-Después de una ajetreada mañana, la Gran Intendente regresa al gremio de caballeros. Entra a su oficina cargando una caja con carpetas la cual deja caer sobre una silla-

Por Barbatos, estos días han sid....¿Oh?

-Su maestría con la afinidad anemo la tenía tan desarrollada que, además de controlar el viento podía sentir perturbaciones en el ambiente, estelas temporales que volaban en el ambiente como fino rastro de que alguien. Parecía que alguien había estado en su oficina recientemente, mirando detenidamente se percata que todo está en orden, tal y como ella lo había dejado, sin embargo al ver su escritorio se percata de algo que no estaba allí cuando ella se fue-

...¿Y esto?... ¿Lisa?...¿Amber?... no...

-Se acercó a su escritorio rodeándolo hasta su silla, se sienta con calma y, con delicadeza toma aquel objeto, se trataba de una hermosa flor que alguien había dejado, la observa con detenimiento y pasa ligeramente su nariz por ella sintiendo su perfume-

Esta flor no es de aquí... Pero es linda...