Carmina había notado que, con el paso de los años, su abuela Lucia se movía más despacio, y los largos días en la tienda comenzaban a dejar huellas en su ánimo y su salud. Aunque siempre había sido un pilar en el negocio familiar, ahora se veía en la necesidad de descansar más, y Carmina se preocupaba cada vez que la veía suspirar al final de la jornada.

Una tarde, tras cerrar la tienda, Carmina se quedó mirando el ventanal. La idea de traer a alguien más para ayudar rondaba su mente desde hacía semanas, pero ahora la sentía como una necesidad inminente. Al día siguiente, decidió prepararlo todo. Con una caligrafía esmerada, escribió en un cartel de papel suave:

"Se busca empleado para tienda familiar. Preguntar por Carmina."

Con una sonrisa esperanzada, colgó el anuncio en el ventanal. El cartel ondeaba con la brisa, y Carmina se quedó un momento contemplándolo, pensando en la llegada de alguien que pudiera ayudarles a aliviar el peso que tanto su abuela como ella llevaban sobre sus hombros. No sabía quién respondería, pero estaba segura de que cualquier ayuda sería bienvenida. Lucia, por su parte, observaba desde el fondo de la tienda y, al ver el gesto decidido de su nieta, sintió una mezcla de nostalgia y orgullo.

Sachi Sugimoto
Carmina había notado que, con el paso de los años, su abuela Lucia se movía más despacio, y los largos días en la tienda comenzaban a dejar huellas en su ánimo y su salud. Aunque siempre había sido un pilar en el negocio familiar, ahora se veía en la necesidad de descansar más, y Carmina se preocupaba cada vez que la veía suspirar al final de la jornada. Una tarde, tras cerrar la tienda, Carmina se quedó mirando el ventanal. La idea de traer a alguien más para ayudar rondaba su mente desde hacía semanas, pero ahora la sentía como una necesidad inminente. Al día siguiente, decidió prepararlo todo. Con una caligrafía esmerada, escribió en un cartel de papel suave: "Se busca empleado para tienda familiar. Preguntar por Carmina." Con una sonrisa esperanzada, colgó el anuncio en el ventanal. El cartel ondeaba con la brisa, y Carmina se quedó un momento contemplándolo, pensando en la llegada de alguien que pudiera ayudarles a aliviar el peso que tanto su abuela como ella llevaban sobre sus hombros. No sabía quién respondería, pero estaba segura de que cualquier ayuda sería bienvenida. Lucia, por su parte, observaba desde el fondo de la tienda y, al ver el gesto decidido de su nieta, sintió una mezcla de nostalgia y orgullo. [tidal_gold_snake_986]
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