El ocaso había llegado anunciando la pronta llegada del anochecer, Mita empezaba a sentirse inquieta como cada vez que la luna hacia su aparición en el cielo nocturno; su mirada estaba fija en el sol poniente. Quizá por su naturaleza sobrenatural, pero de cualquier modo a veces daba la impresión de no estar demasiado cuerda.

Posó la atención en su huésped que yacía en el sofá, el cual parecía haber estado mirándola fijamente desde al menos un par de minutos atrás; ¿sus piernas, su trasero o espalda, tal vez su cabello? no lo sabia. pero no le importaba.

—Ya casi es hora de comer—Su mirada era tranquila pero había algo más, apetito, ansias... quizá otra cosa que trataba de ocultar —Es tu turno de preparar la cena, no querrás que este hambrienta~
El ocaso había llegado anunciando la pronta llegada del anochecer, Mita empezaba a sentirse inquieta como cada vez que la luna hacia su aparición en el cielo nocturno; su mirada estaba fija en el sol poniente. Quizá por su naturaleza sobrenatural, pero de cualquier modo a veces daba la impresión de no estar demasiado cuerda. Posó la atención en su huésped que yacía en el sofá, el cual parecía haber estado mirándola fijamente desde al menos un par de minutos atrás; ¿sus piernas, su trasero o espalda, tal vez su cabello? no lo sabia. pero no le importaba. —Ya casi es hora de comer—Su mirada era tranquila pero había algo más, apetito, ansias... quizá otra cosa que trataba de ocultar —Es tu turno de preparar la cena, no querrás que este hambrienta~
Me encocora
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