— ¿πΈππππππ ππ ππππππ πππππ π
π π
πππππ~?
Mi voz es la de papá. Tal cual la recuerdas. El mismo tono, la misma cadencia, incluso ese toque cálido que usaba cuando te acechaba la enfermedad y no quería que lloraras.
Pero no soy él. Y tus lagrimas serán un manjar para mi.
La puerta se abre sin un solo sonido, como si la casa supiera que oponerse a mí es inútil.
Me deslizo dentro, espeso, alto, doblado en ángulos imposibles, con los brazos demasiado largos y la cabeza ladeada como un cuadro torcido.
Puedo ver cómo tus ojos se abren apenas. Quieres moverte, lo intentas, pero el cuerpo no responde. Ah, la parálisis del sueño… uno de mis más deliciosos trucos; la impotencia es el aperitivo perfecto.
— π¬πππ ππ πππ π π πππ πππππππππ —susurro con esa voz que robé de tus recuerdos—. πΊπ πππππ “π¬π ππñπ πππ ππ πππππ ππππππ πππ ππππ.”
Me agacho. Estoy tan cerca que mi piel roza la tuya, y mi aliento, que huele a óxido y tierra húmeda, se cuela por tu nariz.
— πͺππππππππ ππ πππππππ ππππππ π. π·πππ ππ. πΈππππ πππ. πΈππππ ππππππ ππ.
Mis dedos, largos como ramas secas, se arrastran por tu mejilla. Una caricia helada, pero inofensiva.
— ¿πΊππππ ππé πππππππó? π¨ πí.
Sonrío saboreando tu horror. Sé que tu corazón intenta escapar de tu pecho, que tus pensamientos gritan, que tu alma rasguña por salir.
Qué delicia.
Mi sombra se derrama sobre tu cuerpo, una cobija helada que traspasa las mantas, la tela y te toca como lo harían las manos de la muerte.
— π πππππ, ππ π ππ, πππππ π ππππππππ πππ ππππππ.
Mi voz es la de papá. Tal cual la recuerdas. El mismo tono, la misma cadencia, incluso ese toque cálido que usaba cuando te acechaba la enfermedad y no quería que lloraras.
Pero no soy él. Y tus lagrimas serán un manjar para mi.
La puerta se abre sin un solo sonido, como si la casa supiera que oponerse a mí es inútil.
Me deslizo dentro, espeso, alto, doblado en ángulos imposibles, con los brazos demasiado largos y la cabeza ladeada como un cuadro torcido.
Puedo ver cómo tus ojos se abren apenas. Quieres moverte, lo intentas, pero el cuerpo no responde. Ah, la parálisis del sueño… uno de mis más deliciosos trucos; la impotencia es el aperitivo perfecto.
— π¬πππ ππ πππ π π πππ πππππππππ —susurro con esa voz que robé de tus recuerdos—. πΊπ πππππ “π¬π ππñπ πππ ππ πππππ ππππππ πππ ππππ.”
Me agacho. Estoy tan cerca que mi piel roza la tuya, y mi aliento, que huele a óxido y tierra húmeda, se cuela por tu nariz.
— πͺππππππππ ππ πππππππ ππππππ π. π·πππ ππ. πΈππππ πππ. πΈππππ ππππππ ππ.
Mis dedos, largos como ramas secas, se arrastran por tu mejilla. Una caricia helada, pero inofensiva.
— ¿πΊππππ ππé πππππππó? π¨ πí.
Sonrío saboreando tu horror. Sé que tu corazón intenta escapar de tu pecho, que tus pensamientos gritan, que tu alma rasguña por salir.
Qué delicia.
Mi sombra se derrama sobre tu cuerpo, una cobija helada que traspasa las mantas, la tela y te toca como lo harían las manos de la muerte.
— π πππππ, ππ π ππ, πππππ π ππππππππ πππ ππππππ.
— ¿πΈππππππ ππ ππππππ πππππ π
π π
πππππ~?
Mi voz es la de papá. Tal cual la recuerdas. El mismo tono, la misma cadencia, incluso ese toque cálido que usaba cuando te acechaba la enfermedad y no quería que lloraras.
Pero no soy él. Y tus lagrimas serán un manjar para mi.
La puerta se abre sin un solo sonido, como si la casa supiera que oponerse a mí es inútil.
Me deslizo dentro, espeso, alto, doblado en ángulos imposibles, con los brazos demasiado largos y la cabeza ladeada como un cuadro torcido.
Puedo ver cómo tus ojos se abren apenas. Quieres moverte, lo intentas, pero el cuerpo no responde. Ah, la parálisis del sueño… uno de mis más deliciosos trucos; la impotencia es el aperitivo perfecto.
— π¬πππ ππ πππ π
π πππ πππππππππ —susurro con esa voz que robé de tus recuerdos—. πΊπ πππππ “π¬π ππñπ πππ ππ πππππ ππππππ πππ ππππ.”
Me agacho. Estoy tan cerca que mi piel roza la tuya, y mi aliento, que huele a óxido y tierra húmeda, se cuela por tu nariz.
— πͺππππππππ ππ πππππππ ππππππ
π. π·πππ ππ. πΈππππ πππ. πΈππππ ππππππ
ππ.
Mis dedos, largos como ramas secas, se arrastran por tu mejilla. Una caricia helada, pero inofensiva.
— ¿πΊππππ ππé πππππππó? π¨ πí.
Sonrío saboreando tu horror. Sé que tu corazón intenta escapar de tu pecho, que tus pensamientos gritan, que tu alma rasguña por salir.
Qué delicia.
Mi sombra se derrama sobre tu cuerpo, una cobija helada que traspasa las mantas, la tela y te toca como lo harían las manos de la muerte.
— π πππππ, ππ π ππ, πππππ π ππππππππ πππ ππππππ.

