínicas, esa fue la intervención en su onomástico. El foco de mayor conflicto había desaparecido y por un momento el cumpleañero pensó que todo saldría a pedir de boca. Estaba plenamente equivocado. En esa mesa no estaban solo las figuras fraternales, se encontraban también 𝐬𝐮𝐬 𝐬𝐮𝐩𝐮𝐞𝐬𝐭𝐨𝐬 𝐡𝐢𝐣𝐨𝐬 𝐢𝐥𝐞𝐠𝐢́𝐭𝐢𝐦𝐨𝐬 ¿Por qué los habían traído? No le había informado en ningún momento a su esposa que le había sido infiel con Helaena y mucho menos, el fruto de esos adulterios. Mantenía la esperanza de que su hermana mayor no se percatara de ello, no obstante, las ilusiones son simples anhelos ficticios. De ahí la ominosa perturbación en la atmósfera. Se le hizo eterna la velada y luego de haber cenado, y abierto los regalos. Se despidieron y cada pareja se dirigió a su coche. La sonrisa que tenía la fémina durante toda la fiesta desapareció y no promulgó ni una sola onomatopeya. El nerviosismo en él era palpable y nada más tomar asiento en la limusina, inició su manía de mover los anillos en torno a sus dedos, provocando un choque metálico entre ellos. ⸻ Fue divertida la cena ¿No crees? Por cierto, gracias por tomarte este día libre. ⸻ Necesitaba romper el silencio, si no lo hacía, tenía la ligera sospecha de que su corazón se saldría por la boca. Debido a las desbocadas palpitaciones que estaba realizando contra su pecho. ⸻
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  • ⸝ᐟ𝑇𝘩𝑒 𝑝𝑎𝑡𝘩 𝑡𝑜 𝑡𝘩𝑒 𝑓𝑖𝑟𝑒 𝑜𝑓 𝑏𝑒𝑖𝑛𝑔.ˏ⸝
    Fandom 𝐻𝑜𝑢𝑠𝑒 𝑂𝑓 𝑇𝘩𝑒 𝐷𝑟𝑎𝑔𝑜𝑛
    Categoría Romance
    ❛Lo⳽ ᥴɩᥱꙆo⳽ ⳽ᥱ ᥴɩᥱɾᥒᥱᥒ ⳽oᑲɾᥱ Ꙇo⳽ ᑯɾᥲɠoᥒᥱ⳽.
    EꙆ ᥲꙆᑲᥲ oᥴᥲ⳽ɩoᥒᥲ ᥙᥒ ⳽ᥲɠᥲⱬ ᥲຕᥲᥒᥱᥴᥱɾ.
    Nᥙᑲᥱ⳽ ᥲꙆⱬᥲ́ᥒᑯo⳽ᥱ ᥴoຕo Ꙇᥲ ᥱ⳽ρᥙຕᥲ ᑯᥱꙆ ຕᥲɾ.
    Cᥲᑯᥱᥒᥲ⳽ ɾᥱ⳽oᥒᥲᥒᑯo ρoɾ toᑯo ᥱꙆ Ꙇᥙɠᥲɾ.
    EꙆɩຕɩᥒᥲᥒᑯo Ꙇᥲ ϙᥙɩᥱtᥙᑯ ᑯᥱꙆ ᥲຕᑲɩᥱᥒtᥱ.
    E⳽Ꙇᥲᑲoᥒᥱ⳽ oᥴᥲ⳽ɩoᥒᥲᥒᑯo Ꙇᥲ ⳽oᥒᥲtᥲ ᑯɩᥙɾᥒᥲ.

    MᥱꙆoᑯɩ́ᥲ⳽ ᥲρᥲɠᥲᑯᥲ⳽ ρoɾ ᥙᥒᥲ ɾᥱꙆᥲᥴɩóᥒ ᑯɩᥴtᥲᑯᥲ.
    Cóᥒყᥙɠᥱ ᥲ Ꙇᥲ ʋɩ⳽tᥲ ᑯᥱ Ꙇo⳽ ᑯɩo⳽ᥱ⳽.
    Eᥒᥱຕɩɠo⳽ ᥲ oʝo⳽ ƒᥲຕɩꙆɩᥲɾᥱ⳽.
    Vᥱɾᑯᥱ ყ ᥒᥱɠɾo, ᥴoꙆoɾᥱ⳽.
    Iຕρɾoρɩo⳽ ρᥲɾᥲ ᥱꙆ ᥲຕoɾ.
    Toᑯo ᑯɩᥴtᥲຕɩᥒᥲᑲᥲ ᥲꙆ ᥲɾᑯɩᥱᥒtᥱ ƒᥙᥱɠo.
    Dᥱ⳽ຕoɾoᥒᥲᥒᑯo Ꙇo⳽ ρɩꙆᥲɾᥱ⳽ ຕᥲɾɩtᥲꙆᥱ⳽.
    Oᑲʋɩᥲᥒᑯo Ꙇo⳽ ᥱ⳽tᥲtᥙto⳽ ᑯɩʋɩᥒo⳽.
    Sɩᥒ ɩຕρoɾtᥲɾ Ꙇo⳽ ⳽ᥱᥒtɩᑯo⳽.
    Dᥱ⳽tɾᥙყᥱᥒᑯo Ꙇᥲ ɩᥒoᥴᥱᥒᥴɩᥲ.
    Pᥲɾᥲᥒᑯo ᥱꙆ Ꙇᥲtɩᑯo.
    Poɾ ᥙᥒᥲ ⳽ɩຕρꙆᥱ ɾᥲⱬóᥒ.
    Lᥲ ᥱxtɩɾρᥲᥴɩóᥒ ᑯᥱꙆ ᥴoɾᥲⱬóᥒ.
    Nᥱᥴᥱ⳽ᥲɾɩo ρᥲɾᥲ ʋɩʋɩɾ.
    Y tᥲᥒ ƒᥲ́ᥴɩꙆ ᑯᥱ ᑯᥲᥒ̃ᥲɾ.
    Pɾɩ́ᥒᥴɩρᥱ ყ ρɾɩᥒᥴᥱ⳽ᥲ.
    Coᥒʋɩʋɩᥱᥒᑯo ρoɾ ᥙᥒ ᑲɩᥱᥒ.
    Lᥲ⳽ ⳽oຕᑲɾᥲ⳽ ɩᥒtᥱᥒtᥲᥒᑯo ᥱᥒɠᥙꙆꙆɩɾ.
    Lᥲ ρoᥴᥲ ᥱᥒtᥱɾᥱⱬᥲ ᑯᥱꙆ ᖾoຕᑲɾᥱ.
    Aƒᥱɾɾᥲ́ᥒᑯo⳽ᥱ ᥲ ⳽ᥙ ᥲຕoɾ ɩຕρo⳽ɩᑲꙆᥱ.
    Hᥲᥴɩᥱ́ᥒᑯoꙆo ᑯᥱ ƒoɾຕᥲ ᥱxᥴᥱρᥴɩoᥒᥲꙆ: ρo⳽ɩᑲꙆᥱ.

    ¿Poɾ ϙᥙᥱ́ Ꙇᥲ⳽ ⳽oຕᑲɾᥲ⳽ ᥒo ᥱᥒɠᥙꙆꙆɩ́ᥲᥒ ᥱꙆ ⳽ᥱɾ?.
    EꙆ ρɾɩ́ᥒᥴɩρᥱ ⳽ᥱ ຕᥲᥒtᥱᥒɩ́ᥲ ƒɩɾຕᥱ ᥱᥒ ⳽ᥙ ρ⳽ɩϙᥙᥱ.
    Gɾᥲᥴɩᥲ⳽ ᥲ Ꙇᥲ ƒᥱꙆɩᥴɩᑯᥲᑯ ⳽ᥱᥒtɩᑯᥲ.
    Aƒᥱɾɾᥲ́ᥒᑯo⳽ᥱ ᥴoᥒ toᑯᥲ⳽ ⳽ᥙ⳽ ƒᥙᥱɾⱬᥲ⳽.
    A Ꙇᥲ Ꙇᥙⱬ ϙᥙᥱ ᥱຕᥲᥒᥲᑲᥲ ᑯᥱ ᥱꙆꙆᥲ.
    Sɩᥱຕρɾᥱ ᥱꙆ ᥲຕoɾ ᑯᥱ ⳽ᥙ ʋɩᑯᥲ.
    EᥒᥴᥲɾᥴᥱꙆᥲᑯo ρoɾ ⳽ᥙ⳽ ᥱຕoᥴɩoᥒᥱ⳽.
    Lᥙᥴᖾᥲᥒᑯo ᖾᥲ⳽tᥲ ᥱꙆ ƒɩᥒᥲꙆ ᑯᥱꙆ ᥱ⳽tᥱɾtoɾ.
    Dᥱ ᥙᥒ ᥒᥙᥱʋo ᑯɩ́ᥲ ʝᥙᥒto ᥲ Ꙇᥲ ᥲຕᥲᑯᥲ.
    Eຕρᥱᑯɾᥲᑯo ᥱ⳽ ᥱꙆ ⳽ᥱᥒᑯᥱɾo.
    Aᥙᥒϙᥙᥱ ⳽ɩᥱຕρɾᥱ ⳽ᥱ ɾᥱᥱᥒᥴoᥒtɾᥲɾᥲ́ᥒ.
    AꙆຕᥲ⳽ ρoɾ ᥱꙆ ᥱtᥱɾᥒo.
    Sᥱ ɾᥱᥱᥒᥴoᥒtɾᥲɾᥲ́ᥒ ρoɾ ⳽ɩᥱຕρɾᥱ ᥱᥒ ƒᥙᥱɠo.❜

    ⸻ La vista de Aegon se estaba encontrando ya agotada, mezclaba las letras entre sí. Su visión captaba una enorme mancha de tinta, indescifrable. Por este motivo, decidió cerrar el libro. Con la mano apoyada en la tapa, ejerció un poco de fuerza para confinar el cuero de la tapa con las hojas. Para finalmente, acariciar el lomo gastado por el paso del tiempo, leyendo por última vez el título del libro: ❛𝙋𝙧𝙤𝙛𝙚𝙘𝙞𝙖𝙨 𝙙𝙞𝙘𝙩𝙖𝙢𝙞𝙣𝙖𝙙𝙖𝙨 𝙖 𝙡𝙤 𝙡𝙖𝙧𝙜𝙤 𝙙𝙚 𝙡𝙖 𝙝𝙞𝙨𝙩𝙤𝙧𝙞𝙖❜. Al darle aquel vistazo de soslayo, se levantó de la silla donde se encontraba hace unos segundos leyendo y depositó el libro en su lugar de reposo, una enorme estantería se alzaba por toda la habitación, centenares de libros: que se fueron escribiendo a lo largo de la historia. Había tanto conocimiento en aquellas hileras de libros, donde poco a poco; Aegon se sentía cada vez más cómodo. Era un hábito desde hace unas semanas, que el príncipe se dirigiera todas las noches, después de cenar. Para tomarse un tiempo y envolverse en una lectura de lo más didáctica, al habituarse a hacer esa tarea, aprendía innumerables conocimientos. De esta manera, prepararse para formar parte del consejo de su esposa. Pudiendo así ayudarla de forma más eficaz y poder desahogarla de todo el trabajo que fuera posible. Aprovechando así, el tiempo libre que tenía, luego de dejar a sus hijos en sus respectivos lechos de descanso. Haciendo tiempo, hasta que su esposa terminase de trabajar. Deseaba que aquella noche, el sueño lo esquivase hasta ver a la princesa: pues llevaba todo el día sin verla y tenía la necesidad de ver sus orbes morados, llenos de fuego y la sonrisa deslumbrante, que siempre recibía cada vez que se veían. Momentos de grandes dificultades, el tiempo marital se veía realmente coartado por los quehaceres de la princesa. Claramente no se sentía molesto, todo lo contrario: se sentía orgulloso de su esposa, será una gran reina. Pensaba continuamente, causando que una boba sonrisa, apareciera en las comisuras de sus labios; 𝐿𝑎 𝑟𝑒𝑖𝑛𝑎 𝑅ℎ𝑎𝑒𝑛𝑦𝑟𝑎, 𝑚𝑖 𝑟𝑒𝑖𝑛𝑎.

    Con aquel pensamiento, dejó la biblioteca atrás, dirigiéndose hacia los aposentos conyugales. Pasos decididos, zancadas resonantes contra las paredes de piedra, anunciando el camino que estaba realizando el príncipe Aegon, para llegar a la alcoba marital. El corazón de Aegon, martilleaba su pecho con fuerza. Pensando firmemente que se iba a encontrar con Rhaenyra. Los pasos se sentían cada vez más ligeros, hasta el punto de pasar de una suave caminata a un pequeño trote.

    La fortaleza de Rocadragón, no era tan amplia como la Fortaleza Roja y llegó a la alcoba en unos pocos minutos, los guardias que vigilaban la puerta, saludaron al príncipe con un leve asentimiento con la cabeza. Al pasar por los soldados, llevó una de las manos hacia el pomo de la puerta y estando unos segundos allí, respiró hondo, mientras en las comisuras de sus labios se dibujaba una gran sonrisa y después de haberse tomado unos momentos, abrió la puerta de los aposentos.

    La ilusión desapareció de inmediato de todo su ser, el habitáculo se encontraba vacío, con las finas sabanas sin tocar, la cama completamente hecha, no habiendo desecho siquiera: la pequeña manta de lino que cubría el lecho. Una sombra se instaló unos momentos, detrás de sus iris; como si empujasen toda la esperanza que había sentido en momentos anteriores, hacía un precipicio, ningún tipo de seguridad, nada para detener la grave caída que se avecinaba. Ningún parapeto podía hacer frente al malestar general, que se instaló en todo su cuerpo, aunque no era culpa de nadie, más bien: si había que encontrar algún culpable, era él. Por ilusionarse e instalarse falsas esperanzas en sus cabales.

    Conforme miraba el lecho matrimonial, el manto oscuro que se había formado detrás de sus ojos, había desaparecido; cambiado por un brillo de orgullo que resaltaba el morado de sus ojos. 𝑅ℎ𝑎𝑒𝑛𝑦𝑟𝑎 𝑣𝑎 𝑎 𝑠𝑒𝑟 𝑢𝑛𝑎 𝑔𝑟𝑎𝑛 𝑟𝑒𝑖𝑛𝑎 𝑦 𝑣𝑜𝑦 𝑎 𝑒𝑠𝑡𝑎𝑟 𝑎ℎ𝑖 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑣𝑒𝑟𝑙𝑜, 𝑗𝑎𝑐𝑡𝑎𝑛𝑑𝑜𝑚𝑒 𝑑𝑒 𝑠𝑒𝑟 𝑠𝑢 𝑐𝑜𝑛𝑠𝑜𝑟𝑡𝑒. En su rostro se volvió a dibujar una sonrisa, provocando que su tez brillase y se tiñera de una leve rojez en las mejillas. . . Por los dioses estaba totalmente enamorado de su esposa y pensar que hace unos años, ni siquiera aguantaban compartir el mismo oxígeno que inhalaban: la simple presencia era una tortura para ambos. En cambio, eso era el pasado; nada bueno traía vivir en el pasado, dándole importancia a los sucesos anteriores, ocasiona que los momentos presentes y futuros se desvanezcan, para caer en la absoluta ignorancia; estancándose así, el crecimiento personal de cada ser humano. La mirada siempre debía encontrar el camino que seguir y el sendero por el cual, estaba cruzando Aegon. Era la concordia mutua y el amor que sentía hacia su esposa, gracias a ello. Pudo mejorar como persona, había dejado los vicios tan nocivos, para la convivencia en un matrimonio. Dejó los burdeles y solo bebía vino en la noche, no basta el hartazgo, solo tomaba una copa de aquel líquido lleno de especias, para así refrescarse mientras cenaba. Hábitos que antes, dominaban su vida. El capitán del barco, el haz de oscuridad que controlaba cada paso que daba, se fusionaba para convertir su vida en un completo terraplén de angustia y sombras. Sin ningún ápice de libre albedrio, en poder total de sus pérfidos ámbitos. Hasta que finalmente, puso orden en todos los aspectos de su vida y el aspecto fundamental de aquel notorio cambio, fue el amor recibido tanto de sus hijos como de su esposa. Sin ellos, aún estaría perdido en aquel sin fin de sombras, oculto tras un manto de embriaguez continua, por eso: 𝙇𝙚𝙨 𝙙𝙚𝙗𝙞𝙖 𝙩𝙤𝙙𝙤.

    Como cada noche, se dirigió al pequeño escritorio y se sentó en la silla que había frente al mismo, allí. Saco la pieza de madera, que estaba tallando, de uno de los cajones y en uno de los laterales de aquel compartimento; saco el pequeño cuchillo que usaba para trabajar la madera. De esta manera, haría tiempo hasta que su esposa volviera a la habitación y así, poder verla una última vez antes de que el manto del sueño lo envolviera, para llevarlo al reino onírico.

    Completa atención en el trozo de madre que estaba tallando, cada zona la trabajaba con esmero, sin dejar ningún retazo sin pulir. Estaba intentando hacer a Sunfyre, anteriormente, habita tallado a Syrax, para que sus hijos recordasen a su madre y no la echasen tanto en falta. Fue idea de su esposa, el que sus pequeños vástagos: tuvieran tanto algo de ella como de su padre, dando así la magnífica idea de tallar a Sunfyre; su hermoso y fiel dragón. Rhaenyra, no se la merecía; siempre estaba pensando en él y aquello lo imbuía de un amor indescriptible. No se la merecía ni en unas mil vidas, en cambio; era demasiado egoísta como para dejarla marchar y perder aquello que hacía latir a su corazón, haciendo sus días más felices de lo que jamás habían sido.

    Estaba trabajando una de las alas del dragón, cuando su vista comenzó a fallar y pequeños puntos negros, aparecieron en su campo visual; señal del cansancio notorio en él y sumado al dolor punzante que sentia en la espalda, por haber estado un par de horas sentado, sin haber movido un ápice de su postura. A causa de esta situación, decidió dejar de tallar por el momento y guardó los utensilios, en el pequeño compartimento de donde los había sacado. Luego de depositar la madera tallada y el cuchillo en el cajón, se levantó y desperezándose, palpándose con una de sus manos, la zona donde sentía la punzada de dolor en la espalda. Al darse aquellas sutiles caricias en la zona adolorida, se dirigió a la cama y con un leve suspiro de pesadez, deshizo las sabanas; para poder introducirse en el mullido colchón, tapándose con las suaves telas, evitando así, el frió nocturno.

    Aegon, se dejó envolver por el mullido lecho y se incorporó suavemente en el mismo, para apoyar la espalda contra el cabecero de roble. Sin poder evitar, observar de soslayo el lugar vacío al lado de él, echaba en falta a su esposa e incluso a la muralla de almohadones que ponía, para que no se perturbase su espacio personal, no pudiendo abrazarla, mientras el sueño dominaba las sapiencias de ambos. Poco importaba, no iba a ser ni juez ni verdugo. Por lo cual, no iba a llevar la contraria a su esposa, si aquello los ayudaba en algo, la iba a apoyar sin ninguna duda.

    El príncipe, decidió poner la muralla de cojines. Pues cuando llegase su esposa, estaría agotada y al menos, haciendo aquello, le ahorraba tiempo, pudiendo así reposar de forma inmediata sin ninguna preocupación. Al terminar de hacer aquella estructura mullida, se recostó en la cama e intento por todos los medios seguir despierto, pero para su mala suerte, los párpados le comenzaban a pesar y su vista se estaba oscureciendo. Aegon, se maldecía constantemente por el poco aguante que tenía al sueño y alargando su mano, elevándola sobre la suave muralla, comenzó a acariciar el lado donde reposaba su esposa, pasando la mano por las suaves sábanas, como si estuviera allí su esposa y el simple contacto con las finas mantas, provocaba la efervescencia de amor y gratitud: imaginándose que allí se encontraba Rhaenyra.⸻

    Te prometo, que seguiré estudiando y trabajando para ser un buen consorte, para poder ayudarte en el consejo y aligerarte de trabajo. Y así, que puedas descansar de forma más continua.

    ⸻ Con esa promesa salida de sus labios bañadas con un tono, de puro amor y decisión. El silencio se instaló en toda la habitación, finalmente el sueño llegó para el príncipe y como en la mayoría de las ocasiones. No iba a percatarse del regreso de su esposa, evitando de esta manera: poder regalarse con la hermosa visión marital. Solo le quedaba, dejarse llevar por los sueños y quizás allí, en ese mundo astral; lleno de pensamientos, ilusiones y temores. Encontrase la calidez de la mirada violácea de su esposa; vista del 𝙥𝙪𝙧𝙤 𝙖𝙢𝙤𝙧 𝙚𝙣𝙘𝙖𝙙𝙚𝙣𝙖𝙙𝙤 𝙖𝙡 𝙨𝙚𝙧. ⸻
    ❛Lo⳽ ᥴɩᥱꙆo⳽ ⳽ᥱ ᥴɩᥱɾᥒᥱᥒ ⳽oᑲɾᥱ Ꙇo⳽ ᑯɾᥲɠoᥒᥱ⳽. EꙆ ᥲꙆᑲᥲ oᥴᥲ⳽ɩoᥒᥲ ᥙᥒ ⳽ᥲɠᥲⱬ ᥲຕᥲᥒᥱᥴᥱɾ. Nᥙᑲᥱ⳽ ᥲꙆⱬᥲ́ᥒᑯo⳽ᥱ ᥴoຕo Ꙇᥲ ᥱ⳽ρᥙຕᥲ ᑯᥱꙆ ຕᥲɾ. Cᥲᑯᥱᥒᥲ⳽ ɾᥱ⳽oᥒᥲᥒᑯo ρoɾ toᑯo ᥱꙆ Ꙇᥙɠᥲɾ. EꙆɩຕɩᥒᥲᥒᑯo Ꙇᥲ ϙᥙɩᥱtᥙᑯ ᑯᥱꙆ ᥲຕᑲɩᥱᥒtᥱ. E⳽Ꙇᥲᑲoᥒᥱ⳽ oᥴᥲ⳽ɩoᥒᥲᥒᑯo Ꙇᥲ ⳽oᥒᥲtᥲ ᑯɩᥙɾᥒᥲ. MᥱꙆoᑯɩ́ᥲ⳽ ᥲρᥲɠᥲᑯᥲ⳽ ρoɾ ᥙᥒᥲ ɾᥱꙆᥲᥴɩóᥒ ᑯɩᥴtᥲᑯᥲ. Cóᥒყᥙɠᥱ ᥲ Ꙇᥲ ʋɩ⳽tᥲ ᑯᥱ Ꙇo⳽ ᑯɩo⳽ᥱ⳽. Eᥒᥱຕɩɠo⳽ ᥲ oʝo⳽ ƒᥲຕɩꙆɩᥲɾᥱ⳽. Vᥱɾᑯᥱ ყ ᥒᥱɠɾo, ᥴoꙆoɾᥱ⳽. Iຕρɾoρɩo⳽ ρᥲɾᥲ ᥱꙆ ᥲຕoɾ. Toᑯo ᑯɩᥴtᥲຕɩᥒᥲᑲᥲ ᥲꙆ ᥲɾᑯɩᥱᥒtᥱ ƒᥙᥱɠo. Dᥱ⳽ຕoɾoᥒᥲᥒᑯo Ꙇo⳽ ρɩꙆᥲɾᥱ⳽ ຕᥲɾɩtᥲꙆᥱ⳽. Oᑲʋɩᥲᥒᑯo Ꙇo⳽ ᥱ⳽tᥲtᥙto⳽ ᑯɩʋɩᥒo⳽. Sɩᥒ ɩຕρoɾtᥲɾ Ꙇo⳽ ⳽ᥱᥒtɩᑯo⳽. Dᥱ⳽tɾᥙყᥱᥒᑯo Ꙇᥲ ɩᥒoᥴᥱᥒᥴɩᥲ. Pᥲɾᥲᥒᑯo ᥱꙆ Ꙇᥲtɩᑯo. Poɾ ᥙᥒᥲ ⳽ɩຕρꙆᥱ ɾᥲⱬóᥒ. Lᥲ ᥱxtɩɾρᥲᥴɩóᥒ ᑯᥱꙆ ᥴoɾᥲⱬóᥒ. Nᥱᥴᥱ⳽ᥲɾɩo ρᥲɾᥲ ʋɩʋɩɾ. Y tᥲᥒ ƒᥲ́ᥴɩꙆ ᑯᥱ ᑯᥲᥒ̃ᥲɾ. Pɾɩ́ᥒᥴɩρᥱ ყ ρɾɩᥒᥴᥱ⳽ᥲ. Coᥒʋɩʋɩᥱᥒᑯo ρoɾ ᥙᥒ ᑲɩᥱᥒ. Lᥲ⳽ ⳽oຕᑲɾᥲ⳽ ɩᥒtᥱᥒtᥲᥒᑯo ᥱᥒɠᥙꙆꙆɩɾ. Lᥲ ρoᥴᥲ ᥱᥒtᥱɾᥱⱬᥲ ᑯᥱꙆ ᖾoຕᑲɾᥱ. Aƒᥱɾɾᥲ́ᥒᑯo⳽ᥱ ᥲ ⳽ᥙ ᥲຕoɾ ɩຕρo⳽ɩᑲꙆᥱ. Hᥲᥴɩᥱ́ᥒᑯoꙆo ᑯᥱ ƒoɾຕᥲ ᥱxᥴᥱρᥴɩoᥒᥲꙆ: ρo⳽ɩᑲꙆᥱ. ¿Poɾ ϙᥙᥱ́ Ꙇᥲ⳽ ⳽oຕᑲɾᥲ⳽ ᥒo ᥱᥒɠᥙꙆꙆɩ́ᥲᥒ ᥱꙆ ⳽ᥱɾ?. EꙆ ρɾɩ́ᥒᥴɩρᥱ ⳽ᥱ ຕᥲᥒtᥱᥒɩ́ᥲ ƒɩɾຕᥱ ᥱᥒ ⳽ᥙ ρ⳽ɩϙᥙᥱ. Gɾᥲᥴɩᥲ⳽ ᥲ Ꙇᥲ ƒᥱꙆɩᥴɩᑯᥲᑯ ⳽ᥱᥒtɩᑯᥲ. Aƒᥱɾɾᥲ́ᥒᑯo⳽ᥱ ᥴoᥒ toᑯᥲ⳽ ⳽ᥙ⳽ ƒᥙᥱɾⱬᥲ⳽. A Ꙇᥲ Ꙇᥙⱬ ϙᥙᥱ ᥱຕᥲᥒᥲᑲᥲ ᑯᥱ ᥱꙆꙆᥲ. Sɩᥱຕρɾᥱ ᥱꙆ ᥲຕoɾ ᑯᥱ ⳽ᥙ ʋɩᑯᥲ. EᥒᥴᥲɾᥴᥱꙆᥲᑯo ρoɾ ⳽ᥙ⳽ ᥱຕoᥴɩoᥒᥱ⳽. Lᥙᥴᖾᥲᥒᑯo ᖾᥲ⳽tᥲ ᥱꙆ ƒɩᥒᥲꙆ ᑯᥱꙆ ᥱ⳽tᥱɾtoɾ. Dᥱ ᥙᥒ ᥒᥙᥱʋo ᑯɩ́ᥲ ʝᥙᥒto ᥲ Ꙇᥲ ᥲຕᥲᑯᥲ. Eຕρᥱᑯɾᥲᑯo ᥱ⳽ ᥱꙆ ⳽ᥱᥒᑯᥱɾo. Aᥙᥒϙᥙᥱ ⳽ɩᥱຕρɾᥱ ⳽ᥱ ɾᥱᥱᥒᥴoᥒtɾᥲɾᥲ́ᥒ. AꙆຕᥲ⳽ ρoɾ ᥱꙆ ᥱtᥱɾᥒo. Sᥱ ɾᥱᥱᥒᥴoᥒtɾᥲɾᥲ́ᥒ ρoɾ ⳽ɩᥱຕρɾᥱ ᥱᥒ ƒᥙᥱɠo.❜ ⸻ La vista de Aegon se estaba encontrando ya agotada, mezclaba las letras entre sí. Su visión captaba una enorme mancha de tinta, indescifrable. Por este motivo, decidió cerrar el libro. Con la mano apoyada en la tapa, ejerció un poco de fuerza para confinar el cuero de la tapa con las hojas. Para finalmente, acariciar el lomo gastado por el paso del tiempo, leyendo por última vez el título del libro: ❛𝙋𝙧𝙤𝙛𝙚𝙘𝙞𝙖𝙨 𝙙𝙞𝙘𝙩𝙖𝙢𝙞𝙣𝙖𝙙𝙖𝙨 𝙖 𝙡𝙤 𝙡𝙖𝙧𝙜𝙤 𝙙𝙚 𝙡𝙖 𝙝𝙞𝙨𝙩𝙤𝙧𝙞𝙖❜. Al darle aquel vistazo de soslayo, se levantó de la silla donde se encontraba hace unos segundos leyendo y depositó el libro en su lugar de reposo, una enorme estantería se alzaba por toda la habitación, centenares de libros: que se fueron escribiendo a lo largo de la historia. Había tanto conocimiento en aquellas hileras de libros, donde poco a poco; Aegon se sentía cada vez más cómodo. Era un hábito desde hace unas semanas, que el príncipe se dirigiera todas las noches, después de cenar. Para tomarse un tiempo y envolverse en una lectura de lo más didáctica, al habituarse a hacer esa tarea, aprendía innumerables conocimientos. De esta manera, prepararse para formar parte del consejo de su esposa. Pudiendo así ayudarla de forma más eficaz y poder desahogarla de todo el trabajo que fuera posible. Aprovechando así, el tiempo libre que tenía, luego de dejar a sus hijos en sus respectivos lechos de descanso. Haciendo tiempo, hasta que su esposa terminase de trabajar. Deseaba que aquella noche, el sueño lo esquivase hasta ver a la princesa: pues llevaba todo el día sin verla y tenía la necesidad de ver sus orbes morados, llenos de fuego y la sonrisa deslumbrante, que siempre recibía cada vez que se veían. Momentos de grandes dificultades, el tiempo marital se veía realmente coartado por los quehaceres de la princesa. Claramente no se sentía molesto, todo lo contrario: se sentía orgulloso de su esposa, será una gran reina. Pensaba continuamente, causando que una boba sonrisa, apareciera en las comisuras de sus labios; 𝐿𝑎 𝑟𝑒𝑖𝑛𝑎 𝑅ℎ𝑎𝑒𝑛𝑦𝑟𝑎, 𝑚𝑖 𝑟𝑒𝑖𝑛𝑎. Con aquel pensamiento, dejó la biblioteca atrás, dirigiéndose hacia los aposentos conyugales. Pasos decididos, zancadas resonantes contra las paredes de piedra, anunciando el camino que estaba realizando el príncipe Aegon, para llegar a la alcoba marital. El corazón de Aegon, martilleaba su pecho con fuerza. Pensando firmemente que se iba a encontrar con Rhaenyra. Los pasos se sentían cada vez más ligeros, hasta el punto de pasar de una suave caminata a un pequeño trote. La fortaleza de Rocadragón, no era tan amplia como la Fortaleza Roja y llegó a la alcoba en unos pocos minutos, los guardias que vigilaban la puerta, saludaron al príncipe con un leve asentimiento con la cabeza. Al pasar por los soldados, llevó una de las manos hacia el pomo de la puerta y estando unos segundos allí, respiró hondo, mientras en las comisuras de sus labios se dibujaba una gran sonrisa y después de haberse tomado unos momentos, abrió la puerta de los aposentos. La ilusión desapareció de inmediato de todo su ser, el habitáculo se encontraba vacío, con las finas sabanas sin tocar, la cama completamente hecha, no habiendo desecho siquiera: la pequeña manta de lino que cubría el lecho. Una sombra se instaló unos momentos, detrás de sus iris; como si empujasen toda la esperanza que había sentido en momentos anteriores, hacía un precipicio, ningún tipo de seguridad, nada para detener la grave caída que se avecinaba. Ningún parapeto podía hacer frente al malestar general, que se instaló en todo su cuerpo, aunque no era culpa de nadie, más bien: si había que encontrar algún culpable, era él. Por ilusionarse e instalarse falsas esperanzas en sus cabales. Conforme miraba el lecho matrimonial, el manto oscuro que se había formado detrás de sus ojos, había desaparecido; cambiado por un brillo de orgullo que resaltaba el morado de sus ojos. 𝑅ℎ𝑎𝑒𝑛𝑦𝑟𝑎 𝑣𝑎 𝑎 𝑠𝑒𝑟 𝑢𝑛𝑎 𝑔𝑟𝑎𝑛 𝑟𝑒𝑖𝑛𝑎 𝑦 𝑣𝑜𝑦 𝑎 𝑒𝑠𝑡𝑎𝑟 𝑎ℎ𝑖 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑣𝑒𝑟𝑙𝑜, 𝑗𝑎𝑐𝑡𝑎𝑛𝑑𝑜𝑚𝑒 𝑑𝑒 𝑠𝑒𝑟 𝑠𝑢 𝑐𝑜𝑛𝑠𝑜𝑟𝑡𝑒. En su rostro se volvió a dibujar una sonrisa, provocando que su tez brillase y se tiñera de una leve rojez en las mejillas. . . Por los dioses estaba totalmente enamorado de su esposa y pensar que hace unos años, ni siquiera aguantaban compartir el mismo oxígeno que inhalaban: la simple presencia era una tortura para ambos. En cambio, eso era el pasado; nada bueno traía vivir en el pasado, dándole importancia a los sucesos anteriores, ocasiona que los momentos presentes y futuros se desvanezcan, para caer en la absoluta ignorancia; estancándose así, el crecimiento personal de cada ser humano. La mirada siempre debía encontrar el camino que seguir y el sendero por el cual, estaba cruzando Aegon. Era la concordia mutua y el amor que sentía hacia su esposa, gracias a ello. Pudo mejorar como persona, había dejado los vicios tan nocivos, para la convivencia en un matrimonio. Dejó los burdeles y solo bebía vino en la noche, no basta el hartazgo, solo tomaba una copa de aquel líquido lleno de especias, para así refrescarse mientras cenaba. Hábitos que antes, dominaban su vida. El capitán del barco, el haz de oscuridad que controlaba cada paso que daba, se fusionaba para convertir su vida en un completo terraplén de angustia y sombras. Sin ningún ápice de libre albedrio, en poder total de sus pérfidos ámbitos. Hasta que finalmente, puso orden en todos los aspectos de su vida y el aspecto fundamental de aquel notorio cambio, fue el amor recibido tanto de sus hijos como de su esposa. Sin ellos, aún estaría perdido en aquel sin fin de sombras, oculto tras un manto de embriaguez continua, por eso: 𝙇𝙚𝙨 𝙙𝙚𝙗𝙞𝙖 𝙩𝙤𝙙𝙤. Como cada noche, se dirigió al pequeño escritorio y se sentó en la silla que había frente al mismo, allí. Saco la pieza de madera, que estaba tallando, de uno de los cajones y en uno de los laterales de aquel compartimento; saco el pequeño cuchillo que usaba para trabajar la madera. De esta manera, haría tiempo hasta que su esposa volviera a la habitación y así, poder verla una última vez antes de que el manto del sueño lo envolviera, para llevarlo al reino onírico. Completa atención en el trozo de madre que estaba tallando, cada zona la trabajaba con esmero, sin dejar ningún retazo sin pulir. Estaba intentando hacer a Sunfyre, anteriormente, habita tallado a Syrax, para que sus hijos recordasen a su madre y no la echasen tanto en falta. Fue idea de su esposa, el que sus pequeños vástagos: tuvieran tanto algo de ella como de su padre, dando así la magnífica idea de tallar a Sunfyre; su hermoso y fiel dragón. Rhaenyra, no se la merecía; siempre estaba pensando en él y aquello lo imbuía de un amor indescriptible. No se la merecía ni en unas mil vidas, en cambio; era demasiado egoísta como para dejarla marchar y perder aquello que hacía latir a su corazón, haciendo sus días más felices de lo que jamás habían sido. Estaba trabajando una de las alas del dragón, cuando su vista comenzó a fallar y pequeños puntos negros, aparecieron en su campo visual; señal del cansancio notorio en él y sumado al dolor punzante que sentia en la espalda, por haber estado un par de horas sentado, sin haber movido un ápice de su postura. A causa de esta situación, decidió dejar de tallar por el momento y guardó los utensilios, en el pequeño compartimento de donde los había sacado. Luego de depositar la madera tallada y el cuchillo en el cajón, se levantó y desperezándose, palpándose con una de sus manos, la zona donde sentía la punzada de dolor en la espalda. Al darse aquellas sutiles caricias en la zona adolorida, se dirigió a la cama y con un leve suspiro de pesadez, deshizo las sabanas; para poder introducirse en el mullido colchón, tapándose con las suaves telas, evitando así, el frió nocturno. Aegon, se dejó envolver por el mullido lecho y se incorporó suavemente en el mismo, para apoyar la espalda contra el cabecero de roble. Sin poder evitar, observar de soslayo el lugar vacío al lado de él, echaba en falta a su esposa e incluso a la muralla de almohadones que ponía, para que no se perturbase su espacio personal, no pudiendo abrazarla, mientras el sueño dominaba las sapiencias de ambos. Poco importaba, no iba a ser ni juez ni verdugo. Por lo cual, no iba a llevar la contraria a su esposa, si aquello los ayudaba en algo, la iba a apoyar sin ninguna duda. El príncipe, decidió poner la muralla de cojines. Pues cuando llegase su esposa, estaría agotada y al menos, haciendo aquello, le ahorraba tiempo, pudiendo así reposar de forma inmediata sin ninguna preocupación. Al terminar de hacer aquella estructura mullida, se recostó en la cama e intento por todos los medios seguir despierto, pero para su mala suerte, los párpados le comenzaban a pesar y su vista se estaba oscureciendo. Aegon, se maldecía constantemente por el poco aguante que tenía al sueño y alargando su mano, elevándola sobre la suave muralla, comenzó a acariciar el lado donde reposaba su esposa, pasando la mano por las suaves sábanas, como si estuviera allí su esposa y el simple contacto con las finas mantas, provocaba la efervescencia de amor y gratitud: imaginándose que allí se encontraba Rhaenyra.⸻ Te prometo, que seguiré estudiando y trabajando para ser un buen consorte, para poder ayudarte en el consejo y aligerarte de trabajo. Y así, que puedas descansar de forma más continua. ⸻ Con esa promesa salida de sus labios bañadas con un tono, de puro amor y decisión. El silencio se instaló en toda la habitación, finalmente el sueño llegó para el príncipe y como en la mayoría de las ocasiones. No iba a percatarse del regreso de su esposa, evitando de esta manera: poder regalarse con la hermosa visión marital. Solo le quedaba, dejarse llevar por los sueños y quizás allí, en ese mundo astral; lleno de pensamientos, ilusiones y temores. Encontrase la calidez de la mirada violácea de su esposa; vista del 𝙥𝙪𝙧𝙤 𝙖𝙢𝙤𝙧 𝙚𝙣𝙘𝙖𝙙𝙚𝙣𝙖𝙙𝙤 𝙖𝙡 𝙨𝙚𝙧. ⸻
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