Escuchó voces en el mostrador y el tono de Khan no parecía que atendía a un cliente, así que bajó a ver de qué se trataba... pero no encontró a nadie. Las voces de movieron hacia la bodega donde pudo distinguir mejor que se trataba de [Tolek] y eso lo dejó más tranquilo. — Buenas tardes, señora Mills —llegó una clienta— ¿Lo de siempre? Algunas horas más tarde se acababa la hora más activa de la panadería y Añil pudo tomarse un descanso para ir a echar un vistazo al cuarto. Ya no interrumpiría, así que abrió lentamente la puerta y sonrió al ver la cálida escena. Pero algo le molestó... el brujo parecía sacudirse suavemente, incómodo mientras dormía... Rodeó la cama y se acercó a Tolek para moverlo con cuidado y recostarlo boca abajo. — A mí también me duele la espalda a veces...