El Chico Lobo se encontraba en la ciudad de Mondstadt, ya eran altas horas de las noche pero el tiempo era lo que menos le preocupaba a él, estaba jugando con los perros que estaban en la plaza y de juego en juego terminó escalando una de las bardas que rodeaban la ciudad.

-No puedes subir~... -decía divertido a uno de los perros que saltaba abajo apoyando sus patas en el muro. En la altura, una suave brisa lo hizo voltear mirando a la luna y recordó los aullidos con su manada, inhaló hasta inflar su pecho y dejó salir un aullido muy parecido al de los lobos-

-¡A-uuuuuh!

El Chico Lobo se encontraba en la ciudad de Mondstadt, ya eran altas horas de las noche pero el tiempo era lo que menos le preocupaba a él, estaba jugando con los perros que estaban en la plaza y de juego en juego terminó escalando una de las bardas que rodeaban la ciudad. -No puedes subir~... -decía divertido a uno de los perros que saltaba abajo apoyando sus patas en el muro. En la altura, una suave brisa lo hizo voltear mirando a la luna y recordó los aullidos con su manada, inhaló hasta inflar su pecho y dejó salir un aullido muy parecido al de los lobos- -¡A-uuuuuh!
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