Para él, la kitsune era intrigante, no solo por su morfología particular, su personalidad le parecía llamativa, y tras su último encuentro, tenían algo pendiente, por lo que quería volver a verla.
Por eso, la había invitado a su mansión, aunque en el fondo no esperaba que asistiera.
—Señorita [Sora1], me alegra verla —comenzó, con unos modales impecables, como era habitual en Junior.
Por eso, la había invitado a su mansión, aunque en el fondo no esperaba que asistiera.
—Señorita [Sora1], me alegra verla —comenzó, con unos modales impecables, como era habitual en Junior.
Para él, la kitsune era intrigante, no solo por su morfología particular, su personalidad le parecía llamativa, y tras su último encuentro, tenían algo pendiente, por lo que quería volver a verla.
Por eso, la había invitado a su mansión, aunque en el fondo no esperaba que asistiera.
—Señorita [Sora1], me alegra verla —comenzó, con unos modales impecables, como era habitual en Junior.