El Dios estaba sentado en una banca en el parque, nieve cayendo a su alrededor aunque fuera otoño en Japón.
—Ah...—Mira su libro y lo cierra, contento.—No todos los días escribo mi propio nacimiento.
Recuerda el pasado, y suspira.
—Todo gracias a él...—En su mano se manifiestan llamas cerúleas, que toman la forma del dragón legendario.—Mi mejor creación, en mi opinión...
—Ah...—Mira su libro y lo cierra, contento.—No todos los días escribo mi propio nacimiento.
Recuerda el pasado, y suspira.
—Todo gracias a él...—En su mano se manifiestan llamas cerúleas, que toman la forma del dragón legendario.—Mi mejor creación, en mi opinión...
El Dios estaba sentado en una banca en el parque, nieve cayendo a su alrededor aunque fuera otoño en Japón.
—Ah...—Mira su libro y lo cierra, contento.—No todos los días escribo mi propio nacimiento.
Recuerda el pasado, y suspira.
—Todo gracias a él...—En su mano se manifiestan llamas cerúleas, que toman la forma del dragón legendario.—Mi mejor creación, en mi opinión...