Sombras de Celos: El Ascenso de Martina Xoana —¡Vamos, Martina, tú puedes hacerlo! —se animó a sí misma en un susurro entrecortado mientras se aferraba a las enredaderas con determinación.
Sus pies patinaron torpemente contra la pared de la posada y sus manos se agarraron a las hojas con desesperación.
—Solo necesitas un poco más de... ¡ayuda!...