Solo un vistazo y ya.
Categoría Terror
Lyra Velvetthorn

Una hora, era el tiempo que habían acordado para preparar todo lo que necesiten antes de partir. Tras despedirse de aquella misteriosa y elegante mujer, el muchacho regresó a toda prisa a su casa, listo para ir en busca de lo que siempre lleva en sus exploraciones fuera de la ciudad.

Preparó una mochila, en la cual guardó al menos 5 caramelos sabor limón, una extraña gema color azul y un libro que parecía algo viejo y de tamaño mediano, además de linternas, un cambio de baterías para cada una y por último un encendedor, nunca se sabe cuando lo pueda necesitar.

Con esto listo, lanzó la mochila sobre su cama y se dispuso a cambiarse, algo un tanto más presentable, al menos para él, que un simple abrigo y pantalón. Cuando estuvo listo, bajó deprisa las escaleras, cruzó la sala principal, el comedor y se asomó por la puerta que conducía al garaje.

Miró cual de los dos transportes estaba en casa y al ver la motocicleta de su padre, se regresó solo para tomar las llaves y así salir de una vez por todas. Sin casco ni nada de seguridad, cómo buen muchacho imprudente que pueda ser.

Sin más tiempo que perder, salió, se aseguró que todo estuviera bien cerrado, dejó un mensaje de texto en el grupo que compartía con sus amigos para dejar un aviso en caso de alguna emergencia, guardó el celular y se dispuso a marcharse.

Condujo hasta el sitio que habían acordado reunirse, no miró a la joven por ninguna parte, así que decidió aparcar y solo esperar, después de todo, era una chica y por más "sobrenatural" que fuese, seguramente tardaría cómo suelen hacerlo.

Echó un último vistazo a su teléfono, ya casi era media noche, hora perfecta para explorar un sitio cómo aquel hotel abandonado sin que nadie se entrometa o mejor dicho, sin que algún extraño salga herido por explorar lugares en dónde más de uno advierte que ocurren sucesos inexplicables, incluyendo desapariciones.

—¿Habré llegado muy antes? —Preguntó a la aparente nada, aunque si respuesta no sería respondida, más bien, recibió otra a cambio. "¿Estás seguro de esto?" Dijo aquella voz que solo sonaba en su cabeza. El muchacho miró a un lado y luego al otro, asegurándose que no hubiese nadie.

—Tranquilo, puedo manejarlo. —Respondió en voz baja el joven. "Debiste llevar con ustedes a Maredy." Añadió la voz mientras Anyel solo negaba con su cabeza. —No es necesario, con los caramelos de Nico basta y sobra, deja de preocuparte. —Respondió él y ya no recibió respuesta, ahora solo quedaba esperar.
[legend_onyx_bull_636] Una hora, era el tiempo que habían acordado para preparar todo lo que necesiten antes de partir. Tras despedirse de aquella misteriosa y elegante mujer, el muchacho regresó a toda prisa a su casa, listo para ir en busca de lo que siempre lleva en sus exploraciones fuera de la ciudad. Preparó una mochila, en la cual guardó al menos 5 caramelos sabor limón, una extraña gema color azul y un libro que parecía algo viejo y de tamaño mediano, además de linternas, un cambio de baterías para cada una y por último un encendedor, nunca se sabe cuando lo pueda necesitar. Con esto listo, lanzó la mochila sobre su cama y se dispuso a cambiarse, algo un tanto más presentable, al menos para él, que un simple abrigo y pantalón. Cuando estuvo listo, bajó deprisa las escaleras, cruzó la sala principal, el comedor y se asomó por la puerta que conducía al garaje. Miró cual de los dos transportes estaba en casa y al ver la motocicleta de su padre, se regresó solo para tomar las llaves y así salir de una vez por todas. Sin casco ni nada de seguridad, cómo buen muchacho imprudente que pueda ser. Sin más tiempo que perder, salió, se aseguró que todo estuviera bien cerrado, dejó un mensaje de texto en el grupo que compartía con sus amigos para dejar un aviso en caso de alguna emergencia, guardó el celular y se dispuso a marcharse. Condujo hasta el sitio que habían acordado reunirse, no miró a la joven por ninguna parte, así que decidió aparcar y solo esperar, después de todo, era una chica y por más "sobrenatural" que fuese, seguramente tardaría cómo suelen hacerlo. Echó un último vistazo a su teléfono, ya casi era media noche, hora perfecta para explorar un sitio cómo aquel hotel abandonado sin que nadie se entrometa o mejor dicho, sin que algún extraño salga herido por explorar lugares en dónde más de uno advierte que ocurren sucesos inexplicables, incluyendo desapariciones. —¿Habré llegado muy antes? —Preguntó a la aparente nada, aunque si respuesta no sería respondida, más bien, recibió otra a cambio. "¿Estás seguro de esto?" Dijo aquella voz que solo sonaba en su cabeza. El muchacho miró a un lado y luego al otro, asegurándose que no hubiese nadie. —Tranquilo, puedo manejarlo. —Respondió en voz baja el joven. "Debiste llevar con ustedes a Maredy." Añadió la voz mientras Anyel solo negaba con su cabeza. —No es necesario, con los caramelos de Nico basta y sobra, deja de preocuparte. —Respondió él y ya no recibió respuesta, ahora solo quedaba esperar.
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