Decidiste enterrar tus demonios…
Qué idea tan tierna.
Pensaste que con tiempo y olvido podrías sofocar lo que arde en tus entrañas. Pero cada distracción que echaste sobre ellos fue una invitación.
Para mí.
Porque no los mataste… solo los concentraste.
Y yo…
Escucho los gritos que intentas ocultar.
Los siento.
Los saboreo.
Tus demonios labraron el camino.
Y tú, tan ingenua, dejaste la puerta entreabierta con tu miedo.
Ahora soy yo quien sale a jugar, quien reúne tus fantasmas y viste con su piel.
¿No querías volver a verlos?
Pues mírame.
Siénteme.
Soy todos ellos.
Y más.
Qué idea tan tierna.
Pensaste que con tiempo y olvido podrías sofocar lo que arde en tus entrañas. Pero cada distracción que echaste sobre ellos fue una invitación.
Para mí.
Porque no los mataste… solo los concentraste.
Y yo…
Escucho los gritos que intentas ocultar.
Los siento.
Los saboreo.
Tus demonios labraron el camino.
Y tú, tan ingenua, dejaste la puerta entreabierta con tu miedo.
Ahora soy yo quien sale a jugar, quien reúne tus fantasmas y viste con su piel.
¿No querías volver a verlos?
Pues mírame.
Siénteme.
Soy todos ellos.
Y más.
Decidiste enterrar tus demonios…
Qué idea tan tierna.
Pensaste que con tiempo y olvido podrías sofocar lo que arde en tus entrañas. Pero cada distracción que echaste sobre ellos fue una invitación.
Para mí.
Porque no los mataste… solo los concentraste.
Y yo…
Escucho los gritos que intentas ocultar.
Los siento.
Los saboreo.
Tus demonios labraron el camino.
Y tú, tan ingenua, dejaste la puerta entreabierta con tu miedo.
Ahora soy yo quien sale a jugar, quien reúne tus fantasmas y viste con su piel.
¿No querías volver a verlos?
Pues mírame.
Siénteme.
Soy todos ellos.
Y más.


