MONOROL IV | 𝑇𝑖𝑚𝑒 𝑓𝑜𝑟 𝑐ℎ𝑎𝑛𝑔𝑒𝑠 Los días se hacían lentos, insoportablemente lentos. Las horas seguían siendo eternas, minuto a minuto. Alargándose cada segundo como si no fuera a llegar el siguiente. Y aquel apartamento, a pesar de ser grande, amplio y luminoso, se le hacía asfixiante y cada vez más pequeño. Quizás esa fuera la razón por la que se pasaba la mayor...