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Relato en Post y comentario de la imagen 🩷

Las noches antes de la luna nueva

La habitación está en silencio.
La luna menguante parece una sonrisa rota colgada del cielo.

Me duermo sin resistencia.

Y entonces…


---

El sueño

Estoy de pie.
El aire es denso, como una sopa de invierno.
Me miro las manos… arrugadas, temblorosas, casi transparentes.

Soy una anciana.

Mi respiración es un hilo que se corta a ratos. Mi espalda se dobla como un árbol que ha sobrevivido demasiadas tormentas.

Una presencia se acerca por detrás.
La siento antes de verla.
Un frío que no pertenece al mundo de los vivos.

La muerte.

Una figura alta, afilada, envuelta en un silencio que pesa más que el propio sueño.
No tiene ojos, pero sé que me está mirando.

Me tiembla el pecho…
Hasta que algo en mí se quiebra de rabia.

Agarro aire con mis pulmones viejos, me enderezo, y grito:

Lili:
—¡Ésta noche no!
—No te vas a apoderar de mi miedo…
—Soy Lili Queen Ishtar.
—Soy poderosa.
—Si no me crees… ¡enfréntate a mí!
—¡Se acabaron las pesadillas! ¡Se acabó la sombra!

La muerte se detiene.
Y ríe.

Una risa que no pertenece a ningún ser del mundo humano, ni del lunar, ni del caos.
Una risa que descompone el aire a mi alrededor, que hace crujir mis huesos viejos.

La muerte da media vuelta y empieza a caminar.
Sin prisa.
Como si supiera con absoluta certeza que la seguiré.

La sigo.


---

La cueva

Entramos en una cueva negra, húmeda, más profunda que cualquier noche que haya conocido.
La oscuridad respira.
La oscuridad espera.

Al fondo…
Un espejo.

La muerte lo señala con un dedo huesudo.

Me acerco.
Mis manos temblorosas se alzan hacia el cristal.

Y ahí está.


---

La revelación

En el espejo…
No veo a la anciana.

Veo a la sombra.
Mi sombra.
Esa que se alimentó de asesinos, violadores, corsarios, pecadores.
Esa que nació en el Jardín de Sombras cuando tenía trece años.
Esa que conoce palabras que yo no comprendo.
Esa que me observa desde el fondo de mis pesadillas.

La sombra me mira.
Sonríe.

Me giro para mirar mis manos.

Ya no están arrugadas.
Ni humanas.
Son negras.
Vaporosas.
Fluyen como tinta viva.

Soy yo.
La sombra.

Y en el espejo…

El reflejo es Lili.

Lili verdadera.
Mi cuerpo.
Mi voz.
Mi luz.

Ella alza la mano del otro lado del cristal, con un gesto de súplica que me destroza.

Yo intento gritar.
Intento decirle que no quiero.
Que no era esto.
Que solo quería dejar de tener miedo.

Pero no tengo voz.
Solo un susurro que no entiendo.

Una palabra antigua.

La sombra la entiende.
Yo no.


---

El despertar

El mundo se rompe como un vidrio.

Y no soy yo quien despierta.

La que abre los ojos en la cama Ishtar…
La que respira con mis pulmones…
La que mira alrededor con mis ojos…
No soy yo.

Es la sombra.

Yo… yo no sé dónde estoy.
No sé si existo en una grieta, en un sueño, en un rincón del Jardín de Sombras.

Pero ya no estoy en mi cuerpo.

Y algo —alguien—
está caminando con mis pies.
Relato en Post y comentario de la imagen 🩷 Las noches antes de la luna nueva La habitación está en silencio. La luna menguante parece una sonrisa rota colgada del cielo. Me duermo sin resistencia. Y entonces… --- El sueño Estoy de pie. El aire es denso, como una sopa de invierno. Me miro las manos… arrugadas, temblorosas, casi transparentes. Soy una anciana. Mi respiración es un hilo que se corta a ratos. Mi espalda se dobla como un árbol que ha sobrevivido demasiadas tormentas. Una presencia se acerca por detrás. La siento antes de verla. Un frío que no pertenece al mundo de los vivos. La muerte. Una figura alta, afilada, envuelta en un silencio que pesa más que el propio sueño. No tiene ojos, pero sé que me está mirando. Me tiembla el pecho… Hasta que algo en mí se quiebra de rabia. Agarro aire con mis pulmones viejos, me enderezo, y grito: Lili: —¡Ésta noche no! —No te vas a apoderar de mi miedo… —Soy Lili Queen Ishtar. —Soy poderosa. —Si no me crees… ¡enfréntate a mí! —¡Se acabaron las pesadillas! ¡Se acabó la sombra! La muerte se detiene. Y ríe. Una risa que no pertenece a ningún ser del mundo humano, ni del lunar, ni del caos. Una risa que descompone el aire a mi alrededor, que hace crujir mis huesos viejos. La muerte da media vuelta y empieza a caminar. Sin prisa. Como si supiera con absoluta certeza que la seguiré. La sigo. --- La cueva Entramos en una cueva negra, húmeda, más profunda que cualquier noche que haya conocido. La oscuridad respira. La oscuridad espera. Al fondo… Un espejo. La muerte lo señala con un dedo huesudo. Me acerco. Mis manos temblorosas se alzan hacia el cristal. Y ahí está. --- La revelación En el espejo… No veo a la anciana. Veo a la sombra. Mi sombra. Esa que se alimentó de asesinos, violadores, corsarios, pecadores. Esa que nació en el Jardín de Sombras cuando tenía trece años. Esa que conoce palabras que yo no comprendo. Esa que me observa desde el fondo de mis pesadillas. La sombra me mira. Sonríe. Me giro para mirar mis manos. Ya no están arrugadas. Ni humanas. Son negras. Vaporosas. Fluyen como tinta viva. Soy yo. La sombra. Y en el espejo… El reflejo es Lili. Lili verdadera. Mi cuerpo. Mi voz. Mi luz. Ella alza la mano del otro lado del cristal, con un gesto de súplica que me destroza. Yo intento gritar. Intento decirle que no quiero. Que no era esto. Que solo quería dejar de tener miedo. Pero no tengo voz. Solo un susurro que no entiendo. Una palabra antigua. La sombra la entiende. Yo no. --- El despertar El mundo se rompe como un vidrio. Y no soy yo quien despierta. La que abre los ojos en la cama Ishtar… La que respira con mis pulmones… La que mira alrededor con mis ojos… No soy yo. Es la sombra. Yo… yo no sé dónde estoy. No sé si existo en una grieta, en un sueño, en un rincón del Jardín de Sombras. Pero ya no estoy en mi cuerpo. Y algo —alguien— está caminando con mis pies.
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Las noches antes de la luna nueva

La habitación está en silencio.
La luna menguante parece una sonrisa rota colgada del cielo.

Me duermo sin resistencia.

Y entonces…


---

El sueño

Estoy de pie.
El aire es denso, como una sopa de invierno.
Me miro las manos… arrugadas, temblorosas, casi transparentes.

Soy una anciana.

Mi respiración es un hilo que se corta a ratos. Mi espalda se dobla como un árbol que ha sobrevivido demasiadas tormentas.

Una presencia se acerca por detrás.
La siento antes de verla.
Un frío que no pertenece al mundo de los vivos.

La muerte.

Una figura alta, afilada, envuelta en un silencio que pesa más que el propio sueño.
No tiene ojos, pero sé que me está mirando.

Me tiembla el pecho…
Hasta que algo en mí se quiebra de rabia.

Agarro aire con mis pulmones viejos, me enderezo, y grito:

Lili:
—¡Ésta noche no!
—No te vas a apoderar de mi miedo…
—Soy Lili Queen Ishtar.
—Soy poderosa.
—Si no me crees… ¡enfréntate a mí!
—¡Se acabaron las pesadillas! ¡Se acabó la sombra!

La muerte se detiene.
Y ríe.

Una risa que no pertenece a ningún ser del mundo humano, ni del lunar, ni del caos.
Una risa que descompone el aire a mi alrededor, que hace crujir mis huesos viejos.

La muerte da media vuelta y empieza a caminar.
Sin prisa.
Como si supiera con absoluta certeza que la seguiré.

La sigo.


---

La cueva

Entramos en una cueva negra, húmeda, más profunda que cualquier noche que haya conocido.
La oscuridad respira.
La oscuridad espera.

Al fondo…
Un espejo.

La muerte lo señala con un dedo huesudo.

Me acerco.
Mis manos temblorosas se alzan hacia el cristal.

Y ahí está.


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La revelación

En el espejo…
No veo a la anciana.

Veo a la sombra.
Mi sombra.
Esa que se alimentó de asesinos, violadores, corsarios, pecadores.
Esa que nació en el Jardín de Sombras cuando tenía trece años.
Esa que conoce palabras que yo no comprendo.
Esa que me observa desde el fondo de mis pesadillas.

La sombra me mira.
Sonríe.

Me giro para mirar mis manos.

Ya no están arrugadas.
Ni humanas.
Son negras.
Vaporosas.
Fluyen como tinta viva.

Soy yo.
La sombra.

Y en el espejo…

El reflejo es Lili.

Lili verdadera.
Mi cuerpo.
Mi voz.
Mi luz.

Ella alza la mano del otro lado del cristal, con un gesto de súplica que me destroza.

Yo intento gritar.
Intento decirle que no quiero.
Que no era esto.
Que solo quería dejar de tener miedo.

Pero no tengo voz.
Solo un susurro que no entiendo.

Una palabra antigua.

La sombra la entiende.
Yo no.


---

El despertar

El mundo se rompe como un vidrio.

Y no soy yo quien despierta.

La que abre los ojos en la cama Ishtar…
La que respira con mis pulmones…
La que mira alrededor con mis ojos…
No soy yo.

Es la sombra.

Yo… yo no sé dónde estoy.
No sé si existo en una grieta, en un sueño, en un rincón del Jardín de Sombras.

Pero ya no estoy en mi cuerpo.

Y algo —alguien—
está caminando con mis pies.
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