Fue otro rechazo como cualquier otro. ¿O no? No. Parecía que no.
Sus compañeros le vieron ensimismado, más distante de lo normal -lo cual era mucho decir- mientras se ajustaba el chaleco. Más callado de lo normal, mientras adhería equipamiento.
Viper no reparó en las miradas ajenas. ¿Para qué? A nadie le importaba.
Porque, al final... ¿Qué valor podría tener alguien que ni los condenados desean tener cerca?
Luego se enderezó. Otra misión lo esperaba. Otra excusa para no pensar. Otra noche más para perderse entre órdenes y silencio.
Sus compañeros le vieron ensimismado, más distante de lo normal -lo cual era mucho decir- mientras se ajustaba el chaleco. Más callado de lo normal, mientras adhería equipamiento.
Viper no reparó en las miradas ajenas. ¿Para qué? A nadie le importaba.
Porque, al final... ¿Qué valor podría tener alguien que ni los condenados desean tener cerca?
Luego se enderezó. Otra misión lo esperaba. Otra excusa para no pensar. Otra noche más para perderse entre órdenes y silencio.
Fue otro rechazo como cualquier otro. ¿O no? No. Parecía que no.
Sus compañeros le vieron ensimismado, más distante de lo normal -lo cual era mucho decir- mientras se ajustaba el chaleco. Más callado de lo normal, mientras adhería equipamiento.
Viper no reparó en las miradas ajenas. ¿Para qué? A nadie le importaba.
Porque, al final... ¿Qué valor podría tener alguien que ni los condenados desean tener cerca?
Luego se enderezó. Otra misión lo esperaba. Otra excusa para no pensar. Otra noche más para perderse entre órdenes y silencio.



