Razor había entrado una vez más a la Biblioteca de su maestra y hermana Lisa. Caminó con cuidado por todos los pasillos asegurándose que ella no estuviera, como un pequeño ratón caminando con cuidado para no ser descubierto.
-....No...haber....nadie....fu...fu...fu~.
Dijo con cierta travesura inocente en su voz, se dedicó a decorar algunos estantes con adornos navideños dejando esferas y tiras de colores colgadas con el cuidado de no obstruir los libros. Después continuó con lo más importante y delicado, el escritorio de Lisa, pues si bien para los ojos de muchos era un "desastre" de hojas, papeles y libros, él sabía que Lisa sabía exactamente qué había y donde estaba cada cosa. Decoró a como pudo dejando adornos, un pequeño árbol en miniatura que le pidió a Jean que le ayudara a decorar y un plato con unos buñuelos de azúcar, aunque había algo peculiar, uno de ellos estaba mordido, no resistió el antojo y había evidencia del "delito" en sus mejillas llenas de azúcar.
-....No...haber....nadie....fu...fu...fu~.
Dijo con cierta travesura inocente en su voz, se dedicó a decorar algunos estantes con adornos navideños dejando esferas y tiras de colores colgadas con el cuidado de no obstruir los libros. Después continuó con lo más importante y delicado, el escritorio de Lisa, pues si bien para los ojos de muchos era un "desastre" de hojas, papeles y libros, él sabía que Lisa sabía exactamente qué había y donde estaba cada cosa. Decoró a como pudo dejando adornos, un pequeño árbol en miniatura que le pidió a Jean que le ayudara a decorar y un plato con unos buñuelos de azúcar, aunque había algo peculiar, uno de ellos estaba mordido, no resistió el antojo y había evidencia del "delito" en sus mejillas llenas de azúcar.
Razor había entrado una vez más a la Biblioteca de su maestra y hermana Lisa. Caminó con cuidado por todos los pasillos asegurándose que ella no estuviera, como un pequeño ratón caminando con cuidado para no ser descubierto.
-....No...haber....nadie....fu...fu...fu~.
Dijo con cierta travesura inocente en su voz, se dedicó a decorar algunos estantes con adornos navideños dejando esferas y tiras de colores colgadas con el cuidado de no obstruir los libros. Después continuó con lo más importante y delicado, el escritorio de Lisa, pues si bien para los ojos de muchos era un "desastre" de hojas, papeles y libros, él sabía que Lisa sabía exactamente qué había y donde estaba cada cosa. Decoró a como pudo dejando adornos, un pequeño árbol en miniatura que le pidió a Jean que le ayudara a decorar y un plato con unos buñuelos de azúcar, aunque había algo peculiar, uno de ellos estaba mordido, no resistió el antojo y había evidencia del "delito" en sus mejillas llenas de azúcar.