— Madre. — Daemyra la llamó. Había estado viendo a Alicent desde la puerta durante un largo rato. — Necesito hablar contigo.
Alicent se dió la vuelta. Su rostro serio cambió al instante de ver a su hija menor.
☆ — ¿Sí, cariño? — La Reina Verde miró a Daemyra con dulzura y tranquilidad. Sus manos estaban agarradas por delante de su vestido, su cabello cobrizo bien arreglado y su capa verde atada en su cuello.
— ¿Por qué siempre tienes esa cara cuando ves a Aegon? Cómo si algo te disgustara, te molestara u odiaras. — Preguntó la joven princesa. — Conmigo no la tienes, y temo que quizá exista un favoritismo que genere odio en mi hermano.
El mayor miedo de Daemyra era eso: ser odiada por su propia familia.
Ella no podría soportar que su hermano más grande llegara a odiarla por culpa de las miradas de Alicent. Y mucho menos quería que el bando Verde se destruya a sí mismo.
☆ — No, linda. Él no te odiará. Solo lo miro así porque...bueno, sabes que él no tiene los mejores comportamientos. — Y ahí la Targaryen entendió: su madre no detestaba a su hermano, detestaba sus comportamientos mujeriegos y alcohólicos.
Alicent se dió la vuelta. Su rostro serio cambió al instante de ver a su hija menor.
☆ — ¿Sí, cariño? — La Reina Verde miró a Daemyra con dulzura y tranquilidad. Sus manos estaban agarradas por delante de su vestido, su cabello cobrizo bien arreglado y su capa verde atada en su cuello.
— ¿Por qué siempre tienes esa cara cuando ves a Aegon? Cómo si algo te disgustara, te molestara u odiaras. — Preguntó la joven princesa. — Conmigo no la tienes, y temo que quizá exista un favoritismo que genere odio en mi hermano.
El mayor miedo de Daemyra era eso: ser odiada por su propia familia.
Ella no podría soportar que su hermano más grande llegara a odiarla por culpa de las miradas de Alicent. Y mucho menos quería que el bando Verde se destruya a sí mismo.
☆ — No, linda. Él no te odiará. Solo lo miro así porque...bueno, sabes que él no tiene los mejores comportamientos. — Y ahí la Targaryen entendió: su madre no detestaba a su hermano, detestaba sus comportamientos mujeriegos y alcohólicos.
— Madre. — Daemyra la llamó. Había estado viendo a Alicent desde la puerta durante un largo rato. — Necesito hablar contigo.
Alicent se dió la vuelta. Su rostro serio cambió al instante de ver a su hija menor.
☆ — ¿Sí, cariño? — La Reina Verde miró a Daemyra con dulzura y tranquilidad. Sus manos estaban agarradas por delante de su vestido, su cabello cobrizo bien arreglado y su capa verde atada en su cuello.
— ¿Por qué siempre tienes esa cara cuando ves a Aegon? Cómo si algo te disgustara, te molestara u odiaras. — Preguntó la joven princesa. — Conmigo no la tienes, y temo que quizá exista un favoritismo que genere odio en mi hermano.
El mayor miedo de Daemyra era eso: ser odiada por su propia familia.
Ella no podría soportar que su hermano más grande llegara a odiarla por culpa de las miradas de Alicent. Y mucho menos quería que el bando Verde se destruya a sí mismo.
☆ — No, linda. Él no te odiará. Solo lo miro así porque...bueno, sabes que él no tiene los mejores comportamientos. — Y ahí la Targaryen entendió: su madre no detestaba a su hermano, detestaba sus comportamientos mujeriegos y alcohólicos.

