— La verdad me has pedido, y la verdad has de recibir. —
El callejón oscuro y lúgubre no estaba más a su alrededor. La realidad misma, a su alrededor, torciéndose de bizarras maneras, lo había llevado a otro paraje, Distinto, lejano, y al mismo tiempo, cargado con un aire de familiaridad.
— Estamos en guerra, querido. ~ Todos, de varias maneras. Tú, particularmente. Esa guerra dentro de ti, el cisma entre tu función y tu razón que se hace más grande cada día. Quiero que veas el ocaso, el momento en el que el sol toca el mar, y me digas, ¿qué sientes al estar aquí? ¿Es instinto, o recuerdo? Tú conoces este lugar, ¿no es así? —
El callejón oscuro y lúgubre no estaba más a su alrededor. La realidad misma, a su alrededor, torciéndose de bizarras maneras, lo había llevado a otro paraje, Distinto, lejano, y al mismo tiempo, cargado con un aire de familiaridad.
— Estamos en guerra, querido. ~ Todos, de varias maneras. Tú, particularmente. Esa guerra dentro de ti, el cisma entre tu función y tu razón que se hace más grande cada día. Quiero que veas el ocaso, el momento en el que el sol toca el mar, y me digas, ¿qué sientes al estar aquí? ¿Es instinto, o recuerdo? Tú conoces este lugar, ¿no es así? —
— La verdad me has pedido, y la verdad has de recibir. —
El callejón oscuro y lúgubre no estaba más a su alrededor. La realidad misma, a su alrededor, torciéndose de bizarras maneras, lo había llevado a otro paraje, Distinto, lejano, y al mismo tiempo, cargado con un aire de familiaridad.
— Estamos en guerra, querido. ~ Todos, de varias maneras. Tú, particularmente. Esa guerra dentro de ti, el cisma entre tu función y tu razón que se hace más grande cada día. Quiero que veas el ocaso, el momento en el que el sol toca el mar, y me digas, ¿qué sientes al estar aquí? ¿Es instinto, o recuerdo? Tú conoces este lugar, ¿no es así? —
