—En vida, un desastre, en muerte aún peor.
Apuestas, alcohol, asesinatos, adicciones, estafador y huidas. Toda una vida desastrosa que ni siquiera mejoró en muerte.
De nuevo los mismos pasos hasta acabar como esclavo, resignado a una vida miserable y triste gracias a sus propias decisiones.
¿Realmente alguien podía culparlo ahora? Culparlo porque en muerte, y aún luego de muchos errores, logró encontrar felicidad en el caos de su vida. Un verdadero motivo. Algo que jamás buscó y que de repente llegó a su vida que ahora le producía más placer y felicidad que su adicción por las apuestas. Que todo el dinero que hubiera tenido en el mundo o la botella más fuerte de alcohol.
Era feliz, muy feliz aunque tal vez no lo demostrara demasiado. Se sentía completo. Esperanzado por un futuro familiar que jamás deseó pero que ahora no quería soltar y que, además, había sido lo mejor que le hubiera pasado contrario a lo que pudo haber pensado alguna vez.
Amaba a su pareja, con sus defectos y virtudes y eso era algo que ni la eternidad cambiaría —
Apuestas, alcohol, asesinatos, adicciones, estafador y huidas. Toda una vida desastrosa que ni siquiera mejoró en muerte.
De nuevo los mismos pasos hasta acabar como esclavo, resignado a una vida miserable y triste gracias a sus propias decisiones.
¿Realmente alguien podía culparlo ahora? Culparlo porque en muerte, y aún luego de muchos errores, logró encontrar felicidad en el caos de su vida. Un verdadero motivo. Algo que jamás buscó y que de repente llegó a su vida que ahora le producía más placer y felicidad que su adicción por las apuestas. Que todo el dinero que hubiera tenido en el mundo o la botella más fuerte de alcohol.
Era feliz, muy feliz aunque tal vez no lo demostrara demasiado. Se sentía completo. Esperanzado por un futuro familiar que jamás deseó pero que ahora no quería soltar y que, además, había sido lo mejor que le hubiera pasado contrario a lo que pudo haber pensado alguna vez.
Amaba a su pareja, con sus defectos y virtudes y eso era algo que ni la eternidad cambiaría —
—En vida, un desastre, en muerte aún peor.
Apuestas, alcohol, asesinatos, adicciones, estafador y huidas. Toda una vida desastrosa que ni siquiera mejoró en muerte.
De nuevo los mismos pasos hasta acabar como esclavo, resignado a una vida miserable y triste gracias a sus propias decisiones.
¿Realmente alguien podía culparlo ahora? Culparlo porque en muerte, y aún luego de muchos errores, logró encontrar felicidad en el caos de su vida. Un verdadero motivo. Algo que jamás buscó y que de repente llegó a su vida que ahora le producía más placer y felicidad que su adicción por las apuestas. Que todo el dinero que hubiera tenido en el mundo o la botella más fuerte de alcohol.
Era feliz, muy feliz aunque tal vez no lo demostrara demasiado. Se sentía completo. Esperanzado por un futuro familiar que jamás deseó pero que ahora no quería soltar y que, además, había sido lo mejor que le hubiera pasado contrario a lo que pudo haber pensado alguna vez.
Amaba a su pareja, con sus defectos y virtudes y eso era algo que ni la eternidad cambiaría —
