Sus ojos, brasas ardientes, se fijaron en los contrarios con una intensidad que hacía que el aire pareciera más pesado. Su voz, grave y pausada, resuena en el vacío, como un eco que se niega a desaparecer.
—Tu camino se bifurca aquí, y el peso de tu decisión definirá más de lo que crees. No pretendas elegir sin comprender lo que implica cada paso.
Extendió una mano enguantada hacia la derecha, el humo gris que emanaba de su figura apuntando con intención.
—Toma el primer sendero, y hallarás certeza. Es una elección segura, cómoda… Pero limitada. Allí, hallarás lo que buscas, pero no más. No te desafiará ni te cambiará.
Su otra mano se elevó lentamente, indicando el camino opuesto, donde las sombras parecían retorcerse con vida propia.
—El segundo sendero… Es incierto, impredecible. Puede que encuentres más de lo que esperas… O nada en absoluto. Es un riesgo que pocos se atreven a tomar, pues exige una valentía que no todos poseen.
Inclinó la cabeza ligeramente, su máscara reflejando una pálida luz. Su tono se suavizó apenas, aunque su gravedad permanecía intacta.
—Ambos caminos están abiertos, pero no esperes volver atrás una vez que decidas. Ahora, dime… ¿Arriesgarias lo que eres por lo que podrías llegar a ser, o te contentarias con la seguridad de lo que conoces?
Y entonces, guardó silencio, observando con esos ojos ardientes que parecían expectantes de una respuesta.
—Tu camino se bifurca aquí, y el peso de tu decisión definirá más de lo que crees. No pretendas elegir sin comprender lo que implica cada paso.
Extendió una mano enguantada hacia la derecha, el humo gris que emanaba de su figura apuntando con intención.
—Toma el primer sendero, y hallarás certeza. Es una elección segura, cómoda… Pero limitada. Allí, hallarás lo que buscas, pero no más. No te desafiará ni te cambiará.
Su otra mano se elevó lentamente, indicando el camino opuesto, donde las sombras parecían retorcerse con vida propia.
—El segundo sendero… Es incierto, impredecible. Puede que encuentres más de lo que esperas… O nada en absoluto. Es un riesgo que pocos se atreven a tomar, pues exige una valentía que no todos poseen.
Inclinó la cabeza ligeramente, su máscara reflejando una pálida luz. Su tono se suavizó apenas, aunque su gravedad permanecía intacta.
—Ambos caminos están abiertos, pero no esperes volver atrás una vez que decidas. Ahora, dime… ¿Arriesgarias lo que eres por lo que podrías llegar a ser, o te contentarias con la seguridad de lo que conoces?
Y entonces, guardó silencio, observando con esos ojos ardientes que parecían expectantes de una respuesta.
Sus ojos, brasas ardientes, se fijaron en los contrarios con una intensidad que hacía que el aire pareciera más pesado. Su voz, grave y pausada, resuena en el vacío, como un eco que se niega a desaparecer.
—Tu camino se bifurca aquí, y el peso de tu decisión definirá más de lo que crees. No pretendas elegir sin comprender lo que implica cada paso.
Extendió una mano enguantada hacia la derecha, el humo gris que emanaba de su figura apuntando con intención.
—Toma el primer sendero, y hallarás certeza. Es una elección segura, cómoda… Pero limitada. Allí, hallarás lo que buscas, pero no más. No te desafiará ni te cambiará.
Su otra mano se elevó lentamente, indicando el camino opuesto, donde las sombras parecían retorcerse con vida propia.
—El segundo sendero… Es incierto, impredecible. Puede que encuentres más de lo que esperas… O nada en absoluto. Es un riesgo que pocos se atreven a tomar, pues exige una valentía que no todos poseen.
Inclinó la cabeza ligeramente, su máscara reflejando una pálida luz. Su tono se suavizó apenas, aunque su gravedad permanecía intacta.
—Ambos caminos están abiertos, pero no esperes volver atrás una vez que decidas. Ahora, dime… ¿Arriesgarias lo que eres por lo que podrías llegar a ser, o te contentarias con la seguridad de lo que conoces?
Y entonces, guardó silencio, observando con esos ojos ardientes que parecían expectantes de una respuesta.