Oro en cada rincón,
Brilla como el sol.
Dime si sientes también
Que al verlo puedes volar,
Tus sueños lograr,
Al mundo entero tragar.

Intenso brilla,
Destila
Todo lo que pidas.
A cambio, ¿qué le darás?

¿Será tu alma?
No hables, y piensa con calma,
Que el tiempo aquí en pausa está.

¿Serán tus dichas?
¿Tus logros, tus penas, tus risas?
El Oro quiere saber
Qué es eso que queda
En tu pecho, que pulsa y resuena,
La duda aquí un crimen es.

○ ○ ○

—Una canción vieja, sin título o autor conocido. Una advertencia, ¿o una invitación? La codicia es tan poderosa, tan intoxicante, que destruye mientras edifica, quita mientras otorga. Y el Tesoro de los Ainu, ¿dónde está? ¿Es que busca la melodía disuadir, o invitar a él?


Oro en cada rincón, Brilla como el sol. Dime si sientes también Que al verlo puedes volar, Tus sueños lograr, Al mundo entero tragar. Intenso brilla, Destila Todo lo que pidas. A cambio, ¿qué le darás? ¿Será tu alma? No hables, y piensa con calma, Que el tiempo aquí en pausa está. ¿Serán tus dichas? ¿Tus logros, tus penas, tus risas? El Oro quiere saber Qué es eso que queda En tu pecho, que pulsa y resuena, La duda aquí un crimen es. ○ ○ ○ —Una canción vieja, sin título o autor conocido. Una advertencia, ¿o una invitación? La codicia es tan poderosa, tan intoxicante, que destruye mientras edifica, quita mientras otorga. Y el Tesoro de los Ainu, ¿dónde está? ¿Es que busca la melodía disuadir, o invitar a él?
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