Niega con la cabeza, rehusándose a dejarle. Perdería un brazo, incluso los dos por su querido hechicero, puede tolerar la ansiedad.
Una vez expresado su malestar, no tiene más que esperar justo donde Tolek le deja, admirandose por el despliegue de magia a su alrededor cuyo propósito no sabe descifrar hasta que distingue la formas tomando las flores.
Siente pena, tristeza por aquellas almas atrapadas siendo devoradas por la planta, y está tristeza impregna sus ojos cuando el hechicero vuelve a acercarse. Con todo, no duda de él, confía en que sus motivos tendrá, y propósito acorde, y le seguirá por la grieta tan pronto disponga.
Una vez expresado su malestar, no tiene más que esperar justo donde Tolek le deja, admirandose por el despliegue de magia a su alrededor cuyo propósito no sabe descifrar hasta que distingue la formas tomando las flores.
Siente pena, tristeza por aquellas almas atrapadas siendo devoradas por la planta, y está tristeza impregna sus ojos cuando el hechicero vuelve a acercarse. Con todo, no duda de él, confía en que sus motivos tendrá, y propósito acorde, y le seguirá por la grieta tan pronto disponga.
Niega con la cabeza, rehusándose a dejarle. Perdería un brazo, incluso los dos por su querido hechicero, puede tolerar la ansiedad.
Una vez expresado su malestar, no tiene más que esperar justo donde Tolek le deja, admirandose por el despliegue de magia a su alrededor cuyo propósito no sabe descifrar hasta que distingue la formas tomando las flores.
Siente pena, tristeza por aquellas almas atrapadas siendo devoradas por la planta, y está tristeza impregna sus ojos cuando el hechicero vuelve a acercarse. Con todo, no duda de él, confía en que sus motivos tendrá, y propósito acorde, y le seguirá por la grieta tan pronto disponga.