El chico lobo se encontraba recostado sobre el tronco de un árbol detrás de la ciudad de Mondstadt, justo frente al lago detrás de la ciudad. Había ido a la biblioteca para ver si Lisa, su maestra ya había regresado pero no fue así.

-Hace...calor... -Murmuró el joven para si mismo mientras miraba el cristalino lago, pensaba en echarse un chapuzón para refrescarse y ¿Por qué no? jugar un rato-