Escuchad, escuchad... Cuando el cielo escupa chicles de algodón y la lluvia sepa a limonada, una Oreo rosa aparecerá en el paquete equivocado.
Y en ese instante el destino dará media vuelta en pantuflas.
La galleta no será solo una galleta. Será la señal, el símbolo dulce y contradictorio de que algo inesperado va a florecer donde nadie sembró.
Porque quien muerda esa Oreo rosa verá revelado un secreto que no le pertenece… y deberá decidir entre compartirlo o esconderlo en el cajón de los calcetines desparejados.
Dicen los pitidos del microondas: 'la Oreo rosa aparece sólo cuando el caos está a punto de tener sentido.'
Así que, si la ves… no la subestimes. Ni te la comas sin antes escuchar si cruje o canta.
Y en ese instante el destino dará media vuelta en pantuflas.
La galleta no será solo una galleta. Será la señal, el símbolo dulce y contradictorio de que algo inesperado va a florecer donde nadie sembró.
Porque quien muerda esa Oreo rosa verá revelado un secreto que no le pertenece… y deberá decidir entre compartirlo o esconderlo en el cajón de los calcetines desparejados.
Dicen los pitidos del microondas: 'la Oreo rosa aparece sólo cuando el caos está a punto de tener sentido.'
Así que, si la ves… no la subestimes. Ni te la comas sin antes escuchar si cruje o canta.
Escuchad, escuchad... Cuando el cielo escupa chicles de algodón y la lluvia sepa a limonada, una Oreo rosa aparecerá en el paquete equivocado.
Y en ese instante el destino dará media vuelta en pantuflas.
La galleta no será solo una galleta. Será la señal, el símbolo dulce y contradictorio de que algo inesperado va a florecer donde nadie sembró.
Porque quien muerda esa Oreo rosa verá revelado un secreto que no le pertenece… y deberá decidir entre compartirlo o esconderlo en el cajón de los calcetines desparejados.
Dicen los pitidos del microondas: 'la Oreo rosa aparece sólo cuando el caos está a punto de tener sentido.'
Así que, si la ves… no la subestimes. Ni te la comas sin antes escuchar si cruje o canta.
