#Steampunksage feat @CharlotteSinclair. Ese día tuvo que acudir al festival de música patrocinado por el Alcalde. Odiaba tener que lidiar con la política y siempre prefería estar lo más alejado posible de temas afines o en relación con ella, pero sabía que a veces que ceder, puesto era el mismo Alcalde el que pagaba y presupuestaba todas sus invenciones sin objetarle nada ante sus extravagantes peticiones. Le pidió a su asistente Lyra que le acompañase, puesto era el único contacto o lo más parecido a familia que el Dr. Cyrus tenía. Por otra parte, les dieron un asiento preferencial cerca del alcalde Edward Cuthbert. Al parecer la artista estrella era la popular cantante y bailarina “Charlotte Sinclair”, una enigmática y reservada artista. Sabía que tenía una voz privilegiada, pero entendía del todo por qué el Alcalde le pidió con tanto ahínco que escuchará el concierto. No fue hasta que empezó el show que se dio cuenta del porqué. La música que salía de su voz alcanza timbres que jamás había escuchado antes. ¿Sería tenor? No… tampoco era Mezzoprano, ni mucho menos Contralto pero fácilmente modular su voz como si se tratara de una máquina. Es… es imposible. Golpeando el borde del balcón donde estaba con ambas manos. ¿Cómo podía lograr eso un humano normalmente? No lo concebía, debía existir algún dispositivo en el que se apoyase para equalizar en ese punto su estructura vocal o… ¿Una bocina? Miró a su alrededor intentando encontrar algo pero nada, sólo había amplificadores pero ninguna modificación. Edward Cuthbert: Se lo dije Dr. Sabía que este concierto le iba a interesar. —Mencionó con risilla y sorna al mirar la curiosidad del inventor. —Dígame Alcalde. ¿Usan alguna invención aquí que no sea de mi autoría? Tengo entendido que soy el único inventor en quién confi… El alcalde le interrumpió antes de que pudiera seguir buscando calma su agitación. —Tranquilo, Dr. Sólo confío en usted para esas cosas. Lo sabe. ¿No puede concebir que haya un ser humano capaz de llegar a esas notas? La humanidad es sorpréndete. —No dudo que sea sorprendente, pero esto parece físicamente imposible. —Destacó acomodándose sus gafas. Pero no encontraba conjeturas para desvalidar la respuesta del alcalde. —¿Cree que me pueda permitir una entrevista a la Señorita Sinclair? —Preguntó humildemente. —Claro, pero primero espera a que termine el concierto al menos. —Contestó Edward entre risas. —Vale, vale. Le agradezco. —Puntualizó y volvió a sentarse, analizando cuidadosamente con su oído absoluto cada compás de las notas vocales. Sin duda era una capacidad extraordinaria.