• ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ𝓥𝓲𝓭𝓪

    ㅤ«𝑬𝒎𝒑𝒊𝒆𝒛𝒂 𝒄𝒐𝒏 𝒖𝒏𝒂 𝒊𝒏𝒕𝒆𝒏𝒄𝒊ó𝒏, 𝒖𝒏𝒂 𝒎𝒂𝒏𝒊𝒇𝒆𝒔𝒕𝒂𝒄𝒊ó𝒏 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒐 𝒎𝒖𝒄𝒉𝒐𝒔 𝒑𝒖𝒆𝒅𝒆𝒏 𝒏𝒐𝒕𝒂𝒓 𝒐 𝒔𝒊𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓𝒂 𝒑𝒆𝒏𝒔𝒂𝒓 𝒂𝒍 𝒓𝒆𝒔𝒑𝒆𝒄𝒕𝒐. 𝑷𝒆𝒓𝒐 𝒂𝒉í 𝒆𝒔𝒕á.

    ㅤ𝑪𝒐𝒏 𝑻𝒊𝒆𝒎𝒑𝒐, 𝒅𝒆𝒅𝒊𝒄𝒂𝒄𝒊ó𝒏, 𝒆𝒔𝒂 𝒗𝒊𝒅𝒂 𝒑𝒖𝒆𝒅𝒆 𝒄𝒓𝒆𝒄𝒆𝒓, 𝒂𝒍𝒊𝒎𝒆𝒏𝒕𝒂𝒓𝒔𝒆, 𝒂𝒑𝒓𝒆𝒏𝒅𝒆𝒓, 𝒓𝒆𝒄𝒐𝒓𝒓𝒆𝒓... 𝒀 𝒄𝒖𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒆𝒎𝒑𝒊𝒆𝒛𝒂 𝒆𝒍 𝒑𝒓𝒐𝒄𝒆𝒔𝒐 𝒅𝒆 𝒎𝒂𝒅𝒖𝒓𝒂𝒓, 𝒔𝒆 𝒄𝒖𝒆𝒔𝒕𝒊𝒐𝒏𝒂 𝒎𝒖𝒄𝒉𝒂𝒔 𝒄𝒐𝒔𝒂𝒔. 𝑬𝒔 𝒆𝒍 𝒑𝒓𝒐𝒄𝒆𝒔𝒐. 𝑵𝒐 𝒉𝒂𝒚 𝒃𝒊𝒆𝒏 𝒐 𝒎𝒂𝒍. 𝑬𝒔 𝒔𝒐𝒍𝒐 𝒍𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒅𝒆𝒃𝒆 𝒔𝒆𝒓. 𝑪𝒐𝒎𝒐 𝒆𝒔𝒕𝒂 𝒇𝒍𝒐𝒓.

    ㅤ𝑳𝒖𝒆𝒈𝒐 𝒄𝒐𝒎𝒊𝒆𝒏𝒛𝒂𝒏 𝒍𝒂𝒔 𝒒𝒖𝒆𝒋𝒂𝒔, 𝒆𝒍 𝒎𝒊𝒆𝒅𝒐, 𝒍𝒂 𝒇𝒓𝒖𝒔𝒕𝒓𝒂𝒄𝒊ó𝒏 𝒐 𝒍𝒂 𝒂𝒃𝒓𝒖𝒎𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏, 𝒆𝒏𝒕𝒓𝒆 𝒐𝒕𝒓𝒐𝒔. 𝑬𝒔𝒐 𝒆𝒔𝒕á 𝒃𝒊𝒆𝒏. 𝑵𝒐 𝒅𝒆𝒃𝒐 𝒊𝒏𝒕𝒆𝒓𝒓𝒖𝒎𝒑𝒊𝒓. 𝑻𝒐𝒅𝒐 𝒕𝒊𝒆𝒏𝒆 𝒔𝒖 𝒄𝒖𝒓𝒔𝒐. 𝑨𝒖𝒏𝒒𝒖𝒆 𝒍𝒖𝒆𝒈𝒐 𝒅𝒊𝒈𝒂𝒏 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒐𝒚 "𝒊𝒏𝒋𝒖𝒔𝒕𝒂". 𝒀𝒐 𝒔𝒐𝒍𝒐 𝒐𝒇𝒓𝒆𝒛𝒄𝒐. 𝑫𝒐𝒚 𝒆𝒍 𝒑𝒓𝒊𝒎𝒆𝒓 𝒆𝒎𝒑𝒖𝒋ó𝒏. 𝑳𝒖𝒆𝒈𝒐 𝒆𝒔𝒕á 𝒆𝒏 𝒄𝒂𝒅𝒂 𝒔𝒆𝒓 𝒆𝒍 𝒇𝒐𝒓𝒎𝒂𝒓𝒔𝒆. 𝑷𝒖𝒆𝒅𝒐 𝒂𝒚𝒖𝒅𝒂𝒓 𝒉𝒂𝒔𝒕𝒂 𝒄𝒊𝒆𝒓𝒕𝒐 𝒑𝒖𝒏𝒕𝒐, 𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒏𝒐 𝒑𝒖𝒆𝒅𝒐 𝒊𝒏𝒕𝒆𝒓𝒗𝒆𝒏𝒊𝒓 𝒅𝒊𝒓𝒆𝒄𝒕𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆.

    ㅤ𝑴𝒖𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒆𝒔𝒑𝒆𝒓𝒂, 𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒓𝒂𝒔 𝒕𝒂𝒏𝒕𝒐. 𝑨 𝒗𝒆𝒄𝒆𝒔 𝒎𝒆 𝒈𝒖𝒔𝒕𝒂𝒓í𝒂 𝒑𝒐𝒅𝒆𝒓 𝒄𝒂𝒎𝒃𝒊𝒂𝒓 𝒍𝒐𝒔 𝒕𝒊𝒆𝒎𝒑𝒐𝒔. 𝑷𝒆𝒓𝒐 𝒆𝒔𝒆 𝒏𝒐 𝒆𝒔 𝒎𝒊 𝒅𝒆𝒃𝒆𝒓, 𝒏𝒊 𝒎𝒊 á𝒓𝒆𝒂. 𝑨𝒔í 𝒒𝒖𝒆 𝒐𝒃𝒔𝒆𝒓𝒗𝒐, 𝒕𝒓𝒂𝒕𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒅𝒆 𝒏𝒐 𝒆𝒏𝒕𝒓𝒐𝒎𝒆𝒕𝒆𝒓𝒎𝒆. 𝑨𝒖𝒏𝒒𝒖𝒆, 𝒂 𝒗𝒆𝒄𝒆𝒔, 𝒄𝒐𝒏 𝒂𝒍𝒈𝒐 𝒅𝒆 𝒅𝒊á𝒍𝒐𝒈𝒐 𝒔𝒆 𝒑𝒖𝒆𝒅𝒆𝒏 𝒄𝒐𝒏𝒔𝒆𝒈𝒖𝒊𝒓 𝒄𝒐𝒔𝒂𝒔...

    ㅤ𝑬𝒔𝒕𝒐𝒚 𝒅𝒊𝒗𝒂𝒈𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒖𝒏 𝒑𝒐𝒄𝒐. ¿𝑸𝒖é 𝒑𝒊𝒆𝒏𝒔𝒂𝒔 𝒔𝒐𝒃𝒓𝒆 𝒕𝒖 𝒗𝒊𝒅𝒂?»
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ𝓥𝓲𝓭𝓪 ㅤ«𝑬𝒎𝒑𝒊𝒆𝒛𝒂 𝒄𝒐𝒏 𝒖𝒏𝒂 𝒊𝒏𝒕𝒆𝒏𝒄𝒊ó𝒏, 𝒖𝒏𝒂 𝒎𝒂𝒏𝒊𝒇𝒆𝒔𝒕𝒂𝒄𝒊ó𝒏 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒐 𝒎𝒖𝒄𝒉𝒐𝒔 𝒑𝒖𝒆𝒅𝒆𝒏 𝒏𝒐𝒕𝒂𝒓 𝒐 𝒔𝒊𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓𝒂 𝒑𝒆𝒏𝒔𝒂𝒓 𝒂𝒍 𝒓𝒆𝒔𝒑𝒆𝒄𝒕𝒐. 𝑷𝒆𝒓𝒐 𝒂𝒉í 𝒆𝒔𝒕á. ㅤ𝑪𝒐𝒏 𝑻𝒊𝒆𝒎𝒑𝒐, 𝒅𝒆𝒅𝒊𝒄𝒂𝒄𝒊ó𝒏, 𝒆𝒔𝒂 𝒗𝒊𝒅𝒂 𝒑𝒖𝒆𝒅𝒆 𝒄𝒓𝒆𝒄𝒆𝒓, 𝒂𝒍𝒊𝒎𝒆𝒏𝒕𝒂𝒓𝒔𝒆, 𝒂𝒑𝒓𝒆𝒏𝒅𝒆𝒓, 𝒓𝒆𝒄𝒐𝒓𝒓𝒆𝒓... 𝒀 𝒄𝒖𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒆𝒎𝒑𝒊𝒆𝒛𝒂 𝒆𝒍 𝒑𝒓𝒐𝒄𝒆𝒔𝒐 𝒅𝒆 𝒎𝒂𝒅𝒖𝒓𝒂𝒓, 𝒔𝒆 𝒄𝒖𝒆𝒔𝒕𝒊𝒐𝒏𝒂 𝒎𝒖𝒄𝒉𝒂𝒔 𝒄𝒐𝒔𝒂𝒔. 𝑬𝒔 𝒆𝒍 𝒑𝒓𝒐𝒄𝒆𝒔𝒐. 𝑵𝒐 𝒉𝒂𝒚 𝒃𝒊𝒆𝒏 𝒐 𝒎𝒂𝒍. 𝑬𝒔 𝒔𝒐𝒍𝒐 𝒍𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒅𝒆𝒃𝒆 𝒔𝒆𝒓. 𝑪𝒐𝒎𝒐 𝒆𝒔𝒕𝒂 𝒇𝒍𝒐𝒓. ㅤ𝑳𝒖𝒆𝒈𝒐 𝒄𝒐𝒎𝒊𝒆𝒏𝒛𝒂𝒏 𝒍𝒂𝒔 𝒒𝒖𝒆𝒋𝒂𝒔, 𝒆𝒍 𝒎𝒊𝒆𝒅𝒐, 𝒍𝒂 𝒇𝒓𝒖𝒔𝒕𝒓𝒂𝒄𝒊ó𝒏 𝒐 𝒍𝒂 𝒂𝒃𝒓𝒖𝒎𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏, 𝒆𝒏𝒕𝒓𝒆 𝒐𝒕𝒓𝒐𝒔. 𝑬𝒔𝒐 𝒆𝒔𝒕á 𝒃𝒊𝒆𝒏. 𝑵𝒐 𝒅𝒆𝒃𝒐 𝒊𝒏𝒕𝒆𝒓𝒓𝒖𝒎𝒑𝒊𝒓. 𝑻𝒐𝒅𝒐 𝒕𝒊𝒆𝒏𝒆 𝒔𝒖 𝒄𝒖𝒓𝒔𝒐. 𝑨𝒖𝒏𝒒𝒖𝒆 𝒍𝒖𝒆𝒈𝒐 𝒅𝒊𝒈𝒂𝒏 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒐𝒚 "𝒊𝒏𝒋𝒖𝒔𝒕𝒂". 𝒀𝒐 𝒔𝒐𝒍𝒐 𝒐𝒇𝒓𝒆𝒛𝒄𝒐. 𝑫𝒐𝒚 𝒆𝒍 𝒑𝒓𝒊𝒎𝒆𝒓 𝒆𝒎𝒑𝒖𝒋ó𝒏. 𝑳𝒖𝒆𝒈𝒐 𝒆𝒔𝒕á 𝒆𝒏 𝒄𝒂𝒅𝒂 𝒔𝒆𝒓 𝒆𝒍 𝒇𝒐𝒓𝒎𝒂𝒓𝒔𝒆. 𝑷𝒖𝒆𝒅𝒐 𝒂𝒚𝒖𝒅𝒂𝒓 𝒉𝒂𝒔𝒕𝒂 𝒄𝒊𝒆𝒓𝒕𝒐 𝒑𝒖𝒏𝒕𝒐, 𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒏𝒐 𝒑𝒖𝒆𝒅𝒐 𝒊𝒏𝒕𝒆𝒓𝒗𝒆𝒏𝒊𝒓 𝒅𝒊𝒓𝒆𝒄𝒕𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆. ㅤ𝑴𝒖𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒆𝒔𝒑𝒆𝒓𝒂, 𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒓𝒂𝒔 𝒕𝒂𝒏𝒕𝒐. 𝑨 𝒗𝒆𝒄𝒆𝒔 𝒎𝒆 𝒈𝒖𝒔𝒕𝒂𝒓í𝒂 𝒑𝒐𝒅𝒆𝒓 𝒄𝒂𝒎𝒃𝒊𝒂𝒓 𝒍𝒐𝒔 𝒕𝒊𝒆𝒎𝒑𝒐𝒔. 𝑷𝒆𝒓𝒐 𝒆𝒔𝒆 𝒏𝒐 𝒆𝒔 𝒎𝒊 𝒅𝒆𝒃𝒆𝒓, 𝒏𝒊 𝒎𝒊 á𝒓𝒆𝒂. 𝑨𝒔í 𝒒𝒖𝒆 𝒐𝒃𝒔𝒆𝒓𝒗𝒐, 𝒕𝒓𝒂𝒕𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒅𝒆 𝒏𝒐 𝒆𝒏𝒕𝒓𝒐𝒎𝒆𝒕𝒆𝒓𝒎𝒆. 𝑨𝒖𝒏𝒒𝒖𝒆, 𝒂 𝒗𝒆𝒄𝒆𝒔, 𝒄𝒐𝒏 𝒂𝒍𝒈𝒐 𝒅𝒆 𝒅𝒊á𝒍𝒐𝒈𝒐 𝒔𝒆 𝒑𝒖𝒆𝒅𝒆𝒏 𝒄𝒐𝒏𝒔𝒆𝒈𝒖𝒊𝒓 𝒄𝒐𝒔𝒂𝒔... ㅤ𝑬𝒔𝒕𝒐𝒚 𝒅𝒊𝒗𝒂𝒈𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒖𝒏 𝒑𝒐𝒄𝒐. ¿𝑸𝒖é 𝒑𝒊𝒆𝒏𝒔𝒂𝒔 𝒔𝒐𝒃𝒓𝒆 𝒕𝒖 𝒗𝒊𝒅𝒂?»
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  • Aahg! Te dije que no me siguieras, aquí es muy peligroso para que estés como si nada. Da media vuelta y regresa a la cabaña, llegaré con una buena cena

    - Dice mientras se seca con una toalla que pareciera estar de por sí húmeda. Su aroma es de sudor con agua de arrollo, al parecer estaba pescando -
    Aahg! Te dije que no me siguieras, aquí es muy peligroso para que estés como si nada. Da media vuelta y regresa a la cabaña, llegaré con una buena cena - Dice mientras se seca con una toalla que pareciera estar de por sí húmeda. Su aroma es de sudor con agua de arrollo, al parecer estaba pescando -
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  • ── Hoy se cumple un año de aquella forzada despedida.
    De aquel dolor que me quebró para jamas volver a ser la misma.
    Nada peor que haberme forzado a no sentir....a arrancarte a la fuerza de el lugar donde yo quería que estuvieras.

    Ha pasado un año.
    Y aun en las estrellas busco una señal. ──
    ── Hoy se cumple un año de aquella forzada despedida. De aquel dolor que me quebró para jamas volver a ser la misma. Nada peor que haberme forzado a no sentir....a arrancarte a la fuerza de el lugar donde yo quería que estuvieras. Ha pasado un año. Y aun en las estrellas busco una señal. ──
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  • Knowing about u
    Fandom Original
    Categoría Aventura
    Caminé lenta y pesadamente sobre la duna, llegaba a una civilización destruida hacia eones, se veía muy parecida a la civilización egipcia; había pilares rotos y fracturados, mermados por el pasar de los años, sus ojos brillaron de diferentes colores mientras que leía las inscripciónes en aquel texto antiguo, lengua muerta olvidado por dios.

    Ironico.

    Encontré la entrada, siguiendo las instrucciones de quienes habían sido mis creadores, el tunel al interior de la piramide se abrió ante mi.
    Me deslicé dentro con soltura, evitando posibles trampas, viendo cada acertijo escondido. Siendo capaz de leer todo lo que decían aquellas paredes, las cosas horribles que hacian por egoismo, las cosas preciosas que hacian por el bien de otros.

    —Creo que aquí tampoco hay nada... —murmuré, mientras tentaba las paredes, leyendo, analizando.

    Caminé lenta y pesadamente sobre la duna, llegaba a una civilización destruida hacia eones, se veía muy parecida a la civilización egipcia; había pilares rotos y fracturados, mermados por el pasar de los años, sus ojos brillaron de diferentes colores mientras que leía las inscripciónes en aquel texto antiguo, lengua muerta olvidado por dios. Ironico. Encontré la entrada, siguiendo las instrucciones de quienes habían sido mis creadores, el tunel al interior de la piramide se abrió ante mi. Me deslicé dentro con soltura, evitando posibles trampas, viendo cada acertijo escondido. Siendo capaz de leer todo lo que decían aquellas paredes, las cosas horribles que hacian por egoismo, las cosas preciosas que hacian por el bien de otros. —Creo que aquí tampoco hay nada... —murmuré, mientras tentaba las paredes, leyendo, analizando.
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  • No más pondré esto por aquí y me iré lentamente allá ustedes si lo buscan jxjxjxjx bajo su propio riesgo

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  • OTRO ATARDECER.
    Fandom OC's
    Categoría Slice of Life
    : Giselle Miller

    El sol del pequeño pueblito perdido en Australia golpeaba la piel de Ezra con una calidez abrasadora, cargada de ese brillo casi blanco que solo existía en las costas remotas. El castaño entrecerró los ojos, acostumbrándose a la intensidad mientras contemplaba lo que sería su hogar durante aquel verano.

    La casa se alzaba frente a él como una mezcla deliciosa entre sencillez y capricho: paredes claras, líneas limpias, y un aire silencioso que prometía privacidad. Pero en su interior… En su interior había exactamente todo lo que alguien como él necesitaba.
    Wifi estable —indispensable—, una biblioteca llena de libros polvorientos y nuevos, una vista al mar que parecía pintada, cocina equipada con más artefactos de los que usaría, una cafetera de última generación que casi lo hizo sonreír… Y un mini bar que ya estaba imaginando explorar por las noches.

    Y por supuesto…
    Una cama de dos plazas y media.
    Porque Ezra Hamilton no sabía habitar espacios pequeños.

    Dejó las maletas en la sala de estar con un golpe suave, dejando que rodaran apenas sobre la alfombra antes de enderezarse y mirar alrededor como si evaluara una joya recién encontrada. Había silencio, brisa, luz… Y un encanto rústico que no esperaba pero que lo conquistaba sin pedir permiso.

    —¿Y bien, qué le parece, señor Hamilton? —preguntó el guía, un hombre fornido y amable, juntando las manos para frotarlas con ese entusiasmo nervioso de quien espera aprobación.

    Ezra giró apenas el rostro, una sonrisa frívola curvándole los labios mientras se quitaba las gafas de sol para colgarlas del cuello de la camisa.

    —¿Dónde puedo rentar un coche?

    El guía soltó una risa breve, como si hubiera adivinado que esa sería su primera preocupación.
    Pero Ezra ya estaba otra vez mirando la casa, imaginándola llena de su presencia.


    ୧‿̩͙ ˖︵ ꕀ⠀ 𔔀 ꉂ 𒀭࣪⠀ ꕀ ︵˖ ‿̩͙୨


    El muchacho avanzaba por las calles polvorientas del pueblito con el papel arrugado entre los dedos, la tinta ligeramente corrida por el sudor del calor australiano. Cada esquina parecía idéntica a la anterior, cada calle un reflejo de la anterior, hasta el punto de que empezó a preguntarse si estaba caminando en círculos. Casas bajas, veredas irregulares, un par de bicicletas apoyadas contra postes de madera… Y un silencio que solo interrumpía el canto de los pájaros y el viento arrastrando arena.

    Miró su móvil, esperando que el mapa cargara esta vez. Nada.
    El círculo cargando, girando eternamente.

    —Carajo. Maldita señal de mierda —murmuró, guardándolo en el bolsillo con fastidio.
    Perfecto. A un hombre como él, acostumbrado a moverse con chofer y ubicaciones precisas, no le quedaba otra que… Hablar con gente.

    Suspiró, irónico con su propia suerte, y se encaminó hacia la única tienda que veía abierta: una pequeña construcción de madera pintada de verde claro, con macetas desbordadas de flores en la entrada y un letrero hecho a mano que colgaba torcido.

    Al empujar la puerta, una campanilla tintineó con suavidad. El aroma a eucalipto y pan caliente lo envolvió enseguida. La dueña —una anciana de cabello blanco recogido en un moño alto— levantó la vista desde detrás del mostrador y le regaló una sonrisa cálida. Los pocos clientes que vagaban entre las góndolas apenas le prestaron atención.

    Ezra se acercó, recuperando su compostura, la postura erguida, la sonrisa práctica que usaba para el mundo.

    —Buen día, disculpe la molestia…

    La mujer inclinó ligeramente la cabeza, invitándolo a continuar.

    Ezra extendió el papel, su sonrisa volviéndose un poco más genuina.

    —¿Sabe dónde queda esta dirección?
    👤: [echo_peridot_crow_169] El sol del pequeño pueblito perdido en Australia golpeaba la piel de Ezra con una calidez abrasadora, cargada de ese brillo casi blanco que solo existía en las costas remotas. El castaño entrecerró los ojos, acostumbrándose a la intensidad mientras contemplaba lo que sería su hogar durante aquel verano. La casa se alzaba frente a él como una mezcla deliciosa entre sencillez y capricho: paredes claras, líneas limpias, y un aire silencioso que prometía privacidad. Pero en su interior… En su interior había exactamente todo lo que alguien como él necesitaba. Wifi estable —indispensable—, una biblioteca llena de libros polvorientos y nuevos, una vista al mar que parecía pintada, cocina equipada con más artefactos de los que usaría, una cafetera de última generación que casi lo hizo sonreír… Y un mini bar que ya estaba imaginando explorar por las noches. Y por supuesto… Una cama de dos plazas y media. Porque Ezra Hamilton no sabía habitar espacios pequeños. Dejó las maletas en la sala de estar con un golpe suave, dejando que rodaran apenas sobre la alfombra antes de enderezarse y mirar alrededor como si evaluara una joya recién encontrada. Había silencio, brisa, luz… Y un encanto rústico que no esperaba pero que lo conquistaba sin pedir permiso. —¿Y bien, qué le parece, señor Hamilton? —preguntó el guía, un hombre fornido y amable, juntando las manos para frotarlas con ese entusiasmo nervioso de quien espera aprobación. Ezra giró apenas el rostro, una sonrisa frívola curvándole los labios mientras se quitaba las gafas de sol para colgarlas del cuello de la camisa. —¿Dónde puedo rentar un coche? El guía soltó una risa breve, como si hubiera adivinado que esa sería su primera preocupación. Pero Ezra ya estaba otra vez mirando la casa, imaginándola llena de su presencia. ୧‿̩͙ ˖︵ ꕀ⠀ 𔔀 ꉂ 🥼 𒀭࣪⠀ ꕀ ︵˖ ‿̩͙୨ El muchacho avanzaba por las calles polvorientas del pueblito con el papel arrugado entre los dedos, la tinta ligeramente corrida por el sudor del calor australiano. Cada esquina parecía idéntica a la anterior, cada calle un reflejo de la anterior, hasta el punto de que empezó a preguntarse si estaba caminando en círculos. Casas bajas, veredas irregulares, un par de bicicletas apoyadas contra postes de madera… Y un silencio que solo interrumpía el canto de los pájaros y el viento arrastrando arena. Miró su móvil, esperando que el mapa cargara esta vez. Nada. El círculo cargando, girando eternamente. —Carajo. Maldita señal de mierda —murmuró, guardándolo en el bolsillo con fastidio. Perfecto. A un hombre como él, acostumbrado a moverse con chofer y ubicaciones precisas, no le quedaba otra que… Hablar con gente. Suspiró, irónico con su propia suerte, y se encaminó hacia la única tienda que veía abierta: una pequeña construcción de madera pintada de verde claro, con macetas desbordadas de flores en la entrada y un letrero hecho a mano que colgaba torcido. Al empujar la puerta, una campanilla tintineó con suavidad. El aroma a eucalipto y pan caliente lo envolvió enseguida. La dueña —una anciana de cabello blanco recogido en un moño alto— levantó la vista desde detrás del mostrador y le regaló una sonrisa cálida. Los pocos clientes que vagaban entre las góndolas apenas le prestaron atención. Ezra se acercó, recuperando su compostura, la postura erguida, la sonrisa práctica que usaba para el mundo. —Buen día, disculpe la molestia… La mujer inclinó ligeramente la cabeza, invitándolo a continuar. Ezra extendió el papel, su sonrisa volviéndose un poco más genuina. —¿Sabe dónde queda esta dirección?
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  • Solo diré una pequeña cosa...
    Me voy a encabronar dónde su ausencia sea porque los menores de mentalidad -3 se ofendieron por lo dicho y decidió apoyarles antes que a este encanto

    Bueno dos cosas, alguien a visto a mis esclavos ?!!! Deje 4 la última vez que estuve aquí y no veo a uno solo

    ...

    Anika Iudex Neuvilette Inuyasha No Taisho Sebastián Michaelis

    Que es eso de dejar a su lord y señor descuidado ?

    -oficialmente con nadie tiene contrato de esclavitud y de hecho solo son sus parejas o amigos pero se tiene que vengar por tanto abandono que le an dado aunque posiblemente sea el lord el que dejó algún rol olvidado (?-
    Solo diré una pequeña cosa... Me voy a encabronar dónde su ausencia sea porque los menores de mentalidad -3 se ofendieron por lo dicho y decidió apoyarles antes que a este encanto Bueno dos cosas, alguien a visto a mis esclavos ?!!! Deje 4 la última vez que estuve aquí y no veo a uno solo ... [Anika1] [Neuvi11ette] [illusion_amethyst_mule_800] [Michaelis] Que es eso de dejar a su lord y señor descuidado ? -oficialmente con nadie tiene contrato de esclavitud y de hecho solo son sus parejas o amigos pero se tiene que vengar por tanto abandono que le an dado aunque posiblemente sea el lord el que dejó algún rol olvidado (?-
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  • Una tenue luz dorada se filtraba por el cristal de la tienda, iluminando el ambiente. Tras el mostrador, Raden permanecía concentrada, sumergida en la meticulosa labor de resucitar un pedazo de alma atrapado en el óleo. Un pequeño cuadro de un paisaje desgastado por el tiempo.

    — Ahí, justo ahí... —murmuró para si, inclinándose sobre la superficie craquelada, con un pincel en su mano— puedo verlo... el eco del dolor que tuvo el artista al pintar este árbol tan solitario y melancólico. . .

    Su dedo índice, enguantado, trazó el contorno del roble en el lienzo.

    — No te preocupes —susurró, dirigiendo sus palabras al cuadro— No voy a devolverte tu juventud, eso sería un insulto. Solo voy a potenciar tu melancolía... para que el próximo dueño pueda sentirla en sus huesos ~

    Dejó el pincel a un lado y tomó un frasco de cristal que contenía un líquido irisado, de un color que fluctuaba entre púrpura y negro.

    La tienda, en ese momento, guardaba silencio. Los cuchicheos habituales de los objetos parecían haberse aquietsdo. La puerta de entrada permancía entreabierta, esperando el ingreso de cualquier alma lo suficientemente valiente. . . o lo suficientemente perdida.

    Laplus Darkness
    Una tenue luz dorada se filtraba por el cristal de la tienda, iluminando el ambiente. Tras el mostrador, Raden permanecía concentrada, sumergida en la meticulosa labor de resucitar un pedazo de alma atrapado en el óleo. Un pequeño cuadro de un paisaje desgastado por el tiempo. — Ahí, justo ahí... —murmuró para si, inclinándose sobre la superficie craquelada, con un pincel en su mano— puedo verlo... el eco del dolor que tuvo el artista al pintar este árbol tan solitario y melancólico. . . Su dedo índice, enguantado, trazó el contorno del roble en el lienzo. — No te preocupes —susurró, dirigiendo sus palabras al cuadro— No voy a devolverte tu juventud, eso sería un insulto. Solo voy a potenciar tu melancolía... para que el próximo dueño pueda sentirla en sus huesos ~ Dejó el pincel a un lado y tomó un frasco de cristal que contenía un líquido irisado, de un color que fluctuaba entre púrpura y negro. La tienda, en ese momento, guardaba silencio. Los cuchicheos habituales de los objetos parecían haberse aquietsdo. La puerta de entrada permancía entreabierta, esperando el ingreso de cualquier alma lo suficientemente valiente. . . o lo suficientemente perdida. [glow_lavender_mouse_820]
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  • 𝐀𝐩𝐫𝐨𝐯𝐞𝐜𝐡𝐚𝐫 𝐥𝐚𝐬 𝐨𝐩𝐨𝐫𝐭𝐮𝐧𝐢𝐝𝐚𝐝𝐞𝐬...
    Fandom The Walking Dead
    Categoría Drama
    ㅤㅤㅤ
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ∽『𝗦𝗧𝗔𝗥𝗧𝗘𝗥』∽
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ 𝑭𝒓𝒂𝒏𝒌𝒊𝒆



    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤCuando El Reino cayó en las redes de Negan y sus Salvadores, Ezekiel jamás pensó que un día serian libres. A pesar de que su trato con sus señores feudales era mejor que el que tenían con ellos otras comunidades, lo cierto era que jamás había saboreado tanto la libertad como el día en que supieron que el imperio de Negan había caído de forma definitiva.

    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤAhora, un año después del fin de aquella guerra que tantas vidas había costado, pues aun Ezekiel no podía olvidar a las gentes de su pueblo, esos soldados que lo habían seguido a la muerte, la vida era muy distinta. Las comunidades se entendían entre sí, se ayudaban, se apoyaban. Era un alivio saber que si algo ocurría en casa, Hilltop y Alexandria responderían. Y lo mismo en el otro sentido. Por eso habían organizado una expedición a Washington. Anne, la que fue líder del grupo de los carroñeros, había tenido una idea. Recordaba, de su etapa de profesora de primaria, las reservas de semillas en el Museo de Historia. Semillas que serían útiles para los campos de las comunidades. Había sido Earl, el herrero, quien recordaba haber visto un antiguo arado una vez en aquel lugar. Un arado que él podría replicar sin problemas. Así, poco a poco, la lista de inventos necesarios se fue haciendo cada vez más larga: semillas, arados, carretas, canoas…

    Regresar de Washington les causó más problemas de los que hubieran esperado, pues por el camino los asaltaron los caminantes y uno de los chicos de Hilltop perdió la vida. Mientras Maggie y su gente regresaba a la colina, el resto de la comitiva pasó primero por el Santuario para llevar provisiones y artilugios necesarios.

    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤCaía la tarde y, mientras los recién llegados se entretenían en las muchas labores que había por hacer en el Santuario, Ezekiel optó por salir un momento a tomar aire fresco al exterior. Dejó que la brisa cálida de finales de verano acariciase su rostro. El Rey apoyó sus brazos cruzados sobre la barandilla de la plataforma desde que la Negan solía dar sus discursos a los salvadores del patio. Y sonrió. Porque por fin parecía que el mundo comenzaba a girar en la dirección correcta. A pesar de que Carol había rechazado su petición de matrimonio y, a pesar de que habían perdido a un chico en la expedición. Aun así, el Rey sonreía.

    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤInspiró profundamente observando el anillo de pedida que le había ofrecido a Carol y con una expresión optimista en el rostro lo guardó en el bolsillo de su camisa. En ese momento escuchó algunos jadeos provenientes de un lugar cercano, tras el muro este de la fábrica. Asi que, descendió los peldaños de cemento y caminó con cierta incertidumbre sin saber qué encontraría al otro lado. Hasta que, al doblar la esquina escuchó un cuchillo caer y una maldición murmurada entre dientes. Frunció sus cejas un segundo antes de descubrir una cabellera pelirroja meciéndose al mismo tiempo que su propietaria parecía golpear uno de esos trastos de entrenamiento de kickboxing que solía haber en los gimnasios. Probablemente había sido colocado allí por Justin, uno de los Salvadores que más guerra parecía darle a Daryl.

    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤApoyó un hombro contra la pared y se cruzó de brazos observando a la joven fémina. La conocía. No había intercambiado demasiadas palabras con ella… Pero la recordaba… La recordaba del día en que los lideres de las comunidades acompañaron al Santuario a los Salvadores supervivientes. Se llamaba Frankie y había sido una de las esposas de Negan. Menudo cretino.

    -Seria más eficaz si tuvieras alguien con quien entrenar, eso es lo que digo siempre… -comentó con cierto aire divertido- Si no, nunca sabrás cuando estás preparada…


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D #StarterRol
    ㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ∽『𝗦𝗧𝗔𝗥𝗧𝗘𝗥』∽ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ [FRANK1E] ㅤㅤㅤㅤㅤㅤCuando El Reino cayó en las redes de Negan y sus Salvadores, Ezekiel jamás pensó que un día serian libres. A pesar de que su trato con sus señores feudales era mejor que el que tenían con ellos otras comunidades, lo cierto era que jamás había saboreado tanto la libertad como el día en que supieron que el imperio de Negan había caído de forma definitiva. ㅤㅤㅤㅤㅤㅤAhora, un año después del fin de aquella guerra que tantas vidas había costado, pues aun Ezekiel no podía olvidar a las gentes de su pueblo, esos soldados que lo habían seguido a la muerte, la vida era muy distinta. Las comunidades se entendían entre sí, se ayudaban, se apoyaban. Era un alivio saber que si algo ocurría en casa, Hilltop y Alexandria responderían. Y lo mismo en el otro sentido. Por eso habían organizado una expedición a Washington. Anne, la que fue líder del grupo de los carroñeros, había tenido una idea. Recordaba, de su etapa de profesora de primaria, las reservas de semillas en el Museo de Historia. Semillas que serían útiles para los campos de las comunidades. Había sido Earl, el herrero, quien recordaba haber visto un antiguo arado una vez en aquel lugar. Un arado que él podría replicar sin problemas. Así, poco a poco, la lista de inventos necesarios se fue haciendo cada vez más larga: semillas, arados, carretas, canoas… Regresar de Washington les causó más problemas de los que hubieran esperado, pues por el camino los asaltaron los caminantes y uno de los chicos de Hilltop perdió la vida. Mientras Maggie y su gente regresaba a la colina, el resto de la comitiva pasó primero por el Santuario para llevar provisiones y artilugios necesarios. ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤCaía la tarde y, mientras los recién llegados se entretenían en las muchas labores que había por hacer en el Santuario, Ezekiel optó por salir un momento a tomar aire fresco al exterior. Dejó que la brisa cálida de finales de verano acariciase su rostro. El Rey apoyó sus brazos cruzados sobre la barandilla de la plataforma desde que la Negan solía dar sus discursos a los salvadores del patio. Y sonrió. Porque por fin parecía que el mundo comenzaba a girar en la dirección correcta. A pesar de que Carol había rechazado su petición de matrimonio y, a pesar de que habían perdido a un chico en la expedición. Aun así, el Rey sonreía. ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤInspiró profundamente observando el anillo de pedida que le había ofrecido a Carol y con una expresión optimista en el rostro lo guardó en el bolsillo de su camisa. En ese momento escuchó algunos jadeos provenientes de un lugar cercano, tras el muro este de la fábrica. Asi que, descendió los peldaños de cemento y caminó con cierta incertidumbre sin saber qué encontraría al otro lado. Hasta que, al doblar la esquina escuchó un cuchillo caer y una maldición murmurada entre dientes. Frunció sus cejas un segundo antes de descubrir una cabellera pelirroja meciéndose al mismo tiempo que su propietaria parecía golpear uno de esos trastos de entrenamiento de kickboxing que solía haber en los gimnasios. Probablemente había sido colocado allí por Justin, uno de los Salvadores que más guerra parecía darle a Daryl. ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤApoyó un hombro contra la pared y se cruzó de brazos observando a la joven fémina. La conocía. No había intercambiado demasiadas palabras con ella… Pero la recordaba… La recordaba del día en que los lideres de las comunidades acompañaron al Santuario a los Salvadores supervivientes. Se llamaba Frankie y había sido una de las esposas de Negan. Menudo cretino. -Seria más eficaz si tuvieras alguien con quien entrenar, eso es lo que digo siempre… -comentó con cierto aire divertido- Si no, nunca sabrás cuando estás preparada… #Personajes3D #3D #Comunidad3D #StarterRol
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  • "𝑴𝒂𝒈𝒊𝒂 𝒃𝒍𝒂𝒏𝒄𝒂, 𝒎𝒂𝒈𝒊𝒂 𝒏𝒆𝒈𝒓𝒂"
    Fandom Original
    Categoría Fantasía

    ㅤㅤㅤㅤ𝚂𝚃𝙰𝚁𝚃𝙴𝚁
    ㅤㅤㅤㅤ┗━━━✦ para Shawn Woodrow



    Qué. Puta. Locura.
    Qué puta locura. ¿Cómo se había desmadrado tanto su dia? ¿Acaso había habido señales que no había sido capaz de ver? Vale, quizás el momento de tirarse el café por encima de la camiseta y el golpe contra la puerta que le habían hecho ver las estrellas eran señales suficientes… Señales de su mala suerte. Pero no eran señales sobrenaturales. Eran… cosas que podían pasarle a cualquiera de las personas de esa puta ciudad. Seguro que había gente con peor suerte en la cotidianeidad de su vida. Pero aquel día… Aquel día, Dominique se había llevado la palma.

    Había entrado a trabajar como cualquier otro día. Había aceptado un café de Shawn, como cualquier otro día… Había fantaseado con él. Como cualquier otro día… ¿Y luego? Había tenido una cita perfecta con él. Una cita con el tio más guapo, más sexy y más irremediablemente atractivo de la ciudad, del país, y del planeta. Vale, eso había sido raro.

    Muy raro.

    Pero creíble. Un momento de película romántica. ¿Es que una chica no podía tener un momento asi alguna vez en su vida? Entraba dentro de las posibilidades… Y entonces, el puñetero ciclope. No tenía ningún sentido.

    -Espera, espera… Nena, ¿de qué hablas? -preguntó su abuela al otro lado de la linea telefónica con tono preocupado.

    Obviamente, nada más entrar por la puerta de casa había ido directa a llamar por teléfono a su abuela mientras se quitaba la ropa llena de humo, polvo y… los estragos de una noche perfecta arruinada.

    -Puedo repetirlo de forma más lenta, abuela… Pero no va a quedarte más claro… Un puñetero ciclope en la librería… He tenido que prender fuego al local, asi que… supongo que me he quedado sin trabajo…- resopló- Si hubieras visto la cara de Natalie… Estaba alucinando…

    Su abuela guardó silencio un momento.

    -Eso es segundario, Dominique… Lo que tenemos que preguntarnos es… ¿Cómo llegó ese ciclope hasta la tienda? ¿Qué hace un ciclope en una librería perdida en medio del maldito Chicago?

    Dominique suspiró y asintió, aunque sabia que su abuela no podía verla.

    -¿Lo vio alguien más? -preguntó su abuela seguidamente.

    -Ah… Bu-bueno… Es que no estaba sola. Sali con… Shawn. Te hablé de Shawn, el dueño de la tienda de motos. Nos fuimos con su moto, Natalie me llamó cabreadísima… Y cuando llegamos él me estaba ayudando a recoger y de pronto apareció aquella enorme mola. Shawn flipaba en colores…

    Su abuela, que ya se esperaba lo que Dominique iba a decir, atajó.

    -Dime que no…

    -Tuve que decírselo, abuela.

    Casi podía ver cómo se le fruncían las cajas tras sus gafas.

    -Ay, Dominique… ¿Qué voy a hacer contigo…?

    La joven suspiró.

    -Lo siento, ¿vale? Me puse nerviosa. No sabia qué decir…

    La mujer, al otro lado de la linea dejó ir el aire rápidamente por la nariz.

    -Bueno, a lo hecho, pecho… Ahora tenemos que averiguar como llegó ese bicho hasta Chicago…

    >> Y así pasó Dominique los siguientes cuatro dias. Cuando no estaba con su abuela revisando sus miles de tomos de brujería antigua, estaba en su piso haciendo mapas y tratando de adivinar como había entrado ese ser. No había ningún acceso físico para que entrara. Asi que, había entrado por un portal… Pero, ¿Quién había creado aquel portal?

    Probablemente hubiera llegado a la conclusión si su mente no hubiera estado dispersa y pensativa. Bueno, dispersa no… Porque cuando no pensaba en ese puto ciclope su mente se ponía a pensar en Shawn. En que no la había vuelto a llamar, en que debería de estar alucinando y en que, seguramente, no querría saber nada más de ella. Y no podía culparle, sinceramente.

    Aquella tarde acababa de llegar a su apartamento desde casa de su abuela con media docena de libros sobre criaturas mágicas cargadas entre los brazos. Mientras tanto su abuela estaba creando un hechizo de rastreo con los restos mortales del ciclope que Dominique había extraído de lo que quedaba de la librería en una incursión nocturna. Si encontraban el rastro mágico, encontrarían al creador del portal. Dejó los tomos sobre la mesa del salón y acudió a su dormitorio en busca de algo más comodo que ponerse cuando, de repente, escuchó el claxon de un vehículo bajo su ventana. Reconocía ese sonido.

    Asi que, como era de esperar, casi se cayó de bruces contra el suelo en plena carrera al tropezar con una de las estanterías del dormitorio al tratar de alcanzar la ventana. La abrió y se asomó sintiendo su corazón rebotar en el pecho.

    Shawn.

    Dominique esbozó una enorme sonrisa al verlo ahí de pie frente a su moto aparcada. Menos de dos minutos después, dado que había bajado casi a saltos aquella escalera, ya salía por la puerta del portal para llegar hasta Shawn.

    -Pensaba que no querías verme. Por eso no… por eso no te llamé. No queria agobiarte… Imaginaba que tendrías mucho en lo que pensar… -dijo la morena cobijándose dentro de su fina chaqueta- Por favor, dime que no vas a llamar al Área 51…


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D #StarterRol
    ㅤ ㅤㅤㅤㅤ𝚂𝚃𝙰𝚁𝚃𝙴𝚁 ㅤㅤㅤㅤ┗━━━✦ para [WdrShwn] Qué. Puta. Locura. Qué puta locura. ¿Cómo se había desmadrado tanto su dia? ¿Acaso había habido señales que no había sido capaz de ver? Vale, quizás el momento de tirarse el café por encima de la camiseta y el golpe contra la puerta que le habían hecho ver las estrellas eran señales suficientes… Señales de su mala suerte. Pero no eran señales sobrenaturales. Eran… cosas que podían pasarle a cualquiera de las personas de esa puta ciudad. Seguro que había gente con peor suerte en la cotidianeidad de su vida. Pero aquel día… Aquel día, Dominique se había llevado la palma. Había entrado a trabajar como cualquier otro día. Había aceptado un café de Shawn, como cualquier otro día… Había fantaseado con él. Como cualquier otro día… ¿Y luego? Había tenido una cita perfecta con él. Una cita con el tio más guapo, más sexy y más irremediablemente atractivo de la ciudad, del país, y del planeta. Vale, eso había sido raro. Muy raro. Pero creíble. Un momento de película romántica. ¿Es que una chica no podía tener un momento asi alguna vez en su vida? Entraba dentro de las posibilidades… Y entonces, el puñetero ciclope. No tenía ningún sentido. -Espera, espera… Nena, ¿de qué hablas? -preguntó su abuela al otro lado de la linea telefónica con tono preocupado. Obviamente, nada más entrar por la puerta de casa había ido directa a llamar por teléfono a su abuela mientras se quitaba la ropa llena de humo, polvo y… los estragos de una noche perfecta arruinada. -Puedo repetirlo de forma más lenta, abuela… Pero no va a quedarte más claro… Un puñetero ciclope en la librería… He tenido que prender fuego al local, asi que… supongo que me he quedado sin trabajo…- resopló- Si hubieras visto la cara de Natalie… Estaba alucinando… Su abuela guardó silencio un momento. -Eso es segundario, Dominique… Lo que tenemos que preguntarnos es… ¿Cómo llegó ese ciclope hasta la tienda? ¿Qué hace un ciclope en una librería perdida en medio del maldito Chicago? Dominique suspiró y asintió, aunque sabia que su abuela no podía verla. -¿Lo vio alguien más? -preguntó su abuela seguidamente. -Ah… Bu-bueno… Es que no estaba sola. Sali con… Shawn. Te hablé de Shawn, el dueño de la tienda de motos. Nos fuimos con su moto, Natalie me llamó cabreadísima… Y cuando llegamos él me estaba ayudando a recoger y de pronto apareció aquella enorme mola. Shawn flipaba en colores… Su abuela, que ya se esperaba lo que Dominique iba a decir, atajó. -Dime que no… -Tuve que decírselo, abuela. Casi podía ver cómo se le fruncían las cajas tras sus gafas. -Ay, Dominique… ¿Qué voy a hacer contigo…? La joven suspiró. -Lo siento, ¿vale? Me puse nerviosa. No sabia qué decir… La mujer, al otro lado de la linea dejó ir el aire rápidamente por la nariz. -Bueno, a lo hecho, pecho… Ahora tenemos que averiguar como llegó ese bicho hasta Chicago… >> Y así pasó Dominique los siguientes cuatro dias. Cuando no estaba con su abuela revisando sus miles de tomos de brujería antigua, estaba en su piso haciendo mapas y tratando de adivinar como había entrado ese ser. No había ningún acceso físico para que entrara. Asi que, había entrado por un portal… Pero, ¿Quién había creado aquel portal? Probablemente hubiera llegado a la conclusión si su mente no hubiera estado dispersa y pensativa. Bueno, dispersa no… Porque cuando no pensaba en ese puto ciclope su mente se ponía a pensar en Shawn. En que no la había vuelto a llamar, en que debería de estar alucinando y en que, seguramente, no querría saber nada más de ella. Y no podía culparle, sinceramente. Aquella tarde acababa de llegar a su apartamento desde casa de su abuela con media docena de libros sobre criaturas mágicas cargadas entre los brazos. Mientras tanto su abuela estaba creando un hechizo de rastreo con los restos mortales del ciclope que Dominique había extraído de lo que quedaba de la librería en una incursión nocturna. Si encontraban el rastro mágico, encontrarían al creador del portal. Dejó los tomos sobre la mesa del salón y acudió a su dormitorio en busca de algo más comodo que ponerse cuando, de repente, escuchó el claxon de un vehículo bajo su ventana. Reconocía ese sonido. Asi que, como era de esperar, casi se cayó de bruces contra el suelo en plena carrera al tropezar con una de las estanterías del dormitorio al tratar de alcanzar la ventana. La abrió y se asomó sintiendo su corazón rebotar en el pecho. Shawn. Dominique esbozó una enorme sonrisa al verlo ahí de pie frente a su moto aparcada. Menos de dos minutos después, dado que había bajado casi a saltos aquella escalera, ya salía por la puerta del portal para llegar hasta Shawn. -Pensaba que no querías verme. Por eso no… por eso no te llamé. No queria agobiarte… Imaginaba que tendrías mucho en lo que pensar… -dijo la morena cobijándose dentro de su fina chaqueta- Por favor, dime que no vas a llamar al Área 51… #Personajes3D #3D #Comunidad3D #StarterRol
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