En medio de una habitación desordenada, la castaña se removió entre sus sabanas mientras la luz del alba irradiaba la habitación con su brillo y calidez habituales. El letargo del sueño aun pesaba sobre ella mientras lanzaba una mirada hacia la ventana que la iluminaba y luego a su compañer@ de habitación.

—Te dije que la pasaríamos bien cariño. Una eternidad con una bella chica no esta nada mal ¿o si?

Ella sonrió con confianza mientras se tumbaba de lado para mirarl@. Habia un destello de picardia en su mirada, pero era sutil. Era claro que estaba insinuando, sin embargo el punto era resaltar la dulzura y la ternura del momento.