La impostora. El ambiente era denso en su discoteca el Eclipse, cargado de luces parpadeantes y un aroma a licor mezclado con sudor y perfume barato, la música golpeaba con fuerza en el pecho y la pista brillaba con destellos de neón que parecían imitar el palpitar de los cuerpos que bailaban pegados.
Anthork cruzó la entrada con ese paso pesado y dominante que no necesitaba...