Carmina saltó de emoción cuando escuchó el timbre de la puerta. ¡El vestido rojo había llegado! Con manos temblorosas, rompió el paquete y sacó la prenda. El color era aún más brillante de lo que imaginaba. Lo sostuvo frente a ella, admirando la tela suave y la forma que prometía ser perfecta. Con una sonrisa nerviosa, lo probó. Aunque no era exactamente lo que había imaginado, se veía bien. ¿Demasiado atrevido? pensó. Pero, ¿quién podía resistirse a un vestido tan rojo? Se miró en el espejo, el vestido la hacía sentirse especial.

¿Sería buena idea salir a pasear usándolo?
Carmina saltó de emoción cuando escuchó el timbre de la puerta. ¡El vestido rojo había llegado! Con manos temblorosas, rompió el paquete y sacó la prenda. El color era aún más brillante de lo que imaginaba. Lo sostuvo frente a ella, admirando la tela suave y la forma que prometía ser perfecta. Con una sonrisa nerviosa, lo probó. Aunque no era exactamente lo que había imaginado, se veía bien. ¿Demasiado atrevido? pensó. Pero, ¿quién podía resistirse a un vestido tan rojo? Se miró en el espejo, el vestido la hacía sentirse especial. ¿Sería buena idea salir a pasear usándolo?
Me encocora
Me gusta
6
0 turnos 0 maullidos 260 vistas
Patrocinados
Patrocinados