https://ficrol.com/posts/48304 — Prev. con [Thomas]

— No te salvas del encanto de una sirena por ser sordo, el sonido viaja a través de ondas y aunque el sentido del oído no funcione, las vibraciones llegan al cerebro de todos modos.

El profesor explicaba a su clase cómo defenderse de varias clases de encantos acústicos, cuando un golpe sordo hizo que el piso se sacudiera. Los jóvenes hicieron un coro de expresiones de asombro y espanto al sentirlo, y unos cuantos también señalaron con sus dedos hacia la ventana donde una criatura enorme reflejaba los rayos del sol en sus blancas escamas.

— Thomas... —murmura el profesor, sorprendido y asustado también, tras echar un vistazo.

Varias ideas cruzan por su mente, pero la fuerza de la responsabilidad logra tomar el primer puesto entre sus prioridades.

— Venga, es un alumno de la academia, no pasa nada. La clase aun no acaba, gobiérnense —exige, tranquilizando a sus chicos.

No es que quedara mucho tiempo más antes de que llegue la hora del almuerzo, apenas unos quince minutos después, cuando Tolek despacha a sus alumnos y espera hasta que salga el último, y sólo entonces deja el salón.

Es en ese momento que se encuentra con la mirada de Thomas y todo su cuerpo se sacude en un escalofrío de temor, un miedo que pierde fuerza rápidamente al ver la expresión de su amante.

— Vamos al bosque, rápido, antes de que la directora nos alcance —invita.

Sospecha que la aludida ya debe encontrarse de camino hacia allí, la clase del profesor Zientek, a quien recurriría Thomas en un caso especial como este. Deben darse prisa.

De algún modo u otro, Tolek lleva a Thomas a través de corredores y escaleras llenos de alumnos (con lo que busca obstaculizar el paso de la mandamás), hasta que dan con la salida trasera de la academia que es la que suele usar el conserje y, por tanto, nadie más toma. Así, toman un camino más o menos sencillo, pero directo hacia el bosque.

— ¿Qué pasó? ¿Por qué llegaste en tu forma original? —Pregunta, una vez que han dejado las prisas y ya dispone de más aire en sus pulmones.
https://ficrol.com/posts/48304 — Prev. con [Thomas] — No te salvas del encanto de una sirena por ser sordo, el sonido viaja a través de ondas y aunque el sentido del oído no funcione, las vibraciones llegan al cerebro de todos modos. El profesor explicaba a su clase cómo defenderse de varias clases de encantos acústicos, cuando un golpe sordo hizo que el piso se sacudiera. Los jóvenes hicieron un coro de expresiones de asombro y espanto al sentirlo, y unos cuantos también señalaron con sus dedos hacia la ventana donde una criatura enorme reflejaba los rayos del sol en sus blancas escamas. — Thomas... —murmura el profesor, sorprendido y asustado también, tras echar un vistazo. Varias ideas cruzan por su mente, pero la fuerza de la responsabilidad logra tomar el primer puesto entre sus prioridades. — Venga, es un alumno de la academia, no pasa nada. La clase aun no acaba, gobiérnense —exige, tranquilizando a sus chicos. No es que quedara mucho tiempo más antes de que llegue la hora del almuerzo, apenas unos quince minutos después, cuando Tolek despacha a sus alumnos y espera hasta que salga el último, y sólo entonces deja el salón. Es en ese momento que se encuentra con la mirada de Thomas y todo su cuerpo se sacude en un escalofrío de temor, un miedo que pierde fuerza rápidamente al ver la expresión de su amante. — Vamos al bosque, rápido, antes de que la directora nos alcance —invita. Sospecha que la aludida ya debe encontrarse de camino hacia allí, la clase del profesor Zientek, a quien recurriría Thomas en un caso especial como este. Deben darse prisa. De algún modo u otro, Tolek lleva a Thomas a través de corredores y escaleras llenos de alumnos (con lo que busca obstaculizar el paso de la mandamás), hasta que dan con la salida trasera de la academia que es la que suele usar el conserje y, por tanto, nadie más toma. Así, toman un camino más o menos sencillo, pero directo hacia el bosque. — ¿Qué pasó? ¿Por qué llegaste en tu forma original? —Pregunta, una vez que han dejado las prisas y ya dispone de más aire en sus pulmones.
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