Le tomó más tiempo del que quería llegar al sitio que estaba buscando, pues subestimó las distancias y lo poco dispuesta que estaba su pierna a cooperar después del esfuerzo reciente. Pero más temprano que tarde acaba deteniéndose frente a la puerta de un local de barbacoa sin elegancia, pero repleto de un ambiente tabernero que dice mucho acerca de la buena calidad de la carne y, más importante, el gran tamaño de las porciones. — Aquí estamos —anuncia, abriendo la puerta para que Thomas pase primero—. Adelante. Escoge la mesa que más te guste —le invita. Y es que tan pronto como ponga un pie dentro, cualquier camarero anunciará su llegada y el dueño del sitio saldrá a recibirle con alegría (favores y fama mediante). No quiere enredar a Thomas en tales tratos, pero tampoco se los va a ocultar... #ElBrujoCojo