Saludos de bienvenida se escuchaban desde la entrada de Mondstadt, algunos de los caballeros por segundos pensaron que era alguien nuevo pues de lejos no conocían al chico lobo con aquellos extravagantes atuendos. De momento se sentía raro para él pero también parecía gustarle aquella ropa. Había ido de viaje a Liyue a comer la comida de allá y la gente lo había consentido y hasta mimarlo, le regalaron telas con las cuales costuraron su atuendo.

-Buenos....días... -atinaba a decir a algunos de los caballeros, a Gloria, y a Sara-

El joven fue hasta la sede de los caballeros para darle a Klee el peluche que llevaba en manos, un peluche de lo que parecía ser un dragón. Le gustaba el detalle, pero no podía tenerlo así que le parecía buena idea obsequiarlo a la Chica Explosiva. Después de dejar el peluche miró hacia la puerta de la biblioteca.
Saludos de bienvenida se escuchaban desde la entrada de Mondstadt, algunos de los caballeros por segundos pensaron que era alguien nuevo pues de lejos no conocían al chico lobo con aquellos extravagantes atuendos. De momento se sentía raro para él pero también parecía gustarle aquella ropa. Había ido de viaje a Liyue a comer la comida de allá y la gente lo había consentido y hasta mimarlo, le regalaron telas con las cuales costuraron su atuendo. -Buenos....días... -atinaba a decir a algunos de los caballeros, a Gloria, y a Sara- El joven fue hasta la sede de los caballeros para darle a Klee el peluche que llevaba en manos, un peluche de lo que parecía ser un dragón. Le gustaba el detalle, pero no podía tenerlo así que le parecía buena idea obsequiarlo a la Chica Explosiva. Después de dejar el peluche miró hacia la puerta de la biblioteca.
Me encocora
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