Reencuentro con Lee Baek-Hyun, 2 años después — Terraza en Hongdae, 16:24 PM
Fandom OC
Categoría Original
El calor de Seúl a media tarde pegaba sin pedir permiso, y Haneul caminaba por la acera con los auriculares puestos, tarareando apenas la melodía que sonaba. Había salido de uno de sus trabajos y pensaba detenerse en su cafetería habitual a por un té frío antes de volver a casa.

Pero entonces, al doblar una esquina entre los ventanales de una librería y una tienda de diseño, lo vio, su mejor amigo de la Universidad hacía 5 años, sentado en la terraza de una cafetería desconocida, con un café y un libro abierto frente a él, pero igual que lo recordaba.

El mundo se detuvo por un instante. No porque fuera una escena dramática, sino porque no estaba en los planes. Dos años sin verse. Sin mensajes. Sin contacto pero sin reproches. Solo la distancia cómoda y peligrosa de lo que se va deshilando sin querer.

Haneul se quitó uno de los auriculares y se acercó, en silencio.

—Ey! ¿Y si te digo que esta es la parte del sueño donde te saludo y me invitas al café que estás posponiendo?

Su voz fue suave, entre ironía y alivio, y esa sonrisa suya la ladeada, la auténtica, apareció sin forzarse.

Cuando sus miradas se reencontraron, algo encajó de nuevo.

—No sé si el destino existe —añadió Haneul, tomando asiento sin preguntar—, pero si me cruzo contigo después de dos años en esta ciudad bulliciosa, algo tenía que decirme el universo.

Se apoyó en el respaldo de la silla, relajado… aunque por dentro, algo en su pecho latía como si hubiera recuperado un nombre que no recordaba que había perdido.

—Te ves igual… aunque un poco más abogado... ¿Sigues desayunando café solo y odiando a los falsos periodistas?

Era un reencuentro real. Espontáneo. El tipo que no se planea… pero sí se agradece.
El calor de Seúl a media tarde pegaba sin pedir permiso, y Haneul caminaba por la acera con los auriculares puestos, tarareando apenas la melodía que sonaba. Había salido de uno de sus trabajos y pensaba detenerse en su cafetería habitual a por un té frío antes de volver a casa. Pero entonces, al doblar una esquina entre los ventanales de una librería y una tienda de diseño, lo vio, su mejor amigo de la Universidad hacía 5 años, sentado en la terraza de una cafetería desconocida, con un café y un libro abierto frente a él, pero igual que lo recordaba. El mundo se detuvo por un instante. No porque fuera una escena dramática, sino porque no estaba en los planes. Dos años sin verse. Sin mensajes. Sin contacto pero sin reproches. Solo la distancia cómoda y peligrosa de lo que se va deshilando sin querer. Haneul se quitó uno de los auriculares y se acercó, en silencio. —Ey! ¿Y si te digo que esta es la parte del sueño donde te saludo y me invitas al café que estás posponiendo? Su voz fue suave, entre ironía y alivio, y esa sonrisa suya la ladeada, la auténtica, apareció sin forzarse. Cuando sus miradas se reencontraron, algo encajó de nuevo. —No sé si el destino existe —añadió Haneul, tomando asiento sin preguntar—, pero si me cruzo contigo después de dos años en esta ciudad bulliciosa, algo tenía que decirme el universo. Se apoyó en el respaldo de la silla, relajado… aunque por dentro, algo en su pecho latía como si hubiera recuperado un nombre que no recordaba que había perdido. —Te ves igual… aunque un poco más abogado... ¿Sigues desayunando café solo y odiando a los falsos periodistas? Era un reencuentro real. Espontáneo. El tipo que no se planea… pero sí se agradece.
Tipo
Individual
Líneas
30
Estado
Disponible
1 turno 0 maullidos
Patrocinados
Patrocinados