Odiaba mucho que viniera su cumpleaños, recordaba noche tras noche, los horrores que pasaban ambos juntos, lidiando con la gente, rodeados de personas que adoraban al diablo, ofreciendo a unos pobre inocente para invocarlo. Hacer un pacto para que cumpla los requisitos que querían.

Cada uno por su lado, sonaba absurdo, egoísta de pedir tales cosas, no era algo que se pudiera pedir aun ser del inframundo que lo ve todo, los pecados de los seres humanos y creyentes de el.

Cada vez que se permitían hacia una reunión para ofrecer a los corderitos. No quería que lo eligieran a el, ¿por que tuvo que ser el? debido ser escogido a alguien que nunca iba a heredar el titulo. Un pedazo de su alma le fue rebatado por esas personas. Fue el único que sobrevivió a eso.

Alguien que no iba ser el conde, un reemplazo por parte de su hermano, un inútil y cobarde que solo se ocultaba entre las rocas. Alguien que quería entregar su vida por la de su hermano.