Tenlo en cuenta al responder.
El corazón que no sabía amar
-Akane abrió el cajón inferior del escritorio, ese que no tocaba desde hacía meses. Lo abrió en una página en blanco, justo después de una entrada escrita con rabia. Tomó el bolígrafo, lo giró entre los dedos, y escribió:
-Miercoles 6, agosto 2025-
No sé si esto cuenta como una historia de amor. Pero hubo alguien… Y para que nadie sepa quién fue, la llamaré Liria.
Ella apareció en mi vida como una brisa cálida. Tenía una sonrisa que parecía esconder muchas cosas, y unos ojos que me miraban como si yo fuera algo que no se debía romper.
Me dijo que venía de una relación difícil. Que antes el amor le dolía. ̶Y̶ ̶q̶u̶e̶ ̶c̶o̶n̶m̶i̶g̶o̶…̶ ̶s̶e̶ ̶s̶e̶n̶t̶í̶a̶ ̶s̶e̶g̶u̶r̶a̶.̶
Yo no entendía del todo qué significaba eso. Pero me gustaba abrazarla. Besarla en la frente, en la mejilla, en la nariz. Decirle que su voz era linda. Que me gustaba estar cerca.
Así que acepté ser su pareja. Porque pensé que eso era lo que se hacía cuando alguien te quiere. Y yo quería entender.
Pero con el tiempo, algo cambió. Ella se volvía más silenciosa. Más distante. Y yo… no sabía qué hacer.
No me salía preguntar si estaba bien. No entendía por qué lloraba cuando yo me quedaba callada. No sabía cómo consolarla, porque no sentía que algo estuviera mal.
A veces, sin querer, me volvía fría. No porque quisiera herirla. Sino porque no sabía cómo ser cálida de otra forma. Y un día… se fue.
Me dejó una nota. No decía su nombre. Solo decía:
“No puedo quedarme esperando que aprendas a quererme. No porque no seas capaz… sino porque tu forma de amar aún no existe. Y yo… necesito algo que ya esté vivo.”
La guardé. No lloré. No entendí...
Solo pensé: “Supongo que se aburrió de mí.”
Pero esa noche, mientras dormía, sentí algo raro, una punzada en el pecho. Como si algo faltara. Como si algo que no sabía que tenía… se hubiera ido con ella.
No sé si eso era tristeza o amor; O simplemente confusión.
Pero desde entonces, a veces me pregunto: ¿Y si ese pequeño dolor… era el comienzo de algo? ¿Y si algún día… aprendo a querer como ella quería que lo hiciera?
No lo sé. Solo sé que hubo alguien. Y que la llamaré Liria.
-Akane abrió el cajón inferior del escritorio, ese que no tocaba desde hacía meses. Lo abrió en una página en blanco, justo después de una entrada escrita con rabia. Tomó el bolígrafo, lo giró entre los dedos, y escribió:
-Miercoles 6, agosto 2025-
No sé si esto cuenta como una historia de amor. Pero hubo alguien… Y para que nadie sepa quién fue, la llamaré Liria.
Ella apareció en mi vida como una brisa cálida. Tenía una sonrisa que parecía esconder muchas cosas, y unos ojos que me miraban como si yo fuera algo que no se debía romper.
Me dijo que venía de una relación difícil. Que antes el amor le dolía. ̶Y̶ ̶q̶u̶e̶ ̶c̶o̶n̶m̶i̶g̶o̶…̶ ̶s̶e̶ ̶s̶e̶n̶t̶í̶a̶ ̶s̶e̶g̶u̶r̶a̶.̶
Yo no entendía del todo qué significaba eso. Pero me gustaba abrazarla. Besarla en la frente, en la mejilla, en la nariz. Decirle que su voz era linda. Que me gustaba estar cerca.
Así que acepté ser su pareja. Porque pensé que eso era lo que se hacía cuando alguien te quiere. Y yo quería entender.
Pero con el tiempo, algo cambió. Ella se volvía más silenciosa. Más distante. Y yo… no sabía qué hacer.
No me salía preguntar si estaba bien. No entendía por qué lloraba cuando yo me quedaba callada. No sabía cómo consolarla, porque no sentía que algo estuviera mal.
A veces, sin querer, me volvía fría. No porque quisiera herirla. Sino porque no sabía cómo ser cálida de otra forma. Y un día… se fue.
Me dejó una nota. No decía su nombre. Solo decía:
“No puedo quedarme esperando que aprendas a quererme. No porque no seas capaz… sino porque tu forma de amar aún no existe. Y yo… necesito algo que ya esté vivo.”
La guardé. No lloré. No entendí...
Solo pensé: “Supongo que se aburrió de mí.”
Pero esa noche, mientras dormía, sentí algo raro, una punzada en el pecho. Como si algo faltara. Como si algo que no sabía que tenía… se hubiera ido con ella.
No sé si eso era tristeza o amor; O simplemente confusión.
Pero desde entonces, a veces me pregunto: ¿Y si ese pequeño dolor… era el comienzo de algo? ¿Y si algún día… aprendo a querer como ella quería que lo hiciera?
No lo sé. Solo sé que hubo alguien. Y que la llamaré Liria.
El corazón que no sabía amar
-Akane abrió el cajón inferior del escritorio, ese que no tocaba desde hacía meses. Lo abrió en una página en blanco, justo después de una entrada escrita con rabia. Tomó el bolígrafo, lo giró entre los dedos, y escribió:
-Miercoles 6, agosto 2025-
No sé si esto cuenta como una historia de amor. Pero hubo alguien… Y para que nadie sepa quién fue, la llamaré Liria.
Ella apareció en mi vida como una brisa cálida. Tenía una sonrisa que parecía esconder muchas cosas, y unos ojos que me miraban como si yo fuera algo que no se debía romper.
Me dijo que venía de una relación difícil. Que antes el amor le dolía. ̶Y̶ ̶q̶u̶e̶ ̶c̶o̶n̶m̶i̶g̶o̶…̶ ̶s̶e̶ ̶s̶e̶n̶t̶í̶a̶ ̶s̶e̶g̶u̶r̶a̶.̶
Yo no entendía del todo qué significaba eso. Pero me gustaba abrazarla. Besarla en la frente, en la mejilla, en la nariz. Decirle que su voz era linda. Que me gustaba estar cerca.
Así que acepté ser su pareja. Porque pensé que eso era lo que se hacía cuando alguien te quiere. Y yo quería entender.
Pero con el tiempo, algo cambió. Ella se volvía más silenciosa. Más distante. Y yo… no sabía qué hacer.
No me salía preguntar si estaba bien. No entendía por qué lloraba cuando yo me quedaba callada. No sabía cómo consolarla, porque no sentía que algo estuviera mal.
A veces, sin querer, me volvía fría. No porque quisiera herirla. Sino porque no sabía cómo ser cálida de otra forma. Y un día… se fue.
Me dejó una nota. No decía su nombre. Solo decía:
“No puedo quedarme esperando que aprendas a quererme. No porque no seas capaz… sino porque tu forma de amar aún no existe. Y yo… necesito algo que ya esté vivo.”
La guardé. No lloré. No entendí...
Solo pensé: “Supongo que se aburrió de mí.”
Pero esa noche, mientras dormía, sentí algo raro, una punzada en el pecho. Como si algo faltara. Como si algo que no sabía que tenía… se hubiera ido con ella.
No sé si eso era tristeza o amor; O simplemente confusión.
Pero desde entonces, a veces me pregunto: ¿Y si ese pequeño dolor… era el comienzo de algo? ¿Y si algún día… aprendo a querer como ella quería que lo hiciera?
No lo sé. Solo sé que hubo alguien. Y que la llamaré Liria.
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