El dedo de la anciana, arrugado y frágil, parecía imposible que pudiera tocar algo tan etéreo como el cuerpo espectral de Monster. Sin embargo, lo hizo, y, al burlar inmaterialidad y toca su frente, un escalofrío helado recorre todo su ser. El horror que Monster siempre ha infligido en demás se vuelve contra él en un instante de vulnerabilidad inimaginable.

"Te obsequio un día de humanidad".

Dice la anciana bruja, su voz suave pero poderosa.

"Disfruta de este regalo que te entrego."

Antes de que Monster pueda protestar, se siente arrastrado hacia un abismo de sensaciones. Su cuerpo espectral se solidifica, los colores y sonidos del mundo se intensifican, y una abrumadora oleada de emociones lo envuelve. La anciana desaparece, dejándolo solo con su nueva humanidad.

Monster, consternado, cae al suelo, sus manos temblorosas tocando su piel cálida y su pecho que ahora late con fuerza. Los latidos de su corazón resuenan en sus oídos, y cada respiración es un recordatorio de la vulnerabilidad de la vida. Una mezcla de miedo y confusión lo asalta.

"No... No otra vez".

Murmura, su voz temblando, las lagrimas corriendo por sus mejillas, ya no la siniestra y segura entonación de antes, sino el susurro de un joven desesperado.

Se acurruca, abrazando sus rodillas, intentando procesar lo que está experimentando. La humanidad, con toda su crudeza, lo ha atrapado una vez más. El terror que solía sembrar en otros ahora lo consume, dejándolo vulnerable y perdido en un mundo que nunca fue gentil con él.
El dedo de la anciana, arrugado y frágil, parecía imposible que pudiera tocar algo tan etéreo como el cuerpo espectral de Monster. Sin embargo, lo hizo, y, al burlar inmaterialidad y toca su frente, un escalofrío helado recorre todo su ser. El horror que Monster siempre ha infligido en demás se vuelve contra él en un instante de vulnerabilidad inimaginable. "Te obsequio un día de humanidad". Dice la anciana bruja, su voz suave pero poderosa. "Disfruta de este regalo que te entrego." Antes de que Monster pueda protestar, se siente arrastrado hacia un abismo de sensaciones. Su cuerpo espectral se solidifica, los colores y sonidos del mundo se intensifican, y una abrumadora oleada de emociones lo envuelve. La anciana desaparece, dejándolo solo con su nueva humanidad. Monster, consternado, cae al suelo, sus manos temblorosas tocando su piel cálida y su pecho que ahora late con fuerza. Los latidos de su corazón resuenan en sus oídos, y cada respiración es un recordatorio de la vulnerabilidad de la vida. Una mezcla de miedo y confusión lo asalta. "No... No otra vez". Murmura, su voz temblando, las lagrimas corriendo por sus mejillas, ya no la siniestra y segura entonación de antes, sino el susurro de un joven desesperado. Se acurruca, abrazando sus rodillas, intentando procesar lo que está experimentando. La humanidad, con toda su crudeza, lo ha atrapado una vez más. El terror que solía sembrar en otros ahora lo consume, dejándolo vulnerable y perdido en un mundo que nunca fue gentil con él.
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