Las escamas que Khan toca se estremecen y erizan como si le pusiera la piel de gallina, es que la calidez del balrog siempre le causó ese efecto. Los gatos se van tranquilizando poco a poco y lentamente al ver que el hombre rodeado de humo y de sombra amenazante parece no tener nada en contra del bibliotecario o sus libros, pero no terminan de acomodarse a la presencia de extraños y se quedan vigilando con cara de reproche desde lejitos.
La cabeza de Añil está oculta bajo las largas aletas puntiagudas en que terminan sus brazos de mantis, casi en el centro del espiral serpentino en que se convirtió. Y en cuanto Khan lo tocó en su mente inició un sueño donde están ambos frente a una playa, el balrog de espalda al mar y a Añil, aunque este último se encuentra de medio lado y alterna la mirada entre Khan y las muy suaves olas de agua cristalina, clara y sin espuma. De repente la marea empieza a retroceder y deja la costa seca, pero a Khan no parece preocuparle sin importar cuánto le insista Añil para advertirle.
🔥 Khan 🔥 [Adda]
La cabeza de Añil está oculta bajo las largas aletas puntiagudas en que terminan sus brazos de mantis, casi en el centro del espiral serpentino en que se convirtió. Y en cuanto Khan lo tocó en su mente inició un sueño donde están ambos frente a una playa, el balrog de espalda al mar y a Añil, aunque este último se encuentra de medio lado y alterna la mirada entre Khan y las muy suaves olas de agua cristalina, clara y sin espuma. De repente la marea empieza a retroceder y deja la costa seca, pero a Khan no parece preocuparle sin importar cuánto le insista Añil para advertirle.
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La cabeza de Añil está oculta bajo las largas aletas puntiagudas en que terminan sus brazos de mantis, casi en el centro del espiral serpentino en que se convirtió. Y en cuanto Khan lo tocó en su mente inició un sueño donde están ambos frente a una playa, el balrog de espalda al mar y a Añil, aunque este último se encuentra de medio lado y alterna la mirada entre Khan y las muy suaves olas de agua cristalina, clara y sin espuma. De repente la marea empieza a retroceder y deja la costa seca, pero a Khan no parece preocuparle sin importar cuánto le insista Añil para advertirle.
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