Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
Esto se ha publicado como Out Of Character.
Tenlo en cuenta al responder.
Relato en Post y comentario de la imagen 🩷
Ryuリュウ・イシュタル・ヨキン Ishtar Yokin
La libertad a 200 por hora
Llego a la ciudad corriendo.
No sé cómo mis piernas me han traído hasta aquí.
Solo sé que me siento en un banco y respiro hondo, tragándome el temblor en la garganta.
No lloro.
Prometí que no lo haría.
Prometí que no lloraría por nada hasta volver a ver a Akane.
Miro al suelo.
Las sombras de mis propias pestañas tiemblan sobre mis mejillas…
Y entonces dos botas negras se plantan frente a mí.
Firme.
Silenciosas.
Casi como si me hubieran rastreado.
Levanto la cabeza lentamente.
Ryu.
Con su típica expresión de loba que entiende todo sin necesitar palabras.
Ryu:
—Cachorrita… te he visto por aquí y quería darte esto.
Yo ya no lo uso.
Extiende las manos.
En ellas… un casco de moto rosa.
No un rosa cualquiera.
Un rosa exactamente de mi estilo.
Brillante por fuera, acolchado por dentro.
Huele a nuevo.
A recién comprado.
A pensé en ti.
Lili:
—¿P-para mí?
Ryu suelta un pequeño gruñido suave, un ronroneo lobuno.
Sus colmillos asoman apenas, no como amenaza, sino como sonrisa.
Ryu:
—Póntelo.
Nos vamos de aquí.
Mis manos tiemblan cuando agarro el casco.
Es tan… bonito.
Tan yo.
Y al mismo tiempo tan inesperado.
Me lo pongo.
La siento observarme.
Quizás asegurándose de que encaja.
Quizás comprobando que realmente estoy ahí, viva, entera… aunque por dentro me tambalee.
Ryu camina hacia una moto deportiva negra, aparcada cercana.
Una máquina de pura furia mecánica.
La enciende.
El motor ruge como un lobo ancestral.
Ella me hace un gesto con la cabeza.
No piensa insistir.
No piensa obligarme.
Solo… me invita.
Y yo, sin pensarlo demasiado, subo.
El mundo cambia en cuanto mis manos rodean su cintura.
En cuanto siento su calor.
La moto arranca.
En dos segundos estamos volando por las calles, esquivando coches con precisión quirúrgica.
La ciudad se convierte en líneas borrosas.
El viento me golpea, pero no duele.
Al principio me asusto.
Pero…
A medida que aprieto los brazos alrededor de Ryu…
A medida que me sostengo en su espalda como si fuera el único punto firme de la realidad…
Algo dentro de mí se rompe.
Y algo nuevo emerge.
Por primera vez en mucho, mucho tiempo…
Siento libertad.
Libertad de la sombra.
De Arc.
Del Caos.
De mi nombre.
De mi miedo.
De mi dolor.
De mi soledad.
Y en ese instante, mientras volamos por la ciudad, solo existe una verdad:
Estoy viva.
Y no estoy sola.
Ryuリュウ・イシュタル・ヨキン Ishtar Yokin
La libertad a 200 por hora
Llego a la ciudad corriendo.
No sé cómo mis piernas me han traído hasta aquí.
Solo sé que me siento en un banco y respiro hondo, tragándome el temblor en la garganta.
No lloro.
Prometí que no lo haría.
Prometí que no lloraría por nada hasta volver a ver a Akane.
Miro al suelo.
Las sombras de mis propias pestañas tiemblan sobre mis mejillas…
Y entonces dos botas negras se plantan frente a mí.
Firme.
Silenciosas.
Casi como si me hubieran rastreado.
Levanto la cabeza lentamente.
Ryu.
Con su típica expresión de loba que entiende todo sin necesitar palabras.
Ryu:
—Cachorrita… te he visto por aquí y quería darte esto.
Yo ya no lo uso.
Extiende las manos.
En ellas… un casco de moto rosa.
No un rosa cualquiera.
Un rosa exactamente de mi estilo.
Brillante por fuera, acolchado por dentro.
Huele a nuevo.
A recién comprado.
A pensé en ti.
Lili:
—¿P-para mí?
Ryu suelta un pequeño gruñido suave, un ronroneo lobuno.
Sus colmillos asoman apenas, no como amenaza, sino como sonrisa.
Ryu:
—Póntelo.
Nos vamos de aquí.
Mis manos tiemblan cuando agarro el casco.
Es tan… bonito.
Tan yo.
Y al mismo tiempo tan inesperado.
Me lo pongo.
La siento observarme.
Quizás asegurándose de que encaja.
Quizás comprobando que realmente estoy ahí, viva, entera… aunque por dentro me tambalee.
Ryu camina hacia una moto deportiva negra, aparcada cercana.
Una máquina de pura furia mecánica.
La enciende.
El motor ruge como un lobo ancestral.
Ella me hace un gesto con la cabeza.
No piensa insistir.
No piensa obligarme.
Solo… me invita.
Y yo, sin pensarlo demasiado, subo.
El mundo cambia en cuanto mis manos rodean su cintura.
En cuanto siento su calor.
La moto arranca.
En dos segundos estamos volando por las calles, esquivando coches con precisión quirúrgica.
La ciudad se convierte en líneas borrosas.
El viento me golpea, pero no duele.
Al principio me asusto.
Pero…
A medida que aprieto los brazos alrededor de Ryu…
A medida que me sostengo en su espalda como si fuera el único punto firme de la realidad…
Algo dentro de mí se rompe.
Y algo nuevo emerge.
Por primera vez en mucho, mucho tiempo…
Siento libertad.
Libertad de la sombra.
De Arc.
Del Caos.
De mi nombre.
De mi miedo.
De mi dolor.
De mi soledad.
Y en ese instante, mientras volamos por la ciudad, solo existe una verdad:
Estoy viva.
Y no estoy sola.
Relato en Post y comentario de la imagen 🩷
[Ryu]
La libertad a 200 por hora
Llego a la ciudad corriendo.
No sé cómo mis piernas me han traído hasta aquí.
Solo sé que me siento en un banco y respiro hondo, tragándome el temblor en la garganta.
No lloro.
Prometí que no lo haría.
Prometí que no lloraría por nada hasta volver a ver a Akane.
Miro al suelo.
Las sombras de mis propias pestañas tiemblan sobre mis mejillas…
Y entonces dos botas negras se plantan frente a mí.
Firme.
Silenciosas.
Casi como si me hubieran rastreado.
Levanto la cabeza lentamente.
Ryu.
Con su típica expresión de loba que entiende todo sin necesitar palabras.
Ryu:
—Cachorrita… te he visto por aquí y quería darte esto.
Yo ya no lo uso.
Extiende las manos.
En ellas… un casco de moto rosa.
No un rosa cualquiera.
Un rosa exactamente de mi estilo.
Brillante por fuera, acolchado por dentro.
Huele a nuevo.
A recién comprado.
A pensé en ti.
Lili:
—¿P-para mí?
Ryu suelta un pequeño gruñido suave, un ronroneo lobuno.
Sus colmillos asoman apenas, no como amenaza, sino como sonrisa.
Ryu:
—Póntelo.
Nos vamos de aquí.
Mis manos tiemblan cuando agarro el casco.
Es tan… bonito.
Tan yo.
Y al mismo tiempo tan inesperado.
Me lo pongo.
La siento observarme.
Quizás asegurándose de que encaja.
Quizás comprobando que realmente estoy ahí, viva, entera… aunque por dentro me tambalee.
Ryu camina hacia una moto deportiva negra, aparcada cercana.
Una máquina de pura furia mecánica.
La enciende.
El motor ruge como un lobo ancestral.
Ella me hace un gesto con la cabeza.
No piensa insistir.
No piensa obligarme.
Solo… me invita.
Y yo, sin pensarlo demasiado, subo.
El mundo cambia en cuanto mis manos rodean su cintura.
En cuanto siento su calor.
La moto arranca.
En dos segundos estamos volando por las calles, esquivando coches con precisión quirúrgica.
La ciudad se convierte en líneas borrosas.
El viento me golpea, pero no duele.
Al principio me asusto.
Pero…
A medida que aprieto los brazos alrededor de Ryu…
A medida que me sostengo en su espalda como si fuera el único punto firme de la realidad…
Algo dentro de mí se rompe.
Y algo nuevo emerge.
Por primera vez en mucho, mucho tiempo…
Siento libertad.
Libertad de la sombra.
De Arc.
Del Caos.
De mi nombre.
De mi miedo.
De mi dolor.
De mi soledad.
Y en ese instante, mientras volamos por la ciudad, solo existe una verdad:
Estoy viva.
Y no estoy sola.
1
comentario
1
compartido