#BitchLife #OneShot

Sábado, 12:00hs.

El ruido insistente del teléfono perfora el pesado silencio del cuarto. Nathan se revuelve entre las sábanas, gruñendo, hasta que con un movimiento torpe lo pesca de la mesita. Apenas logra abrir los ojos mientras contesta, con la voz rasposa y una mezcla de desinterés y molestia.

--- ¿Qué?

Al otro lado de la línea, la voz aguda y autoritaria de su mánager no se hace esperar.

--- ¡¿Qué?! ¡¿Eso es todo lo que tienes para decirme, Nathan?! ¡Faltaste ayer y ni siquiera te dignaste a avisar! ¿Cuantas veces van en el último mes? Este no es un maldito hotel para que hagas lo que te dé la gana.

Nathan bosteza, sin molestarse en esconder su indiferencia.

--- Relax, boss. Seguro sobrevivieron una noche sin mí.

--- ¡No me vengas con esas estupideces! ---replica el mánager, claramente exasperado---. Te estoy diciendo que esta es tu última advertencia. La próxima vez que faltes, no hace falta que vuelvas.

Nathan arquea una ceja, su tono burlón deslizándose al hablar.

--- Aw, don’t be like that ---Aw, no seas así--- Sabes que si me echas perderás al bartender más sexy de la ciudad. Y no querrás eso, ¿o sí?

--- ¡Nathan! Esto no es un juego. Si no apareces esta noche, considerate despedido.

La llamada termina, dejando a Nathan mirando el techo con una sonrisa perezosa.

--- Qué dramático… ---susurra, lanzando el teléfono al otro lado de la cama. Pero, tras un momento, su sonrisa se desvanece y sus ojos se cierra; Su orgullo lo empuja a no ceder, pero sabe que no puede darse el lujo de perder ese trabajo.
#BitchLife #OneShot Sábado, 12:00hs. El ruido insistente del teléfono perfora el pesado silencio del cuarto. Nathan se revuelve entre las sábanas, gruñendo, hasta que con un movimiento torpe lo pesca de la mesita. Apenas logra abrir los ojos mientras contesta, con la voz rasposa y una mezcla de desinterés y molestia. --- ¿Qué? Al otro lado de la línea, la voz aguda y autoritaria de su mánager no se hace esperar. --- ¡¿Qué?! ¡¿Eso es todo lo que tienes para decirme, Nathan?! ¡Faltaste ayer y ni siquiera te dignaste a avisar! ¿Cuantas veces van en el último mes? Este no es un maldito hotel para que hagas lo que te dé la gana. Nathan bosteza, sin molestarse en esconder su indiferencia. --- Relax, boss. Seguro sobrevivieron una noche sin mí. --- ¡No me vengas con esas estupideces! ---replica el mánager, claramente exasperado---. Te estoy diciendo que esta es tu última advertencia. La próxima vez que faltes, no hace falta que vuelvas. Nathan arquea una ceja, su tono burlón deslizándose al hablar. --- Aw, don’t be like that ---Aw, no seas así--- Sabes que si me echas perderás al bartender más sexy de la ciudad. Y no querrás eso, ¿o sí? --- ¡Nathan! Esto no es un juego. Si no apareces esta noche, considerate despedido. La llamada termina, dejando a Nathan mirando el techo con una sonrisa perezosa. --- Qué dramático… ---susurra, lanzando el teléfono al otro lado de la cama. Pero, tras un momento, su sonrisa se desvanece y sus ojos se cierra; Su orgullo lo empuja a no ceder, pero sabe que no puede darse el lujo de perder ese trabajo.
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