Una tenue melodía se dejaba escuchar desde alguna parte del bosque, nota tras nota recorría los arboles de la zona, formando una corta canción que al llegar al final se repetía desde el comienzo. Aunque era un sonido agradable para cualquiera que pudiera escuchar, un oido atento notaria que quien lo tocaba aun estaba aprendiendo, pero demostraba tener talento para la música.
Un hermoso atardecer teñía lentamente el cielo de un distintivo naranja; la brisa del otoño acariciaba los dorados mechones de una joven con un semblante sereno y serio, sentada en una rama de uno de los arboles junto al camino de tierra. Parecía inmersa en sus pensamientos mientras sus dedos se deslizaban delicadamente por las cuerdas del arpa... hasta que sintió unos pasos aproximarse a su ubicación.
—...
La canción se detuvo, la presencia de un curioso atrajo su atención y le devolvió la mirada desde su asiento en el árbol. Ojos tranquilos, no parecía molesta, mas bien sentía curiosidad de que podría querer.
Un hermoso atardecer teñía lentamente el cielo de un distintivo naranja; la brisa del otoño acariciaba los dorados mechones de una joven con un semblante sereno y serio, sentada en una rama de uno de los arboles junto al camino de tierra. Parecía inmersa en sus pensamientos mientras sus dedos se deslizaban delicadamente por las cuerdas del arpa... hasta que sintió unos pasos aproximarse a su ubicación.
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La canción se detuvo, la presencia de un curioso atrajo su atención y le devolvió la mirada desde su asiento en el árbol. Ojos tranquilos, no parecía molesta, mas bien sentía curiosidad de que podría querer.
Una tenue melodía se dejaba escuchar desde alguna parte del bosque, nota tras nota recorría los arboles de la zona, formando una corta canción que al llegar al final se repetía desde el comienzo. Aunque era un sonido agradable para cualquiera que pudiera escuchar, un oido atento notaria que quien lo tocaba aun estaba aprendiendo, pero demostraba tener talento para la música.
Un hermoso atardecer teñía lentamente el cielo de un distintivo naranja; la brisa del otoño acariciaba los dorados mechones de una joven con un semblante sereno y serio, sentada en una rama de uno de los arboles junto al camino de tierra. Parecía inmersa en sus pensamientos mientras sus dedos se deslizaban delicadamente por las cuerdas del arpa... hasta que sintió unos pasos aproximarse a su ubicación.
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La canción se detuvo, la presencia de un curioso atrajo su atención y le devolvió la mirada desde su asiento en el árbol. Ojos tranquilos, no parecía molesta, mas bien sentía curiosidad de que podría querer.