De nuevo se acercaba fin de mes, los días con más carga de trabajo para la Gran Maestra pues también se encargaba de gran parte de las finanzas de Mondstadt y con ello el pago a los caballeros, tenía ya apartado en 4 pequeños sacos las moras que correspondían a los pagos de Kayea, Eula, Amber y Lisa, la mesada de Klee la cual apartaba con una etiqueta sonriente. El pago al resto de los caballeros los estaba dividiendo entre su sueldo normal y, los bonos correspondientes a si habían aceptado o no peticiones de los ciudadanos en el tablón de trabajos. El pago de cada caballero lo iba metiendo en un bolsa con el nombre de este que, a su vez iban a un costal, correspondiente a sus capitanes que, esta vez, ella les daría a ellos los salarios para repartir entre sus pelotones.

-Con este son 23... Solo faltan unos cuantos más...

¿Si quiera se había dado cuenta que ya era de noche? ¿Se habrá acordado de comer? Esto ya era costumbre para la Gran Maestra.
De nuevo se acercaba fin de mes, los días con más carga de trabajo para la Gran Maestra pues también se encargaba de gran parte de las finanzas de Mondstadt y con ello el pago a los caballeros, tenía ya apartado en 4 pequeños sacos las moras que correspondían a los pagos de Kayea, Eula, Amber y Lisa, la mesada de Klee la cual apartaba con una etiqueta sonriente. El pago al resto de los caballeros los estaba dividiendo entre su sueldo normal y, los bonos correspondientes a si habían aceptado o no peticiones de los ciudadanos en el tablón de trabajos. El pago de cada caballero lo iba metiendo en un bolsa con el nombre de este que, a su vez iban a un costal, correspondiente a sus capitanes que, esta vez, ella les daría a ellos los salarios para repartir entre sus pelotones. -Con este son 23... Solo faltan unos cuantos más... ¿Si quiera se había dado cuenta que ya era de noche? ¿Se habrá acordado de comer? Esto ya era costumbre para la Gran Maestra.
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