Iatrish
  Un par de cortinas de un pálido y gastado color parduzco , desagradables al tacto ,que impedían pasar la luz del sol a través de un pequeño ventanuco, era la única mota de color en aquellas cuatro paredes que conformaban la sala. Olía a lejía y a pintura. Al otro lado , a través del enorme cristal que separaba el reducido espacio de...
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